Biblia apuntando

¿Acaso los cristianos tenemos que cumplir los 10 Mandamientos? (Parte 1)

En el artículo anterior vimos un ejemplo de cómo los 10 Mandamientos, los cuales fueron escritos personalmente por Dios, han sido lamentablemente modificados por el hombre, a través de los siglos en la historia de la iglesia. Ahora veremos la importancia que tiene la ley de Dios en la vida de los cristianos para su crecimiento espiritual y la ventaja de recibir bendiciones por obediencia.

Es lamentable que hoy en día existan doctrinas que buscan poner a los mandamientos como algo negativo, que es preferible evitar, porque nos juzgan con una lista de «restricciones» que sólo buscan «limitar nuestra libertad” dictándonos únicamente prohibiciones; es decir, según estas doctrinas, la ley sólo nos condena. ¿Quién quiere vivir así? A nadie le gusta vivir con mandamientos que sean una carga y una maldición que debe ser evitada a toda costa. Sin embargo, lo que mostraremos es que las personas no se dan cuenta que los 10 Mandamientos de la ley de Dios son todo lo contrario, son una muestra del amor que Dios nos brinda, que actúan como una barrera de protección para que no nos hagamos daño a nosotros mismos, ni a los demás, son para nuestro bienestar, son una bendición.

«De Su abundancia, todos hemos recibido una bendición inmerecida tras otra. Pues la ley fue dada por medio de Moisés, pero el amor inagotable de Dios y Su fidelidad vinieron por medio de Jesucristo.» — Juan 1:16-17 (NTV)

«¿Soy Yo al que ellos perjudican? —Pregunta el Señor—. Más que nada se perjudican a sí mismos, para su propia vergüenza».» — Jeremías 7:19 (NTV)

El conflicto con la Ley de Dios

Hombre salidaEs triste que estemos viviendo en una época en la que la humanidad, con el objetivo de alejarse de Dios, busque no tomarlo en cuenta, ni a Su ley en cualquier ámbito de su vida.

[Dice el Señor] «Yo corrijo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé diligente y arrepiéntete de tu indiferencia.» — Apocalipsis 3:19 (NTV)

Y lo que aún es todavía peor, es que dentro de la misma iglesia cristiana, se vea a la ley de Dios como “el problema” en lugar de al pecado, nuestro verdadero enemigo. Diferentes grupos de la iglesia han buscado minimizar, e incluso eliminar la ley del Antiguo Testamento la cual nos declara culpables, en lugar de enfocarse en eliminar al pecado que nos mata. En lugar de condenar el pecado, la iglesia ha condenado los mandamientos de Dios.

«Jesús contestó: —¡Hipócritas! Isaías tenía razón cuando profetizó acerca de ustedes, porque escribió: “Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de Mí. Su adoración es una farsa porque enseñan ideas humanas como si fueran mandatos de Dios”. Pues ustedes pasan por alto la ley de Dios y la reemplazan con su propia tradición. Entonces dijo: —Ustedes esquivan hábilmente la ley de Dios para aferrarse a su propia tradición.» — Marcos 7:6-9 (NTV)

reganarAsí que si un cristiano se atreve a mencionar la ley de Dios, corre el riesgo de ser visto como una persona «legalista«; o los hermanos que buscan obedecer las leyes de Dios, incluyendo las del Antiguo Testamento, se les ha acusado de ser «judaizantes«. Peor aún, algunos han inferido que la persona que empiece a obedecer los mandamientos del Señor está cometiendo una blasfemia porque está negando el sacrificio que hizo Jesucristo por nosotros al morir en la cruz.

En lugar de que la iglesia nos enseñe que Jesús vino a liberarnos de la esclavitud de nuestros pecados. La iglesia nos enseña que Jesús vino a «librarnos de la maldición de la ley de Dios que nos condena y nos reprime por nuestro pecado», y que «ahora somos libres» porque vivimos bajo el Espíritu. Pero en esta serie de artículos veremos la relación de la enseñanza de Jesucristo, los 10 Mandamientos de la Ley de Dios, como es visto el pecado ante los ojos de Dios, y el amor de Dios al darnos la solución para poder volver a Él. Entenderemos el increíble poder y la importancia de la ley de Dios en nuestras vidas.

“Entonces, si no hacen caso al más insignificante mandamiento y les enseñan a los demás a hacer lo mismo, serán llamados los más insignificantes en el reino del cielo; pero el que obedece las leyes de Dios y las enseña será llamado grande en el reino del cielo.” — Mateo 5:19 (NTV)

Los 10 Mandamientos son una muestra del amor de Dios

Los 10 Mandamientos son tan válidos al día de hoy para todos los cristianos, como el día en que nos fueron revelados en el Monte Sinaí, porque la ley de Dios es amor, y el que nosotros les demos cumplimento es nuestra demostración de amor hacia nuestro Creador, tal y como lo expresa el apóstol Pablo en el siguiente versículo.

El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.” — Romanos 13:10 (RVR1960)

[Dice Jesús] «Si me aman, obedezcan Mis Mandamientos.» — Juan 14:15 (NTV)

Rollo ToraSegún los rabinos judíos existen 613 mandamientos escritos en la Torá (los 5 libros escritos por Moisés) y cada una de estas leyes se pueden agrupar en uno de los 10 Mandamientos. Y a su vez, los 10 Mandamientos en forma de 2 tablas de piedra fueron condensados por Jesús en 2 Mandamientos que nos hablan de amor a Dios y a nuestro prójimo, pero Jesús fue más allá y nos dice que de estos 2 Mandamientos depende toda Su ley y los profetas, es decir, las Escrituras. ¿Dígame usted si no cree que obedecer la ley de Dios no es importante por la declaración que está haciendo Jesús?

“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande Mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos Mandamientos depende toda la ley y los profetas.” — Mateo 22:37-40 (RVR1960)

Sabemos que amamos a los hijos de Dios si amamos a Dios y obedecemos Sus Mandamientos. Amar a Dios significa obedecer Sus Mandamientos, y Sus Mandamientos no son una carga difícil de llevar.” — 1 Juan 5:2-3 (NTV)

amorDe hecho, podríamos resumir estos 2 Mandamientos en una frase: “Dios es amor”. Si todos los Mandamientos se resumen en amor, y los Mandamientos son una expresión del carácter de Dios, la única conclusión es que Dios es amor.

“Escucha, Israel: el SEÑOR nuestro Dios, el SEÑOR uno es. Y amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Estas palabras que yo te mando estarán en tu corazón.” — Deuteronomio 6:4-6 (RVA-2015)

Dios no cambia

“Yo Soy el Señor y no cambio.” — Malaquías 3:6a (NTV)

La ley de Dios es la expresión perfecta de Su voluntad y Su carácter o personalidad. Entonces, cualquier intento de cambiar la ley de Dios es realmente un asalto a Su misma persona. Los 10 Mandamientos son una expresión perfecta de la moralidad de Dios, definiendo lo que es bueno o malo, mostrando como pecado todo lo que va en contra de nuestro Padre. ¿Y sabe por qué el Señor no puede cambiar Su ley? Porque eso implicaría que Dios mismo tendría que cambiar, pero el Señor ya es perfecto.

«Dios no es un simple mortal para que mienta o cambie de parecer. Si Él habla, ciertamente actúa; si Él dice algo, lo lleva a cabo.» — Números 23:19 (RVC)

La ley del Señor es perfecta: reanima el alma. El testimonio del Señor es firme: da sabiduría al ingenuo.” — Salmos 19:7 (RVC)

Tora tiro al blancoLa palabra “ley” viene del hebreo תּוֹרָה – torá, que significa instrucción, dirección, y hace referencia a un arquero que dispara una flecha que da siempre en el blanco. La Torá es la verdad de Dios a la que estamos apuntando o enfocándonos. La Torá es la enseñanza de la verdad de Dios, es Su Palabra. Por eso, si cambiamos la ley de Dios, nos alejamos de la verdad.

Pueblo mío, escucha Mis enseñanzas [ley, torá]; inclina tu oído a las palabras de Mi boca.” — Salmos 78:1 (RVC)

“Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si obedecemos Sus Mandamientos. Si alguien afirma: «Yo conozco a Dios», pero no obedece los Mandamientos de Dios, es un mentiroso y no vive en la verdad.” — 1 Juan 2:3-4 (NTV)

La función de los 10 Mandamientos en la vida de los incrédulos

Rico InsensatoEl principal problema no es que las personas piensen que son lo «suficientemente buenas» para necesitar ser salvadas, sino en que no sienten que sean lo «suficientemente malas» para necesitar la salvación. La humanidad se rehúsa a reconocer su condición pecaminosa ante Dios, y no ven ningún problema, sienten que no les falta nada (tienen trabajo, familia, casa, alimento, dinero, etc.) y que no necesitan cambiar nada en sus vidas.

[El Señor dice] «Yo sé todo lo que haces y que tienes la fama de estar vivo, pero estás muerto.» — Apocalipsis 3:1b (NTV)

[El Señor dice] «Tú dices: “Soy rico, tengo todo lo que quiero, ¡no necesito nada!”. Y no te das cuenta de que eres un infeliz y un miserable; eres pobre, ciego y estás desnudo.» — Apocalipsis 3:17 (NTV)

En esta batalla espiritual, el principal objetivo de Satanás para alejar a la humanidad de la ley de Dios es que no pensemos en Él, y que no hablemos sobre el pecado, ni que se mencione la palabra «pecado», y que se utilicen términos más sutiles como «error» o «malas decisiones». También lleva a que las personas racionalicen sus pecados con frases como «todos los demás lo hacen», “es normal”, “así nací”, o a que culpen a factores externos como: personas, situaciones o su entorno como los causantes de su mal comportamiento. Sin embargo, la principal función de los “10 Mandamientos” es el que las personas descubran todos sus pecados, que se den cuenta dolorosamente de que son pecadores, siendo conscientes de su terrible situación, y de la inminencia del castigo por desobediencia, sean motivados a buscar al Salvador. Por eso, el enemigo odia la ley de Dios. Por cierto, ¿sabe usted qué es el pecado? El apóstol Juan nos explica claramente la relación entre el pecado y la ley de Dios.

 “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.” — 1 Juan 3:4 (RVR1960)

fallar tiro al blancoEs curioso que si la ley de Dios, Torá, se representa como una flecha que siempre da en el blanco. La palabra para pecado en hebreo es חָטָא – jataá, y significa lo opuesto: fallar al blanco, o salirse del camino. El pecado es lo opuesto a la ley de Dios o a Su instrucción, y es tan terrible ante los ojos de Dios que es castigado con la pena de muerte. El pecado debe ser para los cristianos el enemigo número uno que debemos combatir con la ley de Dios.

Si como cristianos tratamos de evangelizar a los no creyentes sin utilizar la ley de Dios, nuestra evangelización no va a ser efectiva, ya que la mayoría de las personas piensan que son buenas personas, que están destinadas a ir al cielo, por lo que no piensan que necesitan un Salvador. Se comparan con otras personas y piensan que ellos «no están tan mal como otros». Ellos realmente no saben que son pecadores, y que si no arreglan su situación con Dios durante esta vida, entonces mueren en sus pecados y terminan en el infierno.

[Dice Jesús] «Por eso dije que morirán en sus pecados; porque, a menos que crean que Yo Soy quien afirmo ser, morirán en sus pecados».» — Juan 8:24 (NTV)

Por eso, Jesús utilizó la ley del Señor para exponer los pecados del hombre en Marcos 10:17-21 cuando evangelizó al hombre rico, ya que expone el pecado de este hombre que se consideraba a sí mismo una persona recta y justa, mostrándole su condición espiritual, haciéndole saber que su amor e idolatría por el dinero lo condenan, provocando una necesidad de arrepentirse para que busque su salvación. Pero sin la ley, la gente va a recibir un mensaje pobre que no los motivará a arrepentirse o a cambiar el curso de sus vidas, y por lo tanto no encontrarán la salvación en Jesucristo, dándole una victoria al enemigo que quiere ver a las personas sufriendo en el lago de fuego.

“Los discípulos quedaron asombrados de Sus palabras. Pero Jesús volvió a decir: «Queridos hijos, es muy difícil entrar en el reino de Dios. De hecho, ¡es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios!».” — Marcos 10:24-25 (NTV)

“Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la encuentran.” — Mateo 7:13-14 (RVC)

¿Por qué los cristianos debemos seguir los 10 Mandamientos?

Sabemos que como creyentes vueltos a nacer, no alcanzamos nuestra salvación obedeciendo la ley. Las Escrituras son claras, Jesús es el único camino para la salvación, solo a través de la sangre de Jesucristo todos nuestros pecados son perdonados y Él nos hace perfectos ante Dios.

Pues nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por hacer lo que la ley manda. La ley sencillamente nos muestra lo pecadores que somos.” — Romanos 3:20 (NTV)

Jesús le contestó: —Yo Soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de Mí.” — Juan 14:6 (NTV)

La única obra que tenemos que hacer para ser salvados es:

“Jesús les dijo: —La única obra que Dios quiere que hagan es que crean en quien Él ha enviado.” — Juan 6:29 (NTV)

El obedecer los 10 Mandamientos es una manifestación de los buenos frutos que producimos por nuestra fe en la Palabra de Dios. Nuestra vida como cristianos debe ser agradable a Dios, mostrando nuestro amor y agradecimiento al Padre por la gracia que nos ha brindado al contarnos como parte de Su familia. Seguimos un patrón de salvación y después obediencia. Nuestra motivación es la gratitud por Su amor, no por ser legalistas.

[Jesús dice] “Los que aceptan Mis mandamientos y los obedecen son los que me aman. Y, porque me aman a Mí, Mi Padre los amará a ellos. Y Yo los amaré y Me daré a conocer a cada uno de ellos.” — Juan 14:21 (NTV)

[Jesús dice] “Cuando obedecen Mis mandamientos, permanecen en Mi amor, así como Yo obedezco los Mandamientos de Mi Padre y permanezco en Su amor.” — Juan 15:10 (NTV)

El Señor nos muestra el mismo patrón de salvación en el libro de Éxodo. Dios no salvó a los hijos de Israel de Egipto de forma condicional diciendo: “Aquí está Mi ley. Obedece Mi ley y te sacaré de Egipto”. Más bien, Él primero los salvó diciendo: Toma un cordero sin defecto, sacrifícalo, aplica su sangre, y los que creyeron se salvaron, antes de ir a la tierra prometida. Esto es la imagen que tenemos los cristianos del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo: Jesucristo. Así que cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador, somos salvados por Su sangre y a partir de ese momento estaremos con Él toda la eternidad.

“Yo Soy el Señor tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo… [Los Israelitas le dicen a Moisés] Ve tú y escucha lo que dice el Señor nuestro Dios. Luego ven a contarnos todo lo que Él te diga, y nosotros escucharemos y obedeceremos… [El Señor dice] ¡Oh, si siempre tuvieran un corazón así, si estuvieran dispuestos a temerme y a obedecer todos Mis Mandatos! Entonces siempre les iría bien a ellos y a sus descendientes.” — Deuteronomio 5:6, 27, 29 (NTV)

Moises SinaiLuego en su trayecto a la tierra prometida, los Israelitas fueron al Monte Sinaí en donde el Señor les dio Su ley para que la siguieran. De la misma manera, nosotros como creyentes recibimos la ley de Dios a través de las Escrituras y por el amor y agradecimiento hacia nuestro Señor Jesucristo por el sacrificio que hizo por nosotros empezamos a obedecer la ley de Dios.

“Y todo el pueblo respondió a una voz: «Haremos todo lo que el Señor ha ordenado». Entonces Moisés llevó al Señor la respuesta del pueblo.” — Éxodo 19:8 (NTV)

“Tu justicia es justicia eterna, Y Tu ley la verdad.” — Salmos 119:142 (RVR1960)

El mismo patrón ocurre con Adán, quien primero fue creado como hijo de Dios y después recibió las reglas. Noé primero recibió la gracia de Dios y después recibió las instrucciones para construir el Arca. Abraham, primero creyó en Dios y después recibió el pacto.

El profeta Isaías nos explica este maravilloso patrón de la salvación diseñado desde antes de la creación, en donde Dios nos dice que Él es nuestro Salvador. El primero predice nuestra salvación, nos salva y nos asegura que nadie puede ser arrebatado de Su mano.

Yo, sí, Yo Soy el Señor, y no hay otro Salvador. Primero predije tu rescate, y después te salvé y lo proclamé ante el mundo… Desde la eternidad y hasta la eternidad, Yo Soy Dios. No hay quien pueda arrebatar a nadie de Mi mano; nadie puede deshacer lo que he hecho».” — Isaías 43:11-13 (NTV)

¿Entonces qué viene primero, la obediencia o la salvación? Uno no puede alcanzar la salvación obedeciendo solamente la ley porque Jesús nos advierte, en el sermón en el Monte, que debemos ser perfectos (cero pecados) para entrar en el Reino de los cielos.

[Jesús dice] “Les advierto: a menos que su justicia supere a la de los maestros de la ley religiosa y a la de los fariseos, nunca entrarán en el reino del cielo.” — Mateo 5:20 (NTV)

¿Pueden los cristianos cumplir con los 10 Mandamientos?

La ley de DiosSin embargo en este mismo sermón, Jesús nos pide que seamos perfectos. Y el Señor nos ama tanto que nos promete llenarnos de bendiciones por mantenernos en Su camino, además de permitirnos crecer y madurar espiritualmente como parte de nuestra santificación mientras estemos en este mundo. Imagine la gloria que usted dará a Dios cada vez que usted sea tentado y supere la prueba al cumplir con los Mandamientos, y al mismo tiempo avanzará un escalón espiritual más hacia la perfección de Jesús.

“Pero tú debes ser perfecto, así como Tu Padre en el cielo es perfecto.” — Mateo 5:48 (NTV)

“Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.” — 1 Corintios 10:31 (NTV)

¿Pero cómo es posible obedecer perfectamente la ley de Dios? Esta es la parte más fascinante del pacto que tenemos con el Señor, Él nos provee todo lo que necesitamos para hacer nuestra parte, incluyendo la ayuda necesaria para obedecerlo perfectamente. Solamente debemos tener fe en que Su Espíritu nos dará la fuerza para hacerlo y darle gloria a Dios.

“Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.” — Filipenses 4:13 (NTV)

Esto en ocasiones no es fácil, pero no es imposible como algunos pastores enseñan. ¿Sería cruel que el Señor castigue a sus hijos por no obedecer Su ley que es «imposible de cumplir», no cree? Pero éste nunca es el caso con Dios.

El Señor tu Dios se deleitará en ti si obedeces su voz y cumples los mandatos y los decretos escritos en este libro de instrucción, y si te vuelves al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. Este mandato que te entrego hoy no es demasiado difícil para ti ni está fuera de tu alcance.” — Deuteronomio 30:10-11 (NTV)

La cuestión es que no podemos hacerlo solos, lo necesitamos a Él, dependemos de Él, por tanto necesitamos acercarnos a Él.

[Jesús dice] «Ciertamente, Yo Soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en Mí y Yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de Mí, no pueden hacer nada.» — Juan 15:5 (NTV)

«Los discípulos quedaron atónitos. —Entonces, ¿quién podrá ser salvo? —preguntaron. Jesús los miró y les dijo: —Humanamente hablando es imposible, pero para Dios todo es posible.» — Mateo 19:25-26 (NTV)

El apóstol Juan en el capítulo 14 de su libro nos da el mismo ejemplo siguiendo el mismo patrón, él nos dice que Jesús primero nos salvará y nos llevará con Él (Juan 14:1-4), que Él es el camino al Padre (Juan 14:6), y después si creemos en Jesús, haremos las mismas cosas que Él hizo (Juan 14: 12-13), con la ayuda que Dios nos promete, Su Espíritu, para que podamos obedecer Su ley (Juan 14:15-21).

Si me aman, obedezcan Mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre: es decir, el Espíritu de verdad.” — Juan 14:15-17a (RVC)

“Nosotros somos testigos de estas cosas y también lo es el Espíritu Santo, dado por Dios a todos los que lo obedecen.” — Hechos 5:32 (NTV)

¿Cuáles son las recompensas por obedecer la ley de Dios?

Jesus CreadorLa gran ventaja que tenemos al cumplir los Mandamientos del Señor son las bendiciones que Él nos da cuando obedecemos. Encontramos bendiciones en diferentes partes de la Biblia, por ejemplo en las Bienaventuranzas del Sermón del Monte (Mateo 5) y al principio de Deuteronomio 28:

«Si obedeces al Señor tu Dios, recibirás las siguientes bendiciones: Tus ciudades y tus campos serán benditos. Tus hijos y tus cosechas serán benditos. Las crías de tus rebaños y manadas serán benditas. Tus canastas de fruta y tus paneras serán benditas. Vayas donde vayas y en todo lo que hagas, serás bendito.» — Deuteronomio 28:2-6 (NTV)

“Ahora que saben estas cosas, Dios los bendecirá por hacerlas.” — Juan 13:17 (NTV)

Hay más bendiciones por obediencia, esta no es una lista exhaustiva. Sin embargo no basta tan sólo con saber los Mandamientos, sino que debemos cumplirlos:

«Jesús respondió: «Pero aún más bendito es todo el que escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica».— Lucas 11:28 (NTV)

«Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia.» — Santiago 1:25 (NTV)

Cuando seguimos la ley tenemos una paz interna porque sabemos que estamos haciendo lo correcto.

Los que aman tu ley viven en completa paz, porque saben que no tropezarán.” — Salmos 119:165 (RVC)

Jesus GraciasSi cuando como cristianos vueltos a nacer, no nos mantenemos en el centro de la voluntad de Dios y de Sus leyes, empezamos a perder recompensas en esta vida y en la que viene. Pero con la ayuda del Espíritu podemos obedecer la ley del Señor sin ninguna excusa. Los primeros beneficios son bendiciones de alegría y felicidad.

“Cuando la gente no acepta la dirección divina, se desenfrena. Pero el que obedece la ley es alegre.” — Proverbios 29:18 (NTV)

La ley no es para restringirnos sino para darnos libertad ahora y siempre:

“Entonces, en todo lo que digan y en todo lo que hagan, recuerden que serán juzgados por la ley que los hace libres.” — Santiago 2:12 (NTV)

“Yo cumpliré siempre tu ley, desde ahora y para siempre.” — Salmos 119:44 (RVC)

Por otro lado, cuando el Señor le entregó Sus Mandamientos al pueblo de Israel, a su vez les dio a elegir entre una bendición y una maldición. Era una advertencia de las consecuencias que tendría la desobediencia a Sus Mandamientos:

«Escucha bien: ¡hoy te doy a elegir entre una bendición y una maldición! Recibirás bendición si obedeces los mandatos del Señor tu Dios que te entrego hoy; pero recibirás maldición si rechazas los mandatos del Señor tu Dios y te apartas de Él y rindes culto a dioses que no conocías.» — Deuteronomio 11:26-28 (NTV)

Podemos ver esas maldiciones por desobediencia en Deuteronomio 28 desde el versículo 15 y hasta el final del capítulo.

Para concluir este artículo me gustaría mencionar que Jesús nos prometió que Él mismo nos entregará las recompensas por nuestras buenas obras y los frutos que producimos al seguir Su ley como los vencedores con acceso al árbol de la vida, como lo menciona en el siguiente versículo.

“Y he aquí, Yo vengo presto, y Mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra. Yo Soy Alpha y Omega, principio y fin, el primero y el postrero [último]. Bienaventurados los que guardan Sus Mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad.” — Apocalipsis 22:12-14 (RVA)

En la siguiente parte de este artículo veremos como por malas interpretaciones de las Escrituras tenemos la idea de que la ley de Dios no es aplicable hoy en día.

¡Que Dios los bendiga!


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