La Creación de Dios en Génesis

Génesis 1:3 – Día uno: La Luz y la Oscuridad

Entonces Dios dijo: ”Que haya luz”; y hubo luz.

«Entonces Dios dijo:»

Se utiliza esta frase, diez veces en la narrativa de los seis días de la creación. La belleza y la sublimidad de la lengua aquí utilizada es la mejor introducción a la obra de la Creación. Dios (en Hebreo – Elohim) no hace ninguna preparación, no emplea ningún medio o elemento. Elohim habla y se hace. Su Palabra por sí sola contiene todas las cosas necesarias para el cumplimiento de Su voluntad. Elohim, con una orden, creó la luz (Salmos 148:5).

«¡Alabado sea el nombre del Señor! El Señor dio una orden, y todo fue creado.» – Salmos 148:5 (RVC).

Observe aquí que la Palabra hablada es el único medio utilizado en toda la Creación durante estos seis días. Este acto de Su voluntad omnipotente se describe en Hebreos 1:3, el poder de Su Palabra.

«Él es el resplandor de la gloria de Dios. Es la imagen misma de lo que Dios es. Él es quien sustenta todas las cosas con el poder de Su palabra. Después de llevar a cabo la purificación de nuestros pecados por medio de Sí mismo, se sentó a la derecha de la Majestad, en las alturas.» – Hebreos 1:3 (RVC).

Sin embargo, su Palabra sustancial, su Hijo, por quien hizo el universo, Hebreos 1:2, y Salmos 33: 6, 9. Es sólo a través de la Revelación del Nuevo Testamento que aprendemos a identificar la obra de la Creación, con la operación de la Palabra de Carácter Personal, Jesucristo (en Hebreo, Yeshúa Ha Mashíaj).

«Y ahora, en estos últimos días, nos ha hablado por medio de Su Hijo. Dios le prometió todo al Hijo como herencia y, mediante el Hijo, creó el universo.» – Hebreos 1:2 (NTV)

«El Señor tan solo habló y los cielos fueron creados. Sopló la Palabra, y nacieron todas las estrellas.» – Salmos 33:6 (NTV)

«Pues cuando habló, el mundo comenzó a existir; apareció por orden del Señor.» – Salmos 33:9.

Y no podemos olvidar este bellísimo verso de La Sagrada Palabra en donde Yeshua, llamado la Palabra, es el arquitecto del universo en Juan 1:3:

«Dios creó todas las cosas por medio de Él, y nada fue creado sin Él.» – Juan 1:3.

Observe que Génesis 1 es una conversación, el Padre da la directiva y Su Hijo Jesucristo la lleva a cabo, para mayor información con respecto a esta conversación en la Creación puede ver el artículo ¿Cómo puedo identificar a Jesucristo como el Creador?

«Hágase la luz»

 Genesis - La Luz

 La sublimidad del mensaje original se pierde en la traducción del Hebreo. La luz, en este caso, no es en sí misma una sustancia, pero es una condición o estado de la materia; no es fácil de saber lo que esta luz era, probablemente, esta luz primigenia era probablemente eléctrica, derivada de la condensación y la fricción de los elementos, ya que comenzaron a ordenarse en el Universo, pero seguramente era diferente de la luz del sol que conocemos hoy. En el primer día, podríamos decir que la electricidad y el magnetismo se generaron, como algo colateral.

Elohim ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas; aquí, Dios era el proveedor de la luz como el símbolo de la presencia divina, una revelación en el Nuevo Testamento, la podemos encontrar en lo que dijo el apóstol Pablo en 2 Corintios 4:6:

«Pues Dios, quien dijo: “Que haya luz en la oscuridad”, hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo.» – 2 Corintios 4:6 (NTV).

Génesis nos enseña como en la vida de un nuevo creyente en Jesucristo, lo primero que hace Dios es sacarnos fuera del caos, de la oscuridad de este mundo; y una nueva creación empieza a surgir gracias al trabajo de Su gracia en nuestros corazones. La luz es lo primero producido internamente por el Espíritu Santo al aceptar el trabajo de salvación de Yeshua en la cruz.

«Y hubo luz»

Literalmente, «y la luz llegó a existir.» Al parecer, la concepción primitiva de los Hebreos era que la luz y la oscuridad eran cosas separadas, diferentes de nuestra visión moderna a través del descubrimiento científico a través de los años.

Algo que no hay que olvidar es que los creyentes en Jesucristo vamos a gozar de esta luz que Dios creó en el primer día, o al menos algo similar cuando estemos con Él en la Eternidad, ya que será la fuente de luz (Apocalipsis 21:23).

«La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna, porque la gloria de Dios ilumina la ciudad, y el Cordero es su luz.» – Apocalipsis 21:23 (NTV)

La Luz es un símbolo en la Biblia que se refiere a la verdad, al conocimiento; y desde el punto de vista moral se refiere a lo sagrado. La oscuridad por otro lado, se refiere a la ignorancia (de las cosas de Dios) y a un comportamiento moralmente malo, sufrimiento, maldad y vida en pecado.

Por eso en La Sagrada Palabra escogimos el versículo del Salmo 119 en donde se muestra como la luz que nos da Dios guía nuestro camino:

Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino. – Salmos 119:105 (NTV).

Acerca de la enseñanza para la vida diaria en Proverbios:

«Pues su mandato es una lámpara y su instrucción es una luz; su disciplina correctiva es el camino que lleva a la vida.» – Proverbios 6:23 (NTV)

Por otro lado, vean como el apóstol Pablo nos habla de la oscuridad en 2 Corintios 4:3-4; incluso mencionando como Satanás es el principal bloqueo de la luz de Dios en este mundo:

«Si la Buena Noticia que predicamos está escondida detrás de un velo, solo está oculta de la gente que se pierde. Satanás, quien es el dios de este mundo, ha cegado la mente de los que no creen. Son incapaces de ver la gloriosa luz de la Buena Noticia. No entienden este mensaje acerca de la gloria de Cristo, quien es la imagen exacta de Dios.» – 2 Corintios 4:3-4 (NTV).

Por último podemos comparar a Dios como la luz misma que nos da la salvación:

«El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién podría yo temer? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿quién podría infundirme miedo?» – Salmos 27:1 (RVC)

Los invito a que seamos la luz en este mundo, que Dios puso en nuestros corazones, y si lo tenemos a Él, ¿a quién podríamos temer? Imitemos a Jesucristo y hagamos lo que Él nos pide:

«Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse…De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial.»– Mateo 5:14, 16 (NTV)


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