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Génesis 2:21-25 — YAHVEH Elohim hizo a la mujer

v.21 — “Entonces el Señor Dios hizo que el hombre cayera en un profundo sueño. Mientras el hombre dormía, el Señor Dios le sacó una de sus costillas y cerró la abertura.”

La obra creadora de Dios no estuvo completa hasta que creó a la mujer. Este pasaje nos da más detalles sobre la creación de la humanidad de lo que vimos en Génesis 1:27. Ahora aprendemos que son dos actos de creación en distintos tiempos. Primero, el hombre fue creado como el representante de la raza humana, y a después de él, Dios crea a la mujer. También veremos que el matrimonio fue parte del plan divino de Dios, y es algo que nos diferencia de los otros seres vivientes. La humanidad es única. El relato de la creación de la mujer para el hombre es uno de los más bellos en la Biblia.

Como vimos en este sexto día, Adán estaba lleno de actividades, ya se había reunido con su superior, su Creador; y con los seres inferiores, los animales; y estaba ahora al encuentro de alguien que estuviera a su mismo nivel: la mujer.

“Entonces el SEÑOR Dios hizo que el hombre cayera en un profundo sueño”

Esto no fue un sueño común y natural en el que Adán cayó, ocasionado por cansancio, pero era sueño profundo sobrenatural causado por el Señor (YAHVEH en hebreo), por su poder y providencia, para que no sintiera ningún dolor por la operación que se hizo en él. La palabra hebrea utilizada es תַּרְדֵּמָה – tardemah, “sueño profundo”, trance. Es utilizada solamente 7 veces en el Antiguo Testamento para hacer referencia a la intervención divina para crear un misterioso sueño profundo; por ejemplo, cuando David fue al campamento de Saúl y mientras todos dormían profundamente, nadie se despertó aun y cuando David llegó hasta donde el rey dormía.

Y tomando de la cabecera de Saúl la lanza y la vasija con agua, salieron del campamento. Nadie se dio cuenta de nada, pues el Señor había hecho que todos cayeran en un sueño profundo.” — 1 Samuel 26:12 (RVC)

“El Señor Dios le sacó una de sus costillas y cerró la abertura”

Creacion-de-EvaLa Biblia no explica a detalle sobre la costilla, por lo que se han creado diferentes teorías desde que Adán fue creado con trece costillas (lo que no hace mucho sentido, ya que causaría que su descendencia tuviera 13 costillas, pero sabemos que eso no ocurre), otra teoría es que le quito dos costillas, una de cada lado lo que representa la pluralidad; que Dios regenero la costilla que tomó de él, o que sólo se endureció la piel y músculos en esa parte de su cuerpo para compensar la costilla faltante. Pero lo que haya sido, Dios debió haber regenerado al cuerpo de Adán a la perfección porque al final del sexto día Él dijo:

“Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno! Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el sexto día.” — Génesis 1:31 (NTV)

Ahora veamos que la palabra hebrea utilizada tiene varios significados צֵלָע – tsela, lado, costado, viga, rayo, costilla. La «costilla» se menciona, presumiblemente porque son relativamente numerosas, y se pensó que uno podía prescindir de una costilla sin una pérdida estructural en el cuerpo. Posiblemente esto signifique que Dios tomó una buena porción de carne y hueso del costado de Adán, no solo la costilla. Esto también implicaría el primer acto de la curación en la Escritura.

El vacío emocional que sentía Adán, su carácter incompleto, recibió una exquisita compensación, la cual, era mucho más grande que la pérdida de su costado. Y el mismo Creador la llevó de la mano a su marido como un solemne regalo divino, él le da alegremente la bienvenida a su novia. El relato describe la intimidad entre el hombre y la mujer quienes son iguales ante Dios. Ella no es sólo una extensión del hombre; ella posee una individualidad única, no hay ninguna indicación de que ella fuera inferior.

“Porque el hombre no procede de la mujer, sino que la mujer procede del hombre. Y tampoco fue creado el hombre por causa de la mujer, sino que la mujer fue creada por causa del hombre” — 1 Corintios 11:8-9 (RVC)

Adan-y-Eva1La mujer fue creada de un lado del hombre, y no de una parte superior como la cabeza para dominar, gobernar, o usurpar; o de una parte inferior de su cuerpo como sus pies para ser pisoteada, tratada como esclava, o sirviente. Más bien, el costado simboliza la cercanía y la intimidad de la relación en la pareja. La mujer, formada a partir del costado del hombre cerca de su corazón, es la «ayuda idónea para él.» Dado que es de su propia carne y hueso, Adán vigilará y protegerá a la mujer, tratándola con amabilidad; respeto y afecto. Es decir, ellos se tendrán un amor mutuo.

“Así también los esposos deben amar a sus esposas como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo.” — Efesios 5:28 (RVC)

La subordinación de la mujer hacia el hombre, se verá en Génesis 3 como parte de la maldición.

“Luego le dijo a la mujer: «Haré más agudo el dolor de tu embarazo, y con dolor darás a luz. Y desearás controlar a tu marido, pero él gobernará sobre ti».” — Génesis 3:16 (NTV)

“Pero quiero que sepan que Cristo es la cabeza de todo hombre, y que el hombre es la cabeza de la mujer, y que Dios es la cabeza de Cristo.” — 1 Corintios 11:3 (RVC)

v.22 — “Entonces el Señor Dios hizo de la costilla a una mujer, y la presentó al hombre.”

Dios podría haber formado la mujer del polvo de la tierra, de la misma forma que había formado al hombre; pero si lo hubiera hecho así, ella habría aparecido ante sus ojos como un ser distinto, con el que no habría tenido ninguna relación natural. Pero como YAHVEH la formó a partir de una parte del hombre mismo, Adán vio que era de la misma naturaleza, la misma carne y la sangre, y de la misma constitución en todos los aspectos, y por lo tanto con los mismos poderes, facultades y derechos. Esto a la vez aseguraba su afecto, e incrementaba su estima hacia ella.

“Nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, como lo hace Cristo con la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.” — Efesios 5:29-30 (RVC)

Eva-es-presentadaFinalmente, ella es llevada con honor especial para el hombre como la última y más perfecta obra de la creación. YAHVEH la lleva a Adán como el padre que lleva a la novia al altar y la presenta al futuro esposo. El hombre de esta manera desarrollará su sentido de obligación moral respetando lo que Dios ordena y los derechos de otra persona. Adicionalmente, la mujer ha sido puesta a su cuidado. Ya que el hombre fue creado primero, Dios espera que él sea el líder y que la mujer lo siga.

v.23 — “«¡Al fin! —exclamó el hombre—. ¡Esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Ella será llamada “mujer” porque fue tomada del hombre».”

 “¡Al fin! —exclamó el hombre—“

Adam había estudiado el mundo natural, nombró a los animales, pero no encontró nada que respondiera a sus necesidades. Imagínense después de esa soledad que sintió, al ser el único ser humano en la faz de la tierra, y al ver que Dios le traía a la “miss universo” más bella, de quien las mujeres más bellas de hoy heredaron sus rasgos. La emoción produjo una exclamación de alegría y asombro expresada en el lenguaje rítmico de una poesía por tal revelación.

“El hombre que halla esposa encuentra un tesoro, y recibe el favor del Señor.” — Proverbios 18:22 (NTV)

“¡Esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne!”

¿Pero cómo lo supo? Puede ser que estuviera dormido y despertó ya que su cuerpo había sido regenerado y pudo ser testigo de la creación de la mujer a partir de parte de su cuerpo. O simplemente fue una revelación de Yahveh para que lo creyera por fe en Él. Para Adán, Dios le proporcionó el cumplimiento de su esperanza y una esposa de su propio cuerpo, de la misma naturaleza de él.

“Pues, aunque la primera mujer provino de un hombre, todos los demás hombres nacieron de una mujer, y todo proviene de Dios.” — 1 Corintios 11:12 (NTV)

Hoy en día, la investigación genética ha mostrado que los hombres poseen cromosomas X e Y, y que es el padre quien determina el sexo de los hijos. Por otro lado, las mujeres sólo poseen cromosomas X. Así que, genéticamente hablando, en teoría se puede crear una mujer a partir de los cromosomas de un hombre. Pero no es posible extraer código genético de una mujer para crear a un hombre. La ciencia corrobora una vez más la historia de la creación como está en la Biblia.

“Ella será llamada “mujer” porque fue tomada del hombre”

Adan-muestra-paraisoAdán pone nombre a este nuevo ser, producto del poder creador de YAHVEH, como lo había hecho al llamar a los animales, pero en este caso es especial, porque utiliza un juego de palabras que se denota cuando vemos como se utiliza el hebreo en este pasaje. La palabra en hebreo para hombre, אִישׁ – ‘iysh, se refiere a un individuo masculino, a diferencia de אָדָם – ‘adam, que es utilizada para denotar a la raza humana. ‘iysh también tiene otro significado, esposo. Cuando Adán le pone nombre a la mujer usa la palabra אִשָּׁה – ‘ishshah, «mujer» pero que también significa esposa. Aquí muestra cómo es su contraparte, en hebreo “ish” e “isha” son similares; en español no es tan aparente con hombre y mujer; pero si lo es con esposo y esposa; la mujer es “su media naranja” como decimos. Adán después le cambiará el nombre a la mujer al final del siguiente capítulo, en Génesis 3.

v.24 — “Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo.”

“Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre”

Estas son, evidentemente, las palabras del narrador. En este punto, Adán no sabía nada acerca de los hombres jóvenes que salen de la casa de su padre por el amor de la esposa. El narrador, en este caso es YAHVEH mismo, nos dice que el gran y principal objeto de esta parte de la narrativa es establecer el matrimonio como una ordenanza divina.

Jesús les contestó: —¿No han leído ustedes en la Escritura que El que los creó en el principio, “hombre y mujer los creó”? Y [YAHVEH] dijo: “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona.” Así que ya no son dos, sino uno solo. De modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido.” — Mateo 19:4-6 (DHH)

Lo sagrado de esta segunda institución del matrimonio (la primera fue el Sabbat) muestra lo pecaminoso que son los divorcios, el adulterio, la poligamia, y la depravación sexual que hay hoy en nuestros días, y la sociedad, adicionalmente busca justificarlo, hacerlo fácil de llevar a cabo y legítimo; como parte de la cultura moderna.

“¿Acaso no saben que el que se une con una prostituta se hace un solo cuerpo con ella? La Escritura dice: «Los dos serán un solo ser».” — 1 Corintios 06:16 (RVC)

“se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo”

NoviosTenemos aquí la institución del matrimonio, cuando el Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo. Por esta razón, no sólo Dios hizo la mujer para el hombre, sino que Dios hizo a la mujer a partir del hombre, para dar a entender que la unión más estrecha y afectuosa es la base del matrimonio. En el cual, el hombre debe siempre considerar y tratar a la mujer como una parte de sí mismo: ya que nadie aborrece su propia carne, sino que la sustenta y la apoya.

“Por eso les repito: cada hombre debe amar a su esposa como se ama a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido.” — Efesios 5:33 (NTV)

Cada etapa en esta descripción está destinada a ennoblecer al matrimonio, cuya meta es convertir a la pareja en una unidad. Dios equipó al hombre y a la mujer para realizar diferentes tareas que convergen en una sola función: “Honrar y dar gloria a Dios”. A lo largo de las Escrituras, Dios trata muy seriamente esta unión especial como una monogamia permanente (una sola carne), que Él diseñó, estableciendo la ley de Dios para el matrimonio. No fue creado por conveniencia o por alguna cultura.

“Y los dos serán un solo ser, así que ya no son dos, sino uno solo.” — Marcos 10:8 (RVC)

Las 3 etapas que se mencionan aquí son: 1) el hombre deja a sus padres; 2) el hombre y la mujer se unen públicamente; 3) ambos llegan a ser uno solo en la intimidad. Esta unidad inseparable de comunión de amor y vida entre el hombre y la mujer permite que la pareja pueda reproducirse, siendo ésta la ayuda principal que Dios le da a Adán para que se multiplique.

¿No te hizo uno el Señor con tu esposa? En cuerpo y espíritu ustedes son de Él. ¿Y qué es lo que Él quiere? De esa unión quiere hijos que vivan para Dios. Por eso, guarda tu corazón y permanece fiel a la esposa de tu juventud.” — Malaquías 2:15 (NTV)

“Tu esposa será como una vid fructífera, floreciente en el hogar. Tus hijos serán como vigorosos retoños de olivo alrededor de tu mesa.” — Salmos 128:3 (NTV)

La relación de esposo y esposa es usada como una metáfora de la relación de Dios con la humanidad para expresar el amor que nuestro Señor tiene por nosotros. Primero con Israel a quien le llama su esposa.

“Al llegar ese día —dice el Señor—, me llamarás “esposo mío” en vez de “mi señor”” — Oseas 2:16 (NTV)

Esta unión en matrimonio representa también la unión de Cristo, el segundo Adán, y Su iglesia, a la que se le llama “la novia del Cordero”.

“¡Regocijémonos y alegrémonos y démosle gloria! ¡Ha llegado el momento de las bodas del Cordero! Ya su esposa se ha preparado.” — Apocalipsis 19:7 (RVC)

En la ilustración que la iglesia surgió de Jesucristo (de su costado); y es de la misma naturaleza con Él (carne y sangre), y fue presentada a Cristo por el Padre (el día de nuestra conversión, justificación); y Él recibió la novia (la iglesia, la humanidad redimida) como Su cónyuge. El apóstol Pablo lo explica como un misterio:

“Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser. Eso es un gran misterio, pero ilustra la manera en que Cristo y la iglesia son uno.” — Efesios 5:31-32 (NTV)

El objetivo principal de la novia de Cristo, la iglesia, es la de reinar con Él, sentados en el trono del universo.

“Al que salga vencedor, le concederé el derecho de sentarse a mi lado en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado al lado de mi Padre en su trono.” — Apocalipsis 3:21 (RVC)

v.25 — “Ahora bien, el hombre y su esposa estaban desnudos, pero no sentían vergüenza.”

Adan-muestra-EdenSus cuerpos en la creación fueron santificados por el Espíritu, que les dio vida. Y aun cuando la Biblia no lo menciona, se cree que ellos estaban vestidos con algún tipo de luz, producido por la gloria de Dios, o Shekinah (Ver el artículo Los Principios Básicos Para El Crecimiento Espiritual).

La vergüenza entró por primera vez con el pecado, que destruyó la relación normal del Espíritu y el cuerpo humano. Produciendo nuestra separación de Dios

“En ese instante se les abrieron los ojos a los dos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entonces tejieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas.” — Génesis 3:7 (RVC)

Tendencias y deseos, empezaron a contender en el alma, alejándola de la sagrada ordenanza de Dios. Teniendo como resultado impulsos carnales y deseos de lujuria (Levítico 18:1-23).

“No descubrirás la desnudez de tu padre ni la desnudez de tu madre. Se trata de tu madre, así que no descubrirás su desnudez.” — Levítico 18:7 (RVC)

Antes de la caída del pecado original, la desnudez refleja la inocencia y la confianza. Después de la caída, denota la vulnerabilidad, la vergüenza, la explotación, y la humillación.

“Tu desnudez quedará al descubierto; tu deshonra quedará a la vista de todos. Yo voy a tomar venganza, y nadie saldrá bien librado.»” — Isaías 47:3 (RVC)

Para concluir este estudio y el segundo capítulo del Génesis, me gustaría enfatizar las primeras dos instituciones consagradas por Dios que han provenido desde los días de la inocencia en la creación, – el matrimonio y el Sabbat (Día de reposo, Génesis 2:1-3). El matrimonio indica la comunión de la forma más pura y más perfecta entre iguales de la misma clase. Y el Sabbat implica comunión más santa entre el Creador y los seres humanos. El Sabbat y el matrimonio combinados dan al alma de las personas el principio social en las dos grandes esferas de nuestras relaciones con nuestro Creador y entre la raza humana.

Por eso cuando se hable de “Esposos, amen a sus esposas” se está hablando de la creación de la humanidad.

Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.” — Efesios 5:25 (RVC)


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