Ahora veremos que nuestros esfuerzos deben de enfocarse en la búsqueda de la alegría espiritual. Ya que la felicidad no puede llenarnos. ¿Pero por qué no hay felicidad completa? La respuesta es, porque las personas no buscan su felicidad en Dios; tratan de satisfacer ese vacío, como lo vimos anteriormente, con las cosas que ofrece este mundo, pero eso no es suficiente. Dios planta en nuestros corazones esa sensación que tan sólo Él puede llenar.
«Él [Dios] sembró la eternidad en el corazón humano, pero aun así el ser humano no puede comprender todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin.» — Eclesiastés 3:11 (NTV)
¿Cómo encontrar la alegría?
Todos nuestros intentos por encontrar la alegría serán inútiles si no permanecemos en Jesús, ya vimos que no podemos ser felices por nuestros propios medios. Jesús es el único quien habitando en nosotros nos puede ofrecer una alegría completa, observe lo que Él nos dice en los siguientes versículos:
[Dice Jesús] «Yo Soy la vid verdadera, y Mi Padre es el que la cultiva… Yo Soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece unido a Mí, y Yo unido a él, da mucho fruto; pues sin Mí no pueden ustedes hacer nada… Si ustedes permanecen unidos a Mí, y si permanecen fieles a Mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará… Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a Mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo. Si obedecen Mis mandamientos, permanecerán en Mi amor… Les hablo así para que se alegren conmigo y su alegría sea completa. Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como Yo los he amado a ustedes.» — Juan 15: 1-12 (DHH)
Cuando usted recibe a Jesús en su vida como su Señor y Salvador, usted se convierte en una nueva creación, y a partir de ese momento el Espíritu Santo habitará en usted. Y este milagroso regalo le permitirá vivir una vida santa siguiendo la senda de Dios. Por lo que usted debe de “caminar en el Espíritu” “Permanecer unido a Jesús”, en lugar de satisfacer los deseos de la carne.
“Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.” — Gálatas 5:16 (NTV)
Jesús habita en nosotros porque nos envió a Su Espíritu, por lo que la alegría es un deber como cristiano, es un mandamiento personal, presente y permanente para los todos los creyentes. El Señor nos muestra que no debemos estar dominados por nuestras emociones, al estar contentos o tristes, por lo que la alegría es una obligación. Por eso lo repite “¡alégrense!”, el no estar alegres es un pecado de omisión.
“Estén siempre llenos de alegría en el Señor. Lo repito, ¡alégrense!” — Filipenses 4:4 (NTV)
Así es como funciona: La facultad de “alegrarse en el Señor” es un acto que no depende de sus emociones. Ya que las emociones son un resultado de los pensamientos. Y cualquier pensamiento malo que venga a nuestra mente puede ser eliminado fácilmente si se lo pedimos a Dios, a través del Espíritu Santo. Con ello, nuestras emociones mejorarán y de nuevo estaremos alegres. Pero el mundo siempre busca complicar las cosas y engañar, incluso a los cristianos, cuando no entienden este simple proceso. Lo mismo aplica para la tristeza, la ansiedad, el estrés, las preocupaciones por el futuro, lo que el apóstol Pablo llamó pensamientos rebeldes; y esto les dará alivio en su corazón.
“Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque Él cuida de ustedes.” — 1 Pedro 5:7 (NTV)
“Destruimos todo obstáculo de arrogancia que impide que la gente conozca a Dios. Capturamos los pensamientos rebeldes y enseñamos a las personas a obedecer a Cristo.” — 2 Corintios 10:5 (NTV)
Esto explica porque Pablo y Silas no estaban controlados por sus emociones, al contrario, estaban “alegres en el Señor” aun después de haber sido torturados y encarcelados. ¿Usted estaría feliz en su situación?
“Enseguida se formó una turba contra Pablo y Silas, y los funcionarios de la ciudad ordenaron que les quitaran la ropa y los golpearan con varas de madera. Los golpearon severamente y después los metieron en la cárcel… Alrededor de la medianoche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los demás prisioneros escuchaban.” — Hechos 16:22-23, 25 (NTV)
Los beneficios de caminar en el Espíritu, cuando nos sometemos a seguir Su voluntad, nos permiten mostrar los “Frutos del Espíritu”, entre los que se encuentran la alegría. La «Alegría en el Espíritu Santo «es el producto del «Consolador» habitando en nuestros corazones y cuerpos, revelándonos no sólo a Cristo, sino también el reino de Dios.
“Pues el reino de Dios no se trata de lo que comemos o bebemos, sino de llevar una vida de bondad, paz y alegría en el Espíritu Santo.” — Romanos 14:17 (NTV)
Entre mayor sea nuestro conocimiento y amor de las verdades que nos revela el Espíritu acerca de Jesús, mayor es la alegría en nuestros corazones.
“Señor, Dios de los ejércitos, cuando hallé Tus palabras, literalmente las devoré; Tus palabras son el gozo y la alegría de mi corazón, porque Tu nombre ha sido invocado sobre mí.” — Jeremías 15:16 (RVC)
Lo importante es que Dios esté en el centro de nuestras vidas, y al poner nuestra fe en Jesucristo, Él no solo nos da la vida eterna, y una alegría inmensa al saber que nada nos faltará.
«Jesús les respondió: —Yo Soy el pan de vida. El que viene a Mí nunca volverá a tener hambre; el que cree en Mí no tendrá sed jamás.» — Juan 6:35 (NTV)
La alegría espiritual nos permite permanecer positivos y enfocados en la voluntad de Dios, aun cuando tengamos problemas, o cuando todo a nuestro alrededor sea caótico. Santiago nos dice que cuando tengamos problemas es cuando debemos estar más alegres como veremos en la siguiente sección.
“Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho.” — Santiago 1:2 (NTV)
¿Qué hacer cuando somos puestos a prueba o tenemos problemas?
Los incrédulos pueden parecer estar felices durante un tiempo, sin embargo, están sujetos a lo que sucede a su alrededor, son prisioneros de sus circunstancias, si las circunstancias favorables cambian, ellos dejarán de estar felices porque su felicidad estriba en cosas externas, lo cual es superficial, es una alegría artificial. La felicidad se evapora en una crisis. La alegría comúnmente se intensifica en las crisis y continua a través de las dificultades de la vida.
“Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.” — 1 Tesalonicenses 5:16-18 (NTV)
Recordemos que en este mundo hay problemas, Jesús no nos prometió que estaríamos libres de dificultades. Cuando éstas se presenten, las debemos de ver como pruebas que nos ayudarán en el proceso de nuestra santificación.
[Dice Jesús] «Les he dicho todo lo anterior para que en Mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque Yo he vencido al mundo.» — Juan 16:33 (NTV)
Dios nos manda pruebas para que crezcamos espiritualmente. Si nunca fuéramos probados, no creceríamos y seriamos como infantes en la batalla espiritual a merced de Satanás, y alguien inmaduro no puede ser victorioso en esta guerra espiritual. Por eso cuando Dios le mande una prueba, rece para que nuestro Señor le dé sabiduría para pasarla (no que le quite la prueba); de lo contrario, Dios le seguirá mandando una prueba tras otra hasta que las pase y crezca espiritualmente.
[Dice el apóstol Pedro] «Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo.» — 1 Pedro 1:6-7 (NTV)
Siempre que tengamos en mente que todo lo que nos ocurre está en control del Señor, que Él nunca nos probará más allá de lo que nosotros podamos soportar, y que todo lo hace por nuestro bien, no hay razón de no estar alegres siempre.
«Yo formo la luz y creo las tinieblas, Yo envío los buenos tiempos y los malos; Yo, el Señor, Soy el que hace estas cosas.» — Isaías 45:7 (NTV)
Jesús nos dio el modelo supremo de alegría en medio del dolor que sufrió al recibir todos los pecados del mundo durante la crucifixión por Su amor hacia toda la humanidad. El voluntariamente soportó la cruz antes de regresar con el Padre.
“Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios.” — Hebreos 12:2 (NTV)
En la Biblia podemos leer acerca de las muchas dificultades que han enfrentado los creyentes, como Job:
«Entonces todos sus hermanos, hermanas y anteriores amigos vinieron y festejaron con él en su casa. Lo consolaron y lo alentaron por todas las pruebas que el Señor había enviado en su contra; y cada uno de ellos le regaló dinero y un anillo de oro.» — Job 42:11 (NTV)
Los apóstoles después de recibir al Espíritu Santo nos muestran su alegría aún y cuando ellos fueron perseguidos y recibieron latigazos después de que los líderes religiosos les prohibieron hablar acerca de Jesús.
“Los apóstoles salieron del Concilio Supremo con alegría, porque Dios los había considerado dignos de sufrir deshonra por el nombre de Jesús.” — Hechos 5:41 (NTV)
Las pruebas nos purifican y nos dan resistencia:
«Mediante estas pruebas, muchos serán purificados, limpiados y refinados. Sin embargo, los perversos seguirán en su perversidad y ninguno de ellos entenderá. Solo los sabios comprenderán lo que significa.» — Daniel 12:10 (NTV)
[Dice el apóstol Pablo] «También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia.» — Romanos 5:3 (NTV)
El apóstol Pablo recibió una «espina en la carne» impidiendo de esta forma que cayera en pecado.
«… Así que, para impedir que me volviera orgulloso, se me dio una espina en mi carne, un mensajero de Satanás para atormentarme e impedir que me volviera orgulloso. En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. Cada vez Él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; Mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte.» — 2 Corintios 12:7b-10 (NTV)
En el siguiente artículo le presentaremos la conclusión de este tema acerca de la búsqueda de la completa felicidad, o alegría.
¡Que Dios los bendiga!
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