En el artículo anterior vimos que nuestra alegría eterna la encontramos solamente en Dios, Él es el único quien puede llenar el vacío de nuestros corazones. También vimos que incluso al enfrentarnos a pruebas y dificultades en nuestras vidas debemos estar agradecidos y alegres en todo momento.
Al llevar una vida cristiana, es importante no sólo que soportemos las cargas de la vida, sino que aprendamos de las pruebas, aprender de nuestros errores para no volverlos a cometer. Por lo que tenemos que reflexionar haciéndonos estas 4 preguntas cada vez que enfrentemos situaciones difíciles:
1. ¿Señor, qué es lo que quieres enseñarme con esta experiencia? Esta pregunta nos recuerda que Dios está en control, Él es soberano y todas las cosas son para nuestro beneficio, incluso los problemas. Dios tiene un plan para usted. En Romanos 8:28, “todas las cosas” incluye a los problemas también.
“Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales Él ha llamado de acuerdo con Su propósito.” — Romanos 8:28 (DHH)
2. ¿Señor cómo puedo complacerte en esta experiencia? ¿Cuál es mi responsabilidad? ¿Hay algo que deba cambiar? Nuestra responsabilidad es buscar la voluntad de Dios en todo momento.
«Busca Su voluntad en todo lo que hagas, y Él te mostrará cuál camino tomar.» — Proverbios 3:6 (NTV)
3. ¿Cómo cambiaría mi actitud si supiera que voy a estar en Tu presencia en los próximos 5 minutos? Necesitamos poner la situación en perspectiva.
4. ¡Señor, he decidido aceptar esto! Si no lo hace, va a perder la oportunidad de la enseñanza para usted en la situación que Dios le mandó. Si supera el dolor y decide obedecer al Señor, de gracias a Dios porque lo está ayudando a ser un mejor cristiano, como nos explica Santiago el hermano de Jesús.
“Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada.” — Santiago 1:2-4 (NTV)
La alegría perfecta de Cristo no será perfecta antes de Su regreso, porque nuestra carne sigue luchando. Sin embargo, mientras sigamos nutriéndonos y saturándonos de Su Palabra por medio de Su Espíritu, el fruto espiritual de la alegría se convertirá en una parte de nuestras vidas. Y las tentaciones serán vencidas, la tristeza será soportable, nuestros corazones se regocijarán en el Señor.
“Allí iré al altar de Dios, a Dios mismo, la fuente de toda mi alegría. Te alabaré con mi arpa, ¡oh Dios, mi Dios!” — Salmos 43:4 (NTV)
Si su fe es débil, su alegría no puede ser fuerte. Si su alegría no es consistente, es posible, que usted no está obedeciendo a Cristo, o que su fe esté siendo afectada por incredulidad que obstruye el flujo de bendiciones y paz para nuestra alma, también puede ser que no pase el tiempo suficiente con Él en oración. Donde hay desesperación no hay obediencia. Si no hay alegría, no puede haber adoración. Y si no estamos saturados de Jesús no podemos renovar o refrescar nuestra alegría, y cuando nos enfrentemos a situaciones difíciles, seremos afectados tan fácilmente como los incrédulos. Por ejemplo:
Situación difícil – La pérdida de un ser querido — Esta es una circunstancia dolorosa, y de terrible sensación de tristeza cuando perdemos a un ser querido. Pero como cristianos tenemos que sobreponernos a nuestras emociones. Jesús murió por nosotros y resucitó para que nosotros no temiéramos a la muerte nunca más al tener una esperanza firme y segura en nuestra vida eterna y al estar libres de cualquier condenación. Ahora la muerte es solo una sombra y una sombra puede asustarte, pero una sombra no puede hacerte daño.
«Oh muerte, ¿dónde está tu victoria? Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón?» — 1 Corintios 15:55 (NTV)
La muerte es una realidad inevitable en nuestra condición humana, vivimos en esta vida los días que Dios nos concede. Nuestras vidas son como el rocío de la mañana, que está aquí por un momento y luego se desaparece. ¿Para qué preocuparnos de la muerte?
[Dice Jesús] «¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida?» — Mateo 6:27 (NTV)
El rey David en el Salmo 23 nos dice que no debemos tener miedo, llamando a la muerte «el valle más oscuro». Jesús caminó este valle por Él mismo, solo. Pero nosotros no tendremos que caminar solos por el valle de la muerte, ya que nuestro Pastor estará con nosotros.
“Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque Tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan.” — Salmos 23:4 (NTV)
Así que la muerte no es el final.
“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” — Filipenses 1:21 (RVC)
[Dice Jesús] «No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Más bien, teman a Aquel que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.» — Mateo 10:28 (RVC)
Nuestra naturaleza carnal está sujeta al dolor de la pérdida de un ser querido. Inclusive Jesús lloró en la tumba de Lázaro. Pero el apóstol Pablo nos exhorta a tener alegría siempre.
“Hay dolor en nuestro corazón, pero siempre tenemos alegría. Somos pobres, pero damos riquezas espirituales a otros. No poseemos nada, y sin embargo, lo tenemos todo.” — 2 Corintios 6:10 (NTV)
Inclusive en Su muerte, Jesucristo les dijo a sus apóstoles que ellos iban a estar tristes por Su muerte, pero su dolor después se convertiría en una alegría
“Les digo la verdad, ustedes llorarán y se lamentarán por lo que va a sucederme, pero el mundo se alegrará. Ustedes se lamentarán, pero su dolor se convertirá de pronto en una alegría maravillosa.” — Juan 16:20 (NTV)
Situación difícil – Perder su libertad — Hay personas que por diferentes circunstancias están en prisión, y piensan que si pudieran obtener su libertad serían felices. Observe el siguiente párrafo que escribió el apóstol Pablo:
“Estén siempre llenos de alegría en el Señor. Lo repito, ¡alégrense! Que todo el mundo vea que son considerados en todo lo que hacen. Recuerden que el Señor vuelve pronto. No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que Él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.” — Filipenses 4:4-7 (NTV)
Pablo escribió su carta a los Filipenses cuando él estaba en prisión. Observe que él no estaba deprimido, ni quejándose.
«No que haya pasado necesidad alguna vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.» — Filipenses 4:11-14 (NTV)
Si puede, le recomendamos que lea el testimonio de Corrie Ten Boom en su libro «El Refugio Secreto» (The Hiding Place en inglés), ella junto con su familia cristiana fueron llevados a prisión porque ayudaron a judíos a escapar de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Corrie fue llevada junto con su hermana Betsie a un campo de concentración en donde su hermana murió, junto con el resto de su familia. Corrie fue la única sobreviviente, y fue liberada por un «error». Muchas personas se han acercado a Jesucristo después de haber escuchado el testimonio de Corrie, ella fue a llevar palabras de aliento a personas que estaban en prisión y dio pláticas alrededor del mundo.
¿Usted tiene libertad? De gracias a Dios por esa bendición.
Como reforzar nuestra alegría espiritual
Dios ha puesto todo para que nosotros disfrutemos del acceso a Su flujo inagotable de alegría sin importar lo que la vida ponga ante nosotros. Nuestra parte es cultivar la alegría del Espíritu en nuestro diario caminar con Dios. A continuación se listan diferentes formas de reforzar nuestra alegría espiritual.
- Alabar a Dios por salvar nuestras Almas: Al apreciar lo que Cristo ha hecho por nosotros. Si lo primero que hacemos todas las mañanas es alabar a Jesús por lo que hizo en la cruz por nosotros, al salvarnos del infierno, y el saber que ahora vamos al cielo para estar con Él. Ese simple hecho, es un recordatorio que nos llena de alegría. El saber que vamos a un lugar de alegría eterna, en donde no va haber lágrimas, en lugar de ir al lugar que nos merecemos por nuestros pecados; es un regalo que debería desbordar nuestra alegría. A través del poder del Espíritu Santo, el acto de dar gracias transforma nuestros dolores en alabanza.
“Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en Él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible. La recompensa por confiar en Él será la salvación de sus almas.” — 1 Pedro 1:8-9 (NTV)
“Que los justos canten de alegría al Señor; les corresponde a los puros alabarle.” — Salmos 33:1 (NTV)
- Caminar en el Espíritu: Es mantenerse cerca de Dios. Cuando cometa un pecado, confiéselo rápidamente para restablecer la dependencia hacia Jesús. Así cuando se presente cualquier dificultad que venga, usted estará en el Espíritu y listo para responder con alegría.
“Digo, pues: Vivan según el Espíritu, y no satisfagan los deseos de la carne.” — Gálatas 5:16 (RVC)
- Dar Gracias por todo: Sin importar que le ocurra en su vida, sea bueno o malo, hágase a la costumbre de dar gracias a Dios por todo, por Su soberanía, Su propósito, Su plan perfecto y Su inmenso amor.
“Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.” — 1 Tesalonicenses 5:18 (NTV)
La Oración: Cuando oramos, la comunicación con Dios nos trae alegría. Deje de buscar excusas para no rezar. Sabiendo que Dios nos dio este privilegio para hablar con Él y de ser escuchado.
“Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y con la puerta cerrada ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” — Mateo 6:6 (RVC)
- Estudiar con Cristo: Como cristianos debemos estudiar las Escrituras. No permita que pretextos como: «Estudiar es aburrido», o «no entiendo la Biblia» lo distraigan de su propósito. Pero esta es otra forma de alegría cuando estudiamos, y el Espíritu Santo nos revela nueva información, y profundizamos en un tema; o aprendemos una nueva conexión o aplicación útil para nuestras vidas, no sé ustedes pero a mí me da mucha alegría. El salir con la excusa de que «no tengo tiempo para estudiar la Biblia», es síntoma de un desequilibrio en nuestra vida como cristianos. No trate a la Biblia como un «pastel» para ocasiones especiales, es nuestro pan de cada día.
«Jesús le dijo: —¡No! Las Escrituras dicen: “La gente no vive solo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios.» — Mateo 4:4 (NTV)
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Compartir la Palabra con incrédulos: Cuando compartimos el Evangelio con incrédulos, es muy importante que ellos vean nuestra alegría cuando hablamos con ellos, debemos poner el ejemplo. De lo contrario, no crearemos el interés en escuchar la Palabra de Dios. Cuando presenciamos que otra persona es salvada, es un motivo de enorme alegría para todos, hasta los ángeles del cielo se alegrarán. Es la alegría a la que se refería Jesús cuando habló de la parábola de la mujer que encontró la moneda perdida:
“O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No encenderá una lámpara y barrerá toda la casa y buscará con cuidado hasta que la encuentre? Y, cuando la encuentre, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “¡Alégrense conmigo porque encontré mi moneda perdida!”. De la misma manera, hay alegría en presencia de los ángeles de Dios cuando un solo pecador se arrepiente».” — Lucas 15:8-10 (NTV)
El enemigo sabe que si puede mantener a la gente lejos de Dios, ocupados haciendo otras actividades, él puede robarles la oportunidad de compartir las enseñanzas de Dios, y con ello se pierde la oportunidad de regocijarse por traer alguien nuevo a la familia de Dios, y esa recompensa.
“Restaura en mí la alegría de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte. Entonces enseñaré a los rebeldes tus caminos, y ellos se volverán a ti.” — Salmos 51:12-13 (NTV)
Servir a Cristo: Si Jesús fue capaz de ir a la cruz por nosotros. Cuando nosotros le servimos es una fuente de alegría. Si utilizamos nuestros talentos para servirlo, imagínense la alegría que tendremos cuando estemos con Él y nos diga: “Bien hecho, mi buen siervo fiel”.
“Después de mucho tiempo, el amo regresó de su viaje y los llamó para que rindieran cuentas de cómo habían usado su dinero. El siervo al cual le había confiado las cinco bolsas de plata se presentó con cinco más y dijo: “Amo, usted me dio cinco bolsas de plata para invertir, y he ganado cinco más”. El amo lo llenó de elogios. “Bien hecho, mi buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo!”.” — Mateo 25:19-21 (NTV)
Nosotros por amor debemos de servirlo, no para obtener nuestra salvación. Nuestra vida debe de estar enfocada a dar y a servir, y esto nos llenará alegría también. Este es el secreto de la verdadera felicidad, cuando nos enfocamos al servicio de los demás.
“Y he sido un ejemplo constante de cómo pueden ayudar con trabajo y esfuerzo a los que están en necesidad. Deben recordar las palabras del Señor Jesús: “Hay más bendición en dar que en recibir”.” — Hechos 20:35 (NTV)
[Jesús dijo:] “Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar Su vida en rescate por muchos.” — Mateo 20:28 (NTV)
Dar con alegría. No permitamos que la sociedad nos presione dar como una obligación, como el diezmo. Más bien, dé con alegría lo que nazca de su corazón.
“Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, «porque Dios ama a la persona que da con alegría».” — 2 Corintios 9:7 (NTV)
«Si ayudas al pobre, le prestas al Señor, ¡y Él te lo pagará!» — Proverbios 19:17 (NTV)
Como cristianos tenemos que buscar la alegría en cada circunstancia de nuestras vidas.
“Pero que canten y se alegren los que están a mi favor. Que digan siempre: «¡Grande es el Señor, pues se deleita en el bienestar de su siervo!»” — Salmos 35:27-28 (RVC)
De forma que ¡Sí existe la felicidad completa en Jesucristo! Se llama alegría. Acérquese a Él para que nuestro Señor lo pueda llenar de Su alegría, de Su amor y de Su paz. Porque solo cuando caminamos con Dios, en la luz, es cuando podemos estar alegres. Cuando nos alejamos de Él, nuestra comunión se enfría y oscurece, cuando buscamos satisfacer al mundo, y entrando en caminos prohibidos que perjudican a nuestra vida espiritual y nos roba la alegría.
“Restaura en mí la alegría de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte.” — Salmos 51:12 (NTV)
¡Que Dios los bendiga!
