descifrando arboles

Olivos – El Olivo Cultivado y el Don de Curación o Sanación (Parte 3)


En el artículo anterior vimos la relación simbólica entre los olivos, los cuernos y el aceite. También vimos quiénes son los “hijos del aceite”, y qué significa el Carmel. Ahora hablaremos del Olivo Cultivado al que se refiere Pablo en Romanos 11:17-24. También hablaremos de las curas milagrosas para los creyentes, mencionadas en Santiago 5:14. Responderemos a la pregunta: ¿Acaso estas sanaciones siguen vigentes al día de hoy? Además, le presentaremos algunos hallazgos del Dr. Kurt E. Koch en el reavivamiento de Indonesia, que nos ayudarán a entender mejor ciertos pasajes del Nuevo Testamento, entre ellos: ¿Por qué Pablo dejó de tener el don de curación?



La Casa de Israel es el Olivo Cultivado

En Romanos 11:17-24, Pablo llama a la Casa de Israel, el “olivo cultivado”, para revelarnos el plan de salvación para quienes están lejos de Dios. El apóstol llama “olivos silvestres” a quienes se arrepienten de sus malos caminos y ponen su fe en Cristo. Los creyentes vueltos a nacer, representan estas “ramas de olivo silvestre” que alcanzan la salvación, cuando son “injertadas” en el “olivo cultivado”. Cuando eran olivos silvestres, estaban pequeños y sus frutos eran inútiles. Ahora, al formar parte del “olivo cultivado”, han pasado de la oscuridad a la luz, han recibido misericordia (1 Pedro 2:9-10). Ahora forman parte del Reino de Dios, del Cuerpo de Cristo, de la Casa de Israel y reciben muchos cuidados para que den frutos.

[Pablo dice] “Si algunas de las ramas fueron cortadas, y tú, que eras un olivo silvestre, fuiste injertado en su lugar y has venido a participar de la raíz y de la rica savia del olivo” — Romanos 11:17 (RVC)

Vuelve, oh Israel, al SEÑOR tu Dios, pues has tropezado a causa de tu iniquidad. Tomen con ustedes palabras, y vuélvanse al SEÑOR. Díganle: «Quita toda iniquidad, y acéptanos bondadosamente, para que podamos presentar el fruto de nuestros labios… Brotarán sus renuevos, y será su esplendor como el del olivo, y su fragancia como la de los cedros del Líbano.” — Oseas 14:1-2, 6 (NBLA)

Naamán es curado de la lepra por el SEÑOR

¿Acaso el injertar “olivos silvestres” es algo que solo ocurre a partir del Nuevo Testamento? ¡Claro que no! Al Olivo Cultivado se le han injertado a través de la historia muchísimos creyentes, quienes pusieron su fe en el SEÑOR. Veamos algunos ejemplos: Cuando los israelitas salieron de la esclavitud en Egipto, venían acompañados de personas de otras naciones, formando una “multitud mixta” (Éxodo 12:37-38), que se integró como parte de las tribus de Israel, como Caleb, quien era un quenezeo, y fue adoptado dentro de la tribu de Judá como su príncipe (Números 32:12, 13:6); el rey babilonio Nabucodonosor también fue injertado, puede leer su testimonio de fe en Daniel 4:1-37, el SEÑOR lo llama Su sirviente (Jeremías 25:9, 27:6); Ruth, la nuera de Noemí, era una moabita, quien confesó “tu Dios será mi Dios” (Ruth 1:16, 22); Rahab era de Jericó (Josué 2:1); Naamán, quien fue curado de lepra al seguir las instrucciones del profeta Eliseo, era un capitán de Siria, y Cristo lo pone como ejemplo en Lucas 4:27 (2 Reyes 5:1-27).

[Jesús dice] “Pero en verdad les digo, que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses y cuando hubo gran hambre sobre toda la tierra; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta, en la tierra de Sidón.  Muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio».” — Lucas 4:25-27 (NBLA)

El profeta Isaías comparte la invitación, para cualquier persona extranjera que quiera unirse al SEÑOR, y pertenecer a Su pueblo, puede hacerlo (Isaías 56:6).

Y a los extranjeros que se unan al SEÑOR para servirle, y para amar el nombre del SEÑOR, para ser Sus siervos, a todos los que guardan el día de reposo sin profanarlo, y se mantienen firmes en Mi pacto, Yo los traeré a Mi santo monte, y los alegraré en Mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre Mi altar; porque Mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.” — Isaías 56:6-7 (NBLA)

Las Ramas del Olivo que son Cortadas por su Incredulidad

Cortando ramas inútiles e improductivas

Lamentablemente, muchos israelitas se rebelaron y rechazaron esta invitación del SEÑOR. Pablo menciona que en este olivo han habido ramas que no daban fruto, que resultaban inútiles, y por eso fueron cortadas. Esto representa a quien a pesar de haber recibido las enseñanzas de rectitud del SEÑOR, se rebela y se niega a adoptarlas como su estilo de vida. Su incredulidad lo lleva a transgredir la Palabra de Dios, prefiriendo vivir en pecado, que arrepentirse y regresar al Buen Camino. Cuando llegan al punto de exceder la paciencia del SEÑOR, estas ramas inútiles son cortadas y destruidas, como las ramas infructíferas de un olivo y sus nombres son borrados del Libro de la Vida (Éxodo 32:33; Salmos 69:28).

“El SEÑOR te había llamado «olivo frondoso, cargado de hermosos frutos. Pero en medio de fuertes truenos Él prendió fuego a tus hojas y arden tus ramas [fueron quebrantadas]. El SEÑOR todopoderoso, que te plantó, ha ordenado la calamidad contra ti por causa de las maldades que Israel y Judá han cometido, pues lo han ofendido ofreciendo incienso a Baal.” — Jeremías 11:16-17 (DHH)

“El SEÑOR respondió a Moisés: —¡Al que ha pecado contra Mí, a ese lo borraré de Mi libro!” — Éxodo 32:33 (RVA 2015)

Creyentes ante el SEÑOR celebrando Tabernáculos

De esta forma, las ramas originales del olivo cultivado y las ramas injertadas de olivo silvestre, representan a los verdaderos creyentes en el SEÑOR. Simbólicamente forman parte de un árbol de olivo: la Casa de Israel. Este es el olivo al que se refiere Pablo cuando dice que “todo Israel será salvo” (Romanos 11:26). Él no se está refiriendo al país en el Medio Oriente, ni a los judíos que rechazan a Jesucristo como el Mesías. Se está refiriendo a todos los creyentes, miembros del cuerpo de Cristo, Su iglesia, la Casa de Israel. Puede ver más detalles en nuestro estudio ¿Qué es la Casa de Israel?

“Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios; ¡en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre!” — Salmos 52:8 (RVR-1995)

“Porque si tú fuiste cortado de lo que por naturaleza es un olivo silvestre, y contra lo que es natural fuiste injertado en un olivo cultivado, ¿cuánto más estos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?… Así, todo Israel será salvo, tal como está escrito: «El Libertador vendrá de Sión; Apartará la impiedad de Jacob. Y este es Mi pacto con ellos, cuando Yo quite sus pecados».” — Romanos 11:24, 26-27 (NBLA)

El Aceite de Oliva para Sanar a los Enfermos

Aceite de Oliva Extra virgen, Olivo

Encontramos varios pasajes en las Escrituras que nos indican las propiedades curativas del aceite de oliva. En la Parábola del Buen Samaritano (Lucas 10:29-37), uno de los dos remedios de curación que utiliza el Samaritano, es derramar aceite de oliva sobre las heridas del hombre que había caído en desgracia. Esto es un símbolo de la verdadera curación que nos da Cristo al enviarnos al Espíritu Santo. Además, el Samaritano vertió vino sobre las heridas del enfermo. Este es otro símbolo de la sanación que nos da Jesucristo, por medio de Su Preciosa Sangre, derramada para el perdón de los pecados (Marcos 14:24; Lucas 22:20).

[Jesús dice] “Pero cierto samaritano, que iba de viaje, llegó adonde él estaba; y cuando lo vio, tuvo compasión. Acercándose, le vendó sus heridas, derramando aceite y vino sobre ellas; y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un mesón y lo cuidó.”— Lucas 10:33-34 (NBLA)

Bienaventurado el que piensa en el pobreEl SEÑOR lo sostendrá en su lecho de enfermo; en su enfermedad, restaurarás su salud. Yo dije: «Oh SEÑOR, ten piedad de mí; sana mi alma, porque contra Ti he pecado».” — Salmos 41:1, 3-4 (NBLA)

En Isaías 1:6, también se hace referencia al aceite de oliva, como un ungüento para el tratamiento de las heridas, causadas por la rebeldía del pueblo de Israel:

“Desde la planta del pie hasta la coronilla no les queda nada sano: todo en ellos es heridas, moretones, y llagas abiertas, que no les han sido curadas ni vendadas, ni aliviadas con aceite.” — Isaías 1:6 (NVI)

cucharada de aceite de oliva, muy saludable, olivo

Hace algunos meses, escuché a un pastor quien dijo que él comenzó a tomar 1 cucharada diaria de aceite de oliva, y que eso lo ayudó para curarse de su estómago, y que incluso se redujeron sus muy altos niveles de triglicéridos. Luego de escuchar eso, hice la prueba, y también empecé a tomar una cucharada de aceite de oliva al día, con muy buenos resultados. Ahora, cada vez que he tenido alguna molestia estomacal, me tomo una cucharada de aceite de oliva, y el malestar ha desaparecido, se lo recomiendo mucho. También nos ha funcionado para curar irritaciones en la piel y hasta dolores de garganta. Desconozco todas las propiedades curativas que tenga el aceite de oliva, pero es claro que el maligno, a través de las empresas farmacéuticas, ha escondido todos estos beneficios del aceite de oliva que menciona Jesucristo. Otra observación curiosa, es que, herví hojas de olivo secas para hacerme un té, y para mi sorpresa, la vasija quedó aceitosa. Al parecer, tanto los frutos del olivo, como sus hojas están llenas de este aceite.

“Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; más el hombre insensato todo lo disipa.” — Proverbios 21:20 (RVR-1960)

Curas Milagrosas en la Biblia

En Santiago 5:14, encontramos la indicación que, si hay algún creyente enfermo “entre ustedes”, dice que se reúnan los ancianos de la congregación para que hagan oración por él y lo unjan con aceite (de oliva) en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Esta es la forma bíblica de sanar a los enfermos. En este caso, el elemento más importante es la oración grupal de creyentes, con autoridad espiritual para interceder por el enfermo. Y es solo la voluntad del SEÑOR quien decidirá si el creyente recibe la curación o no. El aceite simboliza la curación que solo Dios puede brindar. Esta ha de haber sido la instrucción directa que les dio Cristo, y que luego los apóstoles obedecieron para sanar a los enfermos (Marcos 6:13). Se combina esta indicación con la de Mateo 18:19:

[Jesús dice] “Además les digo, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por Mi Padre que está en los cielos.” — Mateo 18:19 (NBLA)

“¿Está alguien entre ustedes enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia y que ellos oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe restaurará al enfermo, y el Señor lo levantará. Si ha cometido pecados le serán perdonados. Por tanto, confiésense sus pecados unos a otros, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho.” — Santiago 5:14-16 (NBLA)

Hay muchos teólogos hoy en día que afirman que este tipo de curaciones ya no existen, dicen que tan solo eran dones que recibieron los apóstoles en los inicios de la iglesia y que ya no están vigentes. Y por otro lado, está el extremo de algunos grupos pentecostales y carismáticos, que como vimos en nuestro artículo ¿Qué es el Don de Hablar en Lenguas?, le adjudican sus sanaciones al Espíritu Santo, pero estas obras no parecen provenir de Dios.

Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, tomarán serpientes en las manos y, aunque beban cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” — Marcos 16:17-18 (RVR-1995)

Sin embargo, recientemente al estar estudiando el pasaje de Santiago 5:14-16, me di cuenta que muchos de los “comentarios bíblicos” en los que se basaron estos teólogos protestantes, para negar que las curaciones milagrosas ya no están disponibles para los creyentes, en realidad provenían de enseñanzas católicas muy antiguas, de doctrinas de los siglos 12 y 13 d.C., anteriores a la Reforma Protestante. Eran las opiniones de cardenales y obispos sobre cómo la “unción extrema de los enfermos”, “ya no sanaba” a las personas como lo indicaban las Escrituras. Para encubrir que los ministros católicos no podían curar a las personas con el poder de Dios, desarrollaron doctrinas en las que enseñaban que “este regalo dejó de existir”. Por ello, los católicos desarrollaron el sacramento de la “unción de los enfermos” reservado “solo para las personas que están a punto de morir”, algo totalmente antibíblico.

“Y Dios les dijo: «Si escuchas atentamente la voz del SEÑOR tu Dios, y haces lo que es recto ante Sus ojos, y escuchas Sus mandamientos, y guardas todos Sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios. Porque Yo, el SEÑOR, Soy tu sanador».” — Éxodo 15:26 (NBLA)

Para quienes no tienen el Espíritu Santo habitando en sus corazones, les va ser imposible aplicar los dones de curación del Espíritu Santo como nos lo enseña el SEÑOR. Lamentablemente, cuando sucedió la Reforma Protestante, hubo ciertas doctrinas católicas “heredadas” que nunca fueron revisadas ni corregidas correctamente en base a las Escrituras. En la actualidad, muchos pastores y ancianos de las congregaciones, no siguen las enseñanzas de Santiago, no promueven el don de la sanación entre sus miembros. Para ellos, les es más fácil recomendarles visitar al doctor o hasta curanderos, antes de hacer uso de la oración, y poner toda su fe en el SEÑOR, quien es el único que puede curarlos. Sobre todo, en las enfermedades crónicas, en las que la medicina moderna parece beneficiarse más en tener a la gente enferma que sana. Pablo nos advierte que el pecado y nuestro mal comportamiento ante Dios, hace que los miembros de Su iglesia estén enfermos, y que incluso fallezcan. Por ello, constantemente confiese sus pecados, arrepiéntase y regrese al buen camino, evitando así ser juzgado por el SEÑOR, porque Él le puede llamar la atención con alguna enfermedad.

“Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre ustedes, y muchos duermen. Pero si nos juzgáramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados. Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.” — 1 Corintios 11:30-32 (NBLA)

Si se pregunta, ¿acaso hoy en día todavía se pueden hacer curaciones milagrosas siguiendo las instrucciones Bíblicas? ¡Claro que sí! Los creyentes que, por su fe son como árboles de olivo, pueden derramar el aceite del Espíritu Santo para la sanación tanto física como espiritual de los demás. Claramente podemos demostrar que los dones de curación de los que nos habla Santiago siguen vigentes hasta el día de hoy. Recientemente, leí del Dr. Kurt E. Koch (1913-1987) en su libro Revival in Indonesia (El Reavivamiento en Indonesia, 1972), acerca de un importante reavivamiento de la fe cristiana que hubo en Indonesia, en los 1960´s. Al leer todos estos asombrosos relatos de los misioneros protestantes, quienes fueron testigos de las conversiones de las personas, y de cómo fueron curadas milagrosamente en este país (de 110 millones de habitantes, que en su mayoría son musulmanes), me sorprendió, porque los milagros que describían eran muy similares a los que ocurrieron durante los tiempos de los apóstoles y discípulos de Jesús, explicados en los Evangelios y en el libro de Hechos. Las experiencias de estos misioneros concordaban perfectamente con las enseñanzas de las Escrituras.

“En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les sirvan; sanen a los enfermos que haya en ella, y díganles: “Se ha acercado a ustedes el reino de Dios”.” — Lucas 10:8-9 (NBLA)

Dr. John Sung, evangelista, chino
Dr. John Sung (1901-1944)

En el libro, el Dr. Koch, relata la labor de diferentes pastores, entre ellos, del Dr. John Sung (cuya historia es sorprendente): Este humilde pastor organizaba reuniones evangelizadoras cuando viajaba por Indonesia, a las que acudían personas enfermas buscando curarse. Él les leía Santiago 5:14, y les decía que él era un anciano en la iglesia, y que él no tenía ningún poder en sus manos, sino que era servidor de Jesucristo, y que venía en Su nombre. También les advertía: “No puedo garantizarles que todos los enfermos entre ustedes vayan a ser sanados” (pág. 59), les hacía ver que eso dependería de la voluntad de Dios. Algo muy importante era su explicación, sobre que él no podría sanar a nadie que aún no hubiera recibido a Jesucristo en su corazón. Si alguien buscaba la sanación, primero debía buscar a Cristo en arrepentimiento, confesar sus pecados conocidos, y seguir al SEÑOR. Este es un extracto del libro del Dr. Koch:

“Después de estas indicaciones introductorias, los enfermos fueron traídos al Dr. Sung, a una plataforma grande, uno por uno. Mientras se arrodillaban, él los ungía a cada uno con aceite en el nombre del Señor y oraba con ellos… [más tarde] hubo una reunión de alabanza en la que, quienes habían sido curados, dieron sus testimonios. Muchos habían sido curados de enfermedades serias. Un misionero escribió después: “Personas ciegas recibían su vista, los paralíticos caminaban, los mudos hablaban, los oídos de los sordos eran abiertos… muchas de estas personas experimentaron un llenado refrescante del Espíritu de Dios durante esta unción e imposición de manos…” — Kurt E. Koch, Revival in Indonesia (pág.59)

“Y, saliendo, predicaban que los hombres se arrepintieran. Y echaban fuera muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban.” — Marcos 6:12-13 (RVR-1995)

“Él le dijo: —Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad.” — Marcos 5:34 (RVR-1995)

Hay muchas otras historias similares que sucedieron durante ese reavivamiento de Indonesia, se habla de unas 30,000 personas sanadas. Y cabe destacar que, las personas no solo debían ser creyentes para poder buscar una sanación, sino que una vez que habían sido sanados, debían de permanecer fieles a Cristo, porque quienes regresaban a su vida de pecado, les regresaba su enfermedad y aún peor. El Dr. Koch también mencionó que, si los creyentes que andaban ejerciendo ese ministerio de sanación, se volvían orgullosos, el SEÑOR les quitaba la autoridad para sanar.

Es posible que esto haya sido lo que le sucedió a Pablo, recuerde que él anduvo realizando curas milagrosas, hasta resucitó a Eutico de la muerte (Hechos 19:11-12, 20:9-12). Sin embargo, es posible que haya mostrado algo de orgullo, después de todo, él era un gran estudioso de las Escrituras, y tenía muchos conocimientos Bíblicos profundos. Por ello, luego leemos que recibió una “espina en la carne”, y el mismo Pablo nos dice que fue para que no se enalteciera (2 Corintios 12:7), y luego vemos que ya no podía curar físicamente a los enfermos (2 Timoteo 4:20; 1 Timoteo 5:23).

[Pablo dice] “Erasto se quedó en Corinto, pero a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto.” — 2 Timoteo 4:20 (NBLA)

[Dice Pablo] “Y dada la extraordinaria grandeza de las revelaciones, por esta razón, para impedir que me enalteciera, me fue dada una espina en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca.” — 2 Corintios 12:7 (NBLA)

Nos gustó tanto este libro, que ya contactamos a la compañía en Alemania, dueña de los derechos de autor, y ya nos permitieron hacer la traducción del libro al español. Este es un nuevo proyecto en el que estaremos trabajando próximamente, con el favor de Dios. Y esperamos que, como el Dr. Sung quien aprendió alemán en 2 meses, luego de hacer oración, el SEÑOR nos ayude para poder hacer las traducciones de los valiosos libros en alemán del Dr. Koch.

Para concluir este estudio, considere que las sanaciones más importantes que cualquier cristiano puede realizar son espirituales: cuando usted evangeliza a alguien para que Cristo lo pueda curar espiritualmente y salvar su alma de la enfermedad mortal del pecado.

“El fruto del justo es árbol de vida y el que gana almas es sabio.” — Proverbios 11:30 (NBLA)

En el siguiente artículo continuaremos hablando de los árboles de olivo, con el favor de Dios, hablaremos acerca de quiénes son los Dos Testigos de Apocalipsis 11.

¡Que Dios los bendiga!


Continuar leyendo: Descifrando Palabras Clave: Los 2 Testigos de Apocalipsis — Los 2 Olivos (Parte 4)
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