Introducción
Génesis 3 es uno de los capítulos más importantes en toda la Biblia. Es el punto de partida para el resto de las Escrituras. Es el comienzo del gran drama en la historia de la humanidad que ha permanecido por más de 6,000 años y nos habla de la condición del universo, de cómo perdimos la comunión con Dios, marca el inicio de la espiral en descenso para la humanidad creada por el problema del mal y el sufrimiento en nuestro mundo. Por otro lado, también nos da la buena noticia de que Dios tiene listo un plan para rescatarnos, el cual, involucra la necesidad apremiante de un Salvador: Jesucristo.
“Pero hay una gran diferencia entre el pecado de Adán y el regalo del favor inmerecido de Dios. Pues el pecado de un solo hombre, Adán, trajo muerte a muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su perdón para muchos por medio de otro hombre, Jesucristo.” — Romanos 5:15 (NTV)
Dios no creo al hombre porque estaba de humor para crear a la humanidad, sino para demostrar a los ángeles que unos seres inferiores a ellos (los humanos), quienes dependieran de Dios, son más grandes que Satanás actuando independientemente de Él.
«Es más, no son los ángeles quienes gobernarán el mundo futuro del cual hablamos, porque en cierto lugar las Escrituras dicen: «¿Qué son los simples mortales para que pienses en ellos, o un hijo de hombre para que de él te ocupes? Sin embargo, los hiciste un poco menor que los ángeles y los coronaste de gloria y honor.» — Hebreos 2:5-8 (NTV)
Si el hombre obedecía y confiaba en Dios, él haría que funcionara algo que los ángeles rebeldes no pudieron hacer. Así que Dios puso en marcha un plan para demostrar esto poniendo al hombre en medio del conflicto, mientras los ángeles observaban si el ser inferior dependiendo de Dios podía hacerlo mejor que Satanás.
«…Nos hemos convertido en un espectáculo para el mundo entero, tanto para la gente como para los ángeles.» — 1 Corintios 4:9b (NTV)
Dios quería terminar con la rebelión angelical de una forma total y justa, de forma que creó el universo para este fin. Arrojó a Satanás a la tierra y después de un tiempo (que desconocemos), creó al hombre y a la mujer poniéndolos a cargo para que gobernaran sobre toda la creación.
[Dice Jesús] «—Sí —les dijo—. Vi a Satanás caer del cielo como un rayo.» — Lucas 10:18 (NTV)
Pero esta tierra había sido casa de Satanás, y él la quería de regreso. Lo que el diablo hace para recuperarla es lo que se relata en Génesis 3.
Satanás se movió rápidamente después de que ve que el hombre y la mujer se casaron al final de Génesis 2, ya que esto les permitiría multiplicarse, según el mandato de Dios, así que no había tiempo que perder. Su mayor preocupación era que ellos comieran del árbol de la vida, porque eso les permitiría vivir por siempre en rectitud y obediencia a Dios. Lo que para Satanás significaría la derrota total, la victoria de Dios, y su fin, ya que al final sería lanzado al lago de fuego como parte de la sentencia por su rebelión.
«Después el diablo, que los había engañado, fue lanzado al lago de fuego que arde con azufre, donde ya estaban la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por siempre jamás.» — Apocalipsis 20:10 (NTV)
Pero los eventos en este capítulo nos hablan de que el enemigo gana la primer batalla contra el primer Adán, haciendo que la humanidad caiga en pecado (versículos 6-8), introduciendo la maldad a este mundo, y que los hombres se vuelvan parte de la misma rebelión que Satanás ha estado liderando por tanto tiempo. A su vez, Adán y Eva perdieron el poder que Dios les había otorgado para gobernar en la tierra y se la transfirieron, sin querer, al enemigo, dándole la influencia y control de ellos (y de su descendencia) al diablo. Por esta razón, Dios los expulsó de la perfección del Jardín del Edén.
“Las Escrituras nos dicen: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente», pero el último Adán —es decir, Cristo— es un Espíritu que da vida.” — 1 Corintios 15:45 (NTV)
La narrativa se divide en:
- El dialogo de la serpiente (3:1-5);
- Adán y Eva cometen el pecado original (3:6-8);
- Dios cuestiona al hombre y la mujer (3:9-14);
- El juicio divino es pronunciado, Dios inicia Su plan de salvación para la humanidad (3:14-19);
- Adán percibe esperanza llamando a la mujer Eva, y Dios hace la primera vestimenta de piel de animal (3:20-21); y finalmente,
- La expulsión de la pareja del Jardín del Edén (3:22-24).
En este capítulo se muestra el primer pecado al desobedecer el único mandamiento que Dios dio al hombre, el no comer del fruto prohibido, lo cual llevó a la humanidad a la transgresión, a la degradación y a la ruina. El pecado original fue un problema de incredulidad que los llevó a desobedecer a Dios. Dios enseñó a Adán como operar en un ambiente en donde existía el mal. Así que el hombre podía vivir por la revelación de Dios (obedeciendo) o por la experimentación. Y eligió la experimentación en búsqueda de su autonomía de Dios, motivado por orgullo. La misma actitud que causó la caída de Lucifer.
“Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron.” — Romanos 5:12 (NTV)
Ellos tenían la opción de decidir a quién creer y eligieron creerle a la serpiente, en lugar de creer en Dios. En ese momento la relación con Dios se rompió y el hombre se convirtió en un rebelde y pecador.
“Porque en el evangelio se revela la justicia de Dios, que de principio a fin es por medio de la fe, tal como está escrito: «El justo por la fe vivirá.»” — Romanos 1:17 (RVC)
El concepto del primer pecado, con sus consecuencias universales, son el tema principal de todo el resto de la Biblia. La Creación, después de la rebelión de Adán, fue alterada a una condición irreparable (una situación similar a la que teníamos en Génesis 1:2, תהו – tohu, sin forma, y בהו – bohu, el vacío (causada tal vez, por la rebelión de Satanás); es decir, que el universo en el que vivimos ahora es diferente de como Dios lo hizo originalmente en la perfecta Creación, de forma que no podemos imaginarnos como era el mundo originalmente.
“Contra su propia voluntad, toda la creación quedó sujeta a la maldición de Dios. Sin embargo, con gran esperanza, la creación espera el día en que será liberada de la muerte y la descomposición, y se unirá a la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto.” — Romanos 8:20-22 (NTV)
Pero cuando regresemos con Jesucristo, Él nos promete que va a hacer una nueva tierra y un nuevo cielo en donde tendremos una felicidad constante en la eternidad. ¡Aleluya!
Ahora veremos a la serpiente en el jardín del Edén:
v.3:1 – La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el Señor Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer: —¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto?
“La serpiente”
La palabra נָחָשׁ – najash tiene múltiples significados como: 1) adivinación (en Números 24:1); 2) adquirir conocimiento por experiencia (en Génesis 44:5); 3) bronce (en Job 20:24); 4) lujuria o prostitución (en Ezequiel 16:36); y 5) serpiente (Leviatán, Isaías 27:1). Así que lo que haya sido este najash antes de ser maldecido habría caminado erecto con sus patas, y era de los animales buenos que Dios creó; pero Él no creó reptiles con la habilidad de hablar y razonar, y aunque la serpiente era el animal más astuto, lo que vemos aquí describe algo que va más allá de un simple animal. Este es un ser que conocía a Dios, que hablaba con gran inteligencia, sagacidad, y malicia; lo que dijo era engañoso, hostil, y se oponía totalmente a la moral de Dios. La serpiente con un conocimiento superior al de la mujer en realidad Satanás, quien pudo tomar la forma física de una serpiente, o de alguna manera, poseer su cuerpo y hablar a través del animal. Pero el Apóstol Juan nos confirma de quien se trata realmente este personaje:
“Este gran dragón —la serpiente antigua llamada diablo o Satanás, el que engaña al mundo entero— fue lanzado a la tierra junto con todos sus ángeles.” — Apocalipsis 12:9 (NTV)
La serpiente por su veneno y su forma detestable es un símbolo de un enemigo del hombre. Aquí aparentemente la serpiente muestra un desinteresado deseo de informar a la mujer acerca del resultado de comer del fruto prohibido, pero lo que está haciendo en realidad es atacarla (sin que ella se de cuenta) de una forma muy sofisticada al nublar su mente para que no pueda tomar una decisión moral correctamente, que es la maldad esencial del pecado. Hoy en día la humanidad sigue siendo atacada por Satanás de formas muy sutiles, y la gente no se da cuenta de que está siendo atacada.
La serpiente era una creatura que podía ser utilizada y Satanás aprovechó la oportunidad. Su lenguaje manipulador y su disfraz de serpiente, la más astuta de todas las criaturas, demuestran que el enemigo es un experto del engaño. Esto es lo mismo que hace hoy en día, aunque requiera disfrazarse de un ángel de luz como nos previene el apóstol Pablo:
“Y esto no debe sorprendernos, porque hasta Satanás mismo se disfraza de ángel de luz.” — 2 Corintios 11:14 (RVC)
“el más astuto de todos los animales salvajes”
La palabra hebrea עָרוּם – arum, astuto; significa prudente (Proverbios 12:23), sabio, el que actúa con conocimiento. Pero en este caso tiene una connotación negativa y significa “brillantez malévola”, engaño. Satanás tiene varios métodos para oponerse al pueblo de Dios, pero el engaño sigue siendo una de sus principales estrategias
“Pero me temo que, así como la serpiente engañó a Eva con su astucia, así también los sentidos de ustedes sean de alguna manera apartados de la sincera fidelidad a Cristo.” — 2 Corintios 11:3 (RVC)
La mujer fue el objetivo de su ataque, siendo la más débil y fácil de seducir. Considere que el mandamiento de no comer del fruto prohibido fue dado a Adán, no a la mujer. Además, Adán fue quien les puso nombre a los animales y él hubiera recordado que la serpiente originalmente no hablaba. Y dado que la mujer fue creada después de ese proceso, el enemigo tenía una mejor oportunidad de tener éxito en su engaño. Pero no hay que sorprendernos, el diablo es mencionado por Jesús como el seductor de los fariseos, creador de su religión, y de las mentiras con las que viven. Puede ver nuestros artículos “Las mentiras que arruinaron al mundo” para ver otros programas de engaño que tiene el enemigo vigentes alrededor del mundo.
“Pues ustedes son hijos de su padre, el diablo, y les encanta hacer las cosas malvadas que él hace. Él ha sido asesino desde el principio y siempre ha odiado la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando miente, actúa de acuerdo con su naturaleza porque es mentiroso y el padre de la mentira.” — Juan 8:44 (NTV)
Satanás es un asesino desde el principio, porque planeó la muerte de nuestros primeros padres a través de la tentación que los llevó al pecado, y así logró la separación entre ellos y el Espíritu de Dios. Su muerte espiritual fue instantánea y la física vino después.
“preguntó a la mujer”
El hablar, es parte de la imagen de Dios en la humanidad y, por lo tanto, no es normal en los animales. Hoy podemos escuchar a un perico repitiendo frases, pero no por ello podemos entablar una conversación inteligente con el animal, como la que tuvo la mujer con Satanás.
La Biblia no menciona si la mujer se sorprendió al escuchar a la serpiente hablar, pero independientemente de su reacción tenemos que tomar en consideración que todo en el Edén era nuevo para ella, el cual estaba lleno de las maravillas de la Creación que la pareja aún estaba descubriendo. En el paraíso, la mujer no se tenía que preocupar de ningún peligro ni tenía temor de ninguna clase. Así que platicar con la serpiente sería para ella otra novedad más. O quizás pensó que era un mensajero del cielo. No había ninguna razón para sospechar que estaba hablando con el mayor enemigo de ella y de Dios. No tenía ninguna protección en contra de las artimañas del diablo.
“Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo.” — Efesios 6:11 (NTV)
“¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto?”
Con esta primer pregunta vemos la estrategia de engaño del impostor, que comenzó torciendo el lenguaje de Dios para poner en duda Su bondad, poniéndole a Eva una imagen negativa del SEÑOR. La serpiente trató de manipular a la mujer para que pensara negativamente acerca de Dios. Introduciendo la idea de que Dios no les estaba dando todo, que los estaba «limitando». Pero lo que realmente dijo fue:
“Pero el SEÑOR Dios le advirtió: «Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás».” — Génesis 2:16-17 (NTV)
Dios les dio plena libertad a Adán y a Eva de comer de cualquier árbol hasta que ya no pudieran comer más, pero en Su infinito amor y sabiduría les advirtió de no comer de un árbol en particular, y les explicó la razón del porqué: “sin duda morirás”.
Hay un tono de sorpresa en la pregunta de la serpiente, como si no pudiera creer que tal mandamiento hubiera sido dado. ¿Puede ser posible que Dios los haya sometido a una prohibición de este tipo? Casi nos podemos imaginar la expresión y tono de indignación de la serpiente al hacer la pregunta, parte de su actuación para convencer a la mujer con esta insinuación. Su objetivo era el crear incredulidad y pensamientos negativos de Dios para apartarla de cualquier afecto hacia Él y poder persuadirla de que no habría problema por comer del árbol prohibido. Y esta estrategia la vemos una y otra vez en la historia de la humanidad hasta nuestros días. Los incrédulos piensan cosas como: ¡Cómo es posible que Dios, que nos ha dado varios apetitos y pasiones, ahora nos prohíba la gratificación! Por lo cual, Él debe ser desagradable. Y entonces, ¿cómo puedo confiar en Él o amarlo?
Hoy en día hay mucha gente a quienes no les interesa el cristianismo porque «los limita», se enfocan en los pecados que ya no podrían cometer. Pero no se dan cuenta de que hay millones de frutos y árboles de los que sí pueden comer y recibir las bendiciones de Dios que esto conlleva. Las «limitaciones» (pecados) que los incrédulos ven, para mí son cosas que no deseo hacer, dejaron de ser limitaciones para mí. Es como si me dijeran que estoy limitado porque no puedo tirarme a un precipicio y morir, eso es simplemente algo que no deseo hacer y no es ninguna limitación para mí.
“Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios.” — Efesios 2:2 (NTV)
Un punto importante es que la serpiente en toda su conversación se refiere a Dios como Elohim, y no como YAHVEH, como una forma de reforzar su punto de un Dios impersonal, egoísta, estricto, mísero, y que los estaba limitando, porque no quería que la pareja tuviera el conocimiento del bien y el mal que Él tenía. En realidad, YAHVEH, es personal, amoroso, que se preocupa por su bienestar, y les dio el mandamiento para su protección, como una advertencia para evitarles sufrimiento y muerte. Lo peor es que, como veremos en la conversación, la mujer también usa el nombre de Elohim para referirse a Dios, dando muestras de que está siendo convencida por la actuación de Satanás. El enemigo hizo que ella se olvidara de todo lo que Dios le había dado y que enfocara su atención en la única cosa que no podía tener y le funcionó.
La buena noticia es que Satanás ya fue derrotado hace casi 2,000 años cuando nuestro Salvador Jesucristo murió en la cruz y resucitó. Esto es como cuando cae un rayo y después escuchamos el trueno. Satanás fue derrotado y sólo estamos esperando a escuchar el trueno cuando sea lanzado al lago de fuego. Pero antes seremos testigos del momento cuando será encarcelado.
“Sujetó con fuerza al dragón —la serpiente antigua, quien es el diablo, Satanás— y lo encadenó por mil años.” — Apocalipsis 20:2 (NTV)
La mala noticia es que la gente que no sabe que Satanás ya fue derrotado, sigue cayendo en sus engaños y muchos de ellos viven esclavizados al pecado por esta causa, viven bajo las maldiciones por desobediencia (ver Deuteronomio 28) y viven una vida dolorosa y llena de desastres.
«Jesús contestó: —Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del pecado.» — Juan 8:34 (NTV)
