Januca

Jánuca (Hanukkah): La Festividad de la Dedicación (Parte 2)

Como vimos en la primera parte los Macabeos derrotaron milagrosamente al ejercito greco-sirio y re-dedicaron el Templo del Señor; y en él, el milagro de Jánuca ocurrió al tener una lámpara de aceite encendida por 8 días con aceite suficiente para un solo día. Ahora veremos cómo están relacionados estos milagros y la dedicación del Templo con el Mesías y con Jesús, nuestro Salvador.

¿Se menciona Jánuca en la Biblia?

Es sorprendente que el único lugar en la Biblia en donde se menciona la festividad de Jánuca es en el Nuevo Testamento. Recuerde que los libros de los Macabeos no fueron incluidos en el canon de la biblia hebrea, por haber sido escritos después de la época helénica.

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El segundo Templo en Jerusalén

En el evangelio de Juan (Juan 10:22-42), Jesús (Yeshua en hebreo) fue al Templo de Jerusalén a predicar que la fe en Él es la victoria y salvación, siendo Su trabajo de redención un reflejo de Jánuca como es la conmemoración del triunfo y la recuperación de la independencia judía a manos de los Macabeos sobre los griegos seléucidas.

“Ya era invierno, y Jesús estaba en Jerusalén durante el tiempo de Janucá, el Festival de la Dedicación. Se encontraba en el templo, caminando por la parte conocida como el pórtico de Salomón.” — Juan 10:22-23 (NTV)

¿Cuál es la relación de Jánuca con el Mesías?

Los judíos en cada Jánuca esperaban la venida del Mesías (como el Gran Macabeo) para que los liberara de sus enemigos y opresores, en este caso, los romanos. Y por eso la gente le preguntó a Jesucristo:

“La gente lo rodeó y le preguntó: — ¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo sin rodeos.” — Juan 10:24 (NTV)

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Jesús, el Mesías, primero vino al mundo como siervo, después vendrá en toda Su gloria como Rey de Reyes.

Los rabinos desde la antigüedad interpretaron de las Escrituras que no iba a haber uno, sino dos Mesías. El primero, lo describieron como el “siervo sufriente”, el Mesías que sufriría y moriría en batalla. Ellos lo llamaron Mashíaj-Ben-Yosef (Mesías, hijo de José) por Isaías 53.

«Pero Él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados. Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros. Sin embargo, el Señor puso sobre Él los pecados de todos nosotros.» — Isaías 53:5-6 (NTV)

Jesucristo, el Mesías es el siervo sufriente de Dios, así como el shamash de la januquía que ilumina las otras velas. Gracias a Su luz nosotros a su vez podemos también ser luces en el mundo, ya que Él es nuestro Redentor.

«Jesús habló una vez más al pueblo y dijo: «Yo soy la luz del mundo. Si ustedes me siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a la vida».» — Juan 8:12 (NTV)

[Dice Jesús] «Mientras que estoy en el mundo, soy la luz del mundo.» — Juan 9:5 (RVC)

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Jesucristo es Rey de Reyes y Su trono está en el cielo.

Y al «segundo» Mesías, El que reinaría sobre Israel y las naciones referido en Salmos 2, a Él lo llamaron Mashíaj-Ben-David (Mesías, hijo de David). Este es el Mesías que la gente estaba esperando que fuera Jesús para que los liberara de los romanos. A la gente no le interesaba el primer Mesías. Lo que querían era un gran guerrero, “el gran Macabeo”. Por cierto, los rabinos nunca consideraron que se trata de un mismo Mesías que viene dos veces, ellos no hicieron la conexión como ahora nosotros la sabemos.

«Pues el Señor declara: «He puesto a Mi rey elegido en el trono de Jerusalén, en Mi monte santo». El rey proclama el decreto del Señor: «El Señor me dijo: “Tú eres Mi hijo. Hoy he llegado a ser Tu Padre.» — Salmos 2:6-7 (NTV)

Regresando al relato de Juan en el Templo, tenemos que Jesús les respondió “Yo ya les dije” refiriéndose a Sus palabras y milagros que probaban que Él es el Mesías del que habló Moisés en Deuteronomio 18:15. Pero la gente rechazó la verdad acerca de Jesús.

“Jesús les contestó: — Yo ya les dije, y ustedes no me creen. La prueba es la obra que hago en nombre de Mi Padre, pero ustedes no me creen porque no son mis ovejas.” — Juan 10:25-26 (NTV)

“Moisés siguió diciendo: «El Señor su Dios les levantará un profeta como yo de entre sus hermanos israelitas. A Él tendrán que escucharlo.” — Deuteronomio 18:15 (NTV)

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Jesús curó a un hombre endemoniado que estaba ciego y mudo.

En Mateo 12, Jesús cura a un hombre poseído que es mudo, y de acuerdo a los rabinos una de las formas en la que se podía identificar al Mesías era que Él iba a curar a un hombre poseído y que no podía hablar, ya que para curarlo era necesario que se llamara al demonio por su nombre. Pero un mudo no podía decir el nombre del espíritu, por lo que no podía ser curado, excepto por el Mesías que no estaba restringido por esta limitación.

“Luego le llevaron a Jesús a un hombre ciego y mudo que estaba poseído por un demonio. Jesús sanó al hombre para que pudiera hablar y ver. La multitud quedó llena de asombro, y preguntaba: « ¿Será posible que Jesús sea el Hijo de David, el Mesías?».” — Mateo 12:22-23 (NTV)

¿Cuál es el significado de Jánuca para los cristianos?

Jesús quería que la gente viera Sus milagros que apuntan a Su identidad Mesiánica y creyera en Él como resultado. Jesús es quién cumple y personifica el mensaje de Jánuca; ya que el festival de la Dedicación, conmemora la santificación del Templo después de haber sido profanado. La santificación es el acto de separar algo o a alguien de lo ordinario, para el uso exclusivo de Dios.

[Dice el Señor a Israel] «Ahora bien, si me obedecen y cumplen Mi pacto, ustedes serán Mi tesoro especial entre todas las naciones de la tierra; porque toda la tierra me pertenece.  Ustedes serán Mi reino de sacerdotes, mi nación santa”. — Éxodo 19:5-6a (NTV)

«Dio esta orden a los levitas, quienes debían enseñar a todo Israel y quienes habían sido apartados para servir al Señor: «Pongan el arca sagrada en el templo que construyó Salomón, hijo de David, rey de Israel. Ustedes ya no tienen que seguir cargándola de un sitio a otro sobre sus hombros. Ahora dediquen su tiempo a servir al Señor su Dios y a Su pueblo Israel.»— 2 Crónicas 35:3 (NTV)

Jesucristo cumple la Festividad de Jánuca como el perfecto Servidor de Dios, siendo el Mesías que hace milagros y está dedicado solo a hacer la voluntad de Dios.

«Cuando Dios levantó a su siervo, Jesús, lo envió primero a ustedes, pueblo de Israel, para bendecirlos al hacer que cada uno se aparte de sus caminos pecaminosos» — Hechos 3:26 (NTV)

“Jesús les respondió: «Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré.»… Pero Él hablaba del templo de Su cuerpo.” — Juan 2:19, 21 (RVC)

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Las ovejas confían en su pastor. Las ovejas de Jesús escuchamos Su voz, Él es el gran Pastor.

Entonces Jesús continúa explicándonos que nosotros somos templos profanados, y que necesitamos ser limpiados y re-dedicados para poder caminar con Dios. Por eso nos dice que solo se necesita fe en Él, para que nos libere de nuestras dificultades, como una oveja que confía en su pastor. Debemos preguntarnos: ¿Si nosotros estamos tan dedicados al servicio del Señor, tal y como el Templo fue re-dedicado para Su servicio? ¿Estamos realmente comprometidos con Dios? ¿Somos las ovejas de Jesús dispuestas a seguirlo y escucharlo? Y recibir vida eterna teniendo la seguridad de estar con Él, la luz del mundo, para siempre. La persona que realmente está dedicada al Señor es sensible a Su voz y refleja obediencia por la seguridad de la vida eterna, si nosotros podemos escuchar Su voz y seguirlo:

“Mis ovejas escuchan Mi voz; Yo las conozco, y ellas me siguen. Les doy vida eterna, y nunca perecerán. Nadie puede quitármelas” — Juan 10:27-28 (NTV)

Jesús no solo celebró, sino que aprovechó Jánuca y la victoria de los Macabeos para enseñarnos acerca de la dedicación del verdadero Templo de Dios, que son nuestros cuerpos. Una vez que lo aceptamos como Mesías recibimos el milagro de la victoria y de la salvación, y sólo con una consistente dedicación podemos alcanzar madurez espiritual, teniendo así un templo agradable al Señor.

“¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.” — 1 Corintios 6:19-20 (NTV)

Así como se perdieron muchas vidas en las batallas de los Macabeos para liberar y re-dedicar el templo. Jesús dio Su vida para redimir nuestro Templo. Por lo que dedicación es medida por sacrificio.

La palabra Jánuca viene de la raíz “janak” que significa reducir, hacer estrecho. La idea es enfocarnos espiritualmente para servir y ser útiles a Dios. Si restringes tu vida para llevar a cabo sólo la voluntad de Dios, entonces encontrarás tu realización personal, “éxito en tu vida”. La definición del verdadero éxito en esta vida es el llevar a cabo lo que Dios nos mandó a hacer en este mundo. Por ello, Dios trabaja en nuestras vidas para hacernos a la imagen de Jesucristo.

“Pues Dios conoció a los Suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como Su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor de muchos hermanos.” — Romanos 8:29 (NTV)

Jesús es el perfecto ejemplo de una vida dedicada a Dios. Él es el verdadero siervo de Dios. Jesucristo renuncio a toda la gloria que tenía en el cielo para convertirse en un sirviente (Shamash). Para nosotros, más que orar, leer la Biblia, escuchar sermones y enseñanzas religiosas, la dedicación es la constante aplicación de la verdad aprendida en nuestra vida personal.

“Imiten al Hijo del Hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar Su vida en rescate por muchos.” — Mateo 20:28 (RVC)

El invierno se acerca

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Una vez llegado el invierno es demasiado tarde para cosechar, el invierno se acerca, ¿está usted preparado? ¿Ha recibido a Jesús en su corazón?

La primera parte del versículo de Juan 10:22 «Ya era invierno» tiene un significado espiritual. Esto corresponde al estado espiritual congelado de los judíos que rechazaban el mensaje del que Jesús habló en el Templo, y marcó el momento en el que Jesús había terminado con Sus llamados públicos en el evangelio de Juan, para dedicarse solamente a dirigir a Su rebaño, a los Suyos. Al llegar el invierno ya era demasiado tarde para nuevas cosechas. Si usted aún no ha aceptado a Jesucristo en su corazón como su Salvador, permítanos recordarle que el invierno se acerca y después será demasiado tarde. Una persona puede persistir en rechazar al Señor durante tanto tiempo que luego ya no es capaz de aceptarlo. El profeta Jeremías hizo la siguiente referencia:

«Ya se acabó la cosecha, y el verano se ha ido —se lamenta el pueblo—, ¡y todavía no hemos sido salvados!».— Jeremías 8:20 (NTV)

Cada vez que una persona rechaza a Jesús está endureciendo su corazón.

«Tienen la mente llena de oscuridad; vagan lejos de la vida que Dios ofrece, porque cerraron la mente y endurecieron el corazón hacia Él.» — Efesios 4:18 (NTV)

«El Señor dice: «No endurezcan el corazón como lo hizo Israel en Meriba, como lo hizo el pueblo en el desierto de Masá.» — Salmos 95:8 (NTV)

Ahorita la invitación está hecha, aún no ha llegado el invierno, Jesús toca a su puerta:

[Dice Jesús]  «¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes Mi voz y abres la puerta, Yo entraré y cenaremos juntos como amigos.» — Apocalipsis 3:20 (NTV)

En esta temporada de Jánuca, los invito a que dediquemos nuestras vidas al servicio de nuestro Señor, Dios Creador del universo.

¡Que Dios los bendiga!
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