¿Por qué permite Dios que haya tantas guerras y sufrimiento?
Todo el mundo quiere vivir en paz, eso es universal, que haya un fin a las hostilidades. Entonces cuál es el impedimento? El problema es el pecado. Las Escrituras nos dicen que el pecado nos separa de Dios, de entre nosotros, e incluso de nosotros mismos. Veamos lo que dice el profeta Isaías al respecto:
«¡Escuchen! El brazo del Señor no es demasiado débil para no salvarlos, ni su oído demasiado sordo para no oír su clamor. Son sus pecados los que los han separado de Dios. A causa de esos pecados, Él se alejó y ya no los escuchará.» – Isaías 59:1-2
Dios no puede pasar por alto el pecado, y nos muestra en la Escritura Sus formas de lidiar con esto. Hay claras advertencias acerca de las consecuencias para aquellos que no guardan Sus Mandamientos y que por ende viven separados de Él (Deuteronomio 28:15-68).
Jesucristo, el Mesías, es llamado el Príncipe de Paz (Isaías 9:6). De hecho cuando Jesucristo regrese (Su Segunda Venida) y establezca Su Reino aquí en la Tierra, el tema principal será la paz, Él traerá paz a las naciones (Isaías 2:1-4; 9:4-5, 7; Zacarías. 9:9-10; etc.)
La paz universal del Mesías está basada en que cada persona primero esté en paz con Dios, el Hijo de Dios, Jesucristo, es el único quien puede re-establecer esta relación y de esta forma traer paz.
«Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.» – Juan 14:6
«¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos!» – Isaías 26:3
Por tanto cada creyente recibe paz de Dios, y la pueden compartir con su familia, con su comunidad, en su país y alrededor del mundo. Solamente puede repartir paz quien la tiene.
«Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.» – Juan 14:27
El Rechazo de la Paz
Las profecías en las Escrituras señalan que la paz de Dios sería rechazada cuando fuera ofrecida. El profeta Isaías escribió que el Mesías, el Príncipe de Paz, vendría al mundo a establecer paz entre Dios y Su pueblo, y que el Mesías sería rechazado. Cuando el Mesías fue rechazado, la paz que Él trae consigo también fue rechazada.
Porque sería rechazado el Mesías?
«…No había nada hermoso ni majestuoso en su aspecto, nada que nos atrajera hacia él.» – Isaías 53:2
Para las personas interesadas en la apariencia física, el Mesías tenía una apariencia muy ordinaria, no había nada acerca de Su apariencia que les llamara la atención. Sin embargo, para quienes buscaban a Dios, era precisamente el carácter de Jesucristo, lo que decía, Sus enseñanzas, lo que lo hacían resaltar.
«¡Jamás hemos oído a nadie hablar como él! —contestaron los guardias.» – Juan 7:46
Para las personas interesadas en el dinero y en posiciones socioeconómicas altas, el Mesías pasaba casi desapercibido, incluso se burlaban de Él:
«Y se burlaban: «Es un simple carpintero, hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón. Y sus hermanas viven aquí mismo entre nosotros». Se sentían profundamente ofendidos y se negaron a creer en él.» – Marcos 6:3
El Mesías parecía demasiado pasivo y sumiso para los Judíos que esperaban que el Mesías «los rescatara» de vivir a merced del imperio Romano. Ellos quizás se imaginaban a un guerrero quien los librara de sus enemigos, y por tanto trajera una paz forzada. En Su humildad fue despreciado y rechazado, Él no vino a proteger Su vida, sino a sacrificarse por nuestros pecados (Isaías 53:10).
«Fue oprimido y tratado con crueldad, sin embargo, no dijo ni una sola palabra. Como cordero fue llevado al matadero. Y como oveja en silencio ante sus trasquiladores, no abrió su boca.» – Isaías 53:7
Entonces por qué no hay paz? Rechace al Príncipe de Paz y usted rechaza la mismísima paz que solo Él puede dar.
El Suministro de la Paz
Todos los que confían en Jesucristo (el Mesías), en su trabajo redentor, reciben paz con Dios, viven en paz, y están en paz con quienes los rodean.
«Por lo tanto, ya que fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.» – Romanos 5:1
«Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.» – Filipenses 4:7
Una Visión del Futuro
Las profecías de las Escrituras nos indican que en un futuro el pueblo de Israel va a reconocer al Mesías y a recibir Su salvación y paz: «La piedra que los constructores rechazaron ahora se ha convertido en la piedra principal.» (Salmo 118:22). Mientras eso sucede, debemos rezar por la paz en Jerusalén (Salmos 122:6). En ese día habrá paz a nivel mundial, como nos lo indican las Escrituras.
Usted quiere que haya más paz en el mundo? Empiece por su casa y recuerde que la paz solo es para quienes están en paz con Dios:
«Gloria a Dios en el cielo más alto y paz en la tierra para aquellos en quienes Dios se complace». – Lucas 2:14