Jesus Bautizo

El Bautismo un Ritual de Purificación (Parte 3)

El bautismo es un mandamiento de Dios para ser seguido por los creyentes (Mateo 28:19). Sin embargo, no debe realizarse antes de ser verdaderos creyentes en Jesucristo. Hay quienes se bautizan como si fuera una forma para asegurar la salvación. Sin embargo, si no tenemos fe de nada nos sirve estar bautizados.

[Dice el apóstol Pablo] «Déjenme hacerles una pregunta: ¿recibieron al Espíritu Santo por obedecer la ley de Moisés? ¡Claro que no! Recibieron al Espíritu porque creyeron el mensaje que escucharon acerca de Cristo.» — Gálatas 3:2 (NTV)

«Él [Cristo] los llamó a la salvación cuando les anunciamos la Buena Noticia; ahora pueden participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.» — 2 Tesalonicenses 2:14 (NTV)

Hay varios pasos a seguir, el primero es CREER, es poner nuestra FE EN CRISTO. Una vez que esto sucede Dios nos envía a Su Espíritu y entonces suceden varias cosas al mismo tiempo:

  • Nuestro cuerpo se convierte en un templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19-20)
  • Somos colocados como piedras vivientes en el Cuerpo de Cristo, el cual es Su Iglesia (1 Pedro 2:4-5)
  • Nos convertimos en hijos de Dios (Juan 1:12; Romanos 8:14; Gálatas 3:26; Gálatas 4:6; 1 Juan 3:9)
  • Somos sellados por el Espíritu Santo y somos salvados cuando creemos en Jesucristo (2 Tesalonicenses 2:13; 2 Timoteo 3:15)

Cuando el Espíritu de Dios vive en nosotros, entonces al ser bautizados externamos lo que ya traemos dentro, al dar un testimonio público de nuestra fe en Cristo.

Ethiopian bautizo
Felipe, el evangelista, bautizó al oficial de Etiopía.

«En el camino encontraron agua, y el eunuco dijo: «Aquí hay agua; ¿hay algo que me impida ser bautizado?»[ Felipe le dijo: «Si crees de todo corazón, puedes ser bautizado.» Y el eunuco respondió: «Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.»] Y el eunuco mandó detener el carro, y ambos descendieron al agua y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe y el eunuco no volvió a verlo, pero siguió su camino lleno de gozo.» — Hechos 8:34-39 (RVC)

Como observamos en este pasaje, el eunuco primero creyó en Jesús y después fue bautizado.

La tradición del bautismo infantil

bautizo infantil
El bautizo infantil es un invento de la iglesia católica.

Hay organizaciones católicas y luteranas que promueven el bautismo infantil. Sin embargo no existe tal concepto en la Biblia. La Biblia habla del bautismo de las personas creyentes, y en todos los casos se trata de personas que tienen la capacidad para tomar sus propias decisiones. Evidentemente un infante aún no cumple con el requisito para poder ser bautizado, el cual es poner su fe en Jesucristo como su Salvador. De tal modo, bautizar a un infante resulta inútil, no trae ningún beneficio. Si usted fue bautizado cuando era un infante y ahora usted es creyente en Jesucristo, habiendo alcanzado la edad de discernimiento y responsabilidad, entonces ahora que ya sabe, debe bautizarse.

El bautismo infantil es tan sólo un invento de la iglesia católica, y lamentablemente se ha perpetuado como una tradición a través del tiempo. El apóstol Pablo nos advirtió de que tengamos cuidado con las tradiciones que no van de acuerdo a las Escrituras:

«Cuídense de que nadie los engañe mediante filosofías y huecas sutilezas, que siguen tradiciones humanas y principios de este mundo, pero que no van de acuerdo con Cristo.» — Colosenses 2:8 (RVC)

Para la iglesia católica, el llamado «sacramento» del bautismo infantil es llevado a cabo derramando agua sobre la cabeza del niño o niña, y según sus doctrinas, ésto libra al bautizado del pecado original, del poder de las tinieblas, y el pase para entrar en el Reino de Dios. Nada de esto viene en la Biblia, más bien han tergiversado las Escrituras, muy similar a lo que hacían los religiosos fariseos.

«Jesús les respondió:… “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí. No tiene sentido que me honren, si sus enseñanzas son mandamientos humanos.” Porque ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, y se aferran a la tradición de los hombres. Es decir, al lavamiento de jarros y de vasos para beber, y a muchas otras cosas semejantes. También les dijo: «¡Qué bien invalidan ustedes el mandamiento de Dios, para mantener su propia tradición! »» — Marcos 7:6-9

[Dice Jesús] «Así que no les hagan caso. Son guías ciegos que conducen a los ciegos, y si un ciego guía a otro, los dos caerán en una zanja.» — Mateo 15:14 (NTV)

La salvación que ofrece Dios fue comprada por Jesucristo cuando Él dio Su vida por la nuestra y ahora nos la ofrece como un regalo que recibimos si tenemos fe en lo que hizo por nosotros.

“Dios los salvó por Su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.” — Efesios 2:8-9 (NTV)

La Forma de Bautizar

La misma palabra «bautismo» nos da una clave de su significado: «Bautismo» viene de la palabra griega la palabra griega baptizo – βαπτίζω, significa “ser sumergido o introducido para ser identificado con algo o con alguien”. En el pasaje de Juan el Bautista se nos explican tres cosas acerca del bautismo: que él bautizaba en donde hubiera mucha agua; que la gente iba a donde pudieran ser zambullidos; y que la palabra bautizar significa sumergir.

«También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua; y la gente iba y era bautizada.» — Juan 3:23 (DHH)

bautismo inmersion
Durante el bautismo damos un testimonio público de nuestra fe en Jesucristo y nos identificamos con Él en Su muerte, sepultura y resurrección.

El derramar o rociar agua sobre la cabeza (que viene de la palabra griega rantizó – ῥαντίζω), como sucede en organizaciones católicas, no es el bautismo bíblico. Por eso no lo llamamos «rantizio», sino bautizo que involucra sumergir a la persona en agua. Al ser bautizados damos un testimonio público de nuestra fe en Cristo y al ser sumergidos nos identificamos con Su muerte, sepultura y resurrección.

“¿O acaso olvidaron que, cuando fuimos unidos a Cristo Jesús en el bautismo, nos unimos a Él en Su muerte? Pues hemos muerto y fuimos sepultados con Cristo mediante el bautismo; y tal como Cristo fue levantado de los muertos por el poder glorioso del Padre, ahora nosotros también podemos vivir una vida nueva.” — Romanos 6:3-4 (NTV)

[Dice Pablo]»Pero con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.»— Gálatas 2:20 (RVC)

[Dice Pablo]»Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado.» — Romanos 6:6 (DHH)

Juan el Bautista

Zacarias JuanBautista infante
Tan pronto pudo hablar de nuevo Zacarías dijo que su hijo se llamaría Juan y al estar lleno del Espíritu Santo dijo una profecía.

Juan el Bautista fue designado por Dios como un profeta quien debía preparar al pueblo para la llegada de Jesús, el Mesías. Dios le envió a Su Espíritu aún antes de que naciera (Lucas 1:15-17). Zacarías, un sacerdote quien servía en el templo, siendo el padre de Juan dijo la siguiente profecía:

[Dice Zacarías]»Y tú, mi pequeño hijo, serás llamado profeta del Altísimo, porque prepararás el camino para el Señor. Dirás a Su pueblo cómo encontrar la salvación mediante el perdón de sus pecados.» — Lucas 1:76-77 (NTV)

Juan Bautista
Juan el Bautista fue el profeta designado por Dios para preparar el camino de Jesús el Mesías.

Juan el Bautista es la voz que clama en el desierto, cumpliendo la profecía de Isaías.

«Una voz clama en el desierto: «Preparen el camino del Señor; enderecen en el páramo una calzada a nuestro Dios.» — Isaías 40:3 (RVC)

Juan predicaba un bautismo de arrepentimiento, era en preparación a la llegada del Salvador.

Juan bautizando
Juan el Bautista predicaba en el desierto, hablaba acerca de la llegada del Mesías y de la necesidad de arrepentirse de los pecados.

«Ese mensajero era Juan el Bautista. Estaba en el desierto y predicaba que la gente debía ser bautizada para demostrar que se había arrepentido de sus pecados y vuelto a Dios para ser perdonada.» — Marcos 1:4 (NTV)

«Decía [Juan el Bautista]: «Ya se cumplió el plazo señalado, y el reino de Dios está cerca. Vuélvanse a Dios y acepten con fe Sus buenas noticias.» — Marcos 1:15 (DHH)

«Yo los bautizo a ustedes con agua para que se arrepientan. Pero El que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.» — Mateo 3:11 (NVI)

El propósito del Bautismo de Jesús

Jesús es la única persona quien ha llevado una vida libre de pecado. Él no necesitaba bautizarse como nosotros.

«Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.» — 2 Corintios 5:21 (NTV)

«Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. No fue pagado con oro ni plata, los cuales pierden su valor, sino que fue con la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha.» — 1 Pedro 1:8-19 (NTV)

JuanBautista Jesus
Jesús fue al Río Jordán buscando a Juan el Bautista para ser bautizado.

Por tanto, cuando Jesús buscó a Juan el Bautista para que lo bautizara, no era por las mismas razones que los demás.

«Luego Jesús fue de Galilea al río Jordán para que Juan lo bautizara, pero Juan intentó convencerlo de que no lo hiciera.—Yo soy el que necesita que tú me bautices —dijo Juan—, entonces, ¿por qué vienes Tú a mí? Pero Jesús le dijo:—Así debe hacerse, porque tenemos que cumplir con todo lo que Dios exige. Entonces Juan aceptó bautizarlo.» — Mateo 3:13-15 (NTV)

Jesus bautizo
La Trinidad completa participó en el bautismo de Jesús: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

El propósito del bautismo es el de identificación. Por lo que el bautismo de Jesús, fue Su identificación pública como el Mesías, iniciando de esta forma Su trabajo ministerial. Dios Padre, en el cielo, lo identificó plenamente como Su Hijo:

«Después de ser bautizado, Jesús salió del agua. Entonces los cielos se abrieron y él vio al Espíritu de Dios, que descendía como paloma y se posaba sobre Él. Desde los cielos se oyó entonces una voz, que decía: «Éste es Mi Hijo amado, en quien Me complazco.»» — Mateo 3:16-17 (RVC)

La gran comisión

Jesús en la gran comisión nos da las prioridades: Primero, ganen creyentes para Cristo; después, bautícenlos; y finalmente, ayúdelos a crecer para su madurez.

“Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” — Mateo 28:19-20 (RVC)

Con esto concluimos este estudio en el tema del bautismo. ¡Que Dios los bendiga!


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