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¿Es la cremación algo Cristiano?


Por Roy E. Knuteson, Ph.D.
Las naciones paganas acostumbraban incinerar a los muertos.
Las naciones paganas acostumbraban incinerar a los muertos.

¿Es la cremación algo que los Cristianos deban hacer? Muchas personas piensan que sí, ya que ha ganado amplia aceptación últimamente entre creyentes Cristianos. Por ejemplo, los ministros cristianos en Estados Unidos se encuentran extrañamente callados con respecto a este tema y muy pocos feligreses en las iglesias han escuchado alguna vez un sermón acerca de la cremación, y mucho menos estudiado esto por sí mismos.

Históricamente, la cremación fue considerada como un método pagano para deshacerse de un cuerpo humano. Sin embargo, hoy en día, el razonamiento humano, la aceptación cultural, y los factores económicos han determinado lo que está bien o mal en cuanto a los procedimientos funerarios, teniendo precedencia sobre la Palabra de Dios.

La revelación acerca de la cremación

Para los cristianos la pregunta debería de ser: «¿Qué es lo que dice la Biblia acerca de la cremación? Nuestra fe está basada en la ética judeocristiana que sigue las enseñanzas de lo que nos dicen tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento acerca de este importante tema, y cómo eventualmente afectará a cada persona.

«Y así como cada persona está destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio» — Hebreos 9:27 (NTV)

El Antiguo Testamento

Abraham
Abraham

¿Existe algún consentimiento para la cremación en el Antiguo Testamento? La respuesta es “¡No!». La ley universal y la práctica del pueblo de Dios era enterrar el cuerpo, no quemarlo. Tomemos el ejemplo de Abraham, como el «Padre de los Fieles», él decidió comprar un terreno por 400 monedas de plata por el lugar de sepultura en donde enterró a su esposa Sara.

«Efrón respondió a Abraham:—Mi señor, por favor, escúcheme. El campo vale cuatrocientas monedas de plata, ¿pero qué es eso entre amigos? Vaya y entierre a su esposa.» — Génesis: 23:14-15 (NTV)

¿Por qué hizo eso? Porque era la forma para disponer de los difuntos según las Sagradas Escrituras. Abraham, Isaac y Jacob están enterrados, así como también más de dos millones de israelitas quienes murieron en su travesía a través del desierto.

El Antiguo Testamento prohibía a los judíos que siguieran las costumbres de sus vecinos paganos, y específicamente les ordenaba que enterraran a los muertos:

«Si alguien cometió un delito digno de muerte, y por eso lo ejecutan y luego lo cuelgan en un madero, el cuerpo no debe quedar allí colgado toda la noche. Habrá que enterrarlo ese mismo día, porque todo el que es colgado es maldito a los ojos de Dios. De esa manera, evitarás que se contamine la tierra que el Señor tu Dios te da como preciada posesión.» — Deuteronomio 21:22-23 (NTV)

Cuando Moisés murió, Dios lo enterró en Moab

«Así que Moisés, siervo del Señor, murió allí, en la tierra de Moab, tal como el Señor había dicho. El Señor lo enterró en un valle cercano a Bet-peor, en Moab, pero nadie conoce el lugar exacto hasta el día de hoy.» — Deuteronomio 34:5-6 (NTV)

Dado que este es el método que Dios utiliza, ¿no deberíamos también utilizarlo nosotros? El libro judío del Mishna, que son unos comentarios de la Ley, denuncia a la cremación como una «práctica idólatra». El único caso de un cuerpo que es quemado en Israel fue registrado en el libro de Josué:

«El que haya robado de lo que estaba destinado para ser destruido será quemado con fuego, junto con todo lo que tiene, porque ha roto el pacto del Señor y ha hecho algo horrible en Israel.» — Josué 7:15 (NTV)

Acán y su familia fueron apedreados y luego sus cuerpos quemados.
Acán y su familia fueron apedreados y luego sus cuerpos quemados.

Acán y su familia fueron apedreados a muerte, y se ordenó que sus cuerpos fueran quemados debido a su horrible pecado y rebelión en contra de Dios. El quemar el cuerpo fue una demostración de la ira de Dios en aquel tiempo.

«Y enseguida todos los israelitas los apedrearon, y luego los quemaron; después de eso, levantaron sobre ellos un gran montón de piedras, el cual permanece hasta el día de hoy. Entonces el enojo del Señor se calmó. Por eso hasta este día aquel lugar se llama el Valle de Acor.» — Josué 7:25b-26 (NTV)

¿Acaso deben ser deshonrados de esta forma nuestros restos?

En Amos 2 se registra el pecado imperdonable de Moab, ya que quemaron los huesos del rey de Edom (versículo 1). El resultado de ese pecado de la cremación en el octavo siglo a.C. fue que Dios envió «fuego sobre Moab». El quemar siempre ha sido una demostración de la ira de Dios. Por lo tanto, no es una práctica apropiada para los funerales bíblicos.

«Esto es lo que dice el Señor: «¡Los habitantes de Moab han pecado una y otra vez y no permitiré que queden sin castigo! Profanaron los huesos del rey de Edom, reduciéndolos a cenizas. Por lo tanto, haré caer fuego sobre la tierra de Moab y todas las fortalezas de Queriot serán destruidas.» — Amós 2:1-2a (NTV)

El Nuevo Testamento

Manasés sacrificó a sus propios hijos al fuego en el valle de Ben-hinom, más tarde llamado Gehenna.
Manasés, en su idolatría, sacrificó a sus propios hijos al fuego en el valle de Ben-hinom, más tarde llamado Gehenna.

En los tiempos del Nuevo Testamento, los únicos cuerpos que habían sido quemados eran los de los criminales. El lugar de la cremación era el basurero en el Valle de Hinom (el nombre cambió de Ben-Hinom, a Hinom, y luego a Gehenna, que significa “infierno” en hebreo y en griego), el cual estaba localizado afuera de las murallas de la Ciudad Santa (Jerusalén). Ahí en la antigüedad, habían sido ofrecidos sacrificios humanos.

«Manasés también sacrificó a sus propios hijos en el fuego en el valle de Ben-hinom. Practicó la hechicería, la adivinación y la brujería, y consultó a los médiums y a los videntes. Hizo muchas cosas que eran malas a los ojos del Señor y con eso provocó Su enojo.»— 2 Crónicas 33:6 (NTV)

La quema continua de basura en ese lugar ilustraba para el pueblo de Israel el juicio interminable sobre los malvados. Jesús utilizó la palabra «Gehenna» como un retrato del infierno, en

“donde los gusanos nunca mueren y el fuego nunca se apaga” —Marcos 9:48 (NTV)

El quemar era un símbolo de vergüenza y desgracia, distante de la imagen adecuada del funeral cristiano. Jesús dijo que los muertos debían ser enterrados, no quemados.

«Jesús le dijo: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.»»— Mateo 8:22 (RVC)

Jesucristo fue sepultado y luego resucitó al tercer día.
Jesucristo fue sepultado y luego resucitó al tercer día.

El cuerpo de nuestro Señor fue colocado cuidadosamente en una tumba. El fue «enterrado», según las Escrituras. Se dice que nuestra identificación con Cristo en Su muerte es una «sepultura» (Romanos 6:4). El bautismo de los creyentes representa de una forma visual esa relación espiritual. La cremación, por tanto, es una transgresión y una distorsión de esa lección de las Escrituras. No se debe hacer.

«Pues hemos muerto y fuimos sepultados con Cristo mediante el bautismo; y tal como Cristo fue levantado de los muertos por el poder glorioso del Padre, ahora nosotros también podemos vivir una vida nueva.» — Romanos 6:4 (NTV)

Cada funeral en el Nuevo Testamento incluía un entierro, incluso para personas como Ananías, Safira y Judas [Iscariote] (ver Mateo 27:7-10). Por lo tanto, es una declaración de gran ignorancia para cualquier cristiano decir «No hay ningún lado en la Biblia en donde se prohíba la cremación».

Los orígenes de la cremación

De acuerdo a registros históricos, la idea de reducir un cuerpo a cenizas se originó en tierras paganas. Los romanos, quienes también inventaron la crucifixión como un tipo de muerte, estuvieron entre los primeros en comenzar a practicar esta abominable costumbre.

En India las personas siguen costumbres paganas, en donde queman a los muertos a orillas del río Ganges.
En India las personas siguen costumbres paganas, en donde queman a los muertos a orillas del río Ganges.

Los hindús en la India siempre han quemado a sus muertos y luego esparcido las cenizas en el río Ganges. Dado que ellos creen en la reencarnación, ellos quieren deshacerse del cuerpo rápidamente para que pueda tomar lugar la siguiente encarnación. ¿Acaso deben los cristianos imitar a los hindús? Interesantemente, los cristianos que viven en la India consideran que la cremación es tan pagana como la adoración de ídolos, y por tanto siempre entierran a sus muertos.

La cremación llegó a América a través de las personas no-civilizadas y no-cristianas de la Edad Media. Estos mismos paganos les sacaban los ojos a los cristianos, les arrancaban sus lenguas, los quemaban en la hoguera, y los arrojaban como alimento a los leones.

El primer crematorio en Estados Unidos fue construido en Washington, Pennsylvania en 1876 por unos hombres ateos e incrédulos. La iglesia católica romana respondió rápidamente a la proliferación de esta práctica maligna y la prohibieron en 1886. Mucho tiempo antes de esto, los pastores cristianos condenaron esta forma pagana de disponer de un cuerpo cristiano.

Por lo tanto, es una práctica relativamente reciente en Estados Unidos, y tristemente, ahora ya ha sido adoptada por muchos cristianos tan sólo como otra opción para deshacerse de un cuerpo muerto. Algunos cristianos responden a esta revelación diciendo: «Sabemos que la cremación no causa que nadie pase por alto el juicio, como algunos creen, y por tanto no importa la forma en que dispongamos del cuerpo de un ser querido». ¡Pero sí importa!

El hecho de que una persona solicite ser cremada para sí mismos o para otra persona, significa ir en contra de lo que dice la Biblia y toda la historia sagrada. El entierro es el único método bíblico mientras esperamos la resurrección, y ninguna cantidad de razonamiento acerca del terreno para el sepulcro, lo sanitario del método, y los altos costos funerales pueden cambiar eso. La cuestión de la cremación no es debatible, ya que Dios ha dicho la última Palabra.

La Palabra de Dios es muy clara en este tema, tanto por medio de declaraciones directas como de ejemplos espirituales. Como cristianos no se nos permite hacer con nuestros cuerpos lo que queramos. De hecho, debemos exaltar a Jesucristo en nuestros cuerpos, ya sea en la vida o en la muerte.

Conclusiones acerca de la cremación

  1. La cremación tiene un origen pagano y por tanto no es cristiano ni bíblico. Cualquier práctica, sin importar su naturaleza, que sea contraria a la Sagrada Palabra de Dios debe ser rechazada por todos los creyentes conscientes.
  2. La cremación elimina el proceso de “curación” de los seres queridos durante su luto por la persona fallecida, que tiene lugar naturalmente a través de una sepultura cristiana.

Al seguir la manera hindú, las cuatro libras de restos quemados usualmente son espolvoreados en corrientes de agua ó esparcidos por avión a los cuatro vientos. Algunas personas incluso dividen las cenizas entre los familiares para que cada quien tenga una parte de los restos del ser querido.

En los crematorios advierten que puede haber residuos en las cenizas de personas que previamente hayan sido incineradas ahí.
En los crematorios advierten que puede haber residuos en las cenizas de personas que previamente hayan sido incineradas ahí.

Otros simplemente dejan las cenizas en la funeraria quienes probablemente las tiren en el basurero de la ciudad. Cuando esto sucede, no hay una entrega del cuerpo a la tierra, ningún lugar sagrado en donde el cuerpo sea enterrado, y ningún lugar para remembranza en años futuros.

Ya sea con un mazo o en una máquina, pulverizan los huesos quemados. Bíblicamente esto es una profanación de los huesos del difunto.
Ya sea con un mazo o en una máquina, pulverizan los huesos quemados. Bíblicamente esto es una profanación de los huesos del difunto.

Hay algo absolutamente horrendo en el proceso mismo de la cremación. El cuerpo es colocado en un horno de gas calentado a 3,000 grados en donde es quemado hasta ser tostado y reducido a cenizas.

  1. ¿Puede usted imaginarse ser el responsable por la cremación del cuerpo de su madre o padre, o de algún amigo o de un hijo? Necesitamos entender que no hay ninguna preocupación amorosa cuando un trabajador de la funeraria empuja el cuerpo a las llamas y luego tritura los huesos restantes con un mazo antes de colocarlos en una urna. Qué diferencia con una cristiana sepultura la cual ha sido bellamente ilustrada por la sepultura de Jesús y de otras personas en la Biblia.
  1. La cremación deshonra al cuerpo redimido del cristiano, y es la forma legal más barata de evadir una responsabilidad sagrada. Es un acto barbárico que no es bíblico y que es por tanto injustificado.

Basado en estas conclusiones, me rehúso a oficiar un funeral en donde el cuerpo haya sido cremado. Creo que este método no es cristiano, y he resuelto oficiar solamente en sepulturas cristianas, y usted debe insistir en lo mismo, tanto para usted como para sus seres queridos.

«No participen en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, sáquenlas a la luz.»— Efesios 5:11 (NTV)

Nota del Editor: Por Rafael Beltrán

Quisiera agregar un par de versículos bíblicos que también tratan acerca de este tema. Durante tiempos bíblicos el rey Josías, quien hizo lo que era agradable a los ojos del Señor (2 Reyes 22:1-2) anduvo destrozando ídolos y altares paganos. Una de las formas que el rey utilizó para profanar estos lugares fue esparcir huesos humanos sobre ellos:

«Destrozó las columnas sagradas y derribó los postes dedicados a la diosa Asera. Luego profanó estos lugares al esparcir huesos humanos sobre ellos.»—2 Reyes 23:14 (NTV)

Ahora observe el siguiente versículo, en donde Josías quemó huesos humanos con el objetivo de profanar esos altares paganos:

«Por último, el rey ejecutó a los sacerdotes de los santuarios paganos sobre sus propios altares y quemó huesos humanos en los altares para profanarlos. Cuando terminó, volvió a Jerusalén.» — 2 Reyes 23:20 (NTV)

Observe cómo el esparcimiento de huesos humanos, y el quemar huesos humanos, son formas de profanación. Y ahora ¿qué es lo popular hoy en día según las películas y los programas de televisión? Muestran a personas esparciendo cenizas de difuntos al viento, en el mar, o en la parte alta de un monte, o en diferentes lugares escénicos. Lo muestran como «algo bonito», pero en realidad están haciendo una profanación y una contaminación de la tierra. No se deje engañar por las ideas populares del mundo, que nos alejan de las enseñanzas de Dios. La dirección que nos dan las Escrituras es clara: los muertos deben ser enterrados.