Ver. 14 — Y el Señor Dios dijo a la serpiente: «Por cuanto has hecho esto, maldita serás más que todos los animales, y más que todas las bestias del campo. Sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
Cuando Adán y Eva eligieron desobedecer a Dios, provocaron en el mundo una tendencia a pecar. Por lo que Dios no lo podía pasar por alto, Él debía juzgarlo y castigarlo de inmediato. Si las consecuencias del pecado de nuestros primeros padres parecen extremas, esto refleja la justicia y odio de Dios hacia cualquier tipo de pecado. Dios sabía que esto desencadenaría más pecado, vidas arruinadas como lo vemos en el resto de las Escrituras, por el seguimiento a las mentiras de Satanás. Por eso el SEÑOR divisó un plan de salvación para la humanidad, y el Pacto Adámico que veremos, es la primera etapa del mismo. Aquí veremos la primera parte del pacto en donde se explica la maldición a la serpiente.
El Pacto Adámico
Este es el segundo pacto (el primer pacto fue el pacto Edénico, Génesis 1:26-30, 2:15-17) que hizo Dios con la humanidad inmediatamente después de la caída de Adán. Incluye una maldición y una bendición. Este pacto les da a Adán y Eva una descripción profética de lo que sería vivir en el mundo fuera del Paraíso. Como veremos en este y los siguientes estudios bíblicos, este pacto descrito en Génesis 3:14-19, el pacto Adámico está dirigido a la serpiente, a la mujer, al hombre y a la tierra.
En este pacto, el Señor antes de juzgarnos, nos mostró misericordia, antes de expulsar a nuestros primeros padres del paraíso del Edén, hizo un Pacto con ellos dándoles una promesa divina y esperanza. Si por la mujer entró el pecado, por ella vendría el Salvador, que acabaría con el pecado y la maldición de este pacto.
Este pacto es la semilla de toda la profecía en la Biblia. La mujer tipifica Israel, de donde el Mesías prometido vino, mostrada en Apocalipsis 12. Este niño sería el objeto de los ataques continuos de Satanás, por ejemplo, con Moisés cuando el Faraón trató de matar a todos los niños israelitas en Egipto; o cuando Herodes mandó matar a todos los niños en Belén. Ahora continuemos con nuestro estudio:
“Por lo que has hecho”
Cuando Dios se dirige a la serpiente es solamente para condenarla, Satanás no tiene nada que aprender del Señor; a diferencia del hombre y la mujer a quienes les da bendiciones y castigos, mostrando que ellos no estaban totalmente perdidos.
El castigo para el diablo puede significar que, al ser echado del Cielo a la tierra, perdió la gloria y felicidad que allá tenía, y ahora se arrastraría sin ninguna oportunidad de recuperar todo aquello que perdió. Además, no va a tener más alimento de ángeles (maná, Salmos 78:23-25), ni las alegrías del Cielo, sino la lujuria terrenal y los deseos impuros de los hombres; y éstas serán su condición y circunstancias para siempre. Esta degradación es perpetua por el resto de sus días.
“Eres maldita más que todos los animales”
La palabra hebrea utilizada aquí para maldecir es אָרַר – arár, que es invocar miseria hacia alguien por parte de alguien con autoridad. En las Escrituras, sólo se usa para las maldiciones que vienen o son impuestas por Dios.
La serpiente es la más maldecida sobre todos los animales por lo que hizo, dado que la serpiente tentó a nuestros primeros padres conscientemente para que pecaran, no tenía ninguna excusa y recibió una penalidad triple:
1) andarás arrastrándote sobre tu vientre; este castigo llevó a la serpiente a una vida de deshonra en el mundo animal; y para Satanás, una señal de desprecio y degradación, porque lo obligan a convivir con la humanidad, sus víctimas, en los abismos más profundos de vergüenza, infamia, y humillación.
2) comerás polvo todos los días de tu vida, esto refleja la tentación en la que cayó la mujer para comer del fruto prohibido, lo cual condujo a la caída de nuestros primeros padres. Aquí se hace alusión a que la serpiente es responsable de la muerte del hombre, quien regresa al polvo. Así que la dieta de la serpiente será un recuerdo perpetuo de su crimen.
3) la destrucción final de la serpiente; dado que la serpiente engañó con la frase «¡No morirás!», ahora el castigo por esta acción será la muerte de la serpiente (Apocalipsis 20:10).
“Tanto domésticos como salvajes”
El Pacto Adámico no tan sólo afectó a la serpiente, sino a todo el reino animal, ya que se piensa que antes todos los animales eran herbívoros, pero ahora tenemos depredadores y presas, animales carnívoros que se alimentan de otros. También aparece la muerte en los animales, entonces otros animales cambiaron sus hábitos alimenticios para comer la carroña de animales muertos. Aquí surge lo que los naturalistas, como por ejemplo Darwin, llaman «la supervivencia del más fuerte», las especies tienen que adaptarse a su medio ambiente o desaparecer. Durante el Milenio, cuando el Pacto Adámico termine, el reino animal volverá a ser como era en la Creación, el profeta Isaías nos dice:
“En ese día el lobo y el cordero vivirán juntos, y el leopardo se echará junto al cabrito. El ternero y el potro estarán seguros junto al león, y un niño pequeño los guiará a todos. La vaca pastará cerca del oso, el cachorro y el ternero se echarán juntos, y el león comerá heno como las vacas.” — Isaías 11:6-7 (NTV)
“Andarás sobre tu vientre, arrastrándote por el polvo”
Dios alteró la apariencia física de la serpiente por tratar de exaltarse, y como castigo, la forzó a que se arrastrara en una postura de humillación y derrota como un recordatorio permanente para la humanidad del efecto devastador del pecado de Adán. La serpiente pasó de ser el animal más astuto, a representar algo odioso y repugnante. No se sabe si la serpiente tenía patas, caminaba erecta, o inclusive si tenía alas antes de ser maldecida, pero lo que sí sabemos es que después de ser maldecida por Dios, se arrastra sobre su vientre y perdió toda la belleza que antes poseía.
“Lamerán el polvo como la serpiente, como los reptiles de la tierra. Saldrán temblando de sus fortalezas, al Señor nuestro Dios vendrán llenos de miedo, y temerán delante de ti.” — Miqueas 7:17 (NBLA)
En la traducción de Reina-Valera Contemporánea (RVC), la maldición dice: “¡Te arrastrarás sobre tu vientre, y polvo comerás todos los días de tu vida!” Lo que significa que las serpientes son forzadas a comer polvo y esta profecía se cumple literalmente, ya que la mayoría de las serpientes tienen problemas de visión, y compensan esta falta principalmente con su sentido del olfato. Pero las serpientes no tienen la nariz como la nuestra, ellas sólo la usan para respirar y el sentido del olfato está en su boca, por lo que utilizan sus lenguas humedecidas para recolectar partículas de polvo que son traducidas en olores con un órgano sensorial especial llamado órgano de Jacobson en el techo de la boca y así es como la serpiente olfatea. Por lo tanto, ellas están comiendo polvo toda su vida, tal y como lo dice la Biblia.
“Durante toda tu vida”
Habla del destino final de la serpiente y su descendencia: “tu vida” es una alusión de la falsa promesa que hizo a la mujer en el versículo 3:4, “¡No morirán!”, que irónicamente será reconocida más adelante como “Eva”, la madre de todos los que viven en el versículo 3:20. Así la serpiente tendrá su muerte por su engaño, y Eva a través de su descendencia sobrevivirá después del adversario.
La serpiente como instrumento del diablo debe compartir los castigos del diablo. Y aunque vimos que durante el Milenio los animales regresarán a su estado Edénico, las serpientes seguirán comiendo polvo como nos dice el profeta Isaías.
“El lobo y el cordero comerán juntos. El león comerá heno, como el buey; pero las serpientes comerán polvo. En esos días, nadie será herido ni destruido en Mi monte santo. ¡Yo, el Señor, he hablado!».” — Isaías 65:25 (NTV)
Después de maldecir a la serpiente físicamente en este versículo, Dios entonces se dirigió a la serpiente espiritualmente, al seductor, Satanás, y lo va a maldecir en el versículo 15. Este será el tema que abordaremos en nuestro siguiente estudio.
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Continuar leyendo: Génesis 3:15 — El Pacto Adámico: Dios maldice a la serpiente (Parte 2)