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Génesis 2:15-17 — El Primer Pacto con la Humanidad: El Pacto Edénico

El Señor Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que se ocupara de él y lo custodiara; pero el Señor Dios le advirtió: «Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás».

En este pasaje se muestra la segunda parte en la comunicación entre Dios (Yahveh) y el hombre para darnos el primer pacto o alianza, llamado Pacto Edénico; y se describen las condiciones en las cuales Yahveh ofrece Sus bendiciones, cuidados, dirección y Su presencia para el primer miembro de la raza humana: Adán.

“El Señor Dios puso al hombre en el jardín de Edén”

Aquí la palabra “puso” es diferente a la utilizada en el versículo de Génesis 2:8, su significado en este caso es que Yahveh le da un lugar permanente para que viva, se establezca, y para que descanse en el paraíso. No significa que físicamente lo levantó con un poder divino y lo puso en el jardín, sino que simplemente ejerció una influencia, tal vez mental, sobre él para guiarlo hacia el jardín. Y Adán llego a este paradisiaco lugar preparado para él. La misma palabra es usada en Ezequiel para poner al pueblo de Israel en la tierra prometida después de su reunificación.

“Pondré mi Espíritu en ti, volverás a vivir y regresarás a tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, he hablado y que he cumplido mi palabra. ¡Sí, el Señor ha hablado!.” — Ezequiel 37:14 (NTV)

El Pacto Edénico

En Génesis podemos encontrar este pacto, alianza, acuerdo, o contrato (es la misma palabra de donde viene la palabra Testamento) en dos lugares, la primera la vimos en Génesis 1:28-30 y cubre las primeras 4 disposiciones: (1) Que fueran fructíferos y se multiplicaran; (2) Que dominaran la tierra, el mundo material; (3) Que fueran sus representantes en la tierra teniendo autoridad sobre el reino animal; (4) Que tuvieran una dieta vegetariana.

“Y los bendijo Dios con estas palabras: «¡Reprodúzcanse, multiplíquense, y llenen la tierra! ¡Domínenla! ¡Sean los señores de los peces del mar, de las aves de los cielos, y de todos los seres que reptan sobre la tierra!»… Y dijo Dios: «¡Miren! Les he dado toda planta que da semilla y que está sobre toda la tierra, y todo árbol que da fruto y semilla. Ellos les servirán de alimento.” — Génesis 1:28-29 (RVC)

Ahora veremos las 3 últimas disposiciones (de 7 en total) del Pacto Edénico: (5) La labor física y el cuidado del jardín; (6) La comida permitida y la comida prohibida en el jardín; y (7) El castigo por la desobediencia.

El Pacto Edénico es el primer pacto de Dios hacia la humanidad y es incondicional, es decir, que independientemente de que si Adán y Eva lo siguieran o no, Dios les dio las siguientes bendiciones:

1.- Que fueran fructíferos y se multiplicaran, y que llenaran la tierra (Génesis 1:28a). Como primeros miembros de la raza humana, su responsabilidad era multiplicarse para cubrirla con representantes de Dios.

2.- Que dominaran la tierra, el mundo material (Génesis 1:28b). El hombre ahora tenía que estudiar el ambiente que lo rodeaba, y conocerlo para poderlo dominar.

reino-animal3.- Que fueran sus representantes en la tierra teniendo autoridad sobre el reino animal (Génesis 1:28c). Ahora su responsabilidad se extendía también al mundo animal. Dios le dio dominio a Adán sobre todas las creaturas (Génesis. 1:26).

Ahora veamos la segunda mitad del Pacto introducida en este capítulo.

4.- “para que se ocupara de él y lo custodiara” — La labor física y el cuidado del jardín

jardineria
Cuidado del Jardin

La cuarta provisión del Pacto Edénico es lo que se refiere a que “se ocupara”, que significa en hebreo literalmente “servir”, Adán tenía que trabajar la tierra para gozar de sus frutos. Note que el jardín requiere de mantenimiento; no es un lugar de perfección espontánea para toda la eternidad. Se le encomienda al hombre custodiarlo, mantenerlo, y protegerlo. Esto es parte de la responsabilidad del dominio humano. Hemos de ser administradores, no explotadores de los recursos de este planeta.

Jardin-EdenEl «Paraíso» no es un lugar para la pereza y el placer como objetivo de la vida. El trabajo contribuía a la felicidad de Adán, era una parte importante y digna, como representante de la imagen de Dios; la actividad física representa el servicio espiritual para Dios. Por lo que el trabajo se inició con la Creación, no vino como resultado del pecado original, aunque después se hizo más difícil con la maldición de Dios.

La palabra “custodiara”, significa en hebreo “proteger”. Esta es la primera indicación que ya había peligros inclusive en el Jardín del Edén. El pecado fue introducido en este universo mucho antes de la caída de Adán y Eva. Satanás fue expulsado del cielo y exiliado al planeta tierra. Por eso Adán tenía que cuidarlo.

“¡Cómo has caído del cielo, oh estrella luciente [Lucifer], hijo de la mañana! Has sido arrojado a la tierra, tú que destruías a las naciones del mundo.” — Isaías 14:12 (NTV).

5.- “El SEÑOR Dios le advirtió: “Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto” — Explicación de la dieta vegetariana

Yahveh le dio la libertad al hombre de comer de cualquiera de los frutos de los miles de árboles del paraíso, y le ofreció la vida eterna por su obediencia. Pero había una excepción para probar su obediencia.

6.- “excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal.” — La comida prohibida

Arbol-bien-malEste es el único mandamiento «negativo» del Pacto Edénico. Y es una simple prueba de obediencia (o sumisión a la voluntad de Dios) para Adán y Eva. El hombre no debe de asumir que porque Dios le dio la autoridad sobre la tierra, que él iba a estar independiente de Dios, o que quedaría exento de Sus leyes. El hombre fue creado perfecto y santo (santo del hebreo קֹדֶשׁ – kodesh – separado o apartado para el Señor), pero su santidad se puso a prueba para ver si se mantenía fiel.

El árbol del conocimiento del bien y del mal no era un árbol mágico, que les fuera a dar los poderes de Dios. Solamente era una prueba de obediencia y confianza de Dios. Así que al comer de éste, después de haber sido prohibido por Dios, le dio al hombre el conocimiento del mal, puesto que el mal se puede definir como desobedecer a Dios. Y el hombre ya tenía conocimiento del bien.

7.- “Si comes de su fruto, sin duda morirás” — El castigo por la desobediencia

La frase en hebreo “מֹות תָּמֽוּת – mot tamut” literalmente significa “muriendo tu morirás”. Muestra el proceso de continuo deterioro y muerte que vivimos («muriendo») desde que nacemos, en el que vamos muriendo día a día hasta el punto en el cual morimos físicamente («tu morirás»). La muerte se introdujo en este mundo con el pecado original; ya que la muerte significa la separación de Dios debido al pecado. El pecado es la rebelión en contra de la santa voluntad de Dios. El «mal» viene de la palabra hebrea רַע – ra, término que significa «romper» o «arruinar». En este caso rompe nuestra comunión con Dios.

«Pero ellos, como antes Adán, no respetaron mi pacto, sino que pecaron contra mí.» — Oseas 6:7 (RVC)

no-tocar-frutoLa sanción por violar el mandamiento era la muerte. «Morir» tiene la idea básica de la separación. En el momento de su pecado, Adán y Eva murieron espiritualmente de forma instantánea, el Espíritu de Dios ya no podía estar con ellos, se separó de ellos. Pero por la misericordia de Dios no murieron físicamente sino hasta más tarde (Génesis 5:5). Ya hablaremos de esto en el siguiente capítulo de Génesis 3.

“Adán vivió novecientos treinta años y después murió.” — Génesis 5:5 (NTV)

Si el Pacto Edénico hubiera sido condicional, Dios fácilmente pudo haber cancelado el acuerdo y eliminado a Adán y a Eva para siempre de Su presencia. Pero no fue así, al contrario, Yahveh ya sabía lo que iba a pasar y tenía preparada una serie de pactos (8 en total) con los cuales le mostrará el camino de regreso a los creyentes hacia el paraíso para pasar la eternidad con Dios.

Para cerrar este estudio me gustaría mencionar que el gran objetivo para el cual el mundo está constituido como lo encontramos hoy en día, es para probar la naturaleza moral del hombre. Para ver si damos gloria a Dios o no. En el paraíso, Dios le dijo a Adán que no comiera del árbol del conocimiento del bien y el mal, y le dio libre voluntad, de forma que Adán lo obedeciera libremente, no siendo forzado. Si Dios no hubiera puesto el árbol, o le hubiera puesto barreras para que no lo pudiera alcanzar, su obediencia habría sido superficial. De esta forma, Adán tendría su recompensa comiendo los frutos de miles de diferentes árboles, o el castigo con sus tristes consecuencias si comía de un solo árbol.

Muchas veces escogemos equivocadamente y tenemos que vivir con las consecuencias, lo que nos causa dolor; pero debemos de aprender de la experiencia y crecer espiritualmente. Cuando usted se enfrente con esa alternativa siempre elija obedecer a Dios.

Por eso cuando elegimos a Jesús como nuestro Señor y único medio de salvación volvemos a la vida.

“Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados.” — Efesios 2:1 (NTV)

«»Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Ahora pongo al cielo y a la tierra como testigos de la decisión que tomes. ¡Ay, si eligieras la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir!» — Deuteronomio 30:19 (NTV)


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