Continuando con esta serie de artículos, ahora veremos la segunda mentira, en donde la serpiente tuvo la audacia de llamar a Dios, un mentiroso. Como recordarán en la primer mentira, Satanás estaba sugiriendo a Eva que el amor de Dios era defectuoso, ya que les quería evitar que alcanzaran todo lo que podían llegar a ser. Y Eva, por su respuesta, indica que le está empezando a creer a la serpiente, quien desinteresadamente sólo está buscando el bienestar de Eva.
Mentira # 2 — Dios no dice la verdad
La serpiente sembró la semilla de la duda, con un pensamiento negativo en el versículo 1; lo hizo para separar a Eva de Dios, de Su amor infinito, haciéndole pensar que Dios no es bueno. Ahora en el versículo 4, le agrega un pensamiento escéptico acerca de Dios como parte de la segunda etapa en su estrategia. La serpiente la está engañando al decirle: ¡Dios no dice la verdad!
“Entonces la serpiente le dijo a la mujer: ¡No morirán!” — Génesis 3:4 (RVC)
Vemos como el diablo dice algo que es contrario a la Palabra de Dios, y veremos como sigue utilizando esta misma mentira una y otra vez. El enemigo utilizó esta misma estrategia poco después del Diluvio, e incitó al hombre a no hacer caso del pacto que hizo con Noé (en Génesis 9) para llenar la tierra.
“Después Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra.” — Génesis 9:1 (NTV)
Y dos capítulos después, puesto que creen que Dios «no dice la verdad», vemos como empiezan a construir la torre de Babel y se vuelven idólatras buscando fama para ellos mismos.
“Entonces dijeron: «Vamos, construyamos una gran ciudad para nosotros con una torre que llegue hasta el cielo. Eso nos hará famosos y evitará que nos dispersemos por todo el mundo».” — Génesis 11:4 (NTV)
Sin embargo, Dios SÍ dice la verdad, y Él dispersó a los hombres cuando les confundió los idiomas, pero desafortunadamente no aprendieron la lección y siguieron retando a Dios. De forma que cualquiera que cause escepticismo acerca de Dios en lo relacionado a Su autoridad y Su autenticidad está haciendo el trabajo del diablo.
“No se dejen engañar por los que tratan de justificar esos pecados, porque el enojo de Dios caerá sobre todos los que lo desobedecen.” — Efesios 5:6 (NTV)
Esta misma técnica basada en mentiras que agregan un pensamiento escéptico acerca de Dios, la vemos hoy en día con diferentes corrientes filosóficas que tienen sus bases siglos antes de que Jesús naciera, de la gente que se dispersó por el evento en la torre de Babel.
En Grecia, 300 a.C. se desarrolló el empirismo, que es una teoría filosófica la cual enfatiza el papel de la experiencia humana como la base de todo el conocimiento, no se basa en Dios ni en Sus enseñanzas. Empezó con Aristóteles y después fue mezclado con el platonismo. Pero ya vimos los resultados de «experimentar con el pecado», la historia de Eva que produjo la caída de la humanidad al probar el fruto prohibido, y que Adán y Eva fueran expulsados del paraíso. Otro ejemplo de la «experiencia» es como vivía el pueblo de Israel en los tiempos de los jueces, en donde cada quien hacía lo que le parecía correcto, pero el resultado fue terrible, lejos de ser una comunidad modelo. Entre más se separaban de Dios, más caos tenían en sus vidas, y otras naciones los conquistaban.
“En aquellos días no había rey en Israel, y cada quien hacía lo que le parecía mejor.” — Jueces 21:25 (RVC)
El empirismo tuvo problemas para contestar todas las preguntas sobre nuestra existencia y sobre Dios. Por lo que vinieron otras filosofías para cubrir el engaño.
Y quien podría hacerlo mejor que los sofistas («sabiduría» en griego) que son considerados los fundadores del relativismo en el mundo occidental. El relativismo sostiene que no hay una verdad universal, sino que sólo hay una verdad subjetiva y es relativa a los diferentes marcos de referencia. Esta negación de la verdad absoluta permite la negación de la posibilidad del pecado e incluso de Dios. Pero ¿qué sabe el hombre de la verdad? Dios fue quien creó el universo y quien tiene la verdad absoluta, el conocimiento, y el cómo aplicarlo, no hay nada «relativo»:
“El Señor ha dicho: «Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes.” – Isaías 55:8-9 (RVC)
La racionalización de la verdad es lo que nos da el relativismo, cada quien razona diferente las cosas, y como vimos el resultado no está ni cerca del estándar que Dios tiene. A lo que Dios llama pecado, el hombre lo racionaliza llamándolo un «mal hábito», o «todo mundo lo hace», o «así me criaron»; pero no lo llamamos por lo que es: pecado. Así que, para no sentirnos mal, siempre racionalizamos justificaciones para nuestros pecados. Pero el cristianismo nos dice que debemos aceptar que somos pecadores, arrepentirnos y seguir a Jesús, la Verdad absoluta.
“Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.” — Juan 14:6 (NTV)
Para separarnos de la verdad, Satanás utiliza nuestro orgullo para llevarnos a su doctrina de este mundo.
“Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo;” — 1 Juan 2:16 (NTV)
Por eso Dios odia el orgullo porque hace que el hombre piense que él puede hacer las cosas por sí mismo, y a su manera. El orgullo lleva al hombre a racionalizar la desobediencia.
“Pero me temo que, así como la serpiente engañó a Eva con su astucia, así también los sentidos de ustedes sean de alguna manera apartados de la sincera fidelidad a Cristo.” — 2 Corintios 11:3 (RVC)
«Tras el orgullo viene el fracaso; tras la altanería, la caída.» — Proverbios 16:18 (DHH)
Ahora veamos la razón en el mundo moderno. Francia fue la cuna del racionalismo, una corriente filosófica en donde «la razón» es la única forma para adquirir conocimiento, se glorifica al intelecto y a la mente humana. Según sus seguidores, la verdad absoluta no estaba en Dios, sino en la humanidad. Empezó en el siglo 17, y su mayor exponente fue René Descartes, considerado como el padre de la filosofía moderna, él fue quien dijo: “Pienso, luego existo”.
“Porque para Dios la sabiduría de este mundo es insensatez; pues escrito está: «Él atrapa a los sabios en sus propias trampas». Y en otra parte dice: «El Señor conoce los pensamientos de los sabios, y éstos son inútiles».” — 1 Corintios 3:19-20 (RVC)
Descartes hizo todo lo posible para prescindir de Dios. Inventó el concepto de «libre albedrío», en donde la razón del hombre es suficiente para la búsqueda de los bienes que debe perseguir, y también afirmó que la virtud consiste en el «razonamiento correcto» que debería guiar sus acciones. El racionalismo sentó las bases para el secularismo (todo lo que es ajeno a la religión) y para el ateísmo.
“Como dicen las Escrituras: «Destruiré la sabiduría de los sabios y desecharé la inteligencia de los inteligentes». Así que, ¿dónde deja eso a los filósofos, a los estudiosos y a los especialistas en debates de este mundo? Dios ha hecho que la sabiduría de este mundo parezca una ridiculez.” — 1 Corintios 1:19-20 (NTV)
La razón no puede sobrepasar la fe, porque Dios está más allá de la razón. El hombre por medio de «la razón» no puede encontrar a Dios.
“Ya que Dios, en su sabiduría, se aseguró de que el mundo nunca lo conociera por medio de la sabiduría humana, usó nuestra predicación «ridícula» para salvar a los que creen.” — 1 Corintios 1:21 (NTV)
Otra forma en la que el enemigo utiliza su frase: “¡No morirán!” es cuando nos hace pensar que el poder y fama sean más importante que Dios. Como lo vemos en la Biblia después de la muerte del rey Salomón el reino de Israel se dividió en el reino de Israel al norte, y en el del sur, el reino de Judá. El rey del norte, Jeroboán, en 1 Reyes 12:25-33, tramó un plan para mantener el poder a través de una nueva religión, y gracias a Satanás (el arquitecto de este plan), la gente de Israel fue engañada por su nuevo rey. Lo que los llevaría a la perdición, desapareciéndolos del mapa y de la historia.
“Entonces Jeroboán… dentro de sí mismo pensaba: «El reino puede regresar a la casa de David si el pueblo sigue yendo a ofrecer sacrificios al templo del Señor en Jerusalén. Entonces volverán a someterse voluntariamente a Roboán, rey de Judá, y a mí me matarán.»… Jeroboán mandó hacer dos becerros de oro y le dijo al pueblo: «Israelitas, demasiadas veces han ido ustedes a Jerusalén. ¡Aquí tienen a los dioses que los sacaron de Egipto!» Uno de los becerros lo colocó en Betel, y el otro en Dan.” — 1 Reyes 12:25-29 (RVC)
Pero Jeroboán continúo haciendo el engaño más elaborado, después de todo él estaba creando una nueva religión:
“Además, Jeroboán mandó construir altares en los montes y nombró sacerdotes de entre el pueblo, aunque no fueran descendientes de Leví… ofrecía sacrificios en el altar que construyó en Betel… La fiesta religiosa que instituyó el día quince del mes octavo, fue una invención suya, y todo el pueblo participó en ella.” — 1 Reyes 12:31-33 (RVC)
En el versículo 30 nos dice: “Esto incitó al pueblo a pecar, porque iba a Dan a adorar el becerro.” La gente hacía el esfuerzo de ir a la parte más alejada en el norte de Israel para adorar a un ídolo. Satanás, a lo largo de la historia, usó esta misma estrategia con otros reyes y emperadores, quienes buscaban fortalecer su poder por medio de religiones paganas, la más grande al día de hoy es la creada por el imperio Romano.
El Catolicismo adoptado por el emperador Constantino en el siglo 4 A.D fue un esfuerzo para unificar su poder que se encontraba en decadencia (el imperio estaba tan débil que se dividió en dos, el romano y el bizantino). Además, Satanás trató de eliminar el Cristianismo con persecuciones y matanzas en el Coliseo romano, pero vio que eso no funcionó, los cristianos se seguían multiplicando. Constantino entonces impuso el catolicismo como la religión oficial del imperio y todas las religiones politeístas que dividían a su reino ya no serían permitidas. Pero para que la gente las aceptara, hizo un sincretismo (una mezcla de todas), para que todos estuvieran contentos y su imperio se uniera. Esto fue el peor ataque al Cristianismo, creando una religión muy parecida al cristianismo en lo superficial, pero diametralmente opuesta a las creencias fundamentales del Cristianismo que Jesús nos enseñó. De hecho, «católica» significa «universal», es la iglesia universal de todas las religiones del Imperio Romano.
“No olviden el pacto que hice con ustedes y no rindan culto a otros dioses. Adoren solo al Señor su Dios. Él es quien los librará de todos sus enemigos.” — 2 Reyes 17:38-39 (NTV)
Esta obra maestra del engaño hecha por el diablo, al igual que en el caso de Jeroboán, hizo que la gente se alejara de Dios pensando que estaban en lo correcto, pero terminaron adorando a los ídolos, que en este caso no son becerros, sino que ahora son llamados «santos», a los que se les construyeron altares, crearon festividades y peregrinaciones, diferentes a lo que Dios estableció. Dichos festivales aún son conmemorados en fechas que coincidían con festividades de las religiones politeístas.
“Sin embargo, la gente no quiso escuchar y siguió con sus prácticas antiguas. Así que, si bien los nuevos residentes adoraban al Señor, también rendían culto a sus ídolos; y hasta el día de hoy, sus descendientes hacen lo mismo.” — 2 Reyes 17: 40 -41 (NTV)
Después vinieron los papas, los «vicarios de Pedro» (y «de Dios» más recientemente), quienes para asegurar su poder, fomentaron la sumisión de la gente a la iglesia católica y a su papa para «lograr la salvación», cambiaron los 10 Mandamientos en sus catecismos, inventaron la excomunión, las indulgencias, el purgatorio, las cruzadas, la inquisición, la canonización de santos, y la asunción de la virgen María. Y para hacer todos estos cambios se basaron en lo que Jesús le dijo al apóstol Pedro:
“Ahora te digo que tú eres Pedro (que significa “roca”), y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no la conquistará. Y te daré las llaves del reino del cielo. Todo lo que prohíbas en la tierra será prohibido en el cielo, y todo lo que permitas en la tierra será permitido en el cielo.” — Mateo 16:18-19 (NTV)
Pero el mismo Pedro explica más tarde en su epístola (1 Pedro: 2), acerca de la roca a la que se refería Jesús en Mateo 16, basada en la respuesta de Pedro en el versículo 16 – “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente.” Y lo que prohibiera o permitiera debía estar de acuerdo a las enseñanzas de la Palabra de Dios. La Roca es Jesús:
“Acérquense a Él [Jesús], a la Piedra Viva que los hombres desecharon, pero que para Dios es una piedra escogida y preciosa. Y ustedes también, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepte por medio de Jesucristo. Por eso dice la Escritura: «¡Miren! Yo pongo en Sión la principal Piedra Angular, escogida y preciosa; y el que crea en ella no será avergonzado.» — 1 Pedro 2:4-6 (RVC)
La Biblia hace referencia en muchos pasajes en donde llama al Señor «La Roca», ver también Génesis 49:24, Deuteronomio 32:18, 32:30-31; 1 Samuel 2:2; 2 Samuel 22:2-3, 32, 47; 23:3; Salmos 18:2, 31, 46; Salmos 19:14, Salmos 28:1, Salmos 31:2-3, Salmos 42:9; esta lista no es exhaustiva, hay muchos más pasajes en donde se hace mención.
«Él [SEÑOR] es la Roca, Sus obras son perfectas. Todo lo que hace es justo e imparcial. Él es Dios fiel, nunca actúa mal; ¡qué justo y recto es Él!» — Deuteronomio 32:4 (NTV)
«¡Vengan, cantemos al Señor! Aclamemos con alegría a la Roca de nuestra salvación.» — Salmos 95:1 (NTV)
Otro de los engaños de Satanás son las apariciones de la virgen María que han surgido en diferentes países, como por ejemplo en México, tenemos la aparición de la virgen de Guadalupe (María con rasgos mestizos), quien pidió la edificación de un templo para que ella fuera adorada ahí. Pero no pidió el templo para adorar a Dios. Hoy en día es la basílica más grande en la capital de México. El apóstol Pablo nos previno de tener cuidado con este tipo apariciones si vemos que no van de acuerdo a lo que dice la Palabra de Dios.
[Dice el apóstol Pablo] “Si alguien —ya sea nosotros o incluso un ángel del cielo— les predica otra Buena Noticia [Evangelio] diferente de la que nosotros les hemos predicado, que le caiga la maldición de Dios.” — Gálatas 1:8 (NTV)
«Haremos lo que se nos antoje. Quemaremos incienso y derramaremos ofrendas líquidas a la reina del cielo tanto como nos guste, tal como nosotros, nuestros antepasados, nuestros reyes y funcionarios han hecho siempre en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. ¡Pues en aquellos días teníamos comida en abundancia, estábamos bien económicamente y no teníamos problemas!» — Jeremías 44:17 (NTV)
Esta aparición (como las demás de otras «vírgenes» vistas en otros países) era un impostor, alguien que dijo ser María, pero mejor lea la Biblia para leer lo que ella realmente ha dicho.
«María respondió:—Oh, cuánto alaba mi alma al Señor.¡ Cuánto mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador!» – Lucas 1:46-47 (NTV)
María en ningún momento pidió adoración hacia ella, para nada, al contrario, las Escrituras nos indican que todos los rezos y adoración deben ser dirigidos únicamente a Dios. Recordemos cuando Jesús fue tentado en el desierto por Satanás, y vea como el diablo siempre busca adoración, es precisamente lo que buscaba esa aparición de «la virgen» de Guadalupe, veamos cuál fue la respuesta de Jesús:
«Luego el diablo lo llevó [a Jesús] a la cima de una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria que hay en ellos. —Te daré todo esto —dijo— si te arrodillas y me adoras.—Vete de aquí, Satanás —le dijo Jesús—, porque las Escrituras dicen: “Adora al Señor tu Dios y sírvele únicamente a Él”. Entonces el diablo se fue, y llegaron ángeles a cuidar a Jesús. ” — Mateo 4:8-11 (NTV)
Por eso es tan importante conocer las Escrituras, leer la Biblia, para que usted inmediatamente identifique cuando lo quieran engañar. En la historia han habido otras apariciones de ángeles (caídos) que no predican las Escrituras, y que por el contrario, sugieren cosas opuestas a lo que nos dice la Palabra de Dios.
“Ahora bien, el Espíritu Santo nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe verdadera; seguirán espíritus engañosos y enseñanzas que provienen de demonios.” — 1 Timoteo 4:1 (NTV)
La aparición con más impacto de hoy en día, es el que se le apareció a Mahoma, quien no conocía las Escrituras, y creyó tener revelaciones del ángel “Gabriel”, dando inicio a una nueva religión, llamada islam, en el siglo 7 d.C. Mahoma, quien se llamó así mismo el último y más grande profeta de Alá (dios), pero su enseñanza es totalmente diferente a lo que Dios y todos los profetas en la Biblia nos enseñaron. No creen que Dios tenga un Hijo, Jesús para esta religión es sólo un buen profeta, cambiaron la ciudad santa de Jerusalén a la Meca, el seguidor nunca sabe en esta vida si alcanzó su salvación, ya que ésta depende de la decisión del dios en el día del juicio, a menos que, la persona se suicide como un mártir del islam, lo que le da la salvación en automático y también «ayuda» a los miembros de su familia, también permite la poligamia, y pueden tener hasta 4 esposas.
El apóstol Juan nos previene contra estos engaños, y nos da una pista de cómo identificar a quien tiene el sermón correcto.
“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, los cuales no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Éstos son engañadores, son el anticristo.” — 2 Juan 7 (RVC)
Hay otra religión más moderna que no cumple con lo que nos dice el apóstol Juan. Los Testigos de Jehová enseñan que Jesucristo no es Dios, sino que fue la primer creación de Dios. Por lo mismo, disputan el concepto de la Trinidad. Para ellos la salvación no es por gracia sino por obras y trabajo propio, como predicar yendo de casa en casa haciendo proselitismo para su religión. Para encubrir esto, en la traducción de sus biblias, cambiaron los versículos para negar la divinidad de Jesús. Lo curioso es que se clasifican a sí mismos como cristianos.
“Todo el que se desvía de esta enseñanza no tiene ninguna relación con Dios; pero el que permanece en la enseñanza de Cristo tiene una relación tanto con el Padre como con el Hijo. Si a sus reuniones llegara alguien que no enseña la verdad acerca de Cristo, no lo inviten a su casa ni le den ninguna clase de apoyo.” — 2 Juan 9-10 (NTV)
Cuando leemos la Biblia, el Espíritu Santo nos ayuda para enseñarnos lo que necesitamos saber y nos ayuda a recordar las Escrituras que hemos leído, por tanto si alguien quisiera tratar de darnos «otro evangelio» u otras doctrinas, podemos fácilmente comparar eso con lo que nos dice la Palabra de Dios y contestar apropiadamente según sea el caso. Si por el contrario, la persona no lee la Biblia, cualquiera puede venir a decirle mentiras y la persona se las puede creer, simplemente porque no tiene un punto de referencia, un ancla. Por tanto, lo invitamos a que se de el tiempo de leer la Biblia.
«Yo declaro solemnemente a todos los que oyen las palabras de la profecía escritas en este libro: si alguien agrega algo a lo que está escrito aquí, Dios le agregará a esa persona las plagas que se describen en este libro. Y si alguien quita cualquiera de las palabras de este libro de profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa que se describen en este libro.» — Apocalipsis 22:18-19 (NTV)
Para cerrar el artículo de hoy, los dejo con lo que el Señor nos dice para darnos confianza en que la verdad está en Él, y que la influencia del mundo solo afecta a los que no siguen sus consejos.
“Que los sabios entiendan estas cosas. Que los que tienen discernimiento escuchen con atención. Los caminos del Señor son rectos y verdaderos, los justos viven al andar en ellos; pero en esos mismos caminos, los pecadores tropiezan y caen.” — Oseas 14:9 (NTV)
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