Con este artículo cerramos esta serie de estudios en las que hemos visto que la serpiente sigue utilizando las mismas mentiras que utilizó con Adán y Eva. En la cuarta mentira la serpiente le hace pensar a Eva que ella puede llegar a ser como Dios, quiere que ella actúe de forma independiente y que experimente. Veremos cómo hoy en día se repiten estas mentiras en religiones como el mormonismo, quienes piensan que pueden llegar a ser como dioses. Y veremos como el naturalismo (generado a partir de la teoría de la evolución de Darwin), el modernismo (Nietzsche) y la teoría del big bang, han llevado a muchos a pensar que Dios no existe (el ateísmo), con sus correspondientes terribles consecuencias.
Mentira 4.- Dios no tiene Misericordia. Tú te tienes que valer por ti mismo
La serpiente como toque final de su engaño después de haber desacreditado a Dios, le creó la necesidad a Eva en su mente de que ella podía llegar a ser como Dios. Para ello, necesitaría experimentar un poco, de forma que ella no tuviera que depender en Dios. La serpiente la engañó al decirle: ¡Tú serás como Dios!
“y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal.” — Génesis 3:5b (NTV)
Si observa, el diablo trata de que Eva piense de la forma que piensa él, con ese marco de referencia diabólico. El enemigo inició su rebeldía precisamente al querer ser como Dios, y eso tuvo consecuencias desastrosas para él y sus ángeles caídos quienes se le unieron a su rebelión. Al presentarle esta mentira a Eva, el diablo pretendía que ella también sufriera las consecuencias por la desobediencia.
“¡Cómo has caído del cielo, oh estrella luciente, hijo de la mañana! Has sido arrojado a la tierra, tú que destruías a las naciones del mundo. Pues te decías a ti mismo: “Subiré al cielo para poner mi trono por encima de las estrellas de Dios. Voy a presidir en el monte de los dioses, muy lejos en el norte. Escalaré hasta los cielos más altos y seré como el Altísimo”. — Isaías 14:12-14 (NTV)
Esto es algo que el enemigo sigue haciendo hoy en día, siempre busca que los humanos se rebelen contra Dios, él está hundido y quiere llevarse al resto de la humanidad consigo. Y para ello recurre al engaño de miles de formas diferentes, y lo presenta de forma que parezca atractivo como anzuelo.
Por ejemplo, en este caso le insinúa la idea a Eva de que Dios la está limitando a su máximo potencial, que necesitaba «ser liberada». Le hizo pensar que la experimentación era buena idea, que sería el medio de lograr su objetivo. El comer del fruto representaba llegar a una comprensión y sabiduría divina —que en realidad pertenece sólo a Dios— de una forma independiente, valiéndose por sus propios medios, comiendo del fruto. Y vemos en Génesis 3:6 que la mujer estaba convencida de lo que la serpiente le dijo.
“La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió.” — Génesis 3:6 (NTV)
Pero por los terribles resultados vemos que, en lo referente al pecado, el experimentar fue muy mala idea. Es como las drogas, las personas quieren «experimentar», «a ver qué se siente», pero en realidad es un veneno para sus cuerpos que, a final de cuentas, solamente les trae amargura a sus vidas.
«¡Busquen las instrucciones y las enseñanzas de Dios! Quienes contradicen Su palabra están en completa oscuridad. » — Isaías 8:20 (NTV)
Observe la situación decadente en la que actualmente vivimos en el mundo, la gente ha dejado de lado la revelación de Dios como el medio de discernimiento moral, haciendo alarde de su independencia en lugar de someterse a la voluntad de Dios.
“El principio de la sabiduría es el temor al Señor; Los necios desprecian la sabiduría y la enseñanza.” — Proverbios 1:7 (RVC)
El Mormonismo
Esta 4ta mentira la vemos en acción hoy en día con los mormones, o la iglesia de los Santos de los Últimos Días que fue fundada por Joseph Smith. Dentro de sus doctrinas ellos piensan que los humanos (la creación) pueden convertirse en Dios. Observe cómo es exactamente la misma mentira que la serpiente le dijo a Eva, sólo que ahora la mentira está aún más elaborada. En 1823 Joseph Smith pensó tener la revelación del ángel Moroni, quien lo «guió» para encontrar las tablas de oro con «la palabra de Dios».
En este momento permítame encenderle al lector una alarma de *peligro* antes de que siga leyendo más mentiras/doctrinas del mormonismo. Primeramente, considere las siguientes advertencias del apóstol Pablo:
«Pero temo que, de alguna manera, su pura y completa devoción a Cristo se corrompa, tal como Eva fue engañada por la astucia de la serpiente. Ustedes soportan de buena gana todo lo que cualquiera les dice, aun si les predican a un Jesús diferente del que nosotros predicamos o a un Espíritu diferente del que ustedes recibieron o un evangelio diferente del que creyeron.» — 2 Corintios 11:3-4 (NTV)
«Están siguiendo un evangelio diferente, que aparenta ser la Buena Noticia, pero no lo es en absoluto. Están siendo engañados por los que a propósito distorsionan la verdad acerca de Cristo. Si alguien —ya sea nosotros o incluso un ángel del cielo— les predica otra Buena Noticia diferente de la que nosotros les hemos predicado, que le caiga la maldición de Dios. Repito lo que ya hemos dicho: si alguien predica otra Buena Noticia distinta de la que ustedes han recibido, que esa persona sea maldita.» — Gálatas 1:6b-9 (NTV)
«¡Pero no me sorprende para nada! Aun Satanás se disfraza de ángel de luz.» — 2 Corintios 11:14 (NTV)
Considere que este encuentro de Joseph Smith con ese falso ángel de luz, llamémoslo aparición, sucedió en 1823, casi dos mil años después de la advertencia del apóstol Pablo, esta advertencia sigue vigente hoy en día. El Evangelio que da testimonio de Jesucristo ya fue dado en su momento, la advertencia de Pablo está dirigida a cualquier evangelio que alguien le quiera dar después, como este, o como el de los musulmanes, es exactamente el mismo tipo de engaño.
Ahora continuemos examinando las doctrinas/mentiras del mormonismo, dichas tablas a donde fue guiado Joseph Smith no estaban escritas en hebreo sino en jeroglíficos egipcios, y estaban enterradas en Nueva York, USA. Si recuerda el pueblo de Egipto mencionado en la Biblia ciertamente no son un ejemplo a seguir, por el contrario, de forma que si estas tablas están escritas en jeroglíficos egipcios, digamos que eso nos da un indicio que el origen de esto no es bueno, especialmente porque con ello tratan de sustituir el verdadero Evangelio de Jesucristo. También es bastante sospechoso que su hallazgo haya sido en Nueva York, USA, ¿no lo cree?
La traducción de estas tablas se convirtió en el Libro del Mormón (Book of Mormon en inglés) en 1830. Con este libro y con revelaciones adicionales de diferentes apariciones: del ángel Moroni, de Moisés, Elías, Pedro, y Santiago, Joseph Smith creó las doctrinas que hacen creer a los mormones que todos son espíritus nacidos de un dios y su esposa de otro mundo, inclusive Jesús y Satanás son los espíritus más grandes (hermanos de la humanidad) y ciertos espíritus decidieron recibir cuerpos humanos y venir a la tierra para poder crecer y llegar a ser dioses. En sus creencias, nacen como bebés (con sus previas memorias borradas temporalmente) para progresar con las pruebas de esta vida, siendo un buen mormón, y logrando crecer por medio de buenas obras, de la obediencia de las leyes, y de las ordenanzas de su evangelio; y al morir regresan siendo más que un espíritu, ahora son dioses de un planeta. En la tierra tienen el “matrimonio celestial” que les permite la poligamia hoy en día (por ejemplo, a Joseph Smith se le conocieron al menos 28 esposas); para los mormones la Trinidad está compuesta de tres dioses, en lugar de un solo Dios; también dudan de la correcta traducción de la Biblia, por lo se apoyan de los otros «libros inspirados» de Smith, incluso se atreven a decir que el libro de Mormón es más correcto que la Biblia.
Esto es lo que realmente dijo Moisés, en el libro que él mismo escribió (Deuteronomio), el hecho de que Dios (Elohim, el plural de “El – Dios” en hebreo) es uno, es un principio básico de esta oración judía, llamada “Shema” (escuchar un consejo o aviso, en hebreo):
«Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor es uno.» — Deuteronomio 6:4 (NTV)
¿A quién le cree usted más, a lo que escribió Moisés en Deuteronomio (parte de la Torah judía) o al libro del Mormón?
En estos tiempos el pensar en ser dioses, parece algo pasado de moda, el hombre del mundo de hoy busca encontrar las respuestas en la ciencia, la tecnología, y en la modernidad, negando la existencia de Dios. Lo que impulsa dos de los peores movimientos filosóficos que la sabiduría del hombre ha creado: el naturalismo y el modernismo.
“Solo los necios dicen en su corazón: «No hay Dios». Ellos son corruptos y sus acciones son malas; ¡no hay ni uno solo que haga lo bueno!” — Salmos 14:1 (NTV)
El Naturalismo
El naturalismo rechaza el concepto de un Dios personal. Gracias a la teoría de la evolución de Charles Darwin, el naturalismo es ahora la religión dominante en la sociedad moderna, ha remplazado al Cristianismo como la principal religión del mundo occidental. Hace menos de un siglo y medio, Darwin popularizó el credo de su religión secular con su libro, El Origen de las Especies. Y aunque la mayoría de las teorías de Darwin sobre los mecanismos de la evolución fueron descartadas por ser erróneas (desde hace mucho tiempo), el dogma y la doctrina de la evolución en sí han logrado ganar terreno en la mente humana moderna.
“Pues, desde la creación del mundo, todos han visto los cielos y la tierra. Por medio de todo lo que Dios hizo, ellos pueden ver a simple vista las cualidades invisibles de Dios: su poder eterno y su naturaleza divina. Así que no tienen ninguna excusa para no conocer a Dios.” — Romanos 1:20 (NTV)
El naturalista Charles Darwin (1809 –1882) con su teoría de la evolución atacó la convicción religiosa y el relato del Génesis de la Creación de la humanidad, al comparar a los humanos con simples animales descendientes de los monos. El hombre en la Biblia se distingue claramente de los animales, Adán les puso nombre, demostrando su superioridad y autoridad que Dios le confirió sobre ellos. La humanidad fue creada con espíritu, el cual nos permite comunicarnos con Dios, algo que los animales no tienen.
«Luego el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló aliento de vida en la nariz del hombre, y el hombre se convirtió en un ser viviente.» — Génesis 2:7 (NTV)
«Entonces el Señor Dios formó de la tierra todos los animales salvajes y todas las aves del cielo. Los puso frente al hombre para ver cómo los llamaría, y el hombre escogió un nombre para cada uno de ellos. Puso nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales salvajes; pero aún no había una ayuda ideal para él.» — Génesis 2:19-20 (NTV)
La teoría de Darwin establece que todas las especies de vida descendieron de un ancestro universal, y que después de sucesivas generaciones y por selección natural el proceso evolutivo nos dio la diversidad de especies que hoy se estima en un rango de 10 a 14 millones de especies (de las que sólo 1.2 millones se han documentado). Para ello, la vida en la tierra empezó hace 4.1 billones de años.
“Es cierto, ellos conocieron a Dios pero no quisieron adorarlo como Dios ni darle gracias. En cambio, comenzaron a inventar ideas necias sobre Dios. Como resultado, la mente les quedó en oscuridad y confusión. Afirmaban ser sabios pero se convirtieron en completos necios.” — Romanos 1:21-22 (NTV)
“Porque yo, el Señor, hice en seis días los cielos, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero reposé en el día séptimo. Por eso yo, el Señor, bendije el día de reposo y lo santifiqué.” — Éxodo 20:11 (RVC)
Es un error común pensar que el naturalismo es un sistema de objetividad científica, pretendiendo que es científicamente e intelectualmente superior a cualquier sistema religioso. Al contrario, la mejor palabra para describir al naturalismo es que es una religión, ya que es una filosofía cuyas premisas básicas están basadas en la fe. La ciencia trata, con lo que puede, observar y reproducir mediante experimentación. Pero el origen de la vida no se puede observar, ni reproducir. Así que la ciencia no puede darnos conocimiento de cómo hemos llegado hasta aquí, así que todas sus teorías están basadas en fe.
«Esta es la respuesta del Santo de Israel: «Dado que ustedes desprecian lo que les digo pero más bien confían en la opresión y en las mentiras, la calamidad caerá sobre ustedes de repente, como una pared pandeada que explota y se cae. En un instante se desplomará y se derrumbará.» — Isaías 30:12-13 (NTV)
El naturalismo es una de las ideologías más dañinas de los siglos 19, 20, y 21, uno de sus exponentes fue Karl Marx, (1818 – 1883), quien utilizó el darwinismo para sus teorías económicas y sociales, las cuales sentaron las bases del comunismo. Carl Sagan (1934 – 1996), un reconocido astrónomo y físico, dijo que todo en el universo tiene una explicación natural, y se decía agnóstico, es decir, que no sabía si existía Dios o no; sin embargo, creía firmemente en la existencia de las leyes físicas.
«Los sabios finalmente tendrán que morir, al igual que los necios y los insensatos, y dejarán toda su riqueza atrás. La tumba es su hogar eterno, donde permanecerán para siempre. Podrán ponerle su propio nombre a sus propiedades, pero su fama no durará. Morirán, al igual que los animales. Ese es el destino de los necios, aunque sean recordados como si hubieran sido sabios.» — Salmos 49:10-13 (NTV)
«El Señor mira desde los cielos a toda la raza humana; observa para ver si hay alguien realmente sabio, si alguien busca a Dios.» — Salmos 14:2 (NTV)
El Modernismo
El Modernismo se llamó inicialmente «avant-garde«, descriptivo de su intento de derrocar la tradición o el status quo. El término «modernismo» en sí se deriva de «modo» que en latín significa «justo ahora». El movimiento filosófico surgió a finales del siglo 19, y propone que los hombres no vivan de la revelación (de Dios), sino por la razón y la ciencia. En este movimiento se abandona la creencia de que todo puede ser explicado mediante la religión, la cual es rechazada, e incluso reducida al nivel de mitos y tradiciones.
«¡Qué aflicción para los que dicen que lo malo es bueno y lo bueno es malo, que la oscuridad es luz y la luz es oscuridad, que lo amargo es dulce y lo dulce es amargo!» — Isaías 5:20 (NTV)
En el modernismo se elaboran explicaciones científicas de los fenómenos, y se da paso a la razón, ciencia, y tecnología. El lema de este movimiento es “Hazlo nuevo”. Hay un rechazo de la práctica los valores del pasado: tradicionales, religiosos, morales, o impuestos por la autoridad. Buscaban descubrir formas radicalmente nuevas de obtener el progreso personal y social al analizar los obstáculos que, según ellos, les impedían su desarrollo. Y eso los llevó a la libertad de expresión, la experimentación, y el radicalismo. La Modernidad es entendida como un proceso de cambios que buscan homogeneizar a la sociedad, ya que los modernistas repudiaron los códigos morales de la sociedad en la que vivían.
“Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado. Evita las pláticas profanas acerca de cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia” — 1 Timoteo 6:20 (RVC)
Entre sus más famosos seguidores, estaba el filósofo Friedrich Nietzsche (1844 – 1900), famoso por su frase “Dios está muerto”, él fue hostil contra toda religión y en particular contra el cristianismo, al que definía como una filosofía y una moral vulgares para personas débiles y esclavos que propone valores decadentes que no dejan que las personas sean libres. El creía que las enseñanzas de Jesucristo glorificaban la debilidad humana en detrimento del desarrollo humano, por lo que odiaba la humildad, la misericordia, la modestia, la sumisión, la compasión por los débiles, y el servicio a los demás.
«No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.» — Filipenses 2:3 (NVI)
Nietzsche consideraba el ateísmo como la única forma de alcanzar la fuerza, la libertad, y la independencia perdida por culpa del cristianismo. Sostenía la doctrina del nihilismo, en donde el mundo y la vida carecen de significado objetivo, propósito, o valor intrínseco, por lo que rechazó todos los principios religiosos y morales como el único medio de obtener el progreso social. Trajo de nuevo a colación el concepto del «eterno retorno», cuyos orígenes se remontan a India y Egipto. Según esta doctrina el universo continuará repitiéndose un número infinito de veces a través del tiempo, y con cada versión existe la esperanza de que el conocimiento mejorará al individuo.
“Todos se engañan y se estafan entre sí; ninguno dice la verdad. Con la lengua, entrenada a fuerza de práctica, dicen mentiras; pecan hasta el cansancio. Amontonan mentira sobre mentira y rechazan por completo reconocerme», dice el Señor.” — Jeremías 9:5-6 (NTV)
Otro exponente es Schopenhauer, cuya doctrina (llamada por Nietzsche), Budismo-Occidental, busca separarse de la voluntad y de los deseos, con el fin de reducir el sufrimiento. Otra corriente modernista, es el utilitarismo, la cual sostiene que lo que mueve a la gente es principalmente el deseo de ser feliz, para acumular satisfacción de sus vidas.
«Entonces dijo [Jesús] a la multitud: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme.» — Lucas 9:23 (NTV)
Nietzsche, basado en la doctrina de la evolución, definió dos tipos de personas, los «señores» (la minoría ilustrada y dominante); y los seguidores o «siervos» (que eran controlados fácilmente). Y llegó a la conclusión de que la única esperanza para la humanidad sería cuando la clase de “señores” evolucionara en una raza de Übermensch (superhombres). Esta es la filosofía que sentó las bases para el movimiento nazi de Adolfo Hitler y las atrocidades que resultaron de llevarlas a cabo.
“Por esa causa, una vez más asombraré a estos hipócritas con maravillas extraordinarias. La sabiduría de los sabios pasará, y la inteligencia de los inteligentes desaparecerá.” — Isaías 29:14 (NTV)
La teoría del Big Bang
La teoría del Big Bang implica que no hay un Creador, no existe un diseño o propósito. Todo lo que vemos simplemente surgió y evolucionó por casualidad a partir de un vacío total. La ecuación del naturalista para el origen del universo es: (nadie) x (nada) = todo lo que existe. Lo que esta teoría dice es que la materia apareció de la nada. Que la vida viene de la materia inanimada, y también la inteligencia y la conciencia.
“En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.” — Génesis 1:1 (NTV)
“El Señor tan solo habló y los cielos fueron creados. Sopló la palabra, y nacieron todas las estrellas. Asignó los límites al mar y encerró los océanos en enormes depósitos. Que todo el mundo tema al Señor y todos estén ante Él con temor reverente. Pues cuando habló, el mundo comenzó a existir; apareció por orden del Señor.” — Salmos 33:6-9 (NTV)
El biólogo Edwin Conklin dijo «La probabilidad de que la vida se originó por accidente es comparable a la probabilidad de que un diccionario completo surgiera como consecuencia de una explosión en una imprenta.»
“porque, por medio de Él [Jesús], Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible. Todo fue creado por medio de Él y para Él.” — Colosenses 1:16 (NTV)
Esta teoría no tiene respuesta para preguntas como ¿Dónde se originó la inteligencia? ¿Cómo podría la vida, la conciencia, y la racionalidad evolucionar a partir de la materia inanimada e inorgánica? ¿Cómo diseñar los millones de organismos complejos que son interdependientes en los ecosistemas sofisticados que hay en el planeta? Lo que nos muestran las últimas investigaciones del ADN en los genes humanos es que hay un diseño en su estructura, y donde hay un diseño hay un Diseñador.
“Traigan a todo el que me reconoce como su Dios, porque yo los he creado para mi gloria. Fui yo quien los formé.” — Isaías 43:7 (NTV)
“Así dice Dios el Señor, el que ha creado los cielos y los despliega, el que extiende la tierra y lo que ella produce; el que infunde su aliento en el pueblo que la habita y da de su espíritu a quienes la recorren.” — Isaías 42:5 (RVC)
Hemos sido testigos de lo que la sociedad moderna está sufriendo, al abandonar las leyes que Dios instituyó, el resultado ha sido: el crimen desenfrenado; la adicción a las drogas; la perversión sexual; el aumento de las tasas de suicidios; el egoísmo y la insaciable búsqueda de la riqueza, tanto de individuos como de naciones; crisis humanitarias, racismo, entre tantos otros males que aquejan a nuestra sociedad. Pero usted siempre tiene la opción de decidir a quién creer a Dios o a la serpiente. Elija creer en Dios no en la serpiente como hizo Eva.
“Hay un mal en todo lo que se hace bajo el sol, y es que a todos los mortales nos espera lo mismo, y que durante toda nuestra vida tenemos el corazón lleno de maldad e insensatez, y que al final acabamos entre los muertos.” — Eclesiastés 9:3 (RVC)
La vida humana parece devaluarse sistemáticamente, especialmente si hay personas en nuestra sociedad que piensan que descendemos de los monos, y hay personas que piensan que son superiores a otras, y esto es directamente atribuible al seguimiento de la teoría de la evolución, la cual, en conjunto con la ciencia, se convierte en una religión. La elección de la sabiduría humana sobre la instrucción de Dios trae muerte y destrucción
” Por lo tanto, esto dice el Señor Soberano: ya que te crees tan sabio como un dios.” — Ezequiel 28:6 (NTV)
“Pero Dios muestra su ira desde el cielo contra todos los que son pecadores y perversos, que detienen la verdad con su perversión. Ellos conocen la verdad acerca de Dios, porque Él se la ha hecho evidente.” — Romanos 1:18-19 (NTV)
Las personas han preferido creerse las mentiras de los hombres, en lugar de creer en la Palabra de Dios. Si estamos en esta situación es porque permitimos que el pecado entrara al mundo, por la caída que tuvieron nuestros primeros padres Adán y Eva, y porque los humanos, en su mayoría, siguen haciendo caso a las mentiras de la serpiente, mentiras que son cada vez más elaboradas.
“No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo que se siembra. Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna.” — Gálatas 6:7-8 (NTV)
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