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Génesis 3:22–23 — La expulsión del Paraíso (Parte 1)

Ver. 22 — Luego el Señor Dios dijo: «Miren, los seres humanos se han vuelto como nosotros, con conocimiento del bien y del mal. ¿Y qué ocurrirá si toman el fruto del árbol de la vida y lo comen? ¡Entonces vivirán para siempre!».

En este pasaje veremos como la misericordia divina da a la humanidad la oportunidad de regresar a Dios, pero por ahora, se le ordena a Adán y a Eva que abandonen el paraíso, para que puedan vivir en condiciones más adecuadas para su bien moral y espiritual. Los arboles de la vida y del conocimiento (Génesis 2:9) vuelven a ser el punto focal del relato. Y tenemos la carrera contra el tiempo para evitar que la humanidad cometa otro error con consecuencias para toda la eternidad. Seguir leyendo Génesis 3:22–23 — La expulsión del Paraíso (Parte 1)

Génesis 3:20–21 — La esperanza para la humanidad

Ver. 20 — Después, el hombre —Adán— le puso a su esposa el nombre Eva, porque ella sería la madre de todos los que viven.

Como vimos en la sentencia divina hubo una combinación de justicia y la misericordia por parte de Dios; justicia, en el hecho de que Dios maldijo a la serpiente y sólo castigó a Adán y Eva con el trabajo, los dolores, y la mortalidad. La misericordia se refleja en la promesa de un Salvador quien triunfará sobre la serpiente. Y veremos que Nuestro Señor actúa inmediatamente para proteger a la pareja vulnerable al proveerle una protección adecuada para cubrir la vergüenza de su desnudez y para protegerlos del nuevo ambiente hostil al que serán expulsados. Seguir leyendo Génesis 3:20–21 — La esperanza para la humanidad

Génesis 3:17 — El Pacto Adámico: Dios juzga a Adán (Parte 1)

Ver. 17 — Y al hombre le dijo: «Dado que hiciste caso a tu esposa y comiste del fruto del árbol del que te ordené que no comieras, la tierra es maldita por tu culpa. Toda tu vida lucharás para poder vivir de ella.

Ahora veremos la última parte del Pacto Adámico que es para Adán. A Adán se le adjudica la entrada del pecado en el mundo, y ahora veremos las consecuencias que afectan a toda la creación, empezando porque la tierra es maldecida. El hombre sufrirá con un trabajo laborioso durante toda su vida para obtener su alimento, se multiplicarán sus dificultades, y terminará sus días regresando al polvo de la tierra en su muerte. Este pacto dictó el tipo de vida que la humanidad ha tenido después de la caída de nuestros primeros padres. Seguir leyendo Génesis 3:17 — El Pacto Adámico: Dios juzga a Adán (Parte 1)

Génesis 3:16 — El Pacto Adámico: Dios juzga a la mujer

Ver. 16 — Luego le dijo a la mujer: «Haré más agudo el dolor de tu embarazo, y con dolor darás a luz. Y desearás controlar a tu marido, pero él gobernará sobre ti».

Continuando con el Pacto Adámico, ahora tenemos la sentencia que Dios le da a la mujer. Y a diferencia de la maldición que se da a la serpiente por su engaño; con la mujer sólo se pronuncia un castigo como resultado del juicio. Su culpa se debió al engaño del que fue víctima. Como veremos en los siguientes versículos, fue el hombre al que se culpa por desobediencia al comer del fruto prohibido (1 Timoteo 2:14). Así que, la mujer fue la que recibió el menor de los castigos, el cual a su vez, incluye la mayor bendición de Dios, que es la salvación de la humanidad y la liberación del pecado y de la muerte. Para la mujer, el castigo divino son los partos dolorosos; y la consecuencia de su pecado es la derrota en el conflicto con su esposo. La sentencia sobre la mujer se enfoca en dos aspectos de la vida de la mujer casada: como esposa y como madre. Seguir leyendo Génesis 3:16 — El Pacto Adámico: Dios juzga a la mujer

Génesis 3:15 — El Pacto Adámico: Dios maldice a la serpiente (Parte 2)

Ver. 15 — Y pondré hostilidad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Su descendiente te golpeará la cabeza, y tú le golpearás el talón».

Continuando con el Pacto Adámico, aquí veremos el segundo componente de la maldición para la serpiente, su parte espiritual. Describe el conflicto permitido por Dios, los participantes en la batalla, y la destrucción final de Satanás por la descendencia de la mujer. Este versículo es llamado “protoevangelio”, porque contiene la primera buena noticia: la promesa de un Salvador; siendo ésta la razón por la cual Jesucristo vino al mundo, y nos da la buena noticia de la justicia divina, que resolverá los problemas de la humanidad que desencadenó la serpiente, la cual tiene una esperanza de vida limitada con un final violento. Seguir leyendo Génesis 3:15 — El Pacto Adámico: Dios maldice a la serpiente (Parte 2)

Génesis 3:9-13 — Dios cuestiona al hombre y a la mujer

Ver. 9 — Entonces el Señor Dios llamó al hombre: — ¿Dónde estás?

Después del pecado original nuestra comunión con Dios cambió, de forma que el Señor inicia Su plan de salvación, y en este pasaje es representado como un Padre gentil en la búsqueda de Sus hijos; no a través de la denuncia su pecado, sino incentivando a través de Sus preguntas a que Adán y su esposa admitan su pecado, y busquen la gracia y el perdón del Señor. Pero lamentablemente ocurre lo contrario, no se admite el pecado y se inventan excusas que inculpan al mismo Dios (YAHVEH en hebreo). Seguir leyendo Génesis 3:9-13 — Dios cuestiona al hombre y a la mujer

Génesis 3:7-8 — El pecado queda al descubierto

Ver. 7 — En ese momento, se les abrieron los ojos, y de pronto sintieron vergüenza por su desnudez. Entonces cosieron hojas de higuera para cubrirse.

Como vimos en nuestro último estudio, cuando Adán y la mujer comen del fruto prohibido una serie de eventos se desencadenan. Inmediatamente, la conciencia de culpabilidad apareció denotando que ellos habían quebrantando el Mandamiento de Dios. El conocimiento adquirido no fue el de la felicidad, la sabiduría, o el poder que esperaban alcanzar; sino el de la conciencia del pecado y de su conflicto con la voluntad de Dios. El resultado del pecado es la vergüenza. La vergüenza fue un sentimiento completamente nuevo, que nunca antes habían experimentado Adán y Eva.

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Génesis 3:6 — El hombre y la mujer pecan

Ver. 6 — La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió.

Después del discurso de la serpiente vemos que Adán y la mujer tenían dos opciones: creer en Dios o creerle a Satanás; lamentablemente decidieron creerle a la serpiente. Esta toma de decisiones es la base de la batalla espiritual que cambió el destino de toda la humanidad, y que seguimos viendo hoy en día con todas las religiones en el mundo, y con la complejidad de los valores en la sociedad. Cuando en realidad, todas nuestras decisiones deberían de estar basadas únicamente en la revelación de Dios, que es perfecta. Vemos como la serpiente les vendió al hombre y a la mujer la falsa idea de la maldad disfrazada como algo más allá de lo bueno, de la sabiduría, la sofisticación, y de grandeza; lo que los llevó a la desobediencia por su avaricia. Seguir leyendo Génesis 3:6 — El hombre y la mujer pecan

Génesis 3:4-5 — El discurso de la serpiente

V. 4 — ¡No morirán! —Respondió la serpiente a la mujer—.

En este punto la serpiente sabía que la batalla era suya y ahora se lanza para la victoria total. Aquí vemos la palabra de la serpiente en contra de la Palabra de Dios. El objetivo de la serpiente, una vez que se dio cuenta de que la mujer empezó a dudar acerca de si el comer del fruto era un crimen, o si habría algún castigo por hacerlo; hizo que la serpiente se volviera más audaz en su ataque, y, mintió directamente al afirmar rotundamente, — ¡No morirán! Seguir leyendo Génesis 3:4-5 — El discurso de la serpiente

Génesis 3:2-3 – La respuesta de la mujer

V. 2 — Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto —contestó la mujer—.

Como vimos en Génesis 3:1 el ataque de la serpiente empieza en la primera interacción con la mujer, el enemigo no tenía tiempo que perder. Ahora veremos y analizaremos la contra-ofensiva del equipo de Dios con el miembro de su equipo, la mujer. Lamentablemente vemos una serie de errores en su respuesta, 5 en total; sin contar que, en el primer lugar, la mujer no debió siquiera platicar con la serpiente y responder su cinismo con un parafraseo de la prohibición de Dios. Seguir leyendo Génesis 3:2-3 – La respuesta de la mujer

Génesis 3 – La expulsión de la humanidad del jardín del Edén

Introducción

Génesis 3 es uno de los capítulos más importantes en toda la Biblia. Es el punto de partida para el resto de las Escrituras. Es el comienzo del gran drama en la historia de la humanidad que ha permanecido por más de 6,000 años y nos habla de la condición del universo, de cómo perdimos la comunión con Dios, marca el inicio de la espiral en descenso para la humanidad creada por el problema del mal y el sufrimiento en nuestro mundo. Por otro lado, también nos da la buena noticia de que Dios tiene listo un plan para rescatarnos, el cual, involucra la necesidad apremiante de un Salvador: Jesucristo. Seguir leyendo Génesis 3 – La expulsión de la humanidad del jardín del Edén

Génesis 2:21-25 — YAHVEH Elohim hizo a la mujer

v.21 — “Entonces el Señor Dios hizo que el hombre cayera en un profundo sueño. Mientras el hombre dormía, el Señor Dios le sacó una de sus costillas y cerró la abertura.”

La obra creadora de Dios no estuvo completa hasta que creó a la mujer. Este pasaje nos da más detalles sobre la creación de la humanidad de lo que vimos en Génesis 1:27. Ahora aprendemos que son dos actos de creación en distintos tiempos. Primero, el hombre fue creado como el representante de la raza humana, y a después de él, Dios crea a la mujer. También veremos que el matrimonio fue parte del plan divino de Dios, y es algo que nos diferencia de los otros seres vivientes. La humanidad es única. El relato de la creación de la mujer para el hombre es uno de los más bellos en la Biblia. Seguir leyendo Génesis 2:21-25 — YAHVEH Elohim hizo a la mujer

Génesis 2:18-20 — Adán les pone nombre a todos los animales

Después, el Señor Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda ideal para él». Entonces el Señor Dios formó de la tierra todos los animales salvajes y todas las aves del cielo. Los puso frente al hombre para ver cómo los llamaría, y el hombre escogió un nombre para cada uno de ellos. Puso nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales salvajes; pero aún no había una ayuda ideal para él.

Como hemos visto el sexto día de la creación fue un día muy ocupado para Adán, primero tuvo que encontrar el jardín del Edén, se le dio su primer trabajo, de jardinero, horticultor, y guardián del paraíso. Después tuvo que ponerles el nombre a todos los animales, siendo el primer zoólogo. Y más tarde perdió una costilla de la que se formaría Eva. Vaya forma de disfrutar del paraíso terrenal, ¿no cree? Y usted se queja de que nosotros tenemos vidas llenas de ocupaciones. Seguir leyendo Génesis 2:18-20 — Adán les pone nombre a todos los animales

Génesis 2:15-17 — El Primer Pacto con la Humanidad: El Pacto Edénico

El Señor Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que se ocupara de él y lo custodiara; pero el Señor Dios le advirtió: «Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás».

En este pasaje se muestra la segunda parte en la comunicación entre Dios (Yahveh) y el hombre para darnos el primer pacto o alianza, llamado Pacto Edénico; y se describen las condiciones en las cuales Yahveh ofrece Sus bendiciones, cuidados, dirección y Su presencia para el primer miembro de la raza humana: Adán. Seguir leyendo Génesis 2:15-17 — El Primer Pacto con la Humanidad: El Pacto Edénico

Génesis 2:10-14 — El misterio del Jardín del Edén

Un río salía de la tierra del Edén que regaba el huerto y después se dividía en cuatro ramales. El primero, llamado Pisón, rodeaba toda la tierra de Havila, donde hay oro. El oro de esa tierra es excepcionalmente puro; también se encuentran allí resinas aromáticas y piedras de ónice. El segundo, llamado Gihón, rodeaba toda la tierra de Cus. El tercero, llamado Tigris, corría al oriente de la tierra de Asiria. El cuarto se llama Éufrates.

El Jardín del Edén pudo haber sido un paraíso para Adán y Eva, pero es un dolor de cabeza para los académicos y los arqueólogos en la búsqueda de este lugar paradisiaco. La principal razón es que Dios quiere mantenerlo como un misterio para nosotros. Hoy nadie sabe dónde pudo encontrarse.

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Génesis 2:8-9 — YAHWEH planta el Jardín del Edén

Después, el SEÑOR Dios plantó un huerto en Edén, en el oriente, y allí puso al hombre que había formado. El SEÑOR Dios hizo que crecieran del suelo toda clase de árboles: árboles hermosos y que daban frutos deliciosos. En medio del huerto puso el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

Ya se ha mencionado que la creación de la vegetación fue en el tercer día. Pero se puso especial énfasis en el jardín del SEÑOR (YAHWEH), que se convirtió en el más alto ideal de la excelencia terrenal. Ahora, la narración procede a describir la construcción de la primera casa de Adán. Donde podía tener comunión con Dios toda la eternidad, ya que Dios plantó el árbol de la vida. Sin embargo, también estaba el árbol del conocimiento del bien y del mal, el cual luego sería la máxima prueba presentada a Adán y Eva.

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