En el artículo anterior vimos la búsqueda de la felicidad en bienes materiales, en este artículo veremos la búsqueda de la felicidad en situaciones o circunstancias. Esta es la tercer fuente de felicidad que el mundo nos ofrece, pero como veremos, también obtendremos una felicidad no duradera.
C) Buscando la felicidad en situaciones o circunstancias:
1. Tener la educación perfecta — Muchas personas dicen «si pudiera estudiar en tal escuela sería feliz», «si pudiera graduarme de tal universidad sería feliz». La cultura en la que nacemos nos dice que debemos estudiar para conseguir muy buenos trabajos de forma que podamos ganar muy buenos salarios. Pero lo que las Escrituras nos revelan es que el verdadero propósito de la educación es para prepararnos primeramente para servir a Dios, y también para servir a los demás. Esto lo podemos hacer a través de la profesión que escojamos. Pero en la educación no solo buscamos adquirir conocimientos, sino sabiduría. La sabiduría es el uso del conocimiento con un sentido común santificado y guiado por la Palabra de Dios, para encontrar el camino de Dios que nos permitirá vivir nuestras vidas al máximo y con alegría.
«Alegre es el que encuentra sabiduría, el que adquiere entendimiento. Pues la sabiduría da más ganancia que la plata y su paga es mejor que el oro. La sabiduría es más preciosa que los rubíes; nada de lo que desees puede compararse con ella. Con la mano derecha, te ofrece una larga vida; con la izquierda, riquezas y honor.» — Proverbios 3:13-16 (NTV)
Hoy en día nuestra mente es el campo de batalla espiritual entre Dios y Satanás, por lo que el enemigo empieza con su engaño a través de la educación. Llena las escuelas con el liberalismo, filosofías humanistas, la enseñanza de la evolución, cualquier cosa excepto la Palabra de Dios para que no obtengamos sabiduría. Hay un rechazo total del Señor y estamos perdiendo la alegría también.
“El Señor dice: «Te guiaré por el mejor sendero para tu vida; te aconsejaré y velaré por ti.” — Salmos 32:8 (NTV)
Antiguamente muchos de los directores de las escuelas eran pastores o ministros, por ejemplo, John Harvard, fue un pastor que fundó en los Estados Unidos la universidad que lleva su apellido. Antes los alumnos rezaban en las escuelas, y ahora está prohibido. La educación se ha degradado al punto que inclusive hay escuelas primarias que tienen detectores de metales en las entradas para evitar que los alumnos lleven armas. Al tratar de alejar a Dios de las escuelas se ha invitado al enemigo a que entre a las mismas. Por eso hay que enseñar a nuestros hijos desde pequeños el camino de Dios para que se acerquen a Él.
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.” — Deuteronomio 6:5-7 (NTV)
Estudie la Palabra de Dios que es en donde encontramos el verdadero conocimiento. Porque a pesar de que se puede obtener conocimiento sin el Espíritu Santo, esto no es lo mismo que la sabiduría. La verdadera sabiduría no se puede recibir sin Él. El Espíritu Santo es quien nos hace revelaciones cuando estudiamos las Escrituras. ¿Ha experimentado la alegría cuando el Espíritu Santo le revela un nuevo conocimiento al estudiar la Biblia?
«Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas.» — Josué 1:8 (NTV)
“En Él [Jesucristo] están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento.” — Colosenses 2:3 (NTV)
¿Usted ha tenido la oportunidad de estudiar? Dele gracias a Dios por esa bendición y utilice sus conocimientos para ayudar a los demás.
«Ayúdame a comprender el significado de Tus mandamientos, y meditaré en Tus maravillosas obras.» — Salmos 119:27 (NTV)
2. Tener el trabajo perfecto/carrera exitosa — Muchas personas dicen «si tuviera tal trabajo sería feliz», «si trabajara para aquella empresa sería feliz», «si tuviera tal puesto en el trabajo sería feliz», «si tuviera un crecimiento profesional sería feliz», «si ganara mucho dinero en el trabajo sería feliz». Pero la Biblia nos da una versión del trabajo diferente de la que estamos acostumbrados a escuchar:
«Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente.» — Colosenses 3:23 (NTV)
La cultura en la que vivimos nos dice que debemos estudiar para conseguir muy buenos trabajos de forma que podamos ganar muy buenos salarios. Estos son los valores con los que crecimos, y están tan enraizados que todas nuestras decisiones para alcanzar la felicidad giran alrededor de tener éxito profesional. Lo que representa una carrera que nunca acaba y que nos deja insatisfechos.
«Es inútil que te esfuerces tanto, desde la mañana temprano hasta tarde en la noche, y te preocupes por conseguir alimento; porque Dios da descanso a sus amados.» — Salmos 127:2 (NTV)
¿Usted tiene trabajo? De gracias a Dios por esa bendición.
Como cristianos debemos evitar el dar nuestras mejores horas del día para nuestro empleador y lo que sobre a Dios. Como cristianos nuestro trabajo es ser la plataforma de nuestro testimonio, un centro de devoción, y somos ministros de tiempo completo. Es al Señor a quien debemos darle el tiempo estelar de cada día, así mantendrá su alegría sin importar las condiciones a su alrededor.
[Dice Jesús] “Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero.” — Mateo 6:24 (NTV)
Debemos inyectar nuestra alegría a lo que hacemos, aunque sea el más monótono y mundano de los trabajos. Si usted está sirviendo al Señor, lo debe de hacer con dignidad, ya sea que trabaje como maestro, cocinero, albañil, profesionista, o doctor. Dígale a Dios, “Esto lo estoy haciendo por Ti, y lo haré lo mejor que pueda y con alegría”. Dios siempre quiere que Su gente prospere, Él a menudo utiliza gente ordinaria para hacer cosas extraordinarias para Su gloria.
“Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante Su gran poder, que actúa en nosotros.” — Efesios 3:20 (NTV)
3. Tener el cuerpo perfecto/ belleza — Muchas personas dicen «si pudiera bajar de peso sería feliz», «si mi esposa estuviera delgada sería feliz», «si fuera más alto sería feliz», «si fuera bonita sería feliz», «si tuviera ojos azules sería feliz», «si tuviera el cabello liso sería feliz», «si tuviera cabello sería feliz», etc. Esta categoría es muy amplia, buscamos vernos jóvenes y bellos para ser «aceptados» por el mundo.
«No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante. En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios.» — 1 Pedro 3:3-4 (NTV)
Existen muchas industrias que viven de estas «necesidades», y que nos bombardean con anuncios para mantenernos insatisfechos y seguir aspirando a “mejorar” nuestros “defectos” o “carencias”. Las personas hacen dietas y ejercicios para verse delgadas y musculosas, eso es algo relativamente nuevo, el «estándar» de belleza cambia según la cultura y el tiempo. Antiguamente el estar “gordito” era símbolo de riqueza e incluso significaba tener tiempo de ocio, y los cuerpos musculosos eran más bien para los trabajadores quienes se afanaban bajo el sol.
«El encanto es engañoso, y la belleza no perdura, pero la mujer que teme al Señor será sumamente alabada.» — Proverbios 31:30 (NTV)
Las personas en su afán de verse jóvenes y «bellas» utilizan tratamientos de belleza y hasta cirugía plástica. Todos sus esfuerzos son inútiles hechos sobre un cuerpo que está en decadencia y destinado a morir cuando Dios lo decida.
“Como dicen las Escrituras: «Los seres humanos son como la hierba, su belleza es como la flor del campo. La hierba se seca y la flor se marchita.” — 1 Pedro 1:24 (NTV)
Recuerde que en lugar de buscar quedar bien con otras personas, debemos esmerarnos en quedar bien con Dios. Dios no ve esa belleza externa como la ven las personas:
«Pero el Señor le dijo a Samuel: —No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque Yo lo he rechazado. El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón.» — 1 Samuel 16:7 (NTV)
Como cristianos la alegría que tenemos está en la promesa que nuestros cuerpos serán glorificados y preparados para la vida eterna que viene, y no tanto en nuestros cuerpos actuales que están sujetos a enfermedades, envejecimiento, y finalmente a la muerte.
“Lo que les digo, amados hermanos, es que nuestros cuerpos físicos no pueden heredar el reino de Dios. Estos cuerpos que mueren no pueden heredar lo que durará para siempre… Pues nuestros cuerpos mortales tienen que ser transformados en cuerpos que nunca morirán; nuestros cuerpos mortales deben ser transformados en cuerpos inmortales.” — 1 Corintios 15:50, 53 (NTV)
Como cristianos debemos de ejercitar diariamente nuestro músculo espiritual a través de la Palabra de Dios, ejercitándonos en obediencia para que veamos cambios que nos durarán por toda la eternidad.
“«El entrenamiento físico es bueno, pero entrenarse en la sumisión a Dios es mucho mejor, porque promete beneficios en esta vida y en la vida que viene».” — 1 Timoteo 4:8 (NTV)
4. Tener salud perfecta — Muchas personas dicen «si recuperara la salud sería feliz», «si no tuviera esta discapacidad sería feliz», «si mi hijo (o algún otro ser amado) se curara sería feliz». Las personas en su afán de buscar la salud recurren a vitaminas, dietas, ejercicios, pero va a llegar un día en que nos vamos a enfermar y nuestra felicidad será afectada. Recuerde que Dios es quien nos da fuerzas y salud y que dependemos de Él por completo.
«Disfruta de la prosperidad mientras puedas, pero cuando lleguen los tiempos difíciles, reconoce que ambas cosas provienen de Dios. Recuerda que nada es seguro en esta vida.» — Eclesiastés 7:14 (NTV)
«Él [Señor] renueva mis fuerzas. Me guía por sendas correctas, y así da honra a Su nombre.» — Salmos 23:3 (NTV)
El mundo nos inculca que el valor del dinero es lo más importante, más que la salud. Por lo que dedicamos la primera mitad de nuestra vida trabajando y estresándonos para acumular riquezas, fama y poder; pero después pasamos la otra mitad de la vida gastándonos nuestros ahorros para recuperar la salud que perdimos por haber violado las leyes naturales de Dios. Y las personas son infelices en ambas mitades de su vida.
«Pero si te niegas a escuchar al Señor tu Dios y no obedeces los mandatos y los decretos que te entrego hoy, caerán sobre ti las siguientes maldiciones y te abrumarán… El Señor te castigará con enfermedades degenerativas, con fiebre e inflamaciones… El Señor te afligirá con llagas purulentas como las de Egipto, y con tumores, con escorbuto y picazón incurables. El Señor te castigará con locura, ceguera y pánico.» — Deuteronomio 28:15-27 (NTV)
Recuerde que desobedecer a Dios es una posible causa de mala salud, con esto no estamos diciendo que todas las personas enfermas están así a causa de pecado, no. Pero nada bueno resultará de violar las leyes naturales de Dios como cuando se abusa del alcohol, las drogas, y el sexo.
“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.” — Romanos 12:2 (NTV)
Como cristianos debemos tener un balance para estar alegres no solo tenemos que cuidar de nuestra salud física, sino la espiritual también. Cuando su cuerpo está bien, está sano. Cuando su alma está bien, usted está alegre. Y cuando su espíritu está bien, es santo.
“Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que Él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a Él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo.” — Romanos 12:1-2 (NTV)
“Ahora, que el Dios de paz los haga santos en todos los aspectos, y que todo su espíritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva.” — 1 Tesalonicenses 5:23 (NTV)
¿Usted tiene salud? De gracias a Dios por esa bendición.
“Un corazón alegre es la mejor medicina; un ánimo triste deprime a todo el cuerpo.” — Proverbios 17:22 (RVC)
5. Tener fama — Muchas personas piensan «si fuera famoso sería feliz», o bien «si tuviera muchos seguidores en Instagram/Facebook/Twitter/Youtube sería feliz». ¿Cuál es el precio de la fama que algunas personas están dispuestas a pagar? Hay actrices/actores que al principio de su carrera muestran su cuerpo de forma indecente, con el afán de obtener mejores roles de actuación. Las personas cometen diferentes pecados en su afán de ser famosos o de conocer gente famosa quienes piensan que los pueden ayudar en sus carreras de actuación o de música. Esto se llega a convertir en una obsesión, y lamentablemente todo esto es en vano.
«Pues tanto el sabio como el necio van a morir. Al sabio no se le recordará más que al necio. En los días futuros, ambos serán olvidados.» — Eclesiastés 2:16 (NTV)
«Los que están vivos al menos saben que un día van a morir, pero los muertos no saben nada. Ya no reciben más recompensas, y nadie los recuerda.» — Eclesiastés 9:5 (NTV)
Usted podrá decir que no está de acuerdo con lo anterior, puede argumentar por ejemplo que el cantante Michael Jackson aunque ya falleció se le sigue recordando y que incluso sus canciones siguen dejándole regalías a su familia, sí, pero ahora considere a personas que existieron mucho antes y que en su tiempo fueron muy famosas, ¿ahora quiénes saben quiénes fueron? las personas en su mayoría no se interesan por la historia. Hace poco estaba leyendo que personas de las nuevas generaciones no saben quién es Paul McCartney. Y él todavía está vivo y aún canta.
¿Usted no es famoso? Eso no tiene importancia, más bien preocúpese por tener una relación con Dios y que Él lo conozca.
[Dice Jesús] «Pero Yo les responderé: “Nunca los conocí. Aléjense de Mí, ustedes, que violan las leyes de Dios”. — Mateo 7:23 (NTV)
En lugar de buscar la fama aquí en la tierra para ser felices, dedique todos sus esfuerzos para llevar a cabo la voluntad de Dios en su vida lo cual le brindará alegría. Dios tiene un plan para usted, ¿no sería maravilloso saber cuál es su destino por el cual usted fue puesto en este mundo? Y cuando lo encuentre, imagine la alegría de tener el privilegio de llevar a cabo este glorioso deber, que tal vez, no le de fama con los incrédulos, pero de llevarlo a cabo hasta el final, le dará el éxito como servidor de Jesucristo. No sería maravilloso que Él le dijera: “Bien hecho, mi buen siervo fiel… ¡Ven a celebrar Conmigo!”.
“Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca Su voluntad en todo lo que hagas, y Él te mostrará cuál camino tomar.” — Proverbios 3:5-6 (NTV)
En el siguiente artículo nos enfocaremos en la alegría espiritual que como cristianos tenemos y como mantenerla y acrecentarla.
¡Que Dios los bendiga!
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