En el artículo anterior vimos la serie de eventos que sucedieron durante la crucifixión y sepultura de Jesucristo. En este artículo veremos la cronología de la resurrección de Jesucristo.
Jesús fue crucificado y al tercer día resucitó, tal como Él dijo que iba a suceder:
[Jesús dice] «El Hijo del Hombre tendrá que sufrir muchas cosas terribles —les dijo—. Será rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley religiosa. Lo matarán, pero al tercer día resucitará.» — Lucas 9:22 (NTV)
[Jesús dice] «Luego lo entregarán a los romanos para que se burlen de Él, lo azoten con un látigo y lo crucifiquen; pero al tercer día, se levantará de los muertos.» — Mateo 20:19 (NTV)
Sábado, 17 de Nisán, 3-6pm. Se cumplen los 3 días y 3 noches (3er día del Festival de Panes sin Levadura)
Entre las 3-6pm del Shabát, se cumplieron los 3 días y las 3 noches en los que Jesucristo estuvo en el corazón de la tierra. Por lo que Jesús resucitó entre el final del día sábado y el principio del domingo antes del amanecer.
[Dice Jesús] “Así como Jonás estuvo en el vientre del gran pez durante tres días y tres noches, el Hijo del Hombre estará en el corazón de la tierra durante tres días y tres noches.” — Mateo 12:40 (NTV)
Jesucristo no tuvo que esperar a que la piedra fuera removida para que Él pudiera salir de la tumba, más bien, la piedra fue movida para que la gente pudiera entrar a la tumba y pudiera atestiguar que Él ya había resucitado. Jesús con Su cuerpo resucitado podía atravesar paredes o tele-transportarse de alguna forma, como lo hizo cuando se apareció a los apóstoles (Juan 20:26).
“Ocho días después, los discípulos estaban juntos de nuevo, y esa vez Tomás se encontraba con ellos. Las puertas estaban bien cerradas; pero de pronto, igual que antes, Jesús estaba de pie en medio de ellos y dijo: «La paz sea con ustedes».” — Juan 20:26 (NTV)
Domingo, 18 de Nisán, en la noche (4o día del Festival de los Panes sin Levadura)
Tomando en consideración como se define un día judío (de puesta de sol a puesta de sol), cuando se menciona el amanecer de un día judío, se refiere a su inicio del día judío después de la puesta del sol, es decir, la noche del mismo día (sábado). El amanecer del día judío, en este caso, no significa que fuera a salir el sol por la mañana, como estamos acostumbrados hoy en día en nuestra cultura. La costumbre judía le llamaba al anochecer del sábado el amanecer de un nuevo día, “el domingo”, o primer día de la semana. Los traductores de la Biblia Dios Habla Hoy (DHH) reflejan este momento:
“Pasado el sábado, cuando al anochecer comenzaba el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro.” — Mateo 28:1 (DHH)
Las mujeres probablemente fueron a hacer un reconocimiento para ver si alguien podía correr la piedra para que pudieran ungir el cuerpo de Jesús, pero no se menciona que ellas trajeran las especias. Además, el terremoto en el siguiente versículo debió disuadirlas de llegar hasta a la tumba y se han de haber regresado a sus casas.
“¡De repente, se produjo un gran terremoto! Pues un ángel del Señor descendió del cielo, corrió la piedra a un lado y se sentó sobre ella. Su rostro brillaba como un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Los guardias temblaron de miedo cuando lo vieron y cayeron desmayados por completo.” — Mateo 28:2-4 (NTV)
Después de este evento no se vuelve a mencionar acerca de guardias custodiando la tumba. Así que después de que se levantaron de su desmayo fueron con los sacerdotes y los ancianos quienes les dieron un soborno para que mintieran acerca de lo ocurrido esa noche (Mateo 28:11-15).
Domingo, 18 de Nisán, al amanecer (El Festival de La Primer Cosecha)
Al amanecer las mujeres regresaron al sepulcro, ya que los discípulos seguían escondidos después de la crucifixión de Jesucristo.
“El primer día de la semana muy temprano, en cuanto salió el sol, fueron al sepulcro. Y unas a otras se decían: «¿Quién nos quitará la piedra para entrar al sepulcro?» Pero, al llegar, vieron que la piedra ya había sido removida.” — Marcos 16:2-4a (RVC)
Las mujeres después de ver que la tumba estaba vacía fueron a avisarle a Pedro y a Juan acerca de la tumba, y todos regresaron, la examinaron, y los discípulos regresaron a sus casas (Juan 20:1-10). Vemos como los apóstoles hasta este punto, todavía no habían comprendido las Escrituras acerca de que Jesús había resucitado de los muertos. Pero María Magdalena se quedó llorando junto al sepulcro, tal vez para saber dónde se encontraba el cuerpo de Jesús. Y primero vio a 2 ángeles, lo que descarta la posibilidad del robo del cuerpo, ya que la presencia de los ángeles demuestran que Dios era la razón por la que el cuerpo de Jesús ya no estaba.
“Y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados donde el cuerpo de Jesús había sido puesto; uno estaba a la cabecera, y el otro a los pies.” — Juan 20:12 (RVC)
La escena que vio María Magdalena hacía referencia a la tapa de Expiación del Arca de la Alianza, en donde se encontraban dos querubines: uno a cada lado del Asiento de Dios (Éxodo 25:18-22).
«Los querubines estarán frente a frente, mirando hacia la tapa de la expiación; con las alas extendidas por encima de la tapa para protegerla. » — Éxodo 25:20 (NTV)
María Magdalena fue el primer testigo que vio a Jesús resucitado.
“María se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí; pero no se dio cuenta de que era Jesús. Jesús le dijo: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» … Jesús le dijo: «¡María!» Entonces ella se volvió y le dijo en hebreo: «¡Raboni!» (que quiere decir, «Maestro»).” — Juan 20:14-16 (RVC)
Jesús se reveló ante nosotros el domingo, dando cumplimiento con Su resurrección al tercer Festival del Señor, El Festival de la primera cosecha, (para más información ver nuestro artículo: Jesucristo, el Primer Fruto de una gran cosecha). Jesús, es la primer cosecha que tiene que ser presentada ante el Señor. Por eso Jesús le pidió a María que no lo tocara porque debía ser presentado al Padre como el Primer Fruto aceptable a Él.
“Jesús le dijo: «No me toques, porque aún no he subido a donde está Mi Padre; pero ve a donde están Mis hermanos, y diles de Mi parte que subo a Mi Padre y Padre de ustedes, a Mi Dios y Dios de ustedes.»” — Juan 20:17 (RVC)
“Lo cierto es que Cristo sí resucitó de los muertos. Él es el primer fruto de una gran cosecha, el primero de todos los que murieron… Pero esta resurrección tiene un orden: Cristo fue resucitado como el primero de la cosecha, luego todos los que pertenecen a Cristo serán resucitados cuando Él regrese.” — 1 Corintios 15:20, 23 (NTV)
María Magdalena entonces les dijo a los apóstoles que Jesús había resucitado (Juan 20:18; Marcos 16:10-11), pero ellos no le creyeron. Después, las otras mujeres les recuerdan que Jesús les pidió que regresaran a Galilea, pero los apóstoles tampoco les creyeron (Mateo 28:9-10; Lucas 24:10-11). Por lo que al final del domingo después de haber sido presentado al Padre como el Primer Fruto, dos creyentes (los del camino a Emaús) les platicaron de como Jesús se les había aparecido y después, Jesús se presentó ante los mismos apóstoles incrédulos.
«Luego los dos de Emaús les contaron cómo Jesús se les había aparecido mientras iban por el camino y cómo lo habían reconocido cuando partió el pan. Entonces, justo mientras contaban la historia, de pronto Jesús mismo apareció de pie en medio de ellos. «La paz sea con ustedes», les dijo. Pero todos quedaron asustados y temerosos; ¡pensaban que veían un fantasma! … [Jesús dijo] Tóquenme y asegúrense de que no soy un fantasma, pues los fantasmas no tienen cuerpo, como ven que yo tengo».” — Lucas 24:35-37, 39b (NTV)
¿Qué logró Jesús al ser crucificado?
Jesús glorificó al Padre y cumplió Su misión para la cual el Padre lo envió a este mundo:
“Ahora Mi alma está muy entristecida. ¿Acaso debería orar: “Padre, sálvame de esta hora”? ¡Pero esa es precisamente la razón por la que vine! Padre, glorifica Tu nombre. Entonces habló una voz del cielo: «Ya he glorificado Mi nombre y lo haré otra vez».” — Juan 12:27-28 (NTV)
Además, Jesús derrotó a Sus adversarios: el diablo y la muerte. Satanás busca eliminar el mensaje del poder de la resurrección que nos da vida eterna a los creyentes en Jesucristo, además busca negar la divinidad de Jesús, y nuestra redención por la gracia de Dios.
“Debido a que los hijos de Dios son seres humanos —hechos de carne y sangre— el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte. Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte.” — Hebreos 2:14-15 (NTV)
«¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.» — 1 Pedro 5:8 (NTV)
Y nosotros fuimos beneficiados al mismo tiempo, ya que todos nuestros pecados presentes, pasados y futuros fueron perdonados al poner nuestra fe en Jesucristo.
“¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado, y el pecado ejerce su poder por la ley. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!” — 1 Corintios 15:55-57 (DHH)
“David estaba mirando hacia el futuro y hablaba de la resurrección del Mesías. Él decía que Dios no lo dejaría entre los muertos ni permitiría que Su cuerpo se pudriera en la tumba.” — Hechos 2:31 (NTV)
Jesús, nuestro Salvador, venció a la muerte con Su resurrección:
«¡Nuestro Dios es un Dios que salva! El Señor Soberano nos rescata de la muerte.» — Salmos 68:20 (NTV)
[Dice Jesús]»Yo Soy el que vive. Estuve muerto, ¡pero mira! ¡Ahora estoy vivo por siempre y para siempre! Y tengo en Mi poder las llaves de la muerte y de la tumba.» — Apocalipsis 1:18 (NTV)
“Pero Dios lo liberó de los terrores de la muerte y lo volvió a la vida, pues la muerte no pudo retenerlo bajo su dominio.” — Hechos 2:24 (NTV)
Jesús en el libro de Apocalipsis nos dice lo que sucederá finalmente con Sus adversarios.
«Después el diablo, que los había engañado, fue lanzado al lago de fuego que arde con azufre, donde ya estaban la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por siempre jamás… Entonces la muerte y la tumba fueron lanzadas al lago de fuego. Este lago de fuego es la segunda muerte.» — Apocalipsis 20:10, 14 (NTV)
Una vez resucitado, Jesucristo tenía que ascender y ungir el “Asiento de Expiación” con Su propia sangre para prepararse para recibir en Su reino a todos los creyentes en Jesucristo.
“Con Su propia sangre… entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna.” — Hebreos 9:12 (NTV)
Gracias a todo lo que Jesús hizo, hoy en día, cuando un cristiano muere, sólo experimenta «un cambio de ambiente.» su alma y espíritu (que conforman a la verdadera persona), van inmediatamente al cielo para estar en la presencia del Señor. El cuerpo va a la tumba para esperar el arrebatamiento. (1 Corintios 15: 51-53; 1 Tesalonicenses 4: 13-18).
«Así que siempre vivimos en plena confianza, aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo no estamos en el hogar celestial con el Señor… y preferiríamos estar fuera de este cuerpo terrenal porque entonces estaríamos en el hogar celestial con el Señor.” — 2 Corintios 5:6, 8 (NTV)
La creencia central del cristianismo es Jesús y Su trabajo de salvación en la cruz que culminó con la resurrección como nos lo explicó el apóstol Pablo en la epístola de 1 Corintios 15.
“Y si Cristo no ha resucitado, entonces toda nuestra predicación es inútil, y la fe de ustedes también es inútil… y si no hay resurrección de los muertos, entonces Cristo no ha resucitado; y si Cristo no ha resucitado, entonces la fe de ustedes es inútil, y todavía son culpables de sus pecados.” — 1 Corintios 15:14, 16-17 (NTV)
Con esto concluimos esta serie de artículos, esperamos que esta cronología de la crucifixión de Jesús, que hemos puesto a su consideración, les sirva para tener un mejor entendimiento de los eventos de esos momentos. Con estos eventos Jesús ha dado cumplimiento, en Su primera venida, con el programa de los Festivales del Señor (Levítico 23), las festividades de primavera. Las profecías nos indican que con Su segunda venida Jesús dará cumplimiento al resto de los Festivales del Señor.
¡Que Dios los Bendiga!