Uno de los aspectos más interesantes al estudiar las Escrituras es que Dios nos va revelando poco a poco Su información conforme vamos madurando espiritualmente. Algo que me emociona mucho es encontrar esas nuevas revelaciones que nos da nuestro Señor sobre pasajes que ya había leído e incluso estudiado antes, lo cual fortalece aún más mi fe en Jesucristo. El propósito de este artículo es ayudarlo a identificar a Jesucristo como el Creador en Génesis 1.
Agustín de Hipona (354 – 430 a.C.) escribió: “El Nuevo Testamento está oculto en el Antiguo Testamento; y el Antiguo Testamento es revelado en el Nuevo Testamento”. La Biblia es una revelación progresiva que Dios nos da porque nuestra mente no es capaz de entender al Señor de una sola vez. Por lo que gradualmente vamos aprendiendo los misterios del Antiguo Testamento, el plan de redención, conocemos el amor, gracia y misericordia que el Señor nos tiene, y como en el caso de este estudio, podemos apreciar cómo se llevó a cabo la Creación de los cielos y la tierra en Génesis. Hoy más que nunca somos privilegiados porque contamos con las Escrituras, con la revelación completa de la Palabra de Dios, y la era de la información nos permite aprender de los textos en el idioma original, incluso sin saber hablar hebreo, griego o arameo. Solo tenemos la encomienda de llevar una vida recta siguiendo el ejemplo de Jesús y de estar al servicio de Dios.
“Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas.” — Josué 1:8 (NTV)
Jesús es el Creador del cielo y de la tierra
Para poder identificar a Jesús en Génesis 1, primero apoyémonos en una revelación que no tenía Moisés cuando escribió este pasaje, pero que para nosotros es presentada claramente en el Nuevo Testamento a través del evangelio del apóstol Juan, quién nos habla de la divinidad de Jesús al enfatizar que Él es el Hijo de Dios y al explicarnos que Él existía antes de la Creación en Génesis 1.
«En el principio la Palabra [Jesús] ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra [Jesús] era Dios. El que es la Palabra existía en el principio con Dios.» — Juan 1:1-2 (NTV)
El apóstol Juan para referirse a Jesús, lo llamó en griego Λόγος – Logos que es traducido como la Palabra, o bien como el Verbo, según la traducción de Biblia que usted tenga.
El apóstol Juan continúa diciéndonos que Jesús es el Creador de todas las cosas en el universo:
«Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.» — Juan 1:3 (NBLH)
El Apóstol Pablo nos da el mismo mensaje y nos dice que Jesucristo no solo es el Creador, sino que Él es el Dios que sostiene y controla toda la Creación hasta el día de hoy:
“Cristo es la imagen visible del Dios invisible. Él ya existía antes de que las cosas fueran creadas y es supremo sobre toda la creación porque, por medio de Él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible. Todo fue creado por medio de Él y para Él. Él ya existía antes de todas las cosas y mantiene unida toda la creación.” — Colosenses 1:15-17 (NTV)
Inclusive Jesucristo habló acerca de Su preexistencia cuando utilizó el mismo Nombre que le dio a Moisés ante la zarza ardiente:
«Jesús contestó: —Les digo la verdad, ¡aun antes de que Abraham naciera, Yo Soy!» — Juan 8:58 (NTV)
«Y dijo Dios a Moisés: “YO SOY EL QUE SOY,” y añadió: “Así dirás a los Israelitas: ‘YO SOY me ha enviado a ustedes.’” — Éxodo 3:14 (NBLH)
Elohím en Génesis 1
Con la revelación de los apóstoles Juan y Pablo en el Nuevo Testamento acerca de que todo fue creado por medio de Jesús, ahora descubramos el misterio en el Antiguo Testamento que muestra la participación activa que tuvo nuestro Señor Jesucristo en la Creación descrita en Génesis 1.
Observe que en el relato de la Creación se presenta una conversación entre los participantes de este evento sin precedentes en la historia de la humanidad (Génesis 1:26). Recordemos que Dios, en hebreo Elohím, es una palabra plural (“im” es la terminación plural masculina), veamos un ejemplo:
“Escucha, ¡Israel! El SEÑOR [YAHWEH] es nuestro Dios [Elohim], el SEÑOR es Uno.” — Deuteronomio 6:4 (PDT)
El hecho de que 3 Personas son un mismo Dios (Elohim), fue uno de los misterios del Antiguo Testamento que fue revelado en el Nuevo Testamento por Jesús cuando nos ordenó bautizar a los nuevos discípulos en Nombre de: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Mateo 28:19). En las Escrituras podemos ver que Ellos (Elohim) mantienen otras conversaciones entre sí, por ejemplo, vea la conversación que tienen en el Salmo 2, lo invito para que identifique quién es quién.
Identificando a Dios Padre y a Su Hijo Jesucristo en Génesis 1
Dentro de la Creación hay una dinámica entre Dios Padre, quien dirige la Creación “diciendo” (Génesis 1:3, 1:6, 1:9, 1:11, 1:14, 1:20, 1:24, 1:26), y Jesús, quien la lleva a cabo, “haciendo” (Génesis 1:3, 1:7, 1:9, 1:11, 1:16, 1:21, 1:25, 1:27). Permítame mostrarle a lo que me refiero en el segundo día de la Creación (Génesis 1:6-8), en donde resulta más fácil visualizar esta labor de equipo.
Dios Padre dice:
«Luego dijo Dios: «¡Que haya algo firme en medio de las aguas, para que separe unas aguas de otras aguas!».» — Génesis 1:6 (RVC)
Dios Hijo, Jesús (Yeshúa en hebreo) lleva a cabo la directriz de Su Padre:
“Y Dios hizo una bóveda, y parte de las aguas quedaron arriba de la bóveda, y parte de las aguas quedaron abajo. Y así fue. Dios llamó «cielos» a la bóveda. Cayó la tarde, y llegó la mañana. Ése fue el día segundo.» — Génesis 1:7-8 (RVC)
En el tercer día de la Creación ocurre el mismo procedimiento, Dios Padre dice que aparezca la tierra y la vegetación (Génesis 1:9, 11) y Jesús lo lleva a cabo tal como el Padre lo solicitó con la expresión “Y así fue”. Al final de la Creación en este día hasta parece haber una especie de apreciación o aprobación por parte de Dios Padre de todo lo que se hizo con la frase:
“Y vio Dios que era bueno.” — Génesis 1:12b (RVC)
En el cuarto día, tenemos que Dios Padre describe detalladamente la Creación de los astros y cuál es su función al decir:
“Luego dijo Dios: «¡Que haya lumbreras en la bóveda celeste, para que separen el día de la noche y sirvan de señales para las estaciones, los días y los años! ¡Que sirvan de lumbreras en la bóveda celeste, y que alumbren sobre la tierra!»” — Génesis 1:14-15 (RVC)
Y Jesús sigue las instrucciones al hacer el sol, la luna y las estrellas para que cumplieran con la función que especifica Dios Padre.
“Y Dios hizo las dos grandes lumbreras: el sol, para ser el rey del día, y la luna, para ser la reina de la noche. Además, hizo las estrellas. Y las puso Dios en la bóveda celeste, para que alumbraran sobre la tierra, para que reinaran en el día y en la noche, y para que separaran la luz de las tinieblas.” — Génesis 1:16-18 (RVC)
Para el quinto día, Dios Padre dice que se creen los seres marinos y las aves en Génesis 1:20. Y Jesús no solo crea los seres marinos y las aves en Génesis 1:21, sino que también los bendice en Génesis 1:22.
“Dios creó entonces los grandes monstruos marinos, y todo ser vivo que repta y que las aguas produjeron según su género, y todo animal alado según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo con estas palabras: «¡Reprodúzcanse, multiplíquense! ¡Llenen las aguas de los mares! ¡Que se multipliquen las aves en la tierra!»” — Génesis 1:21-22 (RVC)
En el sexto día, Dios Padre inicia indicando la creación de los animales terrestres en Génesis 1:24. Y Jesús, Su Hijo, los crea en el siguiente versículo (Génesis 1:25). Pero Dios Padre nos hace ver en este versículo que Él habla en plural dentro de Su conversación con los otros miembros de Elohim, que son revelados de forma más directa en el Nuevo Testamento, Dios Padre dice:
«Entonces dijo Dios: «¡Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza! ¡Que domine en toda la tierra sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos y las bestias, y sobre todo animal que repta sobre la tierra!» — Génesis 1:26 (RVC)
Y Jesús creó a Adán y a Eva a la imagen de Dios, por eso la humanidad es la cúspide de la Creación. Además, Cristo bendijo a nuestros primeros padres, todo esto en el sexto día.
“Y Dios creó al hombre a Su imagen. Lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó.» — Génesis 1:26-27 (RVC)
¿Recuerda que por lo general Jesús se refiere a Sí Mismo en tercera persona como el Hijo del Hombre? Aquí también está hablando en tercera persona de Él mismo:
«Jesús les respondió: “¿No han leído que Aquél que los creó, desde el principio los hizo varón y hembra» — Mateo 19:4 (NBLH)
Y el primer capítulo de Génesis concluye con la aprobación final de Dios Padre de todo lo que hizo Su Hijo, Jesús.
“Y vio Dios todo lo que había hecho, y todo ello era bueno en gran manera.” — Génesis 1:31a (RVC)
El rey David nos habla en forma poética de la Creación que fue hecha por Jesús de la siguiente forma:
“Cuando miro el cielo de noche y veo la obra de Tus dedos—la luna y las estrellas que pusiste en su lugar—, me pregunto: ¿qué son los simples mortales para que pienses en ellos, los seres humanos para que de ellos te ocupes? Sin embargo, los hiciste un poco menor que Dios y los coronaste de gloria y honor. Los pusiste a cargo de todo lo que creaste, y sometiste todas las cosas bajo su autoridad: los rebaños y las manadas y todos los animales salvajes, las aves del cielo, los peces del mar, y todo lo que nada por las corrientes oceánicas. Oh Señor, Señor nuestro, ¡Tu majestuoso Nombre llena la tierra!” — Salmo 8:3-9 (NTV)
En Proverbios, Agur se pregunta acerca de la Creación y cómo el poder del Hijo de Dios creó y mantiene a la tierra.
¿Quién sino Dios sube a los cielos y desciende de ellos? ¿Quién retiene el viento en Sus puños? ¿Quién envuelve los océanos en Su manto? ¿Quién ha creado el mundo entero? ¿Cuál es Su Nombre? ¿Y el Nombre de Su Hijo? ¡Dime, si los sabes!” — Proverbios 30:4 (NTV)
Jesús es el Alfa y Omega
En el relato de la Creación en Génesis, existe un detalle que vale la pena mencionar, que también fue revelado en el Nuevo Testamento por Jesucristo en el libro del Apocalipsis. Él se refiere a Sí Mismo como el “Alfa y Omega”:
“Yo Soy el Alfa y la Omega,” dice el Señor Dios, “El que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.” — Apocalipsis 1:8 (NBLH)
«Yo Soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin»» — Apocalipsis 22:13 (NTV)
El libro de Apocalipsis fue escrito en griego, y la primera letra del alfabeto griego es Α – Alfa, mientras que la última letra es Ω – Omega, es como decir de la “A” a la “Z” en español. Y aunque Juan escribió estas letras en griego muy probablemente la revelación de Jesucristo fue dicha en hebreo. Nuestro Señor nos está hablando de Su divinidad al referirse que Él es el principio y el fin de la Creación. Y en las Escrituras, vemos a Jesús de inicio a fin, desde el principio de Génesis hasta el último capítulo del Apocalipsis.
Como vimos en este estudio, Dios Padre solo dijo las palabras y se llevó a cabo la Creación, por lo que la interpretación rabínica de Génesis 1:1 es que la Palabra de Dios, desde la álef hasta la tav existía antes de la Creación del universo. Por eso no es coincidencia que el apóstol Juan llamó a Jesús la Palabra en Juan 1:1, el álef-tav de Apocalipsis.
Ahora le mostraré algo sorprendente, (recuerde que con Dios no hay coincidencias, todo es preciso) es algo que no nos damos cuenta si no sabemos hebreo porque esta información se pierde en la traducción de la Biblia al español. El libro de Génesis fue escrito originalmente en hebreo, la primera letra del alfabeto es אֵ – álef y la última es ת – tav, que equivalen a alfa y omega en griego. En hebreo, cada letra tiene su significado y álef viene de su forma en paleo-hebreo (la forma más antigua del hebreo) representada por la cabeza de un buey, y significa poder y fuerza (por el animal), pero también hacía referencia al líder, jefe o cabeza de la comunidad, por lo que álef está relacionada a “una fuerte autoridad”. Por otro lado, “tav” en paleo-hebreo estaba representada por dos palos cruzados como una marca (tampoco es coincidencia que parezca una cruz). Y cuando pones álef y tav juntas, representan la imagen de una persona arando la tierra con la ayuda de un buey para arar la tierra yéndose derechito hacia la marca. Similarmente, nosotros como cristianos tenemos el ejemplo de Jesús, el estándar a seguir o la meta a alcanzar, y crecemos cuando lo imitamos yendo derecho hacia Él, sin desviarnos hacia la derecha o izquierda. Así que con este contexto volvamos a entender el significado de álef y tav (alfa y omega) que forman la palabra en hebreo אֵת – et (referencia Strong H853, es la palabra más usada en el Antiguo Testamento, aparece 6,722 veces) que designa una dirección, una persona yendo hacia alguien (marca), y gramaticalmente en hebreo indica el efecto del verbo dirigido hacia el objeto directo en la oración. En este caso, el significado de las letras en paleo-hebreo es álef=poder, y la tav=cruz, por lo que tenemos que «et», o “Alfa y Omega”, significa: «el poder de la cruz«, hablándonos del poder de salvación que Yeshúa nos da con Su sacrificio en la cruz.
En Génesis 1:1, encontramos solamente 7 palabras hebreas y אֵת – et se encuentra exactamente en el centro del versículo. Las Escrituras simbólicamente nos dicen que Jesús, el “Alfa y Omega”, el “Álef y Tav”, está en el centro de la Creación, Él es el Creador de todo lo visible e invisible. Hay 3 palabras antes y después de “ET” en la transliteración de este versículo: “Bereshit bara Elohim ET hashamayím veet haarets”. Aquí les muestro este mismo versículo en hebreo tomado del códice de Westminster Leningrado (WLC), el hebreo se lee de derecha a izquierda:
בְּרֵאשִׁ֖ית בָּרָ֣א אֱלֹהִ֑ים אֵ֥ת הַשָּׁמַ֖יִם וְאֵ֥ת הָאָֽרֶץ
haarets veET hashamayim ET Elohim bara Bereshit
Por increíble que parezca, Dios no solo puso la representación de la Palabra o Jesús en este pasaje una sola vez, sino que aparece una segunda vez con un significado todavía más sorprendente. La segunda vez que aparece está unida a la conjunción “y” que en hebreo es la letra “וְ – vav” y se pronuncia “ve”. En hebreo cada letra tiene asignado un número, y la “vav” es el número 6, por ser la sexta letra del abecedario. El número 6, en la Biblia está relacionado con el hombre o la humanidad. Por lo que cuando el texto hace una unión de ve + et = “Veet”, simboliza que alef-tav se hace hombre, la divinidad de la Palabra se hace carne. Volvamos a ver la posición de ET en el versículo: “ET hashamayim veET haarets”. La primer ET está antes de los cielos (hashamayim), mientras que la segunda vez está entre los cielos y la tierra (haarets), simbolizando que Jesucristo se hizo hombre para reconciliar al hombre (que está en la tierra) de regreso a Dios, quien habita en los cielos. El apóstol Juan nos dice:
“Y la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos visto su gloria, la gloria que le pertenece al Hijo único del Padre, en el que abundan el amor y la verdad.” — Juan 1:14 (NBV)
En español, la mayoría de las Biblias tratan de tener 10 palabras en el primer versículo y lamentablemente no traducen la palabra “et” que correspondería a una “a”, de la siguiente forma: “En el principio Dios creó [a] los cielos y [a] la tierra.”
Recuerde que Jesús nos dice que las Escrituras apuntan hacia Él:
[Jesús dice] «Ustedes examinan las Escrituras porque piensan tener en ellas la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio de Mí!» — Juan 5:39 (NBLH)
Espero que este artículo lo haya ayudado a identificar a Jesús como el Creador, por medio de quien todo fue hecho, y a encontrar a Jesús en Génesis 1, también espero que lo siga encontrando en todas las demás Escrituras. Lo dejó con este versículo el cual nos dice que Dios nos eligió incluso antes de haber hecho el mundo, así que le estamos eternamente agradecidos.
“Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a Sus ojos.” — Efesios 1:4 (NTV)
¡Que Dios los bendiga!