Jesus lavando pies apostoles

¿Por qué es Importante la Mansedumbre? (Parte 3)


En el artículo anterior vimos que la humildad es uno de los requerimientos para agradar a Dios. Mencionamos la relación entre el perdón y la humildad, y hasta cómo la humildad nos ayuda para la evangelización de personas incrédulas. Ahora hablaremos de otro aspecto que, como cristianos, tenemos que fomentar en nuestras vidas: la mansedumbre, veremos en qué consiste y los beneficios de ser mansos.

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«La vida no se mide por cuánto tienen» – Jesús (Lucas 12:15)

Como hemos mencionado anteriormente, los valores del mundo elevan a nivel de virtud cosas banales, y en ocasiones incluso contrarias a la voluntad de Dios, como el materialismo y el orgullo. Lamentablemente, muchas personas son persuadidas por estos falsos valores, y los adoptan como sus estilos de vida. De esta manera, el orgullo es redefinido como símbolo de fortaleza, belleza, poder, inteligencia, privilegio, y como un modelo a seguir para llegar a la grandeza. Por ello, lamentablemente en nuestra cultura, una de las cualidades menos admiradas es la humildad, y mucho menos la mansedumbre. A continuación, veremos este fruto del Espíritu: la mansedumbre (Gálatas 5:22-23).

«No os adaptéis a las formas de este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo que le agrada, y lo perfecto.» — Romanos 12:2 (RVA)

Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” — Gálatas 5:22-23 (RVR-1995)

¿Qué es la mansedumbre?

Jesus limpia TemploLa mansedumbre o ser manso, es uno de los atributos más incomprendidos de todas las Bienaventuranzas (Mateo 5:5). Mucha gente confunde la mansedumbre, tomándola como algo negativo, como debilidad o cobardía. Sin embargo, en Mateo 11:29, Jesús (Yeshúa en hebreo) nos dijo que Él es “manso y humilde”, a pesar de ser la persona más poderosa que jamás haya caminado sobre la tierra. No existe ninguna debilidad en nuestro Señor Jesucristo; recordemos que Él estuvo 40 días ayunando en el desierto, rodeado de fieras salvajes, y Satanás (Marcos 1:12-13). Y mucho menos cobardía, ya que se hizo un látigo y echó a todos los mercaderes fuera del Templo en dos ocasiones (Juan 2:14-15; Mateo 21:12-17), y repetidamente, denunció, sin miedo, la hipocresía de los líderes religiosos judíos (Mateo 23:13-36; Marcos 12:13-40; Juan 8:12-59, 9:39-41). Además, Él dio Su vida sabiendo la horrible forma en la que lo iban a crucificar. Por lo que, la mansedumbre es lo opuesto a debilidad o cobardía, ya que es mantener una gran fuerza, valor y convicción bajo control, y con una buena disposición. Cuando el Espíritu Santo provee de mansedumbre a un creyente le permite utilizar sus talentos apropiadamente, a diferencia de los incrédulos que reaccionan de manera impulsiva y emocional, permaneciendo en un estado fuera de control y a menudo destructivo. Jesus GetsemaniLa mansedumbre proviene de Dios y nos permite tener un espíritu obediente a los mandamientos del SEÑOR. Como cuando Yeshúa puso Sus deseos a un lado, se humilló orando en Getsemaní, y tres veces mostró Su mansedumbre al expresar: “Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero” así el control absoluto se lo dio a Su Padre, al confirmar: “Hágase Tu voluntad” y lo obedeció con todas Sus fuerzas para la gloria de Dios, pese a todo el sufrimiento que esto representaba. Él nos mostró Su mansedumbre hasta el final, sin responder a los maltratos que le hicieron, dejó que el SEÑOR juzgara a Sus oponentes (Mateo 26:36-44; Filipenses 2:5-11; Mateo 21:5; 1 Pedro 2:21-23).

“Y adelantándose un poco, cayó sobre Su rostro, orando y diciendo: «Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras»… Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: «Padre Mío, si esta copa no puede pasar sin que Yo la beba, hágase Tu voluntad».” — Mateo 26:39, 42 (NBLA)

“«Digan a la hija de Sión: “Mira, tu Rey viene a ti, Humilde y montado en un asna…” — Mateo 21:5a (NBLA)

domar caballo mansoUna analogía para explicar qué es la mansedumbre, sería cuando se domestica o doma a un caballo, y es entrenado para que un jinete lo pueda montar, o para que jale un arado. El término para describir a este animal disciplinado es que se ha vuelto “manso”. Su comportamiento salvaje ha quedado bajo el control de su dueño. Pero el caballo manso todavía tiene las mismas fuerzas, energía, impulso e instintos, que antes, solo que ahora, se ha enfocado al servicio de una autoridad superior. De la misma forma, un creyente muestra su mansedumbre cuando se pone bajo el control y obediencia del SEÑOR (Romanos 6:19), de esta forma su vida se transforma y mejora enormemente en todos los sentidos, ya que mantiene su carácter, habilidades, personalidad, recursos, pero ahora su ambición, deseos y dones son enfocados a servir al SEÑOR (Gálatas 5:22-23; Santiago 1:21-23) y combatir al enemigo.

«Por lo tanto, desechando toda suciedad y la maldad que sobreabunda, reciban con mansedumbre la palabra implantada la cual puede salvar su vida.» — Santiago 1:21 (RVA 2015)

«Pero los mansos heredarán la tierra y se deleitarán por la abundancia de paz.» — Salmos 37:11 (RVA 2015)

Jesus Perdon 7 70Observe que Yeshúa nos muestra una relación directa entre la mansedumbre y la humildad, porque ambas están relacionadas con encontrar descanso para nuestras almas (Mateo 11:28-30; Salmos 37:11). La confusión de este término puede provenir de la incorrecta aplicación de la definición del diccionario para manso, que es: «De condición benigna y suave; apacible, sosegada, tranquila». Ahora, imagine la extraordinaria fuerza de voluntad que se requiere para ser manso, al permanecer apacible y tranquilo cuando es agredido de forma verbal o física. Si usted trata de hacerlo, pronto descubrirá que la mansedumbre no es una debilidad, sino una fortaleza.

[Jesús dice] «Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, que Yo os haré descansar. Llevad Mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que Soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque Mi yugo es fácil, y ligera Mi carga.» — Mateo 11:28-30 (RVA)

«Sepan, mis amados hermanos: Todo hombre sea pronto para oír, lento para hablar y lento para la ira.» — Santiago 1:19 (RVA 2015)

resistir agresion calmado creyente persecusionMuchas personas pueden permanecer tranquilas mientras todo esté bien, pero la mansedumbre es probada cuando son atacados de alguna forma, porque la “mansedumbre” es una actitud humilde que se expresa cuando una persona soporta pacientemente las ofensas, con gentileza, indulgencia y tolerancia. Tenemos el ejemplo de Jesús, Quién no respondió cuando fue criticado, calumniado o tratado injustamente, pero respondió apropiada y firmemente cuando se profanó el honor de Dios, o se pervirtió o se descuidó Su verdad. La mansedumbre de Jesús hizo que no se enojara cuando lo ofendieron a Él, demostrando Su autocontrol, sin embargo, oportunamente mostró Su ira justa y controlada para los propósitos de Dios, y lo hizo sin pecar (Efesios 4:26).

“Él fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca. Como un cordero, fue llevado al matadero; y como una oveja que enmudece delante de sus esquiladores, tampoco él abrió su boca.” — Isaías 53:7 (RVA-2015)

“Enójense, pero no pequen; reconcíliense antes de que el sol se ponga.” — Efesios 4:26 (RVC)

Moises Aaron Miriam discusionPor otro lado, tenemos el ejemplo de mansedumbre en Moisés, quien no era un hombre débil, sino que por órdenes del SEÑOR desafió al faraón de Egipto cara a cara, al hombre más poderoso en el mundo. Moisés fue el general que sacó a los hijos de Israel de Egipto, realizó asombrosos milagros, y dirigió a una nación de millones de habitantes durante 40 años. Durante ese tiempo, en diferentes ocasiones las personas se quejaron de él, buscando provocarlo, quisieron quitarlo de su posición como líder, e incluso buscaron apedrearlo (Éxodo 17:2-4). Sin embargo, Moisés soportó con mansedumbre muchos insultos e injusticias (Éxodo 16: 2-9; Números 16:1-15, 41-49), y trataba de razonar con las personas para que cumplieran la voluntad de Dios, buscando la paz. Esto a pesar de que Moisés era un hombre temperamental (Éxodo 2:11-12, 16:20, 32:19; Números 16:15, 31:14; Levítico 10:16). También vemos que Moisés mostró mansedumbre en conflictos familiares, como el de Números 12, en donde sus hermanos Aarón y María (Miriam en hebreo) estaban agrediendo verbalmente a Moisés, le reprochaban que se hubiera casado con una mujer de Etiopía, y además al parecer, le tenían cierta envidia, por ser el profeta escogido por el SEÑOR. Moisés manifestó su mansedumbre al decidir no defenderse, sino dejar que el SEÑOR juzgara este asunto.

María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado, porque él había tomado por mujer a una cusita. Ellos dijeron: —¿Acaso solo por medio de Moisés ha hablado el SEÑOR? ¿No ha hablado también por medio de nosotros? Y lo oyó el SEÑOR. Moisés era un hombre muy manso, más manso que todos los hombres que había sobre la faz de la tierra.” — Números 12:1-3 (RVA-2015)

Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad.” — Proverbios 16:32 (NBLA)

Moises intercedeObserve que Moisés, en lugar de imponer su propia autoridad ante la oposición y reproches de sus hermanos, él no respondió, al contrario, nos dice de sí mismo en Números 12:3, que él era el hombre más «manso» (o más humilde, según la traducción de Biblia que tenga) sobre toda la tierra. Moisés no está dándonos esta virtud que poseía de una forma jactanciosa u orgullosa, sino para demostrarnos que él tenía una dependencia absoluta en Dios (Hechos 20:19). Esta actitud y posición de Moisés es alabada a través de las Escrituras como algo tan deseable, que todo creyente debe aspirar a alcanzar su nivel de mansedumbre. Por eso, encontramos que Dios entra en acción inmediatamente y reivindica a Moisés. Y como consecuencia, Miriam es castigada con lepra por solo una 1 semana, gracias a que Moisés intercedió cuando la ira de Dios se encendió contra ellos, Moisés suplicó a Dios por misericordia para ella. La mansedumbre de Moisés lo llevó a hacer lo correcto, no buscando hacer justicia por sí mismo, y mucho menos vengarse de las ofensas de sus hermanos, sino que permitió que Dios le hiciera justicia (Romanos 12:19; Deuteronomio 32:35; Proverbios 20:22; 1 Tesalonicenses 4:6). Como creyentes, no queremos que Dios nos aplique Su justicia por nuestros pecados, sino que ponemos nuestra fe en que Él nos dará Su gracia y Su misericordia (Proverbios 3:34). Entonces ¿porqué no hacer lo mismo con las personas que nos agreden? ¿No deberíamos, por mansedumbre, perdonar a los que nos ofenden, poner la otra mejilla, y dejar que el SEÑOR nos haga justicia como lo hizo con Moisés (Salmos 10:17, 76:9-10)?

«Que ninguno agravie ni defraude en este asunto a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho antes y testificado solemnemente.» — 1 Tesalonicenses 4:6 (RVR 1977)

Esto han visto los humildes y se alegran. Viva su corazón, ustedes los que buscan a Dios. Porque el SEÑOR oye a los necesitados y no desprecia a los suyos que están presos.” — Salmos 69:32-33 (NBLA)

Encaminará a los humildes en la justicia y enseñará a los mansos su carrera [camino].” — Salmos 25:9 (RVR-1995)

El rey Salomón nos dice que la mansedumbre no implica impotencia, sino poder bajo control, el que es lento para enojarse, gobierna a su espíritu en mansedumbre (Proverbios 16:32). Sin embargo, el individuo que no es manso, manifiesta que su poder está fuera de control, comparable a “una ciudad destruida y sin murallas” (Proverbios 25:28). Estar fuera de control es por la falta de mansedumbre. Por eso, es muy triste ver que los desacuerdos y muchos conflictos sucedan dentro de la misma familia, necesitamos seguir el ejemplo de mansedumbre de Moisés, y claro, de Cristo, quien nos enseña que amemos incluso a nuestros enemigos. Yeshúa nos da una gran lección de mansedumbre en Su sermón del Monte:

Jesus Sermon en el Monte“Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero Yo les digo: no resistan al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Al que quiera ponerte pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa. Y cualquiera que te obligue a ir un kilómetro, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado, no le vuelvas la espalda. » Ustedes han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”. Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, para que ustedes sean hijos de su Padre que está en los cielos; porque Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa tienen? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen más que otros? ¿No hacen también lo mismo los gentiles? Por tanto, sean ustedes perfectos como su Padre celestial es perfecto.» — Mateo 5:38-48 (NBLA)

Como creyentes, la ventaja que obtenemos de la mansedumbre, es el triunfo por medio de Cristo aun en nuestro sufrimiento, ya que hemos muerto a nosotros mismos, por lo tanto, nos despreocupamos por los insultos que recibimos, dejamos de luchar por las pérdidas materiales que suframos, o incluso las lesiones personales que recibamos (Romanos 8:36). En ese sentido, la mansedumbre es lo opuesto a la violencia y la venganza. La mansedumbre es el camino a seguir para la recompensa sin medida que nos prometió Jesucristo al decir: “Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra” (Mateo 5:5).

“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escrito: «Por causa Tuya somos puestos a muerte todo el día; somos considerados como ovejas para el matadero». Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” — Romanos 8:35-39

¿Qué necesitamos para desarrollar mansedumbre en nuestras vidas?

Corazon de piedra pecadosPrimero, debemos reconocer nuestra pecaminosidad con un corazón quebrantado, lamentarnos por nuestros pecados, y por nuestra condición espiritual en bancarrota (en donde salimos faltos de peso en la balanza, Daniel 5:27). Lo que, nos permite ver el regalo de salvación que Dios nos ofrece. En este punto, la mansedumbre, que se centra en la justicia y la santidad de Dios, nos ayuda a buscar una solución a nuestro problema. Segundo, debemos recibir a Jesucristo en nuestro corazón como nuestro único Salvador, Él nunca va a forzar a nadie a que ponga su fe en Él. Si Él va a ser el SEÑOR de nuestras vidas, debemos, a través de la mansedumbre, someternos a la voluntad del Hijo de Dios. En Mateo 11:28-30, cuando nos dice que Su yugo es fácil, quiere decir que está diseñado para encajar perfectamente con nuestra condición. Jesús va a estar a la cabeza, como nuestro Buen Pastor, guiándonos, y debemos aprender y depender de Él. Y si con toda esta ayuda, aun piensa que ser cristiano es difícil, las Escrituras nos dicen que el camino de los que transgreden la ley del SEÑOR es duro (Proverbios 13:15). Tercero, por mansedumbre debemos de someternos a la Palabra de Dios (Santiago 1:21-23), esto significa sentarse a estudiar la Biblia, estando absolutamente preparado para hacer todo lo que dice, es dejar que la Palabra de Dios sea nuestro control, lo que impulsa, guía o frena nuestras acciones y pensamientos. No debemos juzgar qué es correcto o incorrecto según nuestro propio entendimiento, y escoger solo lo que nos convenga, tenemos que tener la actitud de: “es todo o nada” cuando firmamos nuestro nombre para acatar este nuevo pacto con el SEÑOR. Y por último, cuarto, por mansedumbre debemos de ponernos bajo la sumisión y disciplina del Espíritu Santo, cuando le pedimos a Jesús que ponga Su yugo sobre nosotros, cuando recibimos la Palabra de Dios, y cuando le pedimos al Espíritu de Dios que obre en nosotros, entonces el Espíritu Santo nos ayudará a que nuestra mansedumbre crezca en nuestros corazones (Gálatas 5:22-23). Por lo que, la mansedumbre es recibir a Jesucristo y al Espíritu Santo, para responder a Su Palabra en sumisión total a un poder superior al nuestro (Romanos 8:28).

«Y sabemos que todas las cosas cooperan para bien de los que aman a Dios, de los que son llamados conforme a Su propósito.» — Romanos 8:28 (RVR 1977)

“¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.” — Santiago 3:13 (NBLA)

Daniel rezandoComo podrá haber visto en este estudio los falsos valores del mundo asocian la felicidad y el éxito con la fuerza, la confianza, y la seguridad en uno mismo; con la supervivencia del más apto, la conquista y el poder. Pero este no es el camino para seguir a nuestro Señor Jesucristo. Estos valores son promocionados por Satanás para evitar que desarrollemos nuestra humildad y mansedumbre, ya que sabe que nos puede manipular y controlar a través del orgullo que manifestamos en nuestra naturaleza carnal, el cual, nos impide ceder y ponernos en sumisión del SEÑOR. Ser mansos para algunos, es lo último que quisieran ser, sin embargo, es la actitud más importante sobre cualquier otra que debemos tomar, porque de ello depende nuestra salvación. Las Bienaventuranzas nos dicen que el reino de nuestro Señor Jesucristo va a ser para gente que sea mansa, ese es el estándar requerido para estar en Su reino. Así que, es mejor empezar a caminar en mansedumbre cuanto antes (2 Corintios 10:1; Salmos 22:26, 25:9, 147:6). Como el ejemplo que les da el apóstol Pedro a las mujeres que, en lugar de adornarse externamente con joyas y vestidos lujosos, es mejor que se adornen internamente con mansedumbre, porque a los ojos del SEÑOR, esto tiene mucho mayor valor.

“Cuando te levantaste, oh Dios, al juicio, para salvar a todos los mansos de la tierra.” — Salmos 76:9 (RVA)

“Que el adorno de ustedes no sea el externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos, sino que sea lo que procede de lo íntimo del corazón, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno [manso] y sereno, lo cual es precioso delante de Dios.” — 1 Pedro 3:3-4 (NBLA)

Para concluir, los dejo con este versículo del profeta Isaías que engloba todo lo que nos proporciona la mansedumbre: salvación, enseñanza, ciudadanía en el reino, y bienaventuranza, en un regocijo y alegría para todas las personas que son mansas.

Los afligidos [mansos] aumentarán también su alegría en el SEÑOR, y los necesitados de la humanidad se regocijarán en el Santo de Israel.” — Isaías 29:19 (NBLA)

En nuestro siguiente artículo veremos las consecuencias del orgullo en nuestras vidas: lo peligroso que son la arrogancia, la jactancia, los halagos, y toda clase de falta de humildad y mansedumbre en nuestro comportamiento.

¡Que Dios los bendiga!


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