Jesus lavando pies apostoles

Las Consecuencias de la falta de humildad (Parte 4)


En el artículo anterior hablamos acerca de la mansedumbre. Ahora veremos las terribles consecuencias que se derivan de la falta de humildad y mansedumbre, cuando las personas no andan en los caminos de Dios, sino que permiten ser influenciados por los «valores» del mundo, por la carnalidad, y por Satanás. Estas personas caen en el engaño, y se dejan dominar por las trampas del orgullo y la arrogancia. El orgullo es un pecado muy peligroso, porque trae destrucción a personas, relaciones, hogares, y naciones en donde lo toleran y hasta lo fomentan. También hablaremos de por qué debemos evitar dar o recibir halagos, veremos sus consecuencias con ejemplos bíblicos.

Jesus PilatoEl orgullo que la Biblia condena es la actitud de independencia de Dios; cuando una persona tiene un espíritu malagradecido que no reconoce que todo lo que tiene se lo ha dado Dios, a esta actitud se le llama soberbia. Podemos ver un ejemplo de esto en la actitud de Poncio Pilato:

«Entró en el Pretorio otra vez y le dijo a Jesús: —¿De dónde eres tú? Pero Jesús no le dio respuesta. Entonces le dijo Pilato: —¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y tengo autoridad para crucificarte? Respondió Jesús: —No tendrías ninguna autoridad contra Mí si no te fuera dada de arriba.» — Juan 19:9-11a (RVA 2015)

«Todo lo que es bueno y perfecto es un regalo que desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre» — Santiago 1:17a (NTV)

mujer orgullosaSe podría decir que, toda expresión de pecado tiene su origen en el orgullo, cuando domina al corazón humano. Es la causa origen de nuestra rebelión contra Dios, y la razón por la que la humanidad ha buscado destronar a Dios, Su soberanía y majestad, para remplazarla por una adoración a nosotros mismos y a nuestros intereses egoístas, esto fue profetizado por Pablo (2 Timoteo 3:1-9), y vemos su cumplimiento hoy en día a nuestro alrededor. Pero cuando somos creyentes, la humillación de uno mismo, nuestra mansedumbre y la lucha contra nuestra naturaleza pecaminosa, desarrollan en nuestros corazones un odio hacia el orgullo, a detestar las cosas que Dios detesta. Jesucristo (Yeshúa HaMashíaj en hebreo) lo llama: “negarse a sí mismo” (Lucas 9:23), y el apóstol Pablo lo llama: “morir cada día a uno mismo” (Gálatas 2:20; 1 Corintios 15:31)

“Y a todos les decía: «Si alguien quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.” — Lucas 9:23 (NBLA)

“Con Cristo he sido juntamente crucificado; y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios quien me amó y se entregó a sí mismo por mí.” — Gálatas 2:20 (RVA-2015)

“Sí, por la gloria que en orden a vosotros tengo en Cristo Jesús Señor nuestro, cada día muero.” — 1 Corintios 15:31 (RVA)

Juan el Bautista HerodesPodemos ver las manifestaciones del orgullo: cuando una persona se equivoca, pero siempre tiene una excusa (Génesis 3:12-13); cuando alguien se irrita si alguien más lo corrige (Mateo 14:3-5); cuando alguien acepta elogios sobre algo de lo que no tiene control, en lugar de darle la gloria a Dios (Hechos 12:21-23); cuando a alguien le cuesta trabajo buscar consejo, porque no quiere que nadie le diga qué hacer (Éxodo 5:2); cuando alguien piensa que es superior a otra persona (Lucas 18:10-11); cuando alguien confía en sus propias fuerzas y recursos en lugar de agradecerle a Dios por lo que ha recibido y confiar en Él (Daniel 4:29-33; Jeremías 17:5-8; Lucas 12:13-21); cuando la vida se convierte en una competencia que se mide por el éxito y la victoria sobre otras personas, incluso si es a costa de ellas (1 Samuel 18:5-11; Génesis 4:4-8); cuando alguien quiere más de lo que otras personas tienen o piensa que se merece algo mejor que los demás, y que incluso llega al punto de no querer que los demás lo tengan (Isaías 14:12-14; Ezequiel 28:12-19).

«No hagan nada por rivalidad ni por vanagloria, sino estimen humildemente a los demás como superiores a ustedes mismos; no considerando cada cual solamente los intereses propios sino considerando cada uno también los intereses de los demás.» — Filipenses 2:3-4 (RVA 2015)

«No seamos codiciosos de vana gloria, irritando los unos a los otros, envidiándose los unos a los otros.» — Gálatas 5:26 (RVA)

empleado insubordinadoOtras manifestaciones del orgullo es no someterse ante las diferentes autoridades, como a Dios (Santiago 4:7; Romanos 8:7); los padres (Éxodo 20:12; Efesios 6:1; Colosenses 3:20; Juan 5:30); al esposo (Efesios 5:22-24, 26; Colosenses 3:18; 1 Timoteo 2:12; 1 Pedro 3:1, 5-6; Tito 2:5); a los jefes o «amos terrenales» (Efesios 6:5-8; Colosenses 3:22-24; 1 Timoteo 6:1-2); personas mayores que son creyentes (1 Pedro 5:5; Hebreos 13:17); autoridades gubernamentales (Romanos 13:1-2; 1 Pedro 2:13-15; Tito 3:1).

“Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios.” — Romanos 8:7 (RVA)

“Por tanto, sométanse a Dios. Resistan, pues, al diablo y huirá de ustedes.” — Santiago 4:7 (NBLA)

leonCuando la gente se llena de orgullo, ¿sabe lo que les pasa? No reciben la gracia de Dios, porque Dios resiste a los orgullosos y da gracia a los humildes (Santiago 4:6; 1 Pedro 5:5). El apóstol Pedro nos explica las repercusiones para los orgullosos, cuya situación empeora aún más, porque imagine qué va a pasar con estas personas desprovistas de la gracia y protección del SEÑOR, pues en automático quedan a merced de Satanás que está al acecho como un león dando vueltas y buscando a quien devorar. Esto es lo que actualmente está experimentando cada persona orgullosa en mundo. Por eso, el orgullo es la mejor trampa de la que dispone el diablo, es como la red con la que más peces pesca.

“Pero Él da mayor gracia. Por esto dice: «Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.»” — Santiago 4:6 (RVR-1995)

“Sean sobrios y velen. Su adversario, el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quién devorar.” — 1 Pedro 5:8 (RVA-2015)

Job ComportamientoNada pone a una persona más fuera del alcance de Satanás que alguien genuinamente humilde y manso ante Dios. Al resistir al enemigo, éste huye (Santiago 4:7). Por ello, enfatizamos en nuestros estudios anteriores lo importante que son la humildad y la mansedumbre para alcanzar la salvación, porque son la mejor defensa contra el pecado del orgullo. La naturaleza carnal y pecaminosa en los corazones de las personas las hace que sean orgullosas y egocéntricas. Para ellas, lo más importante es satisfacer todas sus necesidades físicas, materiales, exaltarse, desarrollarse, autorrealizarse y ser felices. Nuestra sociedad ha etiquetado al orgullo y a todas estas pasiones como «virtudes» porque vivimos en un mundo que promueve todo lo que va en contra de las virtudes del SEÑOR. El orgullo se apodera de los corazones de los pecadores, y mientras todo vaya más o menos bien en sus vidas, no ven ninguna necesidad de acercarse a Dios, y por eso, es tan difícil que crean, se arrepientan y sean salvados de sus pecados, porque en su orgullo, se creen que son buenas personas, pero su mismo orgullo las hace vivir engañadas, y no aceptan la verdad del Evangelio para reconciliarse con su Creador. Por ello, las Escrituras nos mencionan que, para el SEÑOR, el orgullo es una abominación.

Abominación al SEÑOR es todo el que es altivo de corazón; ciertamente no quedará sin castigo.” — Proverbios 16:5 (NBLA)

“Seis cosas hay que el Señor odia, y siete son abominación para Él: Ojos soberbios, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, un corazón que trama planes perversos, pies que corren rápidamente hacia el mal, un testigo falso que dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.” — Proverbios 6:16-19 (NBLA)

Por el Orgullo se puede Aspirar a Ser Divino

Vemos cómo el orgullo hizo a Satanás, quien aspira a ser como Dios (Isaías 14:12-14). El orgullo llevó a Adán y a Eva a comer del fruto prohibido para «ser como Dios». Es uno de los principales engaños en las doctrinas de los mormones, donde ellos aspiran a ser dioses de su propio planeta. El orgullo nos convierte literalmente en adversarios del SEÑOR, al buscar ser independientes de Dios, estamos declarando que no creemos en Él, robándole toda la gloria que solo le pertenece al Todopoderoso.

Los Halagos Alimentan al Orgullo

halago egocentrista orgullo soberbia idolatriaComo creyentes debemos tener cuidado con los halagos, tanto darlos como recibirlos. Muchos halagos surgen cuando las personas buscan falsamente adular a alguien para obtener un beneficio, buscan algo a cambio del elogio que hacen, esta práctica la debemos evitar. En todo momento, más bien debemos darle la gloria a Dios. Esta semana escuché una conferencia del finado pastor cristiano Chuck Missler, y cuando varias personas le hacían preguntas, comenzaban halagándolo diciéndole: «Eres mi héroe», «Has sido una gran inspiración para mí», entonces el pastor inmediatamente detuvo estos halagos, dirigió toda esta gloria a Dios, y agradeció sus exhortaciones. Los halagos son diferentes a una exhortación genuina, la cual es un fruto del Espíritu, porque muchas veces las personas necesitan escuchar palabras de aliento, entonces debemos tener discernimiento para sí exhortar, pero no halagar falsamente, y en todo momento darle la gloria a Dios.

«Pues nuestra exhortación no procede de error ni de impureza ni es con engaño, sino que así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confiara el evangelio, así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones. Porque como saben, nunca fuimos a ustedes con palabras lisonjeras, ni con pretexto para sacar provecho. Dios es testigo. Tampoco buscamos gloria de los hombres, ni de ustedes ni de otros, aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido imponer nuestra autoridad.» — 1 Tesalonicenses 2:3-6 (NBLA)

A continuación, veamos un ejemplo de falsos halagos, cuando los fariseos buscaron a Jesús para tenderle una trampa (Mateo 22:15-22), primero buscaron halagarlo con palabras, para luego tenderle la trampa con una pregunta que pensaron que le era difícil:

«Entonces los fariseos se fueron y deliberaron entre sí cómo atrapar a Jesús en alguna palabra que Él dijera. Y los fariseos enviaron algunos de sus discípulos junto con los partidarios de Herodes, diciendo: «Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con verdad, y no buscas el favor de nadie, porque eres imparcial. Dinos, pues, cuál es Tu opinión: ¿Está permitido pagar impuesto a César, o no?». Pero Jesús, conociendo su malicia, dijo: «¿Por qué me ponen a prueba, hipócritas? » — Mateo 22:15-18 (NBLA)

«No voy a halagar a nadie; trataré a todos por igual. En realidad, yo no acostumbro hacer halagos; ¡el Creador me castigaría en seguida si los hiciera!» — Job 32:21-22 (DHH)

“El hombre que lisonjea a su prójimo le tiende red ante sus pasos.” — Proverbios 29:5 (RVA-2015)

Herodes juicio angel gusanosEncontramos un ejemplo de un halago que debió haber sido detenido, en el rey Herodes, quien permitió ser halagado al punto de permitir que lo llamaran «un dios», y como consecuencia murió comido por gusanos (Hechos 12:21-23).

«Herodes los citó para un cierto día, en el que, vestido con ropa de ceremonia, ocupó su asiento en el tribunal y les dirigió un discurso. La gente comenzó entonces a gritar: «¡Este que habla no es un hombre, sino un dios!» En el mismo momento, un ángel del Señor hizo que Herodes cayera enfermo, por no haber dado honor a Dios, y murió comido de gusanos.» — Hechos 12:21-23 (DHH)

Por lo mismo, uno no debe permitir ser halagado, y mucho menos halagarse a sí mismo, ni jactarse, con lo cual, se cae en la arrogancia o soberbia; que es lo opuesto a la humildad que Dios quiere y espera de nosotros. Necesitamos cuidarnos contra toda clase de soberbia, y reconocer que es promovida por los valores banales y vacíos del mundo (1 Juan 2:16); y por Satanás, el Leviatán antiguo, el rey de los soberbios (Job 41:34). Ahora considere esta definición del diccionario para soberbia: «Apetito desordenado de ser preferido a otros. Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias cualidades con menosprecio por los demás.» Al exaltarse uno a sí mismo, se cae en este pecado, y vemos que esta fue precisamente la razón por la que el rey Nabucodonosor fue castigado, y anduvo viviendo como animal durante 7 años, hasta que le dio la gloria a Dios, y le fue restituida su mente y su reino (Daniel 4:29-34). Y con esto se cumple la Escritura que antes de la destrucción hubo soberbia:

«Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu.» — Proverbios 16:18 (RVR 1960)

«Porque todo lo que hay en el mundo —los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida— no proviene del Padre sino del mundo.» — 1 Juan 2:16 (RVA 2015)

«Menosprecia toda cosa alta: Es rey sobre todos los soberbios.» — Job 41:34 (RVA)

En lugar de enaltecer a los demás con halagos, debemos servir a las personas de forma genuina.

En el siguiente artículo continuaremos hablando de los problemas que ocasiona la falta de humildad, veremos cómo el orgullo contribuye a la discordia, resulta en perversión y provoca la deshonra.

«Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; pero con los humildes está la sabiduría.» — Proverbios 11:2 (RVA 2015)

¡Que Dios los bendiga!


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