Las enseñanzas del mundo secular están opuestas a lo que nos dice la Biblia. En el mundo, la riqueza y la prosperidad simbolizan «éxito», y se han convertido en la meta principal de muchas personas, quienes asumen que una vez que tengan mucho dinero serán felices. Pero como veremos, el éxito no está en las riquezas terrenales.