Continuando con el artículo, veremos que el Festival de los Panes sin Levadura, Jag Ha-Matzot, está relacionado con la santificación de los creyentes en Jesucristo. Simboliza la eliminación de los pecados por la gracia de Dios. Estos pecados degeneran a la persona, siendo esta la imagen de la eliminación de la levadura que degrada la masa de un pan. También veremos que esta Festividad apunta a Jesús quien es el pan de vida, y que este festival tiene cumplimiento durante Su crucifixión y sepultura.
¿Cuál es el significado del Festival de los Panes sin Levadura para los cristianos?
Hoy en día, hay grupos cristianos que piensan que esta celebración es una tradición «sólo para los judíos». Sin embargo, el apóstol Pablo, en 1 Corintios 5: 8, claramente motivó a la iglesia, en su mayoría gentil (no judíos), a que celebraran el Festival de Panes sin levadura, porque es un festival de Dios, y no es exclusivo de los judíos.
«Por lo tanto, celebremos el festival [de Panes sin Levadura], no con el viejo pan de perversidad y maldad, sino con el nuevo pan de sinceridad y verdad.” — 1 Corintios 5:8 (NTV)
Pablo reconoció que los panes sin levadura de esta fiesta son simbólicos de la pureza, la sinceridad y la verdad, que deben ser las características de la vida de cada cristiano. Él también entendió que la levadura simbolizaba el pecado, la levadura de Egipto, la levadura de las falsas doctrinas (Mateo 16:12; Lucas 12:1) y este Festival ilustra nuestra necesidad de hacer todo esfuerzo para eliminar el pecado completamente de nuestras vidas.
“Desháganse de la vieja levadura para que sean masa nueva, panes sin levadura, como lo son en realidad. Porque Cristo, nuestro Cordero pascual, ya ha sido sacrificado.” — 1 Corintios 5:7 (NVI)
“Así que, amados, ya que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda impureza de cuerpo y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” —2 Corintios 7:1 (RVA 2015)
El Festival de Panes sin Levadura celebra el rescate del pueblo de Israel de la esclavitud bajo el Faraón de Egipto después del sacrificio del cordero pascual. Para los cristianos, este festival simboliza el memorial de la salvación de los creyentes de una vida de esclavitud del pecado bajo Satanás (Juan 8:34), después del sacrificio de Jesucristo, el Cordero de Dios.
“Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, también Jesús participó de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo” — Hebreos 2:14 (NBLA)
Así como somos salvados y justificados por la gracia de Dios, mediante nuestra fe. También somos santificados, porque nuestros pecados son enterrados con Él. El Festival de los Panes sin Levadura representa la santificación del creyente, cuando verdaderamente se ha arrepentido de su vida de pecado y ha recibido al Espíritu Santo. Y somos santificados como “personas sin levadura espiritual”, cuando nuestros pecados son perdonados, y así olvidados por Dios (Isaías 43:25; Hebreos 10:17). ¡Pero la única manera efectiva para sacar al pecado de nuestras vidas es tener a Jesucristo en nuestro corazón!
“Cristo se presentó una sola vez y para siempre para quitar el pecado mediante su propia muerte en sacrificio.” — Hebreos 9:26b (NTV)
“Vengan ahora, y razonemos», dice el SEÑOR, Aunque sus pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán.”— Isaías 1:18 (NBLA)
La santificación es el trabajo del Espíritu Santo en nuestras vidas cuando trabajamos para eliminar el pecado, la levadura que nos corrompe, creciendo e imitando el ejemplo de Jesús. El pan sin levadura significa nuestra identificación con el SEÑOR en Su humildad y en Sus aflicciones.
“Con la pascua no comerás pan con levadura, sino que durante siete días comerás pan sin levadura, pan de aflicción, para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de Egipto, y que cuando saliste de allá lo hiciste de prisa.” — Deuteronomio 16:3 (RVC)
“Por lo tanto, todos nosotros, que miramos la gloria del Señor a cara descubierta, como en un espejo, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” — 2 Corintios 3:18 (RVC)
El apóstol Pablo nos dice que ya fuimos lavados de nuestros pecados y tenemos una nueva vida, la vida pasada donde éramos esclavos del pecado, e identificada como la esclavitud de Egipto, se ha ido, tal como lo hicieron los israelitas al iniciar su Éxodo para servir a Dios.
“Y eso eran algunos de ustedes, pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” — 1 Corintios 6:11 (RVC)
Dado que hemos sido purificados o ahora estamos “sin levadura” por el sacrificio de Jesús en la cruz, nuestras vidas deben de reflejar la santidad que tenemos por este acto de la gracia de Dios. Solo así recibiremos Sus bendiciones.
“Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, Su Hijo, nos limpia de todo pecado.” — 1 Juan 1:7 (NTV)
Jesús en el Festival de Panes sin Levadura
[Jesús dice] “Yo Soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que Yo también daré por la vida del mundo es Mi carne».” — Juan 6:51 (NBLA)
El pan sin levadura es la imagen de la pureza y santidad que tiene Jesús, el único hombre que nunca ha pecado (1 Juan 3:5). En Su sacrificio es considerado como el Cordero sin mancha, ni contaminación y sin rastros de levadura, ya que después de que fue enterrado, Su cuerpo no inició el proceso de descomposición para regresar al polvo por la maldición de Adán en Génesis 3:19. Como el segundo Adán, Su muerte acabó con el poder de la muerte y como Sacrificio Pascual eliminó el pecado.
“Porque no dejarás Mi alma en el sepulcro; ni permitirás que Tu santo vea corrupción.” — Salmos 16:10 (RVA)
“Porque si por la transgresión de un hombre, por este reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de un Hombre, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.” — Romanos 5:17 (NBLA)
Adicionalmente cuando nuestros primeros padres pecaron, perdimos la comunión con Dios. El Festival de Panes sin Levadura nos enseña el concepto de estar en comunión con el SEÑOR al eliminar la levadura de nosotros.
“Y oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día. Entonces el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto. Pero el SEÑOR Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?».”— Génesis 3:8-9 (NBLA)
El SEÑOR siempre está buscando tener comunión con nosotros desde que Adán y Eva se escondieron entre los árboles. Y los festivales nos permiten interactuar con Él, quien restaura nuestra comunión cuando confesamos nuestros pecados.
“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.” — 1 Juan 1:9 (RVC)
[Jesús dice] “¿Qué hombre de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se ha perdido hasta hallarla? Y al hallarla, la pone gozoso sobre sus hombros y, cuando llega a casa, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Gócense conmigo porque he hallado mi oveja que se había perdido”. Les digo que, del mismo modo, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.” — Lucas 15:4-7 (RVA 2015)
El pan sin levadura llamado matsá – מַצָּה, parece una galleta grande, aplastada, con agujeritos, y que al ser horneada queda con partes quemadas, que parecen golpes. Es llamado el “pan de la aflicción” (lejemoni – לֶחֶםעֳנִי– pan de la humillación o de humildad). El pan matsá, que describimos como el pan traspasado, aplastado, y quemado/golpeado, representa el Cuerpo de Jesús, cuando fue golpeado y traspasado. Por eso Cristo, en la llamada “Última Cena” al partir el pan sin levadura y repartirlo, les dijo que esto era Su Cuerpo.
[Jesús dice] “Y tomando el pan, habiendo dado gracias, partió, y les dio, diciendo: Esto es Mi cuerpo, que por vosotros es dado: haced esto en memoria de Mí.” — Lucas 22:19 (RVA)
Es una imagen vívida que nos hace partícipes del sufrimiento y las aflicciones que Jesús llevo a cabo por nosotros como el Sirviente Sufrido que profetizó Isaías.
“Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que Él cargó; fueron nuestros dolores los que lo agobiaron. Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios; ¡un castigo por sus propios pecados! Pero Él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados.» — Isaías 53:4-5 (NTV)
“Sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén derramaré un Espíritu de buena voluntad y de oración, y volverán los ojos a Mí y llorarán por el hombre a quien traspasaron, como se llora y se guarda luto por el hijo primero y único.” — Zacarías 12:10 (RVC)
Y finalmente después de ser sepultado, Jesús resucitó al tercer día por lo que concluimos que: Durante el Festival de los panes sin levadura, ¡Jesús resucitó!
“Jesús les respondió: —Yo Soy el pan de vida. El que viene a Mí nunca volverá a tener hambre; el que cree en Mí no tendrá sed jamás.” — Juan 6:35 (NTV)
“Hablando el ángel, dijo a las mujeres: «Ustedes, no teman; porque yo sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, porque ha resucitado, tal como Él dijo.”— Mateo 28:5-6a (NBLA)
¡Felices Pascuas! ¡Y que Dios los bendiga!
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