En el artículo anterior vimos los orígenes de las celebraciones católicas del Día de Todos los Santos para conmemorar a los mártires de la fe cristiana; a los santos canonizados por la iglesia católica; y para la intercesión por las almas que estaban en el «purgatorio» para que pudieran alcanzar el cielo. Sin embargo, también vimos que a pesar que estas celebraciones estaban llenas de buenos deseos, aún así estas antiguas tradiciones se fueron corrompiendo y dieron lugar a lo que hoy se conoce como la celebración secular del Día de los Muertos, la cual de ninguna manera conmemora la fe en Dios mostrada por los primeros mártires. Más aún, en este artículo veremos cómo estos homenajes a los muertos han llevado a algunos a convertirlo en un culto a la muerte.
Un homenaje a los muertos en lugar de honrar a Dios
Observe como la corrupción de esta tradición ha pasado de ser «un día oración» por los difuntos que están en el «purgatorio», a un culto obscuro a la muerte. Según los entusiastas que participan en actividades del Día de los Muertos, lo hacen como un «homenaje a sus ancestros», una forma de «reverencia». Pero las Escrituras nos dicen que al único a quien debemos dar reverencia es a Dios, no lo olvide.
«La mayor sabiduría consiste en honrar al Señor; los que lo honran, tienen buen juicio. ¡Dios será siempre alabado!» — Salmos 111:10 (DHH)
«La sabiduría comienza por honrar al Señor; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.» — Proverbios 1:7 (DHH)
Entonces por qué las personas en lugar de rendir honor y homenaje a Dios participan en estas actividades que ciertamente Dios no aprueba. Nuestra responsabilidad termina en darle una cristiana sepultura al difunto, como vemos desde el libro de Génesis en donde José entierra a su padre Jacob en la tierra de Canaán cuando él vivía en Egipto. Para mayor información puede ver ¿La cremación es algo cristiano?
“Entonces Jacob les dio las siguientes instrucciones [a José]: «Yo moriré pronto y me uniré con mis antepasados. Entiérrenme junto con mi padre y mi abuelo en la cueva… la cual Abraham compró a Efrón el hitita como lugar de sepultura permanente. Allí están enterrados Abraham y su esposa Sara; allí también están enterrados Isaac y su esposa Rebeca; y allí enterré a Lea… “Lleva mi cuerpo de regreso a la tierra de Canaán y entiérrame en la tumba que preparé para mí mismo”. [José le pidió al faraón] Por lo tanto, le ruego que me permita ir a enterrar a mi padre. Y después del entierro, regresaré sin demora».” — Génesis 49:29, 31 50:5b (NTV)
En ninguna parte de la Biblia se nos indica que debamos de llevar flores a las tumbas de familiares queridos, esta es una costumbre romana. Al contrario, en el libro de Números vemos que los cementerios son lugares impuros, que se encontraban afuera del campamento Israelita, y que si una persona tocaba una tumba quedaba contaminada y no podía estar cerca de la presencia del Señor representada por el Tabernáculo.
«El que toque el cadáver de un ser humano quedará ceremonialmente impuro durante siete días… El que toque un cadáver y no se purifique de la debida manera contamina el tabernáculo del Señor y será excluido de la comunidad de Israel… Y si alguien en el campo abierto toca el cadáver de alguien que mataron a espada o que murió de muerte natural, o si alguien toca un hueso de ser humano o una tumba, esa persona quedará contaminada durante siete días.» — Números 19:11, 13a, 16 (NTV)
Entonces si Dios nos dice que todo lo relacionado a la muerte es impuro y debe de estar fuera de Su presencia ¿Por qué la gente se disfraza de muerte o utilizan símbolos de muerte en su atuendo? ¿Por qué mezclan las danzas folklóricas y el disfrazarse como personajes históricos con pintarse la cara como calavera? Jesús nos enfatiza que nos alejemos de todo esto y que lo sigamos a Él, dejando a los incrédulos (muertos espirituales) para que entierren a sus muertos.
“Jesús le dijo: —Sígueme ahora. Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos.” — Mateo 8:22 (NTV)
¿Por qué no hacemos desfiles en homenaje a Dios en lugar de a la muerte? ¿Por qué no se observan con el mismo entusiasmo las 7 Festividades del Señor cada año (Levíticos 23)? Dios claramente indicó en Su Palabra que estas festividades debemos de celebrarlas de generación en generación, sin embargo hoy están en el olvido de la mayoría, para mayor información puede leer nuestro artículo Las Festividades del Señor (YHWH).
“El Señor le dijo a Moisés… Estos son los festivales establecidos por el Señor, los cuales ustedes proclamarán como días oficiales de asamblea santa… Esta es una ley perpetua para ti, que se cumplirá de generación en generación dondequiera que vivas.” — Levítico 23:1,2b, 14b (NTV)
El Señor nos ofrece el regalo de vida eterna, entonces ¿para qué festejar a los muertos? Ya que sabemos que los santos están vivos en la presencia del Señor. Al poner nuestra fe en Jesucristo nos libra de la muerte y hace irrelevantes las tradiciones acerca de la muerte.
«El honrar al Señor es fuente de vida que libra de los lazos de la muerte.»— Proverbios 14:27 (DHH)
[Dice Jesús] «Ahora bien, en cuanto a si habrá una resurrección de los muertos, ¿nunca han leído acerca de esto en las Escrituras? Mucho después de que Abraham, Isaac y Jacob murieran, Dios dijo: “Yo Soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Por lo tanto, Él es Dios de los que están vivos, no de los muertos.»— Mateo 22:31-32 (NTV)
De la celebración de los muertos al culto a la muerte
En los últimos años ha cobrado mayor auge, y de forma alarmante, un culto a la llamada «Santa Muerte» en México y los Estados Unidos, en donde hay millones de seguidores, siendo la religión con mayor crecimiento en el continente americano. Pero primero que nada, la muerte no tiene nada de santa, al contrario, como ya vimos la Biblia menciona que cuando alguien tocaba algo muerto quedaba ceremonialmente impuro. Este culto eleva a la «Santa Muerte» a la personificación sobrenatural comparable a la de un dios. Ahora veamos un poco acerca de los orígenes de este culto.
El culto a la muerte existe en México desde hace más de tres mil años en culturas como la maya, zapoteca, mixteca y totonaca. La devoción a la muerte fue llevada al extremo entre los aztecas, quienes adoptaron a Mictlantecuhtli y a su esposa Mictecacihuatl , los terribles señores de la oscuridad y la muerte, los dioses de Mictlan, la región de los muertos. Los aztecas hacían tantos sacrificios humanos para estos dioses que necesitaban capturar prisioneros de otras tribus para llevar a cabo sus rituales. Esto explica porque Hernán Cortez fue ayudado por las otras tribus indígenas para conquistar a los aztecas. Los aztecas creían que con los sacrificios los dioses les darían los poderes de la muerte.
Las Escrituras nos enseñan que las naciones Cananeas también rendían culto a los muertos e incluso se hacían cortadas en sus cuerpos como parte de los rituales, Dios claramente prohibía todas estas prácticas, así como también condenaba el sacrificio humano.
«No te hagas cortes en el cuerpo por los muertos ni te hagas tatuajes en la piel. Yo Soy el Señor.» — Levítico 19:28 (NTV)
«Los israelitas rechazaron todos los mandatos del Señor su Dios e hicieron dos becerros de metal. Levantaron un poste dedicado a la diosa Asera y rindieron culto a Baal y veneraron a todas las fuerzas del cielo. Hasta sacrificaron a sus hijos y a sus hijas en el fuego. Consultaron con adivinos, practicaron la hechicería y se entregaron por completo al mal, con lo cual provocaron el enojo del Señor.»— 2 Reyes 17:16-17 (NTV)
El culto contemporáneo a la Santa Muerte (la nueva versión de Mictecacihuatl) apareció en el estado de Hidalgo, México, en 1965. Es un fenómeno social de sincretismo religioso mexicano entre las raíces prehispánicas, con el catolicismo y la santería, pero a sus seguidores parece no importarles la contradicción de este culto pagano. El resultado es un culto que perdona comportamientos moralmente corruptos, promueve la criminalidad, la búsqueda del beneficio personal por encima de todo, promoviendo el dolor y el sufrimiento intencional de los demás e incluso, viendo el asesinato como una actividad permitida. Por esta razón, los seguidores originalmente eran criminales, como personas que venden drogas, pandilleros, ladrones, y prostitutas, quienes todavía hoy son fervientes creyentes. Este culto se ha extendido popularmente como una alternativa al catolicismo para la comunidad LGBT y para personas de escasos recursos, incultas y supersticiosas que aún no están preparadas para morir y que están buscando a una «aliada para que los cuide en esa última etapa». En sus doctrinas piensan que se trata de una fuente de intervención sobrenatural la cual no va a juzgar a sus seguidores, aunque sean personas inmorales o delincuentes, siempre y cuando hagan el ritual apropiado.
[Dice el Señor] «¿De verdad piensan que pueden robar, matar, cometer adulterio, mentir y quemar incienso a Baal y a los otros nuevos dioses que tienen, y luego venir y presentarse delante de Mí en Mi Templo a repetir: ‘¡Estamos a salvo!’, solo para irse a cometer nuevamente todas las mismas maldades?¿No reconocen ustedes mismos que este Templo, que lleva Mi nombre, se ha convertido en una cueva de ladrones? Les aseguro que veo todo el mal que ocurre allí. ¡Yo, el Señor, he hablado!»— Jeremías 7:9-11 (NTV)
«Qué alegría para los que no siguen el consejo de malos, ni andan con pecadores, ni se juntan con burlones; sino que se deleitan en la ley del Señor meditando en ella día y noche.» — Salmos 1:1-2 (NTV)
El engaño para todas estas personas que se sienten relegadas del catolicismo es que piensan que el catolicismo es «sólo para aquellos que se portan bien». Sin embargo, Jesús nos dijo que Él vino a este mundo por los pecadores, esa es la Buena Noticia! Y el apóstol Pablo nos dice que él se considera como el peor de los pecadores después de que el mismo propició la muerte de cristianos.
“Cuando Jesús los oyó, les dijo: «La gente sana no necesita médico, los enfermos sí. No he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores.” — Marcos 2:17 (NTV)
[Dice el apóstol Pablo]“La siguiente declaración es digna de confianza, y todos deberían aceptarla: «Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores», de los cuales yo soy el peor de todos.” — 1 Timoteo 1:15 (NTV)
En el culto a la muerte, para recibir los beneficios de este ser sobrenatural sus seguidores piensan que es importante que se lleven a cabo rituales y sacrificios específicos, y que se proporcionen ciertas ofrendas. Parte de los rituales son similares a los católicos, incluyendo procesiones, misas y oraciones con el fin de «ganar su favor»; se utilizan estatuillas y altares puestos en el hogar, oficina o negocio para sentirse «protegidos por ella». Adicionalmente se incluyen elementos de brujería en forma de maldiciones y amuletos para combatir el “mal del ojo». Lamentablemente, en los últimos 15 años se ha generado una multiplicación de centros de veneración, con catedrales en California y en México.
«¿Acaso piensan que el Señor no sabía que ustedes y sus antepasados, sus reyes y funcionarios y todo el pueblo quemaban incienso a los ídolos en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? El Señor no podía soportar más todas las cosas repugnantes que hacían; por eso convirtió la tierra de ustedes en objeto de maldición —una ruina desolada sin habitantes—, como sucede hasta hoy. A ustedes les ocurrieron todas estas cosas horribles porque quemaron incienso a los ídolos y pecaron contra el Señor. Se negaron a obedecerlo y no han seguido Sus instrucciones, Sus decretos ni Sus leyes.» — Jeremías 44:21-23 (NTV)
Las personas que rinden culto a la muerte viven en desobediencia a los Mandamientos de Dios lo que resulta contraproducente y lo único que van a obtener es desastre y calamidad. Lea Deuteronomio 28:15-68 para leer las maldiciones por desobediencia que recaen sobre quienes incumplen los Mandamientos de Dios.
“Pero si te niegas a escuchar al Señor tu Dios y no obedeces los mandatos y los decretos que te entrego hoy, caerán sobre ti las siguientes maldiciones y te abrumarán” — Deuteronomio 28:15 (NTV)
El culto a la «Santa Muerte» no es muy diferente al de los antiguos aztecas. Sus seguidores le piden milagros en el amor, salud, trabajo, y «buena suerte» (Le recomendamos que lea ¿Existe la suerte?); o poderes para fines malévolos de venganza, muerte a otros, e invocación de espíritus del más allá; y la «protección» contra cualquier mal después de haber cometido un delito, como recibir un balazo, ir la cárcel, o de la muerte misma. Los seguidores de la «Santa Muerte» buscan evitar un castigo absoluto después de perder la vida, poniendo en ella su fe de que los va a salvar del infierno. Para mayor información puede leer ¿Qué sucede después de la muerte?
«El Señor es lento para enojarse, pero Su poder es grande y nunca deja sin castigo al culpable.» — Nahúm 1:3a (NTV)
Únicamente Dios lo puede proteger, en el libro de Job se hace mención del muro de protección que Dios colocó sobre Job y sus posesiones. Pero este muro de protección se pierde con la desobediencia.
«Satanás le respondió al Señor: — Sí, pero Job tiene una buena razón para temer a Dios: siempre has puesto un muro de protección alrededor de él, de su casa y de sus propiedades. Has hecho prosperar todo lo que hace. ¡Mira lo rico que es!“ — Job 1:9-10 (NTV)
Así como los aztecas que ofrecían sacrificios humanos, los que adoran a la «Santa Muerte» buscan intervención sobrenatural, y esto los ha llevado a secuestrar personas, vírgenes y hasta infantes para sacrificarlas para obtener el favor de la «Santa Muerte» para que cumpla sus deseos.
El pueblo de Israel cuando cayó en idolatría también llegó al grado de ofrecer sacrificios humanos, quemaban a sus propios hijos al fuego para ofrecérselos a un ídolo. Este sincretismo es similar al que nos dice el profeta Jeremías que ocurría en Templo del Señor.
“La gente de Judá ha pecado ante Mis propios ojos —dice el Señor—. Han puesto sus ídolos abominables precisamente en el Templo que lleva Mi nombre, y así lo han profanado. Han edificado santuarios paganos en Tofet, el basurero en el valle de Ben-hinom, donde queman a sus hijos y a sus hijas en el fuego. Jamás ordené un acto tan horrendo; ¡ni siquiera me pasó por la mente ordenar semejante cosa!” — Jeremías 7:30-31 (NTV)
El culto a la muerte no es una alternativa
Cuando Dios entregó Sus Mandamientos al pueblo de Israel y antes de que entraran a la Tierra Prometida les dijo que escogieran la vida:
[Dice el Señor] “Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Ahora pongo al cielo y a la tierra como testigos de la decisión que tomes. ¡Ay, si eligieras la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir!” — Deuteronomio 30:19 (NTV)
La muerte no es parte del diseño original de Dios. El hombre no fue creado para envejecer, debilitarse por las enfermedades, y morir. La muerte es una intrusión, el resultado del pecado que nos separó de Dios. La humanidad está atrapada en el mundo de muerte para el cual no estamos diseñados. La solución fue dada por Jesucristo, quien compartió nuestra humanidad y fue sujeto a la muerte, pero a través de Su sacrificio en la cruz derrotó el poder de la muerte al liberarnos de nuestra deuda con Dios por nuestros pecados, porque Jesús pagó por completo la deuda de todos nuestros pecados.
“Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.” — Romanos 6:23 (NTV)
Cuando la gente elige ser seguidor de la muerte están insultando la venida de Jesús a la tierra, porque Él vino para salvarnos de nuestros pecados para darnos vida eterna. Adicionalmente, con Su muerte y resurrección venció a Satanás y a la muerte como nos explica el escritor del libro de Hebreos.
“Debido a que los hijos de Dios son seres humanos —hechos de carne y sangre— el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte. Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte.” — Hebreos 2:14-15 (NTV)
La muerte ya fue vencida por Jesucristo, recuerde que Jesús resucitó de entre los muertos.
«Jesús le dijo: —Yo Soy la resurrección y la vida. El que cree en Mí vivirá aun después de haber muerto.»— Juan 11:25 (NTV)
«¡Él devorará a la muerte para siempre! El Señor Soberano secará todas las lágrimas y quitará para siempre los insultos y las burlas contra Su tierra y Su pueblo. ¡El Señor ha hablado!» — Isaías 25:8 (NTV)
La muerte es el enemigo de Dios:
«Pues Cristo tiene que reinar hasta que humille a todos Sus enemigos debajo de Sus pies. Y el último enemigo que será destruido es la muerte.» — 1 Corintios 15:25-26 (NTV)
El apóstol Pablo nos explica que los creyentes en Jesucristo no pueden ser tocados por el aguijón de la muerte.
«Entonces, cuando nuestros cuerpos mortales hayan sido transformados en cuerpos que nunca morirán, se cumplirá la siguiente Escritura: «La muerte es devorada en victoria. Oh muerte, ¿dónde está tu victoria? Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón?». Pues el pecado es el aguijón que termina en muerte, y la ley le da al pecado su poder. ¡Pero gracias a Dios! Él nos da la victoria sobre el pecado y la muerte por medio de nuestro Señor Jesucristo.«— 1 Corintios 15:54-57 (NTV)
Las personas que rinden culto a la muerte están del lado del equipo perdedor y están activamente en oposición a Jesucristo.
[Dice Jesús]»El que no está conmigo a Mí se opone, y el que no trabaja conmigo, en realidad, trabaja en Mi contra.»— Lucas 11:23 (NTV)
La Biblia nos dice que la muerte y por consiguiente todos sus seguidores serán arrojados al lago de fuego, el destino final de todo incrédulo que despreció el regalo gratis de salvación dado por Dios para todo el mundo.
«Entonces la muerte y la tumba fueron lanzadas al lago de fuego. Este lago de fuego es la segunda muerte.»— Apocalipsis 20:14 (NTV)
[Dice Jesús] «Si me aman, obedezcan Mis mandamientos.» — Juan 14:15 (NTV)
Por lo que, si usted participa en cualquier tipo de actividades en homenaje a los muertos, en actividades de Halloween, o en el culto a la «Santa Muerte», le recomendamos que deje de hacerlo, ya que está abriendo puertas espirituales para que lo ataquen a usted y a su familia. Si usted aún no tiene una relación personal con Jesucristo, le recomendamos que lea nuestro link “Jesús es nuestro Salvador” y siga los pasos necesarios para re-establecer su relación con Él. Él es el Buen Pastor y anda activamente buscando a Sus ovejas, y lo espera con Sus brazos abiertos, como el padre que recibió al hijo pródigo de regreso.
¡Que Dios los bendiga!
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