Después de ver qué es la Coraza de Rectitud, ahora explicaremos, ¿qué es el Calzado del Evangelio de la Paz? ¿Cuál es el significado de esta poderosa pieza de la Armadura de Dios? ¿Por qué es importante portar este calzado en el mundo espiritual? ¿Cómo es que la paz en Jesucristo la recibimos a través de esta pieza de la Armadura? Hablaremos de la característica especial de esta pieza, porque es un arma tanto ofensiva, como defensiva, y que además tiene un efecto multiplicador. Con ella, podemos cumplir el mandato de nuestro Señor Jesucristo para ir a buscar a las ovejas perdidas de la Casa de Israel (Mateo 28:19-20, 10:6-8).
Tabla de Contenidos del Artículo
Antes de continuar, queremos compartir con ustedes que estamos muy felices de anunciar el lanzamiento al mercado de nuestro primer libro de La Sagrada Palabra, titulado “Las 7 Armas Espirituales” que puede encontrar en nuestra nueva tienda en línea VeyDiles.com. Hemos trabajado por más de un año en este proyecto y esperamos que sea de su agrado.
Con el favor de Dios, le estaremos presentando extractos del libro, dentro de esta serie de artículos, con cada una de las piezas restantes de la Armadura. Continuaremos con la poderosa arma que todo cristiano debe dominar: “El Calzado del Evangelio de la Paz”.
El Calzado del Evangelio de la Paz
El apóstol Pablo nos describe la tercera pieza de la Armadura de Dios: El Calzado del Evangelio de la Paz, constituido por dos componentes: primero, el estar listos, predispuestos con antelación, para predicar el Evangelio, y segundo, la paz de Dios.
«Y sus pies calzados con predisposición del evangelio de la paz.» — Efesios 6:15 (LSP)
Como podrá notar, otro proyecto en el que estamos trabajando, es en la traducción del Nuevo Testamento. Buscamos traducir del texto griego original palabra por palabra, para tener la interpretación más apegada de la Palabra del SEÑOR, y también para no perder sus valiosas estructuras literarias bíblicas. Estamos utilizando el Textus Receptus, porque consideramos que es la mejor compilación de los textos griegos. Podrá ver, el resultado de este trabajo, porque incluimos algunos versículos dentro de nuestro libro, bajo el acrónimo LSP (La Sagrada Palabra).
En la Biblia, los pies son un símbolo de la dirección, o “el andar” en la vida de una persona. Entonces, ¿Cómo puede caminar el creyente con el Calzado del Evangelio de la Paz? Lo puede hacer a través de la obediencia, con cada paso que da en fe, para mantenerse dentro del camino del SEÑOR. Conforme avanza, la presencia protectora de nuestro Dios de paz acompañará al creyente (Proverbios 16:7; Filipenses 4:9). Caminar con el SEÑOR es estar de acuerdo con Él, porque ¿cómo pueden dos personas caminar juntas si no están de acuerdo? (Amós 3:3). En las Escrituras encontramos varios ejemplos de personas que caminaron con Dios, como Enoc (Génesis 5:22), Noé (Génesis 6:9) y Abram (Génesis 17:1).
“¿Andan dos juntos, si no están de acuerdo?” — Amós 3:3 (RVC)
“Enoc caminó con Dios trescientos años después de engendrar a Matusalén, y engendró hijos e hijas.” — Génesis 5:22 (RVA 2015)
“Cuando los caminos del hombre son agradables al SEÑOR, aun a sus enemigos hacen estar en paz con él.” — Proverbios 16:7 (JBS)
Este calzado nos permite anclarnos a la Roca de nuestra fe, que es Cristo (Isaías 28:16; 1 Corintios 3:11), quien también es nuestro Escudo de la Fe. Dándonos nuestro punto de apoyo perfecto para permanecer firmes, cuando estamos bajo cualquier ataque (Mateo 7:24-27; Salmos 40:2; 2 Samuel 22:32-34).
“Por tanto, así dice el Señor Dios: «Yo pongo por fundamento en Sión una piedra, una piedra probada, Angular, preciosa, fundamental, bien colocada. El que crea en ella no será perturbado.” — Isaías 28:16 (NBLA)
“Por tanto, cualquiera que oye estas palabras Mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.” — Mateo 7:24-25 (NBLA)
Defensa contra el Reino de las Tinieblas
El Calzado del Evangelio de la Paz nos brinda la protección de una fortaleza impenetrable contra el reino de las tinieblas. Además, nos da la tranquilidad de un calzado que nos protege contra todos los peligros, en el camino que recorremos día con día al servicio del SEÑOR.
[Dice Pablo] «Pónganse toda la armadura de Dios, para que puedan permanecer de pie contra las estrategias del diablo… Por esta razón, tomen para sí toda la armadura de Dios, para que puedan confrontarlos en el día malo, y habiéndose esforzado en todo, permanecer de pie. Por consiguiente, estén de pie firmes, ajustado su cinturón con la verdad, y habiéndose puesto la coraza de rectitud.» — Efesios 6:11, 13-14 (LSP)
Un Arma Ofensiva
He escuchado muchos sermones de pastores, que dicen que la única pieza de la Armadura de Dios para atacar, es la Espada del Espíritu, pero esto no es así. El Calzado del Evangelio de la Paz, tiene dos componentes: La parte defensiva, que nos da la paz de estar anclados en Cristo, y la ofensiva, que nos motiva a andar evangelizando, dirigiendo activamente un ataque ofensivo al frente de la batalla.
[Jesús dice] “Y Yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” — Mateo 16:18 (RVR-1960)
“Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre ustedes, y me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.” — Hechos 1:8 (RVA-2015)
Precisamente, cuando andamos evangelizando, es cuando podemos encontrar hostilidad hacia el mensaje de salvación. En la Parábola del Sembrador, Jesucristo nos enseña que la semilla evangelizadora que sembremos, crecerá o no, dependiendo del terreno en donde caiga (Mateo 13:1-23; Marcos 4:1-20). El terreno es el corazón de la persona, hay quienes tienen su corazón duro, son obstinados, y no dan frutos (en el Apéndice B de nuestro libro puede ver más información).
“Cuando alguien oye la palabra del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.” — Mateo 13:19 (RVA-2015)
Un Arma con Efecto Multiplicador
El Calzado del Evangelio de la Paz es el arma cuyo poder radica en compartirles la Palabra a las personas, y es como “arar esa tierra”, es “romper la tierra no labrada haciéndole surcos” para prepararla para recibir la semilla (Jeremías 4:3). Los pecados son la maleza en ese terreno, deben ser arrancados de raíz, porque si no, crecerán de nuevo. Después hay que continuar regando ese terreno con el Agua de la Vida, que es la Palabra de Dios (1 Corintios 3:6-9; Juan 4:10, 14). Quienes no beben de esta Fuente de Aguas Vivas, andan espiritualmente sedientos (Amós 8:11-13; Jeremías 2:13, 17:13; Apocalipsis 7:17).
“Porque así dice el SEÑOR a los hombres de Judá y de Jerusalén: «Rompan la tierra no labrada, y no siembren entre espinos.” — Jeremías 4:3 (NBLA)
[Jesús dice] “Pero cualquiera que beba del agua que Yo le daré, nunca más tendrá sed sino que el agua que Yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” — Juan 4:14 (RVA-2015)
Necesitamos evangelizar a toda persona, aprovechando cada oportunidad que tengamos, porque es uno de los mandamientos que nos dio Cristo (Mateo 28:18-20; Marcos 16:15-18; Lucas 9:5, 24:44-47; Hechos 1:8). Debemos sembrar semillas en todos los corazones. Nuestra esperanza es que, nuestro mensaje haga que la persona se dé cuenta de que es parte del trigo del SEÑOR, y regrese a Él con mucho fruto (Mateo 13:24-30). Y para quienes decidan seguir siendo parte de la cizaña y la mala hierba, nuestra evangelización será un testimonio contra ellos.
“Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».” — Mateo 28:19-20 (NBLA)
Buscando a las Ovejas Perdidas
[Jesús dice] “¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?” — Lucas 15:4 (RVR-1960)
Tanto a mi esposa como a mí nos ha sucedido que, en ciertas ocasiones, mientras andamos en la calle, hemos sentido el impulso de evangelizar a alguna persona en particular. Cuando hablamos con ellos, entendemos la razón, nos damos cuenta de las necesidades espirituales que padecen, y que no es ninguna coincidencia cuando el Espíritu de Dios nos guía hacia ciertas personas en específico. Solo Dios conoce las circunstancias particulares por las que están pasando en ese momento.
Después de compartirles el mensaje del Evangelio, nos ha tocado escuchar exclamaciones con entusiasmo como: “¡Eso es! ¡Esta es la respuesta!” y ahí mismo, las personas deciden seguir a Cristo. Le comparto una de esas situaciones que hemos vivido al andar evangelizando, y cómo ha crecido nuestra fe al ser testigos de estas cosas:
Consuelo en el Momento Oportuno
En marzo del 2022, mi esposa iba de regreso a casa, y vio a un matrimonio de entre unos 50-60 años, sentados en una banca en una estación de metro en Monterrey, México. No parecía haber nada fuera de lo ordinario en ellos. De repente, mi esposa sintió la necesidad de evangelizar a la pareja, como si fuera un instinto cada vez más fuerte. Al acercarse a la señora, le ofreció un Evangelio de Juan, y le compartió la buena noticia de Jesucristo.
La mujer primero escuchó en silencio, muy seria, viendo a mi esposa fijamente. Entonces, su semblante cambió, perdió su compostura, y lamentándose le dijo casi llorando: “¡Es que yo me quiero suicidar! Ahorita me quería tirar a las vías del tren”. Era tan grande su angustia, y se sentía tan mal, que iban rumbo al hospital…
En esa ocasión mi esposa reconoció el ataque espiritual bajo el cual se encontraba esta mujer, se puso su Armadura de Dios, le compartió de su paz en Jesucristo para tranquilizarla, para hacerle ver que hay esperanza en el Salvador, y la consoló, para que se le quitaran esos horribles pensamientos. También, le explicó que los doctores no pueden curar este tipo de padecimiento, solamente Cristo, y los acompañó hasta que llegaron a su parada del hospital. Si quiere ver más a detalle esta y otras historias, lo invitamos para que revise nuestro libro “Las 7 Armas Espirituales”.
“Él mismo llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por Sus heridas fueron ustedes sanados. Pues ustedes andaban descarriados como ovejas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de sus almas.” — 1 Pedro 2:24-25 (NBLA)
La Paz en Jesucristo
Cuando un creyente vuelto a nacer, trae bien puesto su Calzado del Evangelio de la Paz, irradia su paz. La paz que nos da Cristo es una paz interior, espiritual, un descanso duradero. Nos permite mantenernos tranquilos a pesar del caos externo y de atravesar situaciones imprevistas, difíciles, injustas o estresantes (Salmos 29:11; Isaías 26:3; Mateo 6:31-34).
“¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti, a todos los que concentran en ti sus pensamientos!” — Isaías 26:3 (NTV)
Por ejemplo, Daniel fue arrojado injustamente a los leones, y por su Calzado del Evangelio de la Paz, mantuvo su tranquilidad y paz interior, confiando en la voluntad de Dios. Él no tuvo temor, porque incluso si los leones mataran su cuerpo, su alma y espíritu terminarían en la presencia del SEÑOR. La Biblia nos dice cómo el Todopoderoso protegió a Daniel de este sufrimiento, enviando a un ángel para librarlo de los leones. Este milagro glorificó aún más al SEÑOR, quien demostró tener todo bajo control (Daniel 6).
Los amigos de Daniel también nos muestran su Calzado del Evangelio de la Paz en acción. Ellos desobedecieron las órdenes del rey Nabucodonosor, bajo pena de muerte, porque de ninguna manera, se iban a postrar ante un ídolo y desobedecer los mandamientos de Dios. Cuando el rey los sentenció a muerte, le dijeron que el SEÑOR tenía el poder de librarlos de la muerte en el horno de fuego ardiente (Daniel 3:16-17).
Ellos fueron arrojados al fuego y salieron ilesos. Con su actitud, dieron un asombroso testimonio de su fe, y fueron recompensados (Daniel 3). Ellos se mantuvieron firmes en cumplir los mandatos del SEÑOR, porque traían bien puesto su Calzado del Evangelio de la Paz, lo que evitó que cayeran en la tentación de este ataque de Satanás (Colosenses 3:15).
Esto es lo que marca la diferencia entre los creyentes y el mundo. Cualquiera puede estar en paz y tranquilo cuando todo está bien. Sin embargo, cuando los incrédulos enfrentan situaciones complicadas, o una crisis, sus cimientos se desmoronan. Viven con ansiedad, en paranoia y sin ninguna paz (Isaías 48:22, 57:21). Los incrédulos andan sin la Armadura de Dios, y simplemente resultan abatidos ante estos ataques, y en casos extremos, hasta se quitan la vida.
El Calzado del Evangelio de la Paz le permite al creyente estar tranquilo, a pesar de pasar por eventos adversos, como: un “día malo” (descrito en el capítulo 2 de Las 7 Armas Espirituales), la pérdida del empleo, problemas de salud, falta de dinero, pérdida de algún ser querido, pérdidas materiales, por mencionar algunas circunstancias difíciles. Cuando algunos de estos eventos inevitables ocurren en la vida de un creyente, la paz y la fe en Cristo es lo único que lo ayudará a enfrentar exitosamente la situación, por desagradable que esta sea (Juan 14:27, 16:33).
[Jesús dice] “Les he hablado de estas cosas para que en Mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; Yo he vencido al mundo!” — Juan 16:33 (RVA 2015)
Esperamos que hayan disfrutado de esta muestra del capítulo 5 del libro Las 7 Armas Espirituales, si desea ver este estudio completo, lo invitamos a que adquiera nuestro nuevo libro. Donde además aprenderá cómo ponerse la Armadura de Dios, el cómo no perderla, estrategias para recuperarla (si la perdió), y tácticas para combatir al enemigo. Para ver una muestra gratis de Las 7 Armas Espirituales haga clic aquí.
En el siguiente artículo, explicaremos cómo el Escudo de la Fe nos protege contra los ataques directos de los falsos profetas, quienes buscan destruir nuestra fe. Hablaremos acerca de ¿qué son las flechas incendiarias del maligno?
¡Que Dios los bendiga!
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