Armadura de Dios

¿Qué es y Cómo Adquirir la Armadura de Dios?


Cuando vemos los eventos que están ocurriendo en el mundo, nos percatamos que la situación cada vez se ve más oscura, las noticias nos hablan de pandemias, guerras, colapso de las economías, crímenes horrendos, y de una sociedad más preocupada por salvar el planeta que por ayudar al prójimo. Y todo esto que estamos experimentando, solo son síntomas del verdadero problema espiritual que enfrentamos. Las personas incrédulas, e incluso la mayoría de los cristianos, no se dan cuenta que, todos, queramos o no, vivimos en medio de un campo de batalla espiritual, donde hay una lucha entre el bien y el mal las 24 horas del día, en donde Satanás y sus demonios hacen la guerra contra la humanidad, incitando a las personas a que desobedezcan los mandatos del SEÑOR, y caigan constantemente en el pecado, sin que tengan ningún tipo de defensa contra los dardos de fuego del enemigo, y con ello, son derrotados fácilmente, convirtiéndose en prisioneros de guerra, que viven angustiados, y sin darse cuenta que viven en tinieblas, como lo vimos en nuestro artículo: Los Siete Espíritus Del Señor: Conocimiento- Impedimentos Para Recibirlo (Parte 5). Por eso, en esta serie de artículos, le mostraremos tácticas que utiliza el enemigo y cómo defenderse, también veremos cómo adquirir y saber utilizar la Armadura de Dios, para que se convierta en un cristiano victorioso hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.

«Pues el enemigo ha perseguido mi alma, ha aplastado mi vida contra la tierra; me ha hecho morar en lugares tenebrosos, como los que hace tiempo están muertos.» — Salmos 143:3 (NBLA)

“Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe…  Te mando delante de Dios… que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo.” — 1 Timoteo 6:11-12a, 13-14 (RVA 2015)

En las Escrituras encontramos que en la guerra espiritual hay tres enemigos contra los que los creyentes tienen que combatir constantemente: La carne o naturaleza pecaminosa (Romanos 8:5, 13; Gálatas 6:8), el mundo (1 Juan 2:15), y Satanás y sus demonios (1 Pedro 5:8; 1 Juan 3:8). Basta con ver a nuestro alrededor, en donde usted viva, para darse cuenta de cómo estos enemigos de la humanidad están ganando batalla tras batalla, gracias a que toman ventaja de que el hombre, por su naturaleza, está propenso a pecar (Romanos 5:12-19), y eso destruye su vida espiritual, convirtiéndolo en enemigo de Dios (Romanos 8:7-8). La carne es el primer enemigo mortal de los incrédulos (Gálatas 5:19-21; Mateo 15:19), y puede vencer fácilmente hasta a los creyentes, si no nos ponemos la Armadura de Dios y controlamos los impulsos de nuestra carne.

«Al vencedor, al que guarda Mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones» — Apocalipsis 2:26 (NBLA)

protesta activistas pro abortoEl siguiente enemigo es el “mundo”, que es el sistema controlado por Satanás (Juan 12:31, 14:30, 16:11), dentro de la batalla espiritual contra la humanidad, y está basado en mentiras, valores engañosos e hipócritas que pueden ser: sociales, económicos, y religiosos, que se oponen a los caminos de Dios. Este sistema promueve tentaciones, que en conjunto con la naturaleza pecaminosa de las personas, hace que se mantengan transgrediendo las leyes del SEÑOR constantemente, al punto que para las personas el vivir en iniquidad se convierte en algo normal. También utiliza el miedo como parte del sistema, pero normalmente es un miedo irracional, vea por ejemplo la narrativa del virus de la pandemia; o el resultado de andar viendo una película de terror. Satanás utiliza a las personas incrédulas, a quienes llega a controlar, para que actúen como sus títeres, para que la maquinaria del “mundo” funcione y esté al alcance de todos, utiliza a estos colaboradores ilusos que no se dan cuenta para quién trabajan, para que promuevan toda clase de pasiones para la carne, los ojos, y la arrogancia de la vida como su armas (1 Juan 2:16), al promover: cantinas, sex shops, lectura de cartas del Tarot, brujería, servicios de médiums clarividentes, las diferentes religiones, sectas secretas y filosofías del hombre, la industria de la música, cine y entretenimiento, la pornografía en internet, los prostíbulos, traficantes de drogas, financía a los activistas pro-aborto y de «justicia social», etc., la lista del armamento del mundo es demasiado larga. Y también vemos muchas víctimas en esta guerra: suicidios, drogadicción, alcoholismo, idolatría, enfermos, personas endemoniadas, etc., quienes se alejaron de Dios y de Su buen camino. Satanás nunca va a decir abiertamente, “Sígueme y terminarás en el infierno”, más bien siempre busca engañar a las personas, disfrazando la desobediencia con justificaciones como: «estos son tus derechos», «las costumbres de tus padres», “todo el mundo lo hace”, «estas son mis raíces», «haz lo que quieras», «nadie tiene por qué decirme qué hacer», es algo «cool», o «elegante», etc. playera dragones targaryenPor ejemplo, el consumidor de cocaína piensa que es «elegante», porque está pagando mucho dinero por la droga; quien come langosta o cangrejo también piensa que es «elegante», sin darse cuenta que es una abominación (Levítico 11); quien va a cierto concierto demoniaco piensa que es «cool», o que está «a la moda», si porta símbolos de muerte o dragones en su ropa, no le ven nada de malo, no tienen discernimiento espiritual. Pero como creyentes, debemos de combatir los engaños del mundo, y para ello necesitamos la Armadura de Dios (Gálatas 6:14; Romanos 12:2), porque mientras más crecemos en la obediencia a Dios, y estudiamos Su Palabra, Él fortalece nuestra fe, nos llena con Su Espíritu, y nos da discernimiento, para darnos cuenta de que estamos en medio de un campo de batalla, donde hay cada vez más oscuridad y depravación, como en los tiempos de Lot, y nuestro llamado es ser los soldados de Cristo Jesús que traen la luz a este mundo.

«¿Hasta cuándo tendré conflicto en mi alma y todo el día angustia en mi corazón? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí? ¡Mira; respóndeme, oh SEÑOR, Dios mío! Alumbra mis ojos para que no duerma de muerte. No sea que mi enemigo diga: “¡Lo vencí!”. Mis enemigos se alegrarán si yo resbalo. Pero yo confío en Tu misericordia; mi corazón se alegra en Tu salvación. Cantaré al SEÑOR porque me ha colmado de bien.» — Salmos 13:2-6 (RVA 2015)

Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús... Sufre penalidades conmigo, como buen soldado de Cristo Jesús. El soldado en servicio activo no se enreda en los negocios de la vida diaria, a fin de poder agradar al que lo reclutó como soldado.” — 2 Timoteo 2:1, 3b-4 (NBLA)

Sin embargo, Dios no nos deja solos ni desprotegidos, sino que ha puesto diferentes provisiones para nuestra protección, entre ellas una armadura especial que pone a nuestra disposición. En las Escrituras encontramos diferentes pasajes que nos hablan acerca de esta armadura, y encontramos ejemplos de sus piezas en uso. En esta serie de estudios veremos las diferentes piezas, con el favor de Dios, y cómo podemos utilizarlas hoy en día.

[Jesús dice] «Si ustedes me aman, guardarán Mis mandamientos. Entonces Yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Consolador para que esté con ustedes para siempre; es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni lo ve ni lo conoce, pero ustedes sí lo conocen porque mora con ustedes y estará en ustedes. No los dejaré huérfanos; vendré a ustedes.» — Juan 14:15-18 (NBLA)

[Jesús dice] «Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y Yo estaré con ustedes todos los días [siempre], [incluso] hasta el fin del mundo. Amén.» — Mateo 28:20 (RVC)

La Armadura de Dios

Armadura de Dios«Una palabra final: sean fuertes en el Señor y en Su gran poder. Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo.» — Efesios 6:10-11 (NTV)

Cabe mencionar que esta armadura es solo para los creyentes, para quienes ya han puesto su fe en Cristo, y que han vuelto a nacer de nuevo. De modo que, si usted ahorita no cuenta con una armadura, necesita remediar el asunto y poner su fe en Jesucristo, acercarse a Él, y nuestro SEÑOR le otorgará una.

[Jesús dice] «Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.» — Mateo 7:7-8 (NBLA)

Pablo escribe cartaEn Efesios capítulo 6, el apóstol Pablo dirige su carta a hermanos creyentes, y como un sargento dando instrucciones a su tropa, nos exhorta a que nos «pongamos toda la armadura de Dios» (Efesios 6:10-11), debe ser nuestro atuendo espiritual que traigamos puesto siempre, listos para la acción, esta armadura nos mantendrá firmes contra los ataques de Satanás y del sistema de valores inútiles del mundo, la «vanidad de vanidades» (Eclesiastés 1:2) de las que hablaba Salomón en Eclesiastés.

«Pensé entonces en lo íntimo de mi ser: «¡Anda, que voy a probar lo que es la alegría! ¡Voy a disfrutar de lo bueno!» ¡Pero resultó que también esto es vanidad!» — Eclesiastés 2:1 (RVC)

«El que ama el dinero no se saciará de dinero, y el que ama la abundancia no se saciará de ganancias. También esto es vanidad.» — Eclesiastés 5:10 (NBLA)

Veamos cuáles son los componentes de la armadura que menciona Pablo:

“Por tanto, tomen toda la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes. Estén, pues, firmes, ceñida su cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, y calzados los pies con la preparación para anunciar el evangelio de la paz. Sobre todo, tomen el escudo de la fe con el que podrán apagar todos los dardos encendidos del maligno. Tomen también el casco de la salvación, y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Con toda oración y súplica oren en todo tiempo en el Espíritu, y así, velen con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” — Efesios 6:13-18 (NBLA)

«Ponernos toda la armadura» implica una acción necesaria y directa por parte nuestra, activamente debemos traerla puesta, todo el tiempo, de forma consciente, no podemos descuidarnos bajo ninguna circunstancia porque el enemigo está al acecho.

«Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar. Pero resístanlo firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en sus hermanos en todo el mundo.» — 1 Pedro 5:8-9 (NBLA)

oracion rezarPodemos ponernos la armadura a través de la oración, y también al guardar Sus mandamientos, y estudiar Su Palabra, todo está relacionado con ponérnosla y usarla en nuestra práctica diaria de la fe como creyente. Al cumplir con Sus mandamientos recibimos la bendición del SEÑOR, somos bienaventurados, y Dios nos ayuda en la batalla.

[Jesús dice] «Y todo lo que pidan en oración, creyendo, lo recibirán».» — Mateo 21:22 (NBLA)

«¡Cuán bienaventurados son los de camino perfecto, los que andan en la ley del Señor! ¡Cuán bienaventurados son los que guardan Sus testimonios, y con todo el corazón lo buscan! No cometen iniquidad, sino que andan en Sus caminos.» — Salmos 119:1-1-3 (NBLA)

«Bendito serás cuando entres, y bendito serás cuando salgas. El Señor hará que los enemigos que se levanten contra ti sean derrotados delante de ti; saldrán contra ti por un camino y huirán delante de ti por siete caminos.» — Deuteronomio 28:6-7 (NBLA)

Nadab Abihu fuego extranio hijos AaronEstos enemigos mencionados en Deuteronomio 28:7 no vemos que estén limitados a seres humanos, si observa esto aplica perfectamente también para combatir a los enemigos invisibles, que son derrotados cuando traemos toda la Armadura de Dios bien puesta. Es importante que sepamos que cada una de las partes de la armadura apunta a Jesucristo, por lo que al portar esta armadura estamos portando espiritualmente a Jesucristo, estamos dentro de Él (Juan 14:20), y de ahí viene todo el poder y protección de esta asombrosa armadura. Sin embargo, el enemigo sabe que en el primer momento en que el creyente se aleje de Dios y de Sus caminos, quedará desarmado y vulnerable a sus ataques, y fácilmente perderá la batalla. y por lo mismo, no debe ignorar las estrategias del diablo (2 Corintios 2:11). Encontramos diferentes ejemplos en las Escrituras de esta falta momentánea de la armadura en personas creyentes, con muy serias consecuencias: Nadab y Abiú, los hijos del Sumo Sacerdote Aarón, cuando ofrecieron fuego extraño (Levítico 10:1), probablemente en estado de embriaguez (Levítico 10:8-10); el rey David cuando cayó en tentación y cometió adulterio con Betsabé (2 Samuel 11), y en otra ocasión cuando realizó un censo (1 Crónicas 21); Sansón perdió sus fuerzas por andar descarriado con mujeres paganas (Jueces 16), murió joven. Ananías y Safira (Hechos 5), quienes no traían bien puesta su armadura, y cayeron en la trampa del enemigo, mintiendo acerca de cuánto dinero estaban aportando a la congregación.

«Pero Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron sus respectivos incensarios, y después de poner fuego en ellos y echar incienso sobre él, ofrecieron delante del Señor fuego extraño, que Él no les había ordenado. Y de la presencia del Señor salió fuego que los consumió, y murieron delante del Señor.» — Levítico 10:1-2 (NBLA)

Jesus mano ayudaAl salir a la calle, no sabemos con qué nos vamos a encontrar, apenas la semana pasada, mi esposa regresó de sus compras agobiada, me dijo que al tratar de evangelizar a una trabajadora de una tienda, ésta se puso a la defensiva y le dijo que «no dejaría el catolicismo» y que «respetara sus creencias», también confesó que su hijo es satanista, y que ella «respetaba sus decisiones» porque ya «está grandecito», al parecer ella no veía el peligro de que su hijo rindiera culto al diablo. Luego mi esposa fue al metro para regresar a casa, ahí vio a una pareja (de unos 50-60 años) que estaban sentados en una banca (ellos se veían normal, no parecía haber nada fuera de lo ordinario en ellos) entonces ella sintió que debía acercarse a ellos para tratar de evangelizarlos, y se acercó a la señora ofreciéndole un Evangelio de Juan, la mujer primero se quedó en silencio viéndola fijamente, luego le dijo casi llorando «es que yo me quiero suicidar, ahorita me quería tirar a las vías del tren», y le dijo que precisamente iban rumbo al hospital por lo mal que ella se sentía, dijo sentirse muy angustiada, mi esposa trató de consolarla y de evangelizarla, le explicó que esos problemas no los pueden arreglar los doctores, sino Cristo. Pienso que el SEÑOR nos pone en la sección donde podemos ser más útiles dentro del campo de batalla, según nuestras capacidades.

«En cuanto a Dios, Su camino es perfecto; acrisolada es la Palabra del Señor; Él es escudo a todos los que a Él se acogen. Pues ¿quién es Dios, fuera del Señor? ¿Y quién es Roca, sino solo nuestro Dios? Dios es mi fortaleza poderosa, y el que pone al íntegro en Su camino. Él hace mis pies como de ciervas, y me afirma en mis alturas. Él adiestra mis manos para la batalla, y mis brazos para tensar el arco de bronce. Tú me has dado también el escudo de Tu salvación, y Tu ayuda me engrandece. Ensanchas mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado.» — 2 Samuel 22:31-37 (NBLA)

A través de todos los estudios que hemos publicado en estos años, es nuestra intención que sean para equipar espiritualmente a nuestros lectores, para que salgan victoriosos de la batalla con la guía y poder de nuestro SEÑOR. Es posible que usted nunca haya escuchado acerca de la armadura de Dios, o bien que esté muy familiarizado con ella, nuestra intención es que estos estudios le resulten edificantes de cualquier forma.

«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.» — Filipenses 4:13 (NBLA)

El buen soldado acata órdenes

Padre ensenando Biblia

Cuando una persona se convierte en un creyente vuelto a nacer, su relación con Jesucristo empieza a cambiar radicalmente todo su mundo físico, espiritual, mental y emocional, al ser una nueva creación. El creyente se convierte en un ciudadano en el Reino de Dios (Filipenses 3:20), somos hijos de Dios (Romanos 8:16-17; 1 Juan 3:1), y soldados para la gloria de Jesús (2 Timoteo 2:3-4). Si el nuevo creyente no se interesa en la guerra espiritual, va a ser un soldado mediocre que sufrirá ataques sin precedente por parte del enemigo. El libro de Efesios es el manual que todo creyente debe de utilizar para esta batalla que no podemos evitar. Observe que al principio del capítulo 6 de Efesios, Pablo está hablando acerca de la obediencia que debe haber en el hogar, de los hijos a los padres (Efesios 6:1-3), también de los sirvientes para con sus amos (Efesios 6:5-8), o lo que equivaldría a nuestros jefes en el mundo corporativo de hoy en día. También da instrucciones para quienes están en puestos de poder: como los padres para que críen a sus hijos en la instrucción del SEÑOR (Efesios 6:4), y los amos (Efesios 6:9), para que también recuerden que tenemos un Amo en el Cielo. Este preámbulo de obediencia antecede a que luego Pablo hable en términos militares acerca de la armadura. Un buen soldado necesita acatar órdenes y ser obediente a sus superiores, es la regla más básica en cualquier entrenamiento militar, y la obediencia debe ser aprendida desde el hogar, con la educación de los padres. Nosotros debemos obedecer a nuestro Dios, recordemos que el Señor Jesucristo también es llamado el Señor de los Ejércitos Celestiales, y Él está al frente de la batalla, necesitamos escuchar Su voz y seguir Sus instrucciones. Cuando David se enfrentó al filisteo, el gigante Goliat (1 Samuel 17:4), él llevaba bien puesta su armadura espiritual, de hecho, la armadura física que le había prestado el rey Saúl no la quiso, le pareció pesada e innecesaria.

«David le respondió al filisteo: —Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado.» — 1 Samuel 17:45 (NTV)

«Saúl vistió a David con sus ropas militares, le puso un casco de bronce en la cabeza y lo cubrió con una armadura. David se ciñó la espada sobre sus ropas militares y trató de caminar, pues no se las había probado antes. Entonces David dijo a Saúl: «No puedo caminar con esto, pues no tengo experiencia con ellas». David se las quitó, y tomando su cayado [vara de pastor] en la mano, escogió del arroyo cinco piedras lisas y las puso en el saco de pastor que traía, en el zurrón, y con la honda en la mano se acercó al filisteo.» — 1 Samuel 17:38-40 (NBLA)

David Jesse IsaiDe hecho, David se encontraba en el campo de batalla en obediencia a las instrucciones de su padre Isaí, quien lo envió para que les llevara alimento a sus hermanos mayores y para saber cómo estaban (1 Samuel 17:17-23). Goliat a pesar de su tremenda estatura y armadura física (1 Samuel 17:4-7), no pudo hacerle frente a David, ya que espiritualmente estaba completamente desarmado y sin ninguna armadura. Pienso que esta historia es una analogía, en donde Goliat representa al diablo, al enemigo, quien ya fue vencido por Cristo en la cruz, y que se encuentra desarmado, el enemigo solo trae una pistola vacía, sin balas, y así anda amenazando, y tan solo se puede valer de engaños y mentiras para tratar de atemorizar a las personas. Las personas que aún viven en la oscuridad son presa fácil de estos engaños, pero los creyentes hemos sido equipados con ojos para ver y oídos para escuchar, y el Espíritu de Dios nos guía hacia toda la verdad. David representa a los creyentes y es un ejemplo de fe, la fe es una importante pieza de la armadura espiritual, nuestro escudo. Y así como David en sus salmos pedía ayuda al SEÑOR para que lo librara de sus enemigos espirituales, así nosotros tenemos que hacer lo mismo porque el enemigo es cruel y no tiene misericordia, por lo que tenemos que estar siempre alertas.

“Mira mis enemigos, que son muchos, y con odio violento me detestan. Guarda mi alma y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en Ti me refugio.” — Salmos 25:19-20 (NBLA)

Identificar al enemigo

enemigo
Satanás sigue engañando a la gente con sus mentiras.

Es alarmante saber que, de acuerdo a estadísticas recientes, entre el 56-65% de los cristianos en los Estados Unidos, no creen que Satanás exista, y siendo el tercer enemigo, y el más peligroso en esta guerra espiritual, vemos lo exitoso que resultan sus engaños, ya que ha neutralizado las defensas de más de la mitad de los miembros de la iglesia, quienes no solo “no creen” que tienen un enemigo despiadado, bien organizado y disciplinado, sino que, como soldados en la primera línea de defensa, no están preparados para defenderse de los ataques de las fuerzas de la oscuridad. Por eso Pablo en su carta a los efesios, antes de explicarles las diferentes piezas de la armadura, primero les ayuda a identificar bien al enemigo. Primero, aclara que nuestros enemigos no son los humanos de carne y sangre que vemos, por más malvados que sean, porque son como marionetas que están siendo controladas por nuestros verdaderos enemigos, que son invisibles (Efesios 2:2). Dios quiere salvar incluso a estos humanos malvados, así que nosotros debemos de tratar de compartirles el Evangelio, utilizando nuestro calzado de la armadura, para que obtengan su salvación, y que se transformen en poderosos aliados que conocen el territorio enemigo.

«Para que Satanás no tome ventaja sobre nosotros, pues no ignoramos sus planes.» — 2 Corintios 2:11 (NBLA)

Me has armado de fuerza para la batalla; has sometido a mis enemigos debajo de mis pies.” — Salmos 18:39 (NTV)

junta de demoniosLas fuerzas demoniacas están lideradas por Satanás (Juan 12:31, 14:30, 16:11), quien tiene a sus generales llamados, “principados” o príncipes, (Romanos 8:38; Efesios 3:10; Colosenses 1:16, 2:15) del griego ἀρχάς – arjás, que significa principio, origen, primer lugar, magistrado, y nos habla de que son los ángeles caídos más poderosos que ocupan estás posiciones de poder desde el principio, son también “los primeros” en la estructura de mando, con el poder y responsabilidad sobre naciones o imperios completos, como el príncipe de Persia (Daniel 10:13) y el príncipe de Grecia (Daniel 10:20), y seguramente hay uno en el país en el que usted vive. Además, hay otros principados que están encargados de las estructuras políticas, de educación, entretenimiento, etc., que trabajan en las estrategias de engaño global con el objetivo de destruir a todos los humanos que puedan, para que no lleguen a conocer la verdad y aceptar a Jesucristo (2 Corintios 4:3-4). Además, son los que dirigen legiones de demonios para combatir a los ángeles fieles al SEÑOR, dentro de la batalla angelical invisible para nosotros. Por su parte, Miguel es un arcángel poderoso dentro de los Ejércitos Celestiales (Judas 1:9; Apocalipsis 12:7), encargado de la nación de Israel (Daniel 10:21), es su príncipe.

«Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día en que aplicaste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí que Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.» — Daniel 10:12-13 (RVR 1977)

«Él me dijo: “¿Sabes por qué he venido a ti? Ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá. Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad: nadie me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.”» — Daniel 10:20-21 (RVR 1995)

ejercito de demoniosDebajo de los principados están las “autoridades” que vienen del griego ἐξουσίας – exousías, que significa tener el poder de elección, la libertad de hacer lo que a uno le plazca (esta es la primer ley de los satanistas), el signo de la autoridad de la realeza, y se refiere a los líderes poderosos y potentados espirituales en el rango angelical con el poder de tomar las decisiones judiciales, incluso se cree que tienen influencias sobre las fuerzas de la naturaleza, poseen autoridad o influencia sobre un estado, provincia o territorio de un país. Debajo de las autoridades están los “gobernantes de las tinieblas”, del griego κοσμοκράτορας– cosmocrátoras, que significa señor del mundo o de esta era, estos ángeles caídos, ocupan el nivel de los sargentos en el ejército, son los encargados del orden y la implementación de los planes demoniacos, y evitar que se conozca el Evangelio en su área de control. Los gobernantes de las tinieblas tienen a su cargo legiones de demonios, y los entrenan disciplinándolos para formar parte de las tropas de ataque haciendo el trabajo sucio de las fuerzas de las tinieblas. Y por último están los “espíritus de maldad” que viene del griego πονηρίας – ponerás, que describe a alguien que tiene una intención maléfica, que no solo quieren causar daño, sino que quieren destruir violentamente a alguien. Estos espíritus son entrenados por los cosmocrátoras quienes además los proveen con armamento y ordenes para el ataque coordinado en lugares celestiales, donde estos espíritus acusan a las personas en la corte celestial (Efesios 2:2; Apocalipsis 12:10), o para ataques individuales como especialistas causando un pecado en específico como infundir incredulidad, orgullo, idolatría, malicia, envidia, ira, odio, miedo, enfermedad, perversión sexual, etc., y estos son los demonios de los que se hablan en la Biblia durante el ministerio de Jesús. El Señor ya nos había dado a entender que no todos los espíritus de maldad son iguales, hay unos más malvados que otros (Mateo 12:43-45), y hay cierto tipo que solo pueden ser expulsados con ayuno y oración (Marcos 9:28-29). Las Escrituras nos advierten que si no tenemos la protección de la Armadura de Dios, estaremos expuestos a los ataques violentos de estas fuerzas de la oscuridad que están organizadas, disciplinadas y motivadas para causarnos el mayor daño posible, como el del ladrón que ataca a Sus ovejas porque: “El ladrón solo viene para robar, matar y destruir” (Juan 10:10a)

«Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de Su fuerza.» — Efesios 6:10 (NBLA)

«Porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra espíritus de maldad en los lugares celestiales. Por esta causa, tomen toda la armadura de Dios para que puedan resistir en el día malo y, después de haberlo logrado todo, quedar firmes.» — Efesios 6:12-13 (RVA 2015)

Ray ComfortQuizás usted piense que a usted no le interesa estar en ninguna batalla, porque es un pacifista, pero aunque no lo crea, usted ya forma parte de esta batalla espiritual, y no hay forma de escapar, esconderse o desertar de ella. Porque no hay forma de esconderse de estos tres enemigos crueles y despiadados (la carne, el mundo y Satanás). Le puedo asegurar que, sin la protección de la Armadura de Dios, Satanás no va a titubear un segundo en matarlo física y espiritualmente sin ningún remordimiento, ya que es un asesino desde el principio (Juan 8:44). De hecho, póngase a pensar en todas las veces que Dios lo salvó de morir antes de que usted se convirtiera en creyente, con ello se puede dar una noción de lo feroz de la batalla, y de los intentos contra su vida que ya ha realizado el enemigo. Por lo que es importante que cambie su actitud pacifista o indiferente, y no subestime al enemigo, ármese como dijo Pablo con la Armadura de Dios. Deje atrás su zona de confort al mantener un «perfil bajo», viviendo como «agente secreto», sin que nadie se entere que usted es cristiano, ya que, si le preguntan a sus compañeros de trabajo, o a sus amistades, nadie podría decir que usted es cristiano, pasando desapercibido, como cualquier otra persona del mundo, porque no ha tratado de evangelizar a nadie, y tampoco habla acerca de Cristo ni de temas bíblicos con ellos. Todo esto solo es como meter la cabeza en la arena como el avestruz, y negar la realidad. Es como estar en el campo de guerra y querer permanecer en el campamento, lejos del frente de batalla, sin embargo, el ejército enemigo se especializa en atacar estos campamentos primero, en donde las personas se sentían más seguras pero en realidad son muy vulnerables. Es mejor estar bien preparados en todo momento, y si usted sí anda más activo en el campo de batalla, quizás anda evangelizando en las calles, en las prisiones, o anda como misionero, ahí puede sentir más la intensidad la batalla.

«Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús. Y lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga a hombres fieles que sean capaces de enseñar también a otros. Sufre penalidades conmigo, como buen soldado de Cristo Jesús. El soldado en servicio activo no se enreda en los negocios de la vida diaria, a fin de poder agradar al que lo reclutó como soldado.» — 2 Timoteo 2:1-4 (NBLA)

“Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a los falsos profetas, porque mayor es Aquel que está en ustedes que el que está en el mundo.” — 1 Juan 4:4 (NBLA)

En nuestro siguiente artículo hablaremos acerca de la primera de las piezas de la Armadura de Dios que menciona el apóstol Pablo, el cinturón de la verdad.

¡Que Dios los bendiga!


Continuar leyendo: La Armadura de Dios – El Cinturón de la Verdad (Parte 2)