En el artículo anterior terminamos el estudio de Génesis 7 con el juicio del SEÑOR, donde describimos la muerte de toda la carne durante los primeros 5 meses de la inundación. Ahora hablaremos de la introducción de Génesis 8, referente a la redención de Noé, su familia, y de todos los animales. También veremos cómo el SEÑOR los protegió durante 371 días contra condiciones tan inimaginablemente adversas, que modificaron toda la topografía de la tierra. Además, le mostraremos un comparativo, con las similitudes entre la descripción de la Creación, en Génesis 1, y los eventos en Génesis 8 y 9. En este capítulo, además podemos ver una muestra de los cuidados del SEÑOR, quien fue el que le indicó a Noé cuando ya era seguro salir del Arca (Génesis 8:15-17).
El lenguaje de Génesis 8 tiene paralelos con la descripción de la Creación en Génesis 1. Los tripulantes del Arca se convierten en un nuevo comienzo. En la siguiente tabla se muestran algunos paralelos entre Génesis 1 y Génesis 8 y 9:
Génesis 1 | Génesis 8 y 9 |
| 1:2 – La “tierra”, el “abismo”, el Espíritu (Ruáj) de Dios se movía sobre la superficie de las “aguas”. | 8:1-2 – Dios hizo pasar un viento (ruáj) sobre la “tierra”, las “aguas”, el “abismo». |
| 1:7 – Dios… separó las aguas por debajo y sobre el “cielo”. | 8:2 – Las fuentes del abismo y las compuertas del “cielo” se cerraron. |
| 1:9 –Dios juntó las aguas, y apareció la tierra. | 8:5 – Las aguas disminuyeron hasta que se vieron las cimas de los montes. |
| 1:20 –Dios creó las aves para que vuelen en los cielos. | 8:7 – Noé envió un cuervo, que estuvo yendo y viniendo hasta ver que hubiera tierra seca. |
| 1:25 – Dios hizo las bestias, el ganado, y los reptiles para que sean fecundos y se multipliquen sobre la tierra. | 8:17 – Salga del Arca toda ave, bestia y reptil para que sean fecundos y se multipliquen sobre la tierra. |
| 1:26a – Y Dios dijo: hagamos al hombre a Nuestra imagen y semejanza. | 9:6 – A imagen de Dios, hizo al hombre. |
| 1:28a – Dios los bendijo y les dijo: Sean fecundos y multiplíquense, y llenen la tierra. | 9:1 – Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo: Sean fecundos y multiplíquense, y llenen la tierra. |
| 1:28b – Ejerzan dominio sobre los peces, las aves, y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra. | 9:2 – El temor de ustedes estará sobre todos los animales de la tierra, las aves, y los peces. En su mano son todos entregados. |
| 1:30 – Y a todo animal que tiene vida… Les he dado toda planta verde para alimento. | 9:3 – Todo ser que se mueve les será para alimento. Todo como les di la hierba verde. |
Ver. 1 — Y Dios recordó a Noé, y a todo ser viviente, y a todo ganado que estaban con él en el Arca. Y Dios hizo pasar un viento sobre la tierra, y las aguas se calmaron (LSP).
Cuando la Biblia nos dice que, “Dios recordó a Noé y a los animales”, absolutamente no se refiere a que el SEÑOR se hubiera olvidado momentáneamente de los tripulantes que llevaban 5 meses viviendo en el Arca, pues Él no puede olvidarse de ellos. Porque de hecho, todos los días nos visita, por la mañana (Job 7:17-18, 21, 10:12; Lamentaciones 3:22-23; Génesis 3:8); y también nos visita por las noches (Salmos 17:3; Job 33:14-18). Además, si recordará, los seres vivos en el Arca, eran la parte central del plan de salvación del Creador, ellos estaban en Sus pensamientos todo el tiempo.
“Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has formado, digo: “¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes; y el hijo de hombre, para que lo visites?”.” — Salmos 8:3-4 (RVA)
“¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas, Y que pongas sobre él tu corazón, y lo visites todas las mañanas, y todos los momentos lo pruebes?” — Job 7:17-18 (RVA)
Por lo que, la frase “Dios recordó a Noé”, más bien, es un antropomorfismo (atribuyéndole a Dios, cualidades de un ser humano), diseñado para indicar la compasión y gracia de Dios, significa que el Todopoderoso va a librar a Noé de su aflicción, causada por las violentas olas del Diluvio y concederle su petición al hacer que las aguas del Diluvio se calmen y desaparezcan, para que Noé pueda desembarcar.
“Vida y misericordia me concediste, y tu cuidado guardó mi espíritu.” — Job 10:12 (RVA-2015)
“Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que lo aman; esto es, a los que son llamados conforme a Su propósito.” — Romanos 8:28 (RVA-2015)
La palabra hebrea para “recordó” es: זָכַר – zajár, significa “recordar”, “pensar acerca”, “meditar sobre”, “poner atención a”, “declarar”, “recitar”, “proclamar”, “invocar”, “confesar”. Inclusive el nombre de Zacarías (וּזְכַרְיָֽהוּ – Zejaryajú en hebreo, significa “YAHWEH recuerda”) proviene de esta misma raíz. Este verbo involucra un acto mental de recordar, y es acompañado por una acción externa (como hablar, invocar, recitar). Las Escrituras nos dicen que cuando Dios “recuerda”, también actúa de forma oportuna, en el momento preciso. Es la forma de decir que, el SEÑOR manifiesta Su fidelidad a Sus pactos, el amor a Su gente (Jeremías 2:2, 31:20), librándolos de sus problemas en el instante exacto (Éxodo 2:24, 6:5), proveyendo sus necesidades (Salmos 104:13-15), y en Su misericordia, los protege incluso de la muerte (Levítico 26:42-45; Números 10:9).
“Además, he oído el gemido de los israelitas, porque los egipcios los tienen esclavizados, y me he acordado de Mi pacto.” — Éxodo 6:5 (NBLA)
Cuando Dios recordó a Abraham, mandó sacar a Lot, el sobrino de Abraham, de Sodoma, para salvarlo de la muerte, antes de destruir la ciudad (Génesis 19:29). También se utiliza esta expresión de “Dios recordó”, cuando Raquel experimentó, por años, un problema de aparente esterilidad. Esta supuesta demora para la concepción de hijos que experimentó, era parte del plan del SEÑOR, quien en el momento justo, al “recordarla”, la bendijo con el nacimiento de José, quien haría grandes cosas y salvaría a toda su familia (Génesis 30:22-24). Inclusive, Dios recuerda Su pacto con Israel para enviar al Mesías, y lo cumplió a través de Su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo (Lucas 1:54-55).
“Así, cuando Dios destruyó las ciudades de la llanura, se acordó [zajár] de Abraham, y sacó a Lot de en medio de la destrucción con que asoló las ciudades donde Lot estaba.” — Génesis 19:29 (RVR-1995)
“Y acordóse Dios de Rachêl, y oyóla Dios, y abrió su matriz.” — Génesis 30:22 (RVA)
Esta es la primera vez que la palabra zajár es utilizada en las Escrituras, revelándonos que Dios va a salvar a Noé, y lo expresa diciendo que Él se está acordando de los tripulantes del Arca. Lo curioso es que, Dios está actuando de forma oportuna, al recordar un pacto que, en sí, aún no se ha hecho (Génesis 6:18, 9:15-16). Tal vez, la respuesta la encontremos en la información que se agrega en el Tárgum de Jonathan: “Y el SEÑOR en Su Palabra se acordó de Noé…”. Jonathan nos dice que el SEÑOR actuó conforme al pacto en “Su Palabra” para rescatar a Noé. Sabemos que “Su Palabra” apunta a Jesucristo. También en este versículo se utiliza la expresión “Elojím et”, la partícula hebrea “et”, se pierde en las traducciones al español, solo la podemos ver en el texto hebreo, está formada por las letras אֶת – alef-tav (“a” y “t”), o alfa y omega (“a” y “o” en griego), que son la primera y la última letra de esos alfabetos, respectivamente, es como decir en español la “a” y la “z”. Es otra referencia a nuestro Señor Jesucristo, el Principio y el Fin. Su título de Alfa y Omega lo encontramos en Apocalipsis 1:8, 11, 21:6, 22:13. Para mayor información con respecto a esta partícula hebrea “et” puede ver el artículo Génesis 1: ¿Cómo Puedo Identificar A Jesucristo Como El Creador?.
“Yo Soy el Alpha y la Omega, principio y fin, dice el Señor, que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.” — Apocalipsis 1:8 (RVA)
Por lo que podemos concluir que, Jesucristo, “Elojím et”, es la causa y el ejecutor de esta acción, para la salvación de Noé, su familia y los animales. Esto marca el inicio del restablecimiento del orden que tendría la tierra después del Diluvio. Podemos tener la plena confianza en que el SEÑOR siempre va a cumplir las promesas de Sus pactos, aquí nos está demostrando que Él está yendo más allá de lo que se ha comprometido para la salvación de Sus elegidos. Así, Noé será el comienzo de la nueva humanidad.
“Mas estableceré Mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, y tus hijos, y tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.” — Génesis 6:18 (JBS)
Como creyentes, es nuestro deber “recordar” las enseñanzas de la Palabra de Dios (Torá) y aplicarlas a nuestra vida (Números 15:39-40). El Cuarto Mandamiento inicia con zajár, para que recordemos el sábado y actuemos conforme al mandamiento, manteniéndolo santo (Éxodo 20:8-11; Deuteronomio 5:15). Porque el SEÑOR también recuerda (zajár) los pecados del hombre y los castiga, por eso debemos pedir perdón por nuestras transgresiones de inmediato y arrepentirnos (Salmos 25:7; Deuteronomio 24:9). Si hacemos eso, el SEÑOR nos promete que el “no recordará” nuestros pecados (Isaías 43:25-26). Recordar a nuestro prójimo, va más allá de la actividad mental de pensar en la persona, es también expresar preocupación por él, y actuar oportunamente para ayudarlo, de la mejor forma en la que nos sea posible.
“Acuérdate [zajár] del sábado para santificarlo.” — Éxodo 20:8 (RVR-1995)
“Yo, Yo soy el que borro tus rebeliones por amor de Mí; y no me acordaré de tus pecados.” — Isaías 43:25 (RVA)
“Y Dios hizo pasar un viento sobre la tierra”
La palabra hebrea traducida como «viento» es רוּחַ – Ruaj, que también se puede traducir como «Espíritu». Mostrándonos una clara conexión con Génesis 1:2, donde el Espíritu de Dios, no un viento, pasó sobre la superficie de las aguas, que cubrían toda la tierra, para hacer que la tierra seca saliera a la superficie. Como en Génesis 1, aquí también es אֱלֹהִים – Elojím, Dios Creador, es quien desata de nuevo Su Ruáj para que con Su poder divino lleve a cabo la renovación de la tierra. Cumpliendo con las promesas del pacto que hizo como YAHWEH, y por ello, “Recordó a Noé” como un nuevo inicio de la humanidad.
“Y la tierra estaba vacante y vacía, y la oscuridad cubría la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.” — Génesis 1:2 (LSP)
Las Escrituras nos hablan en otros pasajes, donde el viento de Dios realiza milagros asombrosos: como el que trajo y también ahuyentó, la Octava Plaga de langostas (Éxodo 10:13, 19); el viento que depositó codornices en el campamento israelita (Números 11:31); el viento que secó el Mar Rojo, quedando sus aguas divididas para liberar a Su pueblo del ejército egipcio, al permitirles cruzar por «tierra seca» (Éxodo 14:21, 15:10). El SEÑOR nos revela que Él cabalga sobre las alas del viento (o del espíritu) y los vientos son Sus mensajeros (Salmos 104:3-4).
“Él es el que pone las vigas de Sus altos aposentos en las aguas; el que hace de las nubes Su carroza; el que anda sobre las alas del viento; que hace de los vientos Sus mensajeros, y de las llamas de fuego Sus ministros.” — Salmos 104:3-4 (NBLA)
En el Tárgum de Jonathan (una traducción antigua de los 5 libros de Moisés al arameo) dice: “Y el Señor hizo pasar un viento de misericordia sobre la tierra, y las aguas se secaron”. Se le llama un “viento de misericordia”, porque permitirá a los tripulantes del Arca, dejar de estar expuestos a las inclemencias de las aguas. El periodo de destrucción había terminado, y ahora, la misericordia del SEÑOR da inicio a la regeneración de toda la tierra, al secar las aguas del juicio. Por eso, no nos extrañan los paralelos de Génesis 8-9 con los que el divino Ruáj hizo durante la Creación. Como vemos aquí, la restricción de las aguas, sugiere que la restauración de la tierra después del Diluvio es un nuevo comienzo.
“Porque el SEÑOR tu Dios es Dios misericordioso; no te abandonará ni te destruirá ni se olvidará del pacto que juró a tus padres.” — Deuteronomio 4:31 (RVA-2015)
Utilizando medios naturales para separar las aguas de la tierra seca, el Espíritu del SEÑOR aceleró la deriva continental, como lo vimos en Génesis 7:23-24 – El Juicio de Todos los Seres (Parte 3). Haciendo que, las hidroplacas empezaran a colisionar y la tierra se elevara sobre las aguas. El agua fue drenada hacia las fosas oceánicas, formadas por el espacio vacío que dejaron las hidroplacas, y con esta redistribución, se creó la separación entre los continentes y los océanos. Además, parte de las aguas se empezaron a filtrar entre las grietas de las hidroplacas para formar mantos acuíferos subterráneos, y otra parte se evaporó para formar las nubes como las que existen en la actualidad.
Las aguas del Diluvio todavía cubren el 70.8% de la superficie de la tierra, y según estimaciones, el agua en los depósitos subterráneos, tiene el volumen de 5 veces los océanos del mundo, como lo vimos en Génesis 7:11– El Diluvio Desata su Furia (Parte 2). Si los cristianos de los 1800’s hubieran entendido mejor el Diluvio, antes de que Charles Darwin popularizara sus mentiras de la “evolución”, sus explicaciones evolutivas no solo hubieran sido rechazadas, sino hasta ridiculizadas, y la falsa Teoría de la Evolución nunca habría florecido. Esto también hubiera eliminado la teoría de una inundación local.
“Y las aguas se calmaron”
Otro de los efectos del viento de Dios, es que las aguas se calmaron para proteger al Arca. La principal razón es que las fuentes del gran abismo y las ventanas del cielo se cerraron. Esto marca el inicio del retroceso de las aguas, que harán que el Arca repose en lo alto de una de las montañas de Ararat, para evitar que sufriera ningún daño, o fuera afectada por el violento movimiento de las aguas, cuando se movieran hacia sus propios cauces y receptáculos.
Los primeros 5 versículos de este capítulo describen con un patrón repetitivo, como el nivel del agua va de ser algo caótico a la calma (ver. 1), a bajar gradualmente y disminuir (ver. 3), a decrecer lentamente (ver. 5). Uno puede sentir como el agua baja poco a poco, y es empujada hacia sus límites finales. El SEÑOR decidió hacerlo de forma gradual en un periodo de meses, en lugar de hacerlo violentamente en horas como en Génesis 1, para proteger a los seres dentro del Arca.
En el siguiente artículo, continuaremos viendo cómo el Arca descansó en uno de los picos de las montañas de Ararat, antes de que los efectos del drenado violento de las aguas los afectaran. Esto fue tan tempestuoso, que formó cañones por todo el mundo, formó las altiplanicies, y devastó los picos de algunas cadenas montañosas, tan dramáticamente, que estos fenómenos únicamente pueden ser explicados como consecuencia del Diluvio, y no debido a los “supuestos millones de años”, como nos lo quieren hacer creer.
¡Que Dios los bendiga!
