En el artículo anterior hablamos acerca de que el Diluvio fue un evento histórico, porque las Escrituras nos dan la fecha exacta de cuando ocurrió. Ahora continuaremos viendo cómo las falsas teorías de la evolución y de las placas tectónicas, no pueden explicar las características de la tierra que vemos hoy en día. Pero estos misterios, aparentemente sin respuesta, se pueden explicar con una gigantesca inundación global, tal como la describen las Escrituras. El Diluvio ha sido el evento más letal, más catastrófico, y literalmente más trascendental, que el mundo jamás haya experimentado, a través del cual se formaron los rasgos distintivos, la topografía y las características más sorprendentes del planeta.
Ver. 11 — En el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, el día diecisiete del mes, el mismo día fueron rotas todas las fuentes de la gran profundidad, y las ventanas del Cielo fueron abiertas.
Satanás ha puesto todos sus esfuerzos en engañar a todo el mundo, y en la actualidad vemos el éxito que ha tenido al hacer que toda teoría científica sobre el origen del universo esté basada en fantasías y falsas explicaciones que llegan a lo ridículo, como por ejemplo que los dinosaurios se extinguieron por sus propias flatulencias, cómo fue propuesto por científicos ingleses. Según ellos, las flatulencias contenían millones de toneladas de metano, que contribuyó al calentamiento global que terminó matándolos. Ahora, esta misma teoría la quieren aplicar a las vacas, porque según sus mentiras, «estos animales podrían acabar con la vida en la tierra, a causa del metano en sus flatulencias», y por ello, quieren terminar con ellas. Los medios masivos ya iniciaron su propaganda, adoctrinando que «salvemos al planeta cambiando nuestra dieta» y están promoviendo el consumo de insectos. Satanás se ha de estar retorciendo de risa cuando la cultura mundial adopta sus mentiras, e ignoran la verdad de la Creación y del Diluvio. Por cierto, tome sus precauciones y aleccione a sus hijos con respecto a comer insectos, porque he visto videos donde, las empresas que empacan insectos y sus derivados para consumo humano, van a las escuelas y convencen a los niños que coman los insectos, sin el conocimiento o aprobación de los padres. Puede ver nuestro artículo La Dieta Bíblica (Parte 2) en donde tocamos este tema con más detalle, según nuestros estudios de Levítico 11 y Deuteronomio 14.
«Sin embargo, estos pueden comer de entre todos los insectos alados que andan sobre cuatro patas: los que tienen, además de sus patas, piernas con coyunturas para saltar con ellas sobre la tierra. De ellos pueden comer estos: la langosta según sus especies, la langosta destructora según sus especies, el grillo según sus especies y el saltamontes según sus especies. Pero todos los demás insectos alados que tengan cuatro patas les serán abominación. “Por estos animales, pues, serán inmundos; todo el que toque sus cadáveres quedará inmundo hasta el atardecer, y todo el que levante parte de sus cadáveres lavará sus vestidos y quedará inmundo hasta el atardecer.» — Levítico 11:21-25 (NBLA)
“El mismo día fueron rotas todas las fuentes de la gran profundidad”
El enemigo no solo engaña a los incrédulos, sino que también ha infiltrado diferentes doctrinas dentro del cristianismo en donde mezcla la evolución (con sus «millones de años») y la Creación de 6 días. Estas propuestas son diametralmente opuestas, y no se pueden incluir con las enseñanzas de las Escrituras. Lamentablemente causan confusión y divisiones; y como cualquier doctrina basada en una mentira, ésta va creciendo con el tiempo, y se va alejando cada vez más de la Palabra de Dios, afectando la fe de los cristianos de diferentes generaciones, vea ya cuántos años tiene esta mentira de Darwin. Y además provoca que su espada de combate (la Palabra de Dios, como parte de nuestra Armadura Espiritual) no esté afilada. Nuestro Señor Jesucristo nos dijo que Dios hizo al hombre al principio de la Creación, hace aproximadamente 6,000 años, no hace millones de años (Marcos 10:6). En seguida, pongo a su consideración una introducción de una teoría que explica lo que pudo haber ocurrido durante el Diluvio.
“Pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios.” — Marcos 10:6 (RVA)
“Tomen también el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.” — Efesios 6:17 (RVA-2015)
La Teoría Creacionista de las Hidroplacas
Para entender mejor el origen de las aguas del Diluvio, tenemos la Teoría creacionista de las hidroplacas, propuesta por el Dr. Walt Brown, en su libro “In The Beginning” (En el Principio). Esta teoría nos dice que las aguas de la “gran profundidad” se encontraban en cámaras subterráneas de 1 Km de altura, que estaban interconectadas alrededor de todo el mundo. La presión del agua subterránea en estas cámaras soportaba la mayor parte del peso de la corteza, junto con las columnas que sostenían el resto de la corteza terrestre (Salmos 75:3b; Job 38:4; Salmos 104:5). Estas aguas de la gran profundidad se encontraban localizadas a unos 15-17 Km de profundidad, y contenían al menos la mitad del agua que existe en la superficie actualmente (Salmos 24:1-2).
“Yo sostengo sus columnas.” — Salmos 75:3b (RVA)
“Él fundó la tierra sobre sus cimientos; no será jamás removida.” — Salmos 104:5 (RVR-1995)
“Del SEÑOR es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan. Porque Él la fundó sobre los mares, y sobre los ríos la afirmó.” — Salmos 24:1-2 (JBS)
“¿Dónde estabas cuando Yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.” — Job 38:4 (RVA)
Aunque durante la Creación todo estaba muy bien, después del pecado original, la maldición sobre la tierra, el pecado, y la violencia de la humanidad crecieron (Génesis 6:5-12). Estas actividades del hombre provocaron que, con el tiempo, grandes fuerzas gravitacionales por la atracción de la luna sobre las aguas en la gran profundidad produjeran mareas internas que aumentaban la presión sobre las columnas que sostenían la corteza terrestre, aunado a este efecto de bombeo de las mareas y su energía térmica, causaron que la presión en estas cámaras aumentara, al grado que la superficie de la tierra se expandió como cuando se infla un globo. Dicha expansión de la corteza causó grietas por las que vapor, agua, lodo, y piedras brotaron de todas las cámaras subterráneas en las profundidades de la tierra con una energía superior a la explosión de miles de millones de bombas de hidrógeno explotando en un periodo de unas 2 horas, con una fuerza destructiva que le abría paso a través de kilómetros de la corteza terrestre, que se agrietaba en sus puntos más débiles, alrededor de todo el planeta (Salmos 74:15). En Job 38:8-11, el SEÑOR le explica a Job que el agua de la gran profundidad, tejóm rabá, salió como cuando se le rompe la fuente a una mujer embarazada cuando llega el momento de dar a luz. El doctor Brown explica que, la presión interna que ejerció el agua sobrecalentada fue tan grande que cuando salió a la superficie, estalló en erupciones con chorros de agua de unos 20 a 30 Km de altura, arrojando piedras, tierra y muy posiblemente hasta lava, por todas las grietas en la corteza terrestre. Las fuentes de agua saliendo con alta presión, erosionaron la roca a ambos lados de la grieta, produciendo enormes volúmenes de agua y lodo que formaron cortinas, como un tsunami, que se movía a velocidades supersónicas destruyendo todo a su paso, y sepultando plantas y animales con lodo de forma instantánea, lo que permitió que se formaran los fósiles que hoy estamos desenterrando por todo el mundo. Estos maremotos destruyeron todo a su paso, así que no quedó rastro de las civilizaciones antediluvianas, y tampoco quedaron en pie sus construcciones.
“¿Quién contuvo mediante compuertas el mar cuando, irrumpiendo, salió del vientre. cuando le puse las nubes por vestido y la oscuridad como pañal? Yo establecí sobre él un límite, y le puse cerrojos y puertas. Le dije: “Hasta aquí llegarás y no seguirás adelante. Aquí cesará la soberbia de tus olas”.” — Job 38:8-11 (RVA-2015)
“Cierto, ellos ignoran voluntariamente, que los cielos fueron creados en el tiempo antiguo y la tierra salida del agua y en el agua, por la palabra de Dios. por lo cual el mundo de entonces pereció anegado por agua.” — 2 Pedro 3:5-6 (JBS)
“Tú abriste fuentes y torrentes; tú secaste ríos inagotables.” — Salmos 74:15 (LBLA)
La palabra hebrea para “se rompieron” es בָּקַע – baká, que significa romper, partir, dividir, abrirse camino, “abrir de par en par”, penetrar, desgarrar, disolver, despedazar, para darnos la idea de que las aguas de las fuentes de la gran profundidad emergieron en un estallido tan violento, que destruyó todo a su paso a través de la corteza terrestre, al abrirse camino para salir a la superficie, y se cree que incluso lanzó piedras y agua fuera de la atmosfera terrestre dando origen a los meteoritos. Estas aguas son la manifestación de la ira de Dios que va acabar con la corrupción de la tierra (Proverbios 3:20). Otro evento en el que se utiliza la palabra, baká, es para describir cómo se partió la tierra con tal fuerza que, se tragó a los miembros de la rebelión de Coré, y ellos cayeron tan profundo que, las Escrituras nos dicen que llegaron vivos directamente al infierno (Seol) en el centro de la tierra.
“Y aconteció que cuando terminó de hablar todas estas palabras, la tierra debajo de ellos se partió [baká], y la tierra abrió su boca y se los tragó, a ellos y a sus casas y a todos los hombres de Coré con todos sus bienes. Ellos y todo lo que les pertenecía descendieron vivos al Seol; y la tierra los cubrió y perecieron de en medio de la asamblea.” — Números 16:31-33 (NBLA)
“Con Su ciencia [conocimiento] se partieron [baká] los abismos, Y destilan el rocío los cielos.” — Proverbios 3:20 (RVA)
Adicionalmente, las Escrituras utilizan la palabra baká para describir un evento espectacular que presenciaremos en el futuro, durante la Segunda Venida de nuestro Señor Jesucristo, será el momento cuando Sus pies se posen sobre la tierra. El profeta Zacarías nos dice el lugar exacto donde esto ocurrirá: En el Monte de los Olivos. Las Escrituras describen el poder tan grande de Jesucristo con la palabra baká, porque con solo el tocar al monte con Sus pies, éste se va a partir por la mitad, formando una especie de cráter que desplazará miles de toneladas de rocas y tierra para formar un enorme valle, que cambiará instantáneamente la topografía de la región. Así iniciará la batalla contra las naciones y dará inicio a Su reino aquí en la tierra.
“En aquel día se afirmarán Sus pies sobre el Monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén, al oriente. El Monte de los Olivos se partirá [baká] por la mitad, de este a oeste, formando un valle muy grande; la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur.” — Zacarías 14:4 (RVR-1995)
Otro efecto del Diluvio es que, los chorros de agua de las fuentes de la gran profundidad hicieron que las grietas se ensancharan, y que el basalto en la superficie se abultara rápidamente, lo que empujó las placas continentales en la superficie con tal fuerza que empezaron a deslizarse, flotando sobre la misma agua que todavía estaba escapando en las cámaras de la gran profundidad, gracias a que las columnas que soportaban la corteza terrestre empezaron a colapsar, ya que la presión en las cámaras subterráneas disminuyó, así que las placas continentales se movieron libremente sobre el agua que les proporcionó una especie de lubricación. Y conforme las columnas colapsaban en una reacción en cadena, las mismas placas continentales presionaban el agua que salía a chorros en oleadas, produciendo capas sedimentarias una sobre otra (Salmos 18:15). Además, las placas continentales en movimiento empezaron a colisionar con tanta fuerza, que se doblaron y pandearon, creando montañas que conocemos actualmente. Esto explica por qué las cadenas montañosas y las líneas costeras, en su mayoría, están paralelas a las grietas o dorsales medio-oceánicas, algo muy evidente en el Pacífico desde la cordillera de las Rocallosas, al norte, hasta los Andes, al sur.
“Y aparecieron las honduras de las aguas, Y descubriéronse los cimientos del mundo, A tu reprensión, oh Jehová, Por el soplo del viento de tu nariz.” — Salmos 18:15 (RVA)
“Dios es el que remueve los montes, y estos no saben cómo cuando los vuelca en Su furor; Él es el que sacude la tierra de su lugar, y sus columnas tiemblan.” — Job 9:5-6 (NBLA)
La tierra todavía muestra las cicatrices del Diluvio que hoy llamamos «líneas de falla». Las placas todavía se están moviendo y asentando, causando terremotos, erupciones volcánicas y tsunamis. Los restos de estas grietas todavía se pueden ver hoy en día, son llamadas las “dorsales medio-oceánicas” que tienen la apariencia de las costuras de una pelota de béisbol, y fueron descubiertas en la década de los 1950s, es una cadena montañosa en el fondo del océano de 75,000 km de largo que envuelve la Tierra. Está formada por basalto, a diferencia de casi todas las demás montañas en la superficie de la tierra.
La teoría de las hidroplacas es una explicación alternativa, tanto de los eventos geológicos asociados con el Diluvio que Dios envió sobre el mundo, las características geológicas actuales del planeta, y los mecanismos reales que operaron entonces, y continúan haciéndolo ahora. Desafía directamente el modelo actual de “placas tectónicas” promovido por los evolucionistas, quienes necesitan «millones de años» para encubrir la verdad. Ya que no puede explicar de forma satisfactoria el origen de las dorsales medio-oceánicas, y solo las explican como rupturas o grietas causadas por una tensión superficial, aun y cuando el piso marino no se mueve.
La teoría de las hidroplacas va en contra de la teoría convencional de la supuesta “deriva continental”, y probablemente le enseñaron esta falsa teoría en la escuela, o la haya visto en algún documental de la televisión. Esta teoría explica que los continentes se separaron hace «miles de millones de años» de un supercontinente, llamado “Pangea”, esta teoría fue propuesta por el geofísico, Alfred Wegener, y por el geógrafo Antonio Snider-Pellegrini. Y para corroborar esta teoría, en los 1960s, Edward Bullard propuso un modelo donde los continentes encajaban entre sí casi perfectamente, pero este geofísico no se molestó en explicar que tuvo que reducir el tamaño del continente africano en un 35%, eliminar Centroamérica, el sur de México y las islas del Caribe, para que América y África embonaran. Además, giró Europa y Norteamérica en el sentido contrario a las manecillas del reloj, y África y Sudamérica en el sentido de las manecillas del reloj. Además, en su modelo ignoró a Australia y Asia. El modelo no da ninguna justificación científica de estas distorsiones, ni explica ¿por qué Pangea se dividió?; ¿Cómo es que se pueden mover las placas tectónicas de forma tan irregular y caprichosa? Pero para la comunidad científica, cualquier teoría es aceptable si va en contra de la explicación bíblica. Hay muchas mentiras que son generalmente aceptadas, sobre todo porque se nos presentan desde la niñez (y a su vez, los grupos élite buscan hacer difícil o imposible, la corroboración de la información que va en contra de su narrativa) por lo que no me sorprendería que los mapas mundiales que conocemos estén alterados. Como dijo Napoleón Bonaparte: «La historia es un conjunto de mentiras acordadas», y esto puede incluir a los «mapas acordados».
«Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.» — Apocalipsis 12:9 (RVA)
El Diluvio fue el responsable de todas las capas de fósiles, y de producir depósitos de petróleo, gas, carbón, metano, y también de las cadenas montañosas. Sus efectos fueron tan cataclísmicos, y afectaron tanto a la tierra, que todavía el día de hoy seguimos experimentándolos. De hecho, la mayoría de los desastres naturales que nos afectan en la actualidad son consecuencia del Diluvio: erupciones volcánicas, terremotos, tsunamis, rayos, tormentas (tornados, huracanes, etc.), inundaciones locales, sequías, deslizamientos de tierra e impactos de cometas, asteroides y meteoritos. También, se han encontrado lo que podrían ser restos de las fuentes de la gran profundidad en los fondos de los océanos. Se llaman fuentes hidrotermales o fumarolas hidrotermales que liberan agua a 400°C, y fueron descubiertas por primera vez en 1977. Éstas podrían ser las llamadas «fuentes del mar» en Job 38:16.
“¿Has penetrado tú hasta las fuentes del mar y has caminado escudriñando el abismo?” — Job 38:16 (RVR-1995)
Algo que también me gustaría mencionar es el descubrimiento de Motohiko Murakami, del Instituto de Tecnología de Tokio en Japón, quien descubrió que puede haber 5 veces más la cantidad de agua en las profundidades del manto de la tierra, que en todos los océanos de la tierra. El agua está a unos 998 km de profundidad, esto podría explicar a dónde se fue el agua después del Diluvio. Pero esto, lo explicaremos con más detalle al final del Diluvio.
“El agua se endurece como la piedra, y aprisionada está la superficie del abismo.” — Job 38:30 (NBLA)
Para concluir con este estudio, me gustaría dejarlos con la reflexión del rey David respecto a la misericordia de Dios. Él nos describe la inmensidad de Su misericordia que es tan grande que se puede medir desde la gran profundidad hasta lo más alto de los cielos, para perdonar la maldad del hombre y ofrecernos la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que es el poder de Dios para salvar, yendo desde los cielos, hasta lo más bajo del «grande abismo».
“Tu misericordia, oh SEÑOR, se extiende hasta los cielos, Tu fidelidad, hasta el firmamento. Tu justicia es como los montes de Dios; Tus juicios son como profundo abismo. Tú preservas, oh SEÑOR, al hombre y al animal. ¡Cuán preciosa es, oh Dios, Tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de Tus alas.” — Salmos 36:5-7 (NBLA)
“Al que tendió la tierra sobre las aguas, porque para siempre es Su misericordia.” — Salmos 136:6 (JBS)
¡Que Dios los bendiga!