En el artículo anterior vimos que llegó el día en que se acabó la tolerancia de Dios contra la corrupción y la iniquidad de la humanidad. El juicio del Diluvio inició y todos los tripulantes del Arca estaban a bordo. Ahora hablaremos de cómo fue que el SEÑOR, quien ordenó que se iniciara la construcción del Arca, también fue el consumador de la obra, al encargarse de cerrar y asegurar la puerta del Arca, y así proteger a todos los elegidos de la peor catástrofe que la Creación ha experimentado, incluso hasta nuestros días.
Ver. 16 — Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como Dios le había mandado: y el SEÑOR le cerró la puerta
El Espíritu Santo realizó una coordinación maravillosa, para que todo tipo de animales acudieran al Arca. Fue un milagro para que llegaran de forma puntual y exacta, «en el hueso del día«, y entraran de dos en dos, un macho y una hembra, sin defectos. Debió haber sido asombroso presenciar cuando llegaron los animales, todos bien portados, sabiendo hacia dónde dirigirse, guiados como por un instinto sobrenatural, que los condujo, muy seguramente, para que entraran a sus jaulas por sí mismos, o con una pequeña ayuda de parte de la familia de Noé.
[Dios dice a Job] «¿Quién ha puesto sabiduría en lo más íntimo del ser, o ha dado a la mente inteligencia [entendimiento]?» — Job 38:36 (NBLA)
[Dios dice a Job] «¿Es por tu inteligencia que el halcón emprende el vuelo y extiende sus alas hacia el sur? ¿Es por tu mandato que el águila se eleva y pone en lo alto su nido?» — Job 39:26-27 (RVA 2015)
“«Yo soy el SEÑOR, el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para Mí?».” — Jeremías 32:27 (NBLA)
“Como Dios le había Mandado”
A través de la obediencia a los mandatos de Dios, Noé y su familia construyeron el Arca, y fueron preservados de todos los peligros del Diluvio, por estar bajo la protección del Todopoderoso. Este pasaje nos enseña a los creyentes que, toda obediencia a los mandamientos del SEÑOR es recompensada. Primero, porque los mandamientos divinos están diseñados para el bienestar de quien los cumple. Y segundo, todos los que andan en los caminos del SEÑOR, son protegidos de daños y peligros. Por otro lado, los que desobedecen y viven en pecado, experimentarán la terrible condenación de su pecado porque están expuestos al dolor de la retribución divina, y si no enmiendan su camino, terminarán en la destrucción eterna.
“Y él dijo: —Más bien, bienaventurados son los que oyen la palabra de Dios y la guardan.” — Lucas 11:28 (RVA-2015)
“He aquí vengo pronto, y Mi recompensa conmigo, para pagar a cada uno según sean sus obras.” — Apocalipsis 22:12 (RVA-2015)
“Por la fe Noé, habiendo sido advertido por revelación acerca de cosas que aún no habían sido vistas, movido por temor reverente preparó el arca para la salvación de su familia. Por medio de la fe él condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que es según la fe.” — Hebreos 11:7 (RVA-2015)
Aquellas personas que vengan a Cristo, a Su Arca, antes del Día del Juicio, Dios los admitirá, y vivirán en ese día, no serán destruidos. Pero a los que se encuentren en el mundo lejos de Jesucristo (Yeshúa HaMashíaj en hebreo), a esos Dios los excluirá. Quienes no creen en Él no son Sus ovejas (Juan 10:26-27). Son quienes no entienden Su Palabra, y llega el diablo y se lleva la semilla que fue sembrada (Mateo 13:19), y en realidad son hijos del diablo (Juan 8:43-45), son la cizaña que sembró el enemigo (Mateo 13:25) en el campo (que es el mundo, Mateo 13:38).
“Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. Llevad Mi yugo sobre vosotros, y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque Mi yugo es fácil, y ligera Mi carga.” — Mateo 11:28-30 (RVA)
“Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?”. Entonces les declararé: “Jamás los conocí; apártense de Mí, los que practican la iniquidad”.” — Mateo 7:22-23 (NBLA)
El Arca es uno de los actos de la misericordia del SEÑOR para continuar la Línea Mesiánica, porque incluso en medio del juicio del Diluvio, vemos claramente la redención de la humanidad (Génesis 3:15). El Arca fue salvación para Noé, pero condenación para el mundo, y para quienes se quedaron afuera, se les acabaron las oportunidades. De forma similar, las personas que rechazan al SEÑOR y Su mensaje, no saben cuándo se les van a acabar el tiempo, y las oportunidades para recibirlo en sus corazones. Recuerde que, con cada rechazo, el corazón se va endureciendo cada vez más, y es más difícil aceptar el regalo de salvación. Puede ver más información en nuestro artículo: Los 7 Espíritus del SEÑOR: Entendimiento (Parte 2), en donde hablamos acerca del endurecimiento del corazón como consecuencia de rechazar al Espíritu.
“Por lo cual se dice: «Si ustedes oyen hoy Su voz, no endurezcan sus corazones, como en la provocación».” — Hebreos 3:15 (NBLA)
«Busquen al SEÑOR mientras puede ser hallado, llámenlo en tanto que está cerca.» — Isaías 55:6 (NBLA)
“Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón.” — Efesios 4:18 (RVA)
“El SEÑOR le Cerró la Puerta”
El nombre personal de Dios, YAHWEH, traducido como “SEÑOR”, se introduce apropiadamente en esta frase, mostrándose a Sí mismo como el causante o el realizador, de la bendición del pacto prometido a Noé. La palabra «cerró» viene del verbo hebreo, סָגַר – sagár, que significa “cerrar una puerta o una brecha en la pared”, “librar de los enemigos”, «cubrir todo alrededor». Y bajo este contexto, sagár, se utiliza para dejar en claro que Dios mismo tiene el control soberano de las circunstancias de la vida, y guía los eventos de la historia para que lleguen a su debido desenlace para Su gloria, cuando Sus enemigos serán juzgados. Por lo que podemos entender que, cuando YAHWEH cierra la puerta, está librando a los tripulantes del Diluvio, porque con esta acción está cubriéndolos completamente por todos lados. Y al mismo tiempo, está juzgando a todo el resto de la carne (sus enemigos), a quienes tenían aliento de vida en su nariz, por estar fuera del Arca.
“Entonces pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; cuando Él abra, nadie cerrará [sagár], Cuando Él cierre [sagár], nadie abrirá.” — Isaías 22:22 (NBLA)
“Anda, oh pueblo mío, entra en tus habitaciones; cierra [sagár] tras de ti tus puertas. Escóndete por un breve momento hasta que pase la ira.” — Isaías 26:20 (RVA-2015)
En el momento preciso, el SEÑOR cerró la puerta, una expresión que muestra bellamente el toque paternal de Dios, quien lo hace al borde mismo del juicio de las aguas. Todo fue visiblemente la obra del SEÑOR, desde el principio hasta el final. Lo que nos indica que Su cuidado y protección del Arca va a ser completa. Y en Su misericordia, sus tripulantes no iban a sufrir ningún daño por las aguas del Diluvio, por violentas que éstas fueran.
“¡Bueno es el SEÑOR! Es una fortaleza en el día de la angustia y conoce a los que en Él se refugian.” — Nahúm 1:7 (RVA-2015)
“El SEÑOR te guardará de todo mal; Él guardará tu vida. El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.” — Salmos 121:7-8 (RVA-2015)
Dios mantuvo la puerta abierta hasta el último minuto posible, pero cuando Su juicio fue aplicado, la puerta tuvo que cerrarse. Y no la cerró Noé, porque podría quedar mal cerrada y abrirse en medio del Diluvio. Las Escrituras nos dicen que la cerró el SEÑOR. Y Jesús nos dice que cuando Él cierra la puerta, nadie la puede abrir (Apocalipsis 3:7). Cuando esto ocurra, ¿de qué lado de la puerta se encontrará usted? (Mateo 25:10), es una lección importante que encontramos en la Parábola de las Diez Vírgenes (Mateo 25:1-13).
“Y escribe al ángel de la iglesia en FILADELFIA: Estas cosas dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre.” — Apocalipsis 3:7 (RVA)
“Pero mientras ellas iban a comprar, llegó el novio; y las que estaban preparadas entraron con él a la boda, y se cerró la puerta.” — Mateo 25:10 (RVR-1995)
Noé no cerró la puerta a la salvación de nadie, Dios lo hizo. Como creyentes, nunca es trabajo nuestro descalificar a las personas de la salvación. Al contrario, como embajadores del reino de Dios debemos invitar a todos para que aborden el Arca de la salvación. Si alguien les va a cerrar la puerta, que sea Dios quien lo haga. Cuando el SEÑOR va a salvar a alguien, Él tiene el mismo cuidado que tuvo con Noé hasta que lleva la salvación de la persona a su conclusión.
“El Señor no tarda Su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” — 2 Pedro 3:9 (RVA)
“Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador; el cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad.” — 1 Timoteo 2:3-4 (RVA)
Las Escrituras nos describen la obra del Arca de principio a fin con una estructura quiástica, que se forma en Génesis 7:1-16, en donde se muestra desde otro punto de vista, como YAHWEH envuelve y protege a Noé y a los tripulantes del Arca, donde El SEÑOR está al principio y al final, cerrando la puerta. Identificamos 4 elementos en este quiasmo: 1) En Génesis 7:1-5, YAHWEH da las instrucciones a Noé para el Arca. 2) En Génesis 7:6-10, Noé y la lluvia son el tema. 3) En Génesis 7:11-16a, Noé y los animales son descritos. 4) Y en Génesis 7:16b, YAHWEH termina el Arca. Para mayor información acerca de las estructuras quiásticas, puede ver nuestro artículo: Las Estructuras Literarias de la Biblia.
Yo Soy La Puerta
En este pasaje de Génesis 7:16b, la palabra “puerta” no se encuentra en el texto hebreo, ya que el texto original dice literalmente: “El SEÑOR encerró/libró/cubrió a él (Noé)”. Inclusive en los Tárgums de Jonathan y de Onkelos, hechos por judíos que no creían que Jesús fuera el Mesías, tradujeron este pasaje revelándonos que la Palabra del SEÑOR (Jesús, Juan 1:1, 14; Apocalipsis 19:13) es quien protegió a los tripulantes del Arca. Ellos fueron más allá de solo mencionar la “puerta”:
“La Palabra del SEÑOR cubrió la puerta del arca sobre su faz.” — Tárgum de-Jonathan.
“Y el SEÑOR los protegió con Su Palabra.” — Tárgum de Onkelos.
Este pasaje, donde se nos muestra la salvación de Noé y los demás tripulantes encerrados en el Arca, claramente apunta a Yeshúa (Salvación en hebreo), quien dijo: «Yo Soy la Puerta», y solo a través de Él podemos asegurar nuestra salvación.
«Yo Soy la puerta: el que por Mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.» — Juan 10:9 (RVA)
«Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad les digo: Yo Soy la puerta de las ovejas.» — Juan 10:7 (NBLA)
Pero ¿cómo es que nuestro Señor Jesucristo puede ser una “puerta”? ¿Acaso es esto una alegoría, en la que se está utilizando un lenguaje figurado? ¿O el apóstol Juan está realmente hablando literalmente? Para responder a estas preguntas, recuerdo las palabras del finado estudioso de las Escrituras, Chuck Missler, quien dijo que cuando no había entendido bien algún pasaje bíblico, se dio cuenta que era porque no lo estaba tomando lo suficientemente “literal”.
Debo admitir que por años no me quedaba muy claro a qué se refería nuestro Señor al decir que Él es la puerta. Sin embargo, la semana pasada estaba viendo un documental de la tierra de Israel, llamado The Soul Shepherd (2013), y ahí encontré la respuesta. Este documental está disponible de forma gratuita en Faithlife TV. Ahí el cineasta cristiano Joel Kramer, se dedicó durante 5 años a filmar a diferentes pastores beduinos con sus rebaños, para entender mejor los pasajes bíblicos al respecto. Sus filmaciones las realizó en las mismas regiones donde Abraham y David pastorearon a sus rebaños en el pasado.
“Mi siervo David será rey sobre ellos, y habrá un solo pastor para todos ellos. Andarán según Mis decretos; guardarán Mis estatutos y los pondrán por obra.” — Ezequiel 37:24 (RVA-2015)
En una escena se muestra al pastor y a sus ovejas detrás de él, siguiéndolo por el sonido de su voz (tal y como lo describe la Biblia). El pastor condujo a sus ovejas a un lugar con muros de piedra, como un corral, para que sus ovejas pudieran pasar ahí la noche, protegidas de depredadores, como lobos. La entrada a este lugar cerrado es angosta. Y una vez que la última oveja entra, el pastor se coloca en la única entrada, convirtiéndose literalmente en una “puerta”, que resguarda a sus ovejas. Su cuerpo actúa como puerta, al no permitir que ninguna oveja se salga, ni que ningún depredador o ladrón entre.
“Yo soy el buen pastor; y conozco Mis ovejas, y las Mías me conocen.” — Juan 10:14 (RVA)
“También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también me conviene traer, y oirán Mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.” — Juan 10:16 (RVA)
Gracias a las escenas de este documental, entendí a qué se refería Cristo cuando habló acerca de Sus ovejas y de Él fungiendo como la puerta. Su explicación tiene un cumplimiento muy literal. En la actualidad, para una persona que vive en una ciudad, el término de “puerta” nos parece una alegoría, pero en los tiempos de Cristo era una imagen muy familiar para quienes escuchaban, de un pastor protegiendo a sus ovejas.
“De cierto, de cierto les digo que el que no entra al redil de las ovejas por la puerta sino que sube por otra parte, ese es ladrón y asaltante. Pero el que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. A Él le abre el portero, y las ovejas oyen su voz. A Sus ovejas las llama por nombre y las conduce afuera. Y cuando saca fuera a todas las Suyas va delante de ellas; y las ovejas lo siguen porque conocen Su voz.” — Juan 10:1-4 (RVA-2015)
Separar las cabras de las ovejas
Otro pasaje que entendí gracias al documental de Joel Kramer, fue el de Mateo 25:31-46, en donde Jesús habla de que cuando Él venga en Su gloria, y estén frente a Él todas las naciones, Él separará a unos de otros, como un pastor separa a sus ovejas de las cabras:
«Y cuando el Hijo del hombre venga en Su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará sobre el trono de Su gloria. Y serán reunidas delante de Él todas las gentes: y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a Su derecha, y los cabritos a la izquierda.» — Mateo 25:31-33 (RVA)
En este mismo documental, Joel Kramer mencionó que quien es dueño de ovejas, por lo general, también posee cabras, por ser un buen negocio. Sin embargo, explicó que todas las mañanas, los pastores tienen que separar a las ovejas de las cabras, porque las cabras tienden a ser muy agresivas hacia las ovejas, y necesitan protegerlas de este maltrato. Además, las cabras son animales más grandes, y que pueden comer en lugares altos, que son inaccesibles para las ovejas. Entonces, una vez que separan a los rebaños, un pastor se lleva a las ovejas a pastar en lugares planos bajos y cerca de agua. Mientras que otro pastor por separado, se lleva a las cabras, a lugares escarpados y rocosos, donde no compitan con las ovejas por la comida. Espero que esto le sirva para comprender mejor las enseñanzas que nos dio nuestro Señor Jesucristo.
“El SEÑOR es mi pastor; nada me faltará. En prados de tiernos pastos me hace descansar. Junto a aguas tranquilas me conduce.” — Salmos 23:1-2 (RVA-2015)
“Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: “¡Vengan, benditos de Mi Padre! Hereden el reino que ha sido preparado para ustedes desde la fundación del mundo.” — Mateo 25:34 (RVA-2015)
“Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apártense de Mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.” — Mateo 25:41 (RVA-2015)
En nuestro siguiente estudio veremos cómo las aguas del Diluvio cubrieron la tierra, y cómo el Arca fue puesta a prueba al soportar la violencia de las aguas.
¡Que Dios los bendiga!