Hace unos meses nos contactó un lector, y mencionó que le gustaban nuestros estudios, sin embargo, dijo que estaba en desacuerdo porque criticábamos a otras religiones. Nos dijo que: «Dios nos dio muchos caminos para encontrarlo», que «no juzgáramos a otros senderos», porque «eso no lo enseña Dios»; también dijo que «esto es parte del problema del fanatismo de las religiones”. Por tanto, decidimos hacer este artículo como respuesta, para aclarar lo que las Escrituras nos enseñan con respecto a la salvación, y cómo difiere mucho el cristianismo de otras religiones y sistemas de creencias. También queremos exponer este tema porque muchas personas que se consideran creyentes piensan lo mismo que nuestro lector. Hablaremos de qué son las doctrinas del pluralismo, universalismo, inclusivismo y relativismo, y de cómo afectan la fe de los cristianos.
“YO SOY el Camino” vs. el Pluralismo
El pluralismo sostiene que todas las religiones del mundo son igualmente válidas, aceptables y reconocidas, y que solo las personas religiosas alcanzarán la salvación, cada quien a su manera, porque están siguiendo diferentes caminos hacia «la misma montaña», y piensan que todos los caminos finalmente conducen al mismo Dios. Los pluralistas aparentan ser más tolerantes y no juzgan la religión de otra persona como incorrecta.
¿Y cómo podemos corroborar que no hay otro camino? Para contestar esta pregunta, veamos el pasaje cuando Cristo estuvo orando en el jardín de Getsemaní, horas antes de Su crucifixión, sabiendo los terribles sufrimientos que le esperaban, le pidió 3 veces al Padre que de ser posible «pasara esta copa» de Él (Mateo 26:39, 26:42-44; Marcos 14:36; Lucas 22:42). Sin embargo, la única forma en que nuestros pecados pueden ser perdonados, de acuerdo a las leyes de Dios, es a través de la justificación (un término legal, donde nuestros pecados son imputados a Cristo), que es el regalo de gracia que nos otorga Jesucristo para que podamos restablecer nuestra relación con Dios. Por eso sabemos que no hay ninguna otra forma, porque Cristo fue crucificado.
«Yo, Yo soy el Señor, y fuera de Mí no hay salvador.» — Isaías 43:11 (NBLA)
Solamente hágase esta pregunta: Si hubiera muchas formas de llegar a Dios, entonces ¿por qué Cristo, el Hijo de Dios, tuvo que morir en la cruz? No tendría ningún sentido el sacrificio y sufrimiento de Jesús, si usted simplemente siendo una buena persona y haciendo buenas obras, podría llegar al Cielo por sus propios méritos. Sin embargo, el sacrificio de Cristo nos indica que no hay ninguna otra forma, Él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29, 36). No hay ningún otro Salvador (Isaías 43:11; 45:15, 21).
«Verdaderamente tú eres un Dios misterioso, oh Dios de Israel, el Salvador.» — Isaías 45:15 (RVA 2015)
«Declaren y presenten su caso; sí, que deliberen juntos. ¿Quién ha anunciado esto desde la antigüedad y lo ha declarado desde entonces? ¿No soy Yo, el Señor? No hay más Dios que Yo, un Dios justo y salvador; no hay ninguno fuera de Mí.» — Isaías 45:21 (NBLA)
Si existieran otros caminos para llegar al Padre, la oración de Jesús hubiera sido respondida y se hubiera evitado Su crucifixión (esta copa). Por eso, sabemos que no hay salvación con otras religiones, ya que cumplir con los 5 pilares del islam no salvará a los musulmanes; el abstenerse de todas las formas de deseos y placeres no salvará a los budistas ni a los hinduistas; el cumplir con todas las leyes de Dios, rituales y tradiciones no salvará a los judíos si no ponen su fe en Jesucristo; el renovarse a lo largo de su vida a través de la fe para llegar a ser divinos, hacer buenas obras, y cumplir con los sacramentos tampoco va a salvar a los cristianos ortodoxos. Ninguna religión puede salvar a nadie, no hay nada que uno pueda hacer para alcanzar la salvación por sí mismo (Salmos 49:7-8), solamente podemos buscar restablecer nuestra relación personal con Jesucristo, acercarnos a Él en Sus términos, solo Él puede salvarnos si aceptamos su regalo de salvación.
«Los que confían en sus posesiones y se jactan de la abundancia de sus riquezas, ninguno de ellos puede redimir a su hermano ni pagar a Dios por su rescate. La redención de su vida es muy costosa» — Salmos 49:6-8a (RVA 2015)
«¿Cuánto más la sangre de Cristo, quien por el Espíritu eterno Él mismo se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo? Por eso Cristo es el mediador de un nuevo pacto, a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna.» — Hebreos 9:14-15 (NBLA)
Últimamente hemos visto como Satanás promueve el pluralismo a través de los Papas católicos, como Juan Pablo II y Francisco, quienes están promoviendo fuertemente la idea ecuménica, con la construcción de templos de culto interreligioso, y han invitado a líderes de diferentes religiones para hacer oraciones juntos, para fomentar la integración y la igualdad de creencias. Las Escrituras ya nos habían advertido que el Anticristo buscaría unificar la religión a nivel mundial para que todos adoren a la bestia (Apocalipsis 13:12, 15-18), y por eso necesita eliminar al cristianismo (Apocalipsis 20:4). Como embajadores de Cristo en la tierra, no podemos apoyar a falsas religiones o creencias, porque sabemos que no llevan a las personas a la salvación. Cuando las «juzgamos», nos oponemos públicamente, y exponemos sus mentiras, el enemigo nos va a llamar «intolerante», «legalista«, «fanático religioso», «elitista», «santurrón/exagerado», «blasfemo», o hasta «racista», como si actuáramos por odio hacia las personas, pero es lo opuesto, lo hacemos por amor, para mostrarles la verdad a las personas, de acuerdo a las Escrituras, porque vemos que están siendo engañados por las mentiras de Satanás. Comparamos las falsas enseñanzas con las verdaderas, que solo encontramos en las Escrituras, e invitamos constantemente a los lectores para que verifiquen todo lo que les decimos, que sean como los de Berea (Hechos 17:11). Recuerde que Cristo fue crucificado por «blasfemia» (Mateo 26:65; Marcos 14:63-64) y que anteriormente ya habían intentado matarlo bajo esta falsa acusación (Juan 10:32-33), y que ese fue el mismo falso cargo por el que mataron a Nabot para quitarle su viñedo (1 Reyes 21:13). Estamos actuando siguiendo el ejemplo de Pablo, quien les advirtió a los Corintios:
«Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, las mentes de ustedes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo. Porque si alguien viene y predica a otro Jesús, a quien no hemos predicado, o reciben un espíritu diferente, que no han recibido, o aceptan un evangelio distinto, que no han aceptado, bien lo toleran… Porque los tales son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es de extrañar, pues aun Satanás se disfraza como ángel de luz. Por tanto, no es de sorprender que sus servidores también se disfracen como servidores de justicia, cuyo fin será conforme a sus obras.» — 2 Corintios 11:3-4, 13-15 (NBLA)
Así como los miembros de la iglesia de Corinto, los cristianos, de hoy en día, están siendo engañados por las doctrinas del pluralismo, como lo demuestra un estudio del Pew Research Center, hecho en 2008 en los Estados Unidos, que encontró que el 57% de los evangélicos estadounidenses creen que las diferentes religiones pueden conducir a las personas a la vida eterna. Adicionalmente, Probe Ministries, también hizo un estudio similar enfocado en creyentes vueltos a nacer estadounidenses, y encontró un crecimiento significativo del pluralismo en los últimos diez años, porque en 2020, el 65% de los “creyentes vueltos a nacer” creían que hay múltiples caminos para llegar a Dios.
Además, otra estadística alarmante en este estudio que reportó Probe, fue que el porcentaje de “creyentes vueltos a nacer” dentro de la población estadounidense, entre 18 y 39 años de edad, cayó de 17 % en 2010, a 8 % en 2020, una caída del 54 %. Es decir que, menos de 1 de cada 10 habitantes en este país cristiano es creyente. Y el 65% de ellos creen en el pluralismo. Por eso, nuestro Señor Jesucristo nos dijo:
“No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?.” — Lucas 18:8b (NBLA)
Por eso, es importante que conozcamos las Escrituras, y solamente seguir a nuestro Buen Pastor, a Jesucristo, el Hijo de Dios, el único Salvador, el Dios de la Biblia, porque sabemos que no hay ningún otro (Isaías 44:6, 8). Su Evangelio es único. Nadie más ha hecho el sacrificio que Él hizo en la cruz para salvar a la humanidad. Como cristianos, tenemos que alertar a todas las demás personas que solamente hay un solo camino al Padre, y solo es a través de Jesús.
[Jesús dice] “Yo Soy la puerta: el que por Mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.” — Juan 10:9 (RVA)
[Jesús dice] “El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” — Juan 3:36 (RVA)
El camino angosto es el que conduce a Cristo, Él es el único Salvador, y la única forma de llegar al Padre.
«Jesús le dice: Yo Soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por Mí.» — Juan 14:6 (RVA)
Y ¿cómo podemos saber que el Dios de Israel es el único, es el de la Biblia? la respuesta es sencilla: Porque Dios mismo se identifica en Éxodo 20:1-3, justo al inicio, cuando declara Sus 10 Mandamientos. Él nos dice que Él, YAHWEH, es quien nos sacó de la esclavitud en Egipto (nos libró del pecado), ninguna otra deidad de ninguna otra religión se identifica de esta manera. Puede ver nuestra serie de estudios acerca del Primer y Segundo Mandamiento para un mayor detalle al respecto.
«Entonces Dios habló todas estas palabras diciendo: «Yo Soy el SEÑOR [YAHWEH] tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. No tendrás otros dioses delante de Mí.» — Éxodo 20:1-3 (NBLA)
Muchas veces escuchamos que «todas las religiones son lo mismo», o que «la religión tan solo busca controlarte», todo eso es mentira. Otros dicen que «todos los dioses son diferentes nombres para referirse al verdadero Dios», lo cual es una blasfemia. Por ejemplo, en las Escrituras vemos que los israelitas cometieron el grave pecado de hacer un becerro de oro y de decir que ese era “YAHWEH” quien los había liberado de la esclavitud en Egipto (Éxodo 32:4-6), además le construyeron un altar al ídolo y le dedicaron un día festivo. Fue un terrible insulto para Dios que le adjudicaran todo lo que Él hizo a un ídolo. Puede leer el resto de esta historia en Éxodo 32.
Por otro lado, quienes piensan que Alá, el dios de los musulmanes es el mismo que el SEÑOR, están muy equivocados. Permítame mencionar algunas razones: Alá nunca dice ser el Dios de Israel ni el de la Biblia. Tampoco hace ninguna mención de salvar a las personas de sus pecados. Nadie ha visto a Alá y tampoco tiene nada que ver con la crucifixión de Cristo. Para los musulmanes, Jesús es solo uno de los profetas y niegan que murió en la cruz. Ningún musulmán sabe si realmente está salvado, hasta que muera, y sus obras sean pesadas en una balanza. El ángel que se le apareció a Mohamed se comportó con una actitud totalmente diferente de la de los ángeles enviados por el SEÑOR descritos en las Escrituras (más bien se comportó como un demonio). En el Corán copiaron y tergiversaron muchos conceptos bíblicos, por ejemplo, todos los musulmanes piensan que Abraham iba a sacrificar a Ismael (el hijo que tuvo con la esclava egipcia Agar, Génesis 16:1-4, 15). Sin embargo, Dios le dice a Abraham que sacrifique a Isaac, su único hijo (Génesis 22:2) desde el punto de vista del SEÑOR. Cuando he andado evangelizando a musulmanes, se sorprenden mucho que les diga que en la Biblia dice claramente que quien iba a ser sacrificado era Isaac y no Ismael. Observe que todo esto es un «evangelio diferente», es precisamente la advertencia de Pablo que vimos (Gálatas 1:8).
«Pero aun si nosotros mismos o un ángel del cielo les anunciara un evangelio diferente del que les hemos anunciado, sea anatema [maldito].» — Gálatas 1:8 (RVA 2015)
Espero que con esta información que les mostramos, pueda darse cuenta que, aunque «todos los caminos nos conducen a Roma», cuando estamos hablando de nuestra salvación, llegar al Cielo, o regresar al SEÑOR, esta estrategia es errónea. Dios nos facilitó las cosas, y solo creó UN solo camino para la salvación, y lo llamó “Yeshúa” (Jesús, Salvación en hebreo). Imagine que está viajando en automóvil para llegar a una ciudad al norte, y comete el error de tomar una carretera equivocada que va hacia el sur, y continua su viaje por ese camino, sin darse cuenta que va por una carretera equivocada, lo que tiene que hacer para llegar a su destino es detenerse, darse la vuelta, y viajar hacia el norte, porque si sigue por la misma carretera equivocada se está alejando cada vez más del lugar al que quiere llegar. Lo mismo ocurre con el pluralismo, si toma el camino equivocado, no lo va a llevar a Dios, sino que lo va a alejar de Él. Cuando Jesús declaró que Él es el camino en Juan 14:5-6, también nos enseñó que todos los demás caminos conducen a la destrucción eterna.
“Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por Su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.” — Tito 3:5 (RVR-1995)
Para concluir esta primera parte de este estudio, me gustaría mencionar que debido a que somos seres físicos y espirituales, tenemos la necesidad de reconciliarnos con Dios. Y como Satanás sabe que tenemos esta necesidad, ha hecho miles de otros caminos alternativos, que falsamente prometen conducirnos al SEÑOR, para confundir y evitar que las personas vayan al Padre a través de su fe en Cristo.
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.” — 1 Pedro 5:8 (RVR-1960)
En nuestro siguiente artículo continuaremos hablando de los peligros de las otras falsas doctrinas que desorientan a las personas, y las mantienen en el camino ancho que conduce al infierno.
¡Que Dios los bendiga!
