En el artículo anterior hablamos del sincretismo y de cómo las religiones inventadas por el hombre y guiadas por Satanás se enfocan en las cosas visibles y temporales, mientras que la iglesia creada por Dios se enfoca en las cosas que son invisibles y eternas. En este artículo veremos cómo ha contribuido el catolicismo en la proliferación de prácticas idólatras que involucran la veneración de seres creados, como santos, ángeles, la Virgen María, etc., en lugar de rendir culto únicamente al Creador, tal como lo requiere el cumplimiento del Primer Mandamiento y el Segundo Mandamiento.
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A continuación, veamos el mejor y más exitoso ejemplo del sincretismo de la Palabra de Dios con las religiones del hombre. Esta religión tuvo sus inicios en el imperio romano y tenía como objetivo dominar todo el mundo, por eso, su nombre es una combinación de las palabras griegas κατά – catá, que significa “sobre”, y ὅλος – ólos, que significa “todo”, “sobre-todo”. De donde tenemos καθολικός -catolicós, que significa “universal”. El catolicismo es el sincretismo de la Palabra de Dios con todas las religiones paganas que existían en el imperio romano, cuyo origen es Babilonia. Así este falso cristianismo fue aceptado por todos como la religión oficial del imperio.
“En su frente tenía un nombre escrito, un misterio: «BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA”. — Apocalipsis 17:5 (RVR-1995)

Hoy vemos los esfuerzos ecuménicos (οἰκουμένη – ikumení, “tierra habitada”) por parte de la iglesia católica para la unidad, no sólo de todas las denominaciones cristianas, sino también de otras religiones (interreligiosas), promovida por los papas como parte de su agenda de cobertura mundial sobre toda tierra habitada. Este esfuerzo de control religioso es la base para el dominio del anticristo y el falso profeta.
“Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo”. — Daniel 7:25 (RVR-1960)
La Idolatría en el Catolicismo

En el catolicismo, el Segundo Mandamiento referente a la idolatría es omitido en los catecismos, incluso hasta hoy en día, como lo vimos en nuestro artículo ¿Acaso fueron cambiados los 10 Mandamientos? Para los católicos, el Segundo Mandamiento es «no tomarás el santo nombre de Dios en vano». Este cambio fue orquestado desde los orígenes del catolicismo por obispos como Agustín, el obispo de Hipona (354 – 430 a.C.).
El sincretismo facilitó la adopción masiva de esta nueva religión en todo el imperio romano en tiempos del emperador Constantino, y fue impuesta como la religión oficial por Teodosio I. Por eso, no es de sorprenderse que hoy en día los católicos le recen a imágenes y a estatuas de santos, les prendan veladoras, quemen incienso, coloquen flores, vistan a las estatuas, les pongan coronas, y las unjan con aceite, aunque el Segundo Mandamiento prohíba claramente todos estos ritos porque son un gran pecado ante los ojos del SEÑOR y provocan Sus celos:
“Y me dijo: «Hijo de hombre, dirige ahora la mirada hacia el lado norte.» Yo dirigí la mirada hacia el norte, y allí en el norte pude ver, junto a la puerta del altar, y en la entrada misma, la imagen que despierta los celos de Dios”. — Ezequiel 8:5 (RVC)
“¡Dios celoso y vengador es el SEÑOR! Vengador es el SEÑOR y está indignado. El SEÑOR se venga de Sus adversarios y guarda Su enojo contra Sus enemigos”. — Nahúm 1:2 (RVA-2015)
La idolatría en el catolicismo está representada principalmente por: representaciones de Dios Padre, Jesús y el Espíritu Santo; de la Virgen, de santos y de ángeles.
«Representaciones» de Dios Padre, Jesús y el Espíritu Santo
El apóstol Pablo nos dice que el Creador se nos ha manifestado y cada persona sabe de la existencia del Todopoderoso, pero la naturaleza pecaminosa de la humanidad ha decidido hacer ídolos para representar a Dios (Romanos 1:18-32). Y por eso vemos «representaciones» de Dios por todas partes, aunque esté claramente prohibido por el Segundo Mandamiento.
En una carta que escribió Eusebio (el obispo de Cesárea) a Constantia, la hermana del emperador Constantino, entre los años 313-324 d.C. Vemos que Eusebio reprende a Constancia después de que ella le pidió a Eusebio una imagen de Cristo. Eusebio consternado ante semejante petición, le dijo que Cristo no debería ser representado en forma de imagen, dijo que “tales prácticas son ilegales para nosotros…” y le señaló el Segundo Mandamiento, el cual expresamente prohíbe esta práctica, y que debe ser observado estrictamente en todas las iglesias cristianas. Eusebio pensaba que las imágenes debían ser destruidas.

Pero esto no impidió que después de la muerte de Eusebio, las autoridades católicas finalmente adoptaran el “retrato de Jesús” como el mundo moderno lo conoce ahora: con rasgos europeos y hasta escandinavos, cabello lacio y largo hasta los hombros, lo cual es precisamente como antiguamente representaban a Zeus, a su equivalente romano Júpiter y a Serapis, una deidad egipcia. ¿Imagine lo que el Señor Jesús ha de sentir ante esto? Inclusive Dios Padre, es representado de la misma forma, sólo que con el cabello blanco. Y el Espíritu Santo como una paloma blanca, a partir de lo que vio Juan el Bautista durante el bautismo de Cristo (Mateo 3:16).
[Jesús dice] “El que tiene Mis mandamientos, y los obedece, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por Mi Padre, y Yo lo amaré, y me manifestaré a él”. — Juan 14:21 (RVC)
Sin embargo, si usted ha vuelto a nacer, el Espíritu Santo vive en usted, y no podemos verlo de forma visible ni como paloma ni como lenguas de fuego (Hechos 2:3), etc. Dejemos invisible lo que el SEÑOR no quiere que sea visto. Y recordemos que el ETERNO se manifiesta a quienes obedecemos Sus Mandamientos.
“Ahora bien, el que nos confirma con ustedes en Cristo y el que nos ungió, es Dios, quien también nos selló y nos dio el Espíritu en nuestro corazón como garantía”. — 2 Corintios 1:21-22 (NBLA)
[Jesús dice] “Porque nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse”. — Mateo 10:26b (NBLA)
Falsas Atribuciones a la Virgen María

En las enseñanzas de la Iglesia Católica se atribuyen características sobrenaturales a María como las de una diosa desde su nacimiento inmaculado, es decir, que la Virgen María «no heredó el pecado original», sin embargo esta doctrina no viene por ningún lado en la Biblia. Esta es una mentira humana, que fue promulgada por el papa Pío IX en 1854. Jesús es el único que nació sin pecado original al nacer de forma milagrosa de una virgen. Él es el único hombre que está libre de pecado alguno (1 Pedro 2:22; Hebreos 4:15).
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no puede compadecerse de nuestras debilidades, pues Él fue tentado en todo igual que nosotros pero sin pecado”. — Hebreos 4:15 (RVA 2015)
El catolicismo enseña que María es la “madre de Dios”. ¡Esto es una blasfemia! El ETERNO ha existido antes de que Él creara a María, así que ella no puede ser la madre del Creador. De hecho, nuestro Señor Jesucristo nunca la llama “madre”, sino “mujer” (Juan 2:4, 19:26). El SEÑOR escogió a María como el instrumento para que Jesucristo se encarnara en ella como parte del plan de salvación, y pudiera en la carne pagar por nuestros pecados, incluyendo los de María. Por eso, el ángel le dice que lo llame Jesús, o Yeshúa en hebreo, que significa “Salvación”.
“Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres… Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS”. — Lucas 1:28, 30-31 (RVR-1960)
Observe que en el culto a María, muchas de las características que se le atribuyen a María, en realidad sólo le corresponden a la naturaleza divina de Jesucristo. Por ejemplo, en las letanías a María se le atribuye ser: “Puerta del Cielo”, y sabemos que la única puerta al cielo es nuestro Señor Jesucristo, Él es el único camino para llegar al Padre (Juan 14:6).
“Entonces Jesús les habló de nuevo: “De cierto, de cierto les digo que Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí eran ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los oyeron. Yo soy la puerta. Si alguien entra por mí será salvo; entrará, saldrá y hallará pastos”. — Juan 10:7-9 (RVA2015)
“Jesús le dice: “YO SOY el camino, y la verdad, y la vida; nadie llega al Padre excepto a través de Mí”. — Juan 14:6 (LSP)
Observe que Jesús no mencionó a María por ningún lado, no dijo que ella fuera una puerta alterna, ni nada parecido. Por otro lado, los católicos en sus letanías también dicen que María es la “Estrella de la Mañana”, esto tampoco está en las Escrituras, la Biblia dice que Jesús es la Estrella de la Mañana (2 Pedro 1:19; Apocalipsis 22:16).
Otros títulos adjudicados a María y que no están en la Biblia porque en realidad sólo le pertenecen a Jesucristo son: “Reina de los Ángeles”, cuando solo, Jesús, el Señor, es el Rey de los Ejércitos Celestiales (1 Samuel 15:2; 2 Samuel 5:10; 2 Samuel 6:2; 2 Samuel 7:8; 2 Samuel 7:26; 1 Reyes 22:19; Salmos 24:10; Salmos 46:7, 11, etc.); “Reina de la Paz” cuando solo Jesús es el Príncipe de la Paz (Isaías 9:6; Juan 16:33; Salmos 29:11; Juan 14:27).
El título católico “Arca de la Alianza” para María también es incorrecto, porque únicamente la presencia del SEÑOR es la que estaba en el Arca de la Alianza, sobre la tapa de expiación (Levítico 16:13; Levítico 24:3; Números 7:89; Josué 3:11; 1 Samuel 4:3; 1 Samuel 4:4; 1 Crónicas 28:2; Apocalipsis 11:19). No encontramos en ninguna parte de las Escrituras que se mencione a María y al Arca de la Alianza en el mismo pasaje. María es mencionada poco en las Escrituras. De hecho, Jesús nos indica que las Escrituras apuntan hacia Él, toda la Biblia hace referencia a Él:
[Jesús dice] “Ustedes buscan en las Escrituras; porque piensan recibir por medio de ellas vida eterna. Sin embargo, ellas son las que dan testimonio acerca de Mí”. — Juan 5:39 (LSP)
Además, otra doctrina católica inventada en el año 451 en el Concilio de Calcedonia, es que María permaneció virgen perpetuamente toda su vida. Pero las Escrituras nos dicen que María tuvo al menos 7 hijos (5 niños y 2 o más niñas). María fue virgen sólo hasta que tuvo a Jesús, pero después ella tuvo otros hijos con José, su esposo. La iglesia católica se aprovecha de la ignorancia bíblica de la gente, y por eso quienes no están familiarizados con las Escrituras, se creen sus mentiras, y son descarriados por el mal camino de la idolatría.
“¿Acaso no es éste el carpintero, hijo de María y hermano de Jacobo, José, Judas y Simón? ¿Acaso no están sus hermanas aquí, entre nosotros?» Y les resultaba muy difícil entenderlo”. — Marcos 6:3 (RVC)
“Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS”. — Mateo 1:24-25 (RVR-1960)
Las Apariciones de la Virgen

Por otro lado, están las «apariciones de la Virgen», las cuales lejos de honrar a Dios, buscan que les construyan templos en su honor, observe todos los casos de apariciones y las instrucciones que les dan a las personas. A partir de estas apariciones, las personas caen en la trampa y construyen templos para este nuevo ídolo, también se le hacen peregrinaciones, se fabrican estatuas e imágenes de la aparición (ídolos), etc. Todas estas apariciones son engaños de demonios (1 Timoteo 4:1), quienes se disfrazan de ángeles de luz para arrastrar a las personas a la idolatría y para alejarlas del verdadero Dios (2 Corintios 11:14). Esto pasa porque a quienes se les aparecen, en su ignorancia, no prueban a los espíritus engañadores (1 Juan 4:1-3).
“Amados, no crean a todo espíritu, sino prueben los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto ustedes conocen el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios. Y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios, y este es el espíritu del anticristo, del cual ustedes han oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”. — 1 Juan 4:1-3 (NBLA)
La verdadera María estaría horrorizada de ver que suceden estas cosas en su nombre. Al contrario, la Biblia nos dice que María reconoció que ella misma necesitaba a un Salvador. Porque María no estaba libre de pecado, sabemos que ella y José fueron a ofrecer una ofrenda para su purificación en el Templo de Jerusalén (Lucas 2:24) puede ver La Cronología de la Navidad (Parte 2) para mayor información.
“Y María dijo: —Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador”. – Lucas 1:46-47 (RVA-2015)
La Reina de los Cielos

En 1950, el papa Pío XII proclamó que María había ascendido a los cielos al tercer día. Pero el único que en realidad ha ascendido al Cielo es Jesús (Juan 3:13; Hechos 2:34; Salmos 115:16). Además, en estas mentiras aprovecharon para atribuirle a María una naturaleza divina, e inventaron que fue coronada por el Padre Eterno como la “reina del cielo” para recibir culto y oraciones, y que está sentada a la derecha de su hijo ¿De dónde inventan tantas mentiras? Del diablo, el padre de la mentira (Juan 8:44).
“Y nadie ha ascendido al Cielo, excepto Aquel quien descendió del Cielo, el Hijo del Hombre, quien está en el Cielo”. — Juan 3:13 (LSP)
La iglesia católica siguió agregando más mentiras para elevar el estatus de María al de una diosa, en total oposición al Segundo Mandamiento. Se le dio el título de la “Reina del Cielo”, la misma antigua deidad pagana por la cual, el pueblo de Judá pecó contra el SEÑOR, y de la cual, el profeta Jeremías les advirtió al respecto en Jeremías 44. ¿Cuál cree que sea la opinión del ETERNO acerca de las personas que le rinden culto a María en la actualidad, a la supuesta Reina del Cielo? ¿Escuchará sus oraciones?
“Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré. ¿No ves lo que estos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira”. — Jeremías 7:16-18 (RVR-1960)

Esta forma de idolatría tiene sus orígenes en la antigua Babilonia, se trata del mismo espíritu que promovía el culto a la diosa babilónica, Semiramis, conocida con diferentes nombres según la región: Isis en Egipto, Rea en Grecia, Cibeles en Roma. Por eso, Babilonia es la madre de las prostitutas y de las abominaciones de la tierra (Apocalipsis 17:5), porque recuerde que el SEÑOR ve a la idolatría como prostitución espiritual.
Pero la Biblia es clara, nos dice que la adoración es sólo para Dios y Su único mediador es Jesús, Dios-Hijo, que se hizo hombre.
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, que es Jesucristo hombre”. — 1 Timoteo 2:5 (RVC)
En 1965, el Papa Pablo VI proclamó que María es la “Madre de la Iglesia”. Para usurpar a nuestro Señor Jesús quien es la “Cabeza de la Iglesia”, Él es quien la está construyendo (Efesios 5:23; Colosenses 1:18), y Él es la Piedra Angular (Mateo 16:18, 21:42; Salmos 118:22; Isaías 28:16; Marcos 12:10; Lucas 20:17; Hechos 4:11; Efesios 2:20; 1 Pedro 2:4-7).
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