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El Segundo Mandamiento: Cómo adorar a Dios (Parte 5)

En el artículo anterior hablamos acerca del sincretismo dentro del catolicismo y también de algunas de sus actuales prácticas idólatras que van en contra de las enseñanzas del Segundo Mandamiento. Ahora continuaremos con la parte del Mandamiento que menciona que el Señor es celoso y también hablaremos acerca de las diferencias entre pecado, transgresión e iniquidad, ya que el Señor menciona en este Mandamiento que Él castiga la iniquidad de los padres sobre sus hijos.

“Porque Yo, el Señor tu Dios, Soy Dios celoso”

Quizás se pregunte por qué el Señor declara ser celoso, quizás nos parezca extraño este adjetivo. Para entender mejor esto, veamos la relación de amor del Señor con Su pueblo elegido Israel. Antes de eso, permítame anticiparle que aunque los siguientes párrafos le parezcan extraños o inusuales, están basados en lo que nos dice la Biblia, y le pido que sea como los creyentes de Berea (Hechos 17:11) que revisaban las Escrituras por sí mismos para cerciorarse del mensaje bíblico que recibían. Pienso que es un mensaje del que no se hace mención en muchas congregaciones y quizás por eso no lo haya escuchado antes. Veamos a continuación a lo que me refiero, a la relación de amor del Señor con Su pueblo elegido:

«Hace tiempo el Señor le dijo a Israel: «Yo te he amado, pueblo mío, con un amor eterno. Con amor inagotable te acerqué a Mí.» — Jeremías 31:3 (NTV)

Monte SinaiCuando Dios rescató al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, Dios les estaba diciendo que Él no es como los dioses de los egipcios. Cuando Él los guió a través del Mar Rojo y los llevó a salvo al Monte Sinaí se reveló a ellos como el Dios que libera. A partir de ese momento solamente iban a ser Dios y los israelitas, no habría más de las tonterías de los dioses de Egipto. El único Dios es Yahveh, quien hizo un pacto con ellos, un tipo de contrato matrimonial: Él les dio Su ley y ellos contestaron que obedecerían todo lo que el Señor les dijo (Éxodo 19:8). En ese momento los israelitas consumaron el matrimonio y se convirtieron en la esposa del Señor, quien escribió los términos del pacto en dos tablas de piedra y se los dio a Moisés. Hoy los conocemos como los 10 Mandamientos.

Y todo el pueblo respondió a una voz: «Haremos todo lo que el Señor ha ordenado». Entonces Moisés llevó al Señor la respuesta del pueblo.” — Éxodo 19:8 (NTV)

El Señor nos habla en diferentes pasajes de las Escrituras acerca de esta relación de amor, en donde Él es el esposo y Su pueblo elegido es referido como Su esposa, lo podemos ver por ejemplo en Ezequiel 16.

“Yo volví a pasar junto a ti [Jerusalén], y te miré, y ya estabas en la edad de enamorarte. Entonces extendí Mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez, y te hice un juramento y establecí un pacto contigo, y fuiste mía. Palabra de Dios el Señor.» — Ezequiel 16:8 (RVC)

Becerro de oroSin embargo, Su pueblo le fue infiel al rendir culto a ídolos, fueron en contra del Segundo Mandamiento. Este terrible pecado causó los celos del Señor (Deuteronomio 32:21; Ezequiel 8:3, 5; Salmos 78:58). Dios habla acerca de estas ofensas del pueblo contra Él en Ezequiel 16, también en Jeremías (Jeremías 1:16, 2:5, 2:11, 2:20, 3:9, 3:13, etc.). El libro de Oseas también tiene esta temática, en donde el Señor incluso le pide al profeta Oseas que se case con una prostituta para ilustrar la clase de matrimonio que Israel mantenía con el Señor.

«Cuando el Señor le habló por primera vez a Israel por medio de Oseas, le dijo al profeta: «Ve y cásate con una prostituta, de modo que algunos de los hijos de ella sean concebidos en prostitución. Esto ilustrará cómo Israel se ha comportado como una prostituta, al volverse en contra del Señor y al rendir culto a otros dioses».” — Oseas 1:2 (NTV)

Oseas Gomer“Pero pensaste que eras dueña de tu fama y tu belleza. Entonces te entregaste como prostituta a todo hombre [ídolo] que pasaba. Tu belleza estaba a la disposición del que la pidiera. Usaste los hermosos regalos que te di para construir lugares de culto a ídolos, donde te prostituiste. ¡Qué increíble! ¿Cómo pudo ocurrir semejante cosa? Tomaste las joyas y los adornos de oro y plata que Yo te había dado y te hiciste estatuas de hombres y les rendiste culto. ¡Eso es adulterio contra Mí! Usaste las ropas con bordados hermosos que te di para vestir a tus ídolos. Después usaste Mi aceite especial y Mi incienso para rendirles culto. ¡Imagínate! Ofreciste ante ellos en sacrificio la harina selecta, el aceite de oliva y la miel que Yo te había dado, dice el Señor Soberano.»” Luego tomaste a tus hijos e hijas —los que diste a luz para Mí— y los sacrificaste a tus dioses. ¿No era suficiente con haberte prostituido? ¿También tenías que masacrar a Mis hijos ofreciéndolos en sacrificio a ídolos? — Ezequiel 16:15-21 (NTV)

En la sabiduría del Señor, Él nos dice que Él es celoso, para nuestro propio beneficio, porque sabe que el adorar ídolos sólo nos va a perjudicar. El Señor espera tanto de los israelitas como de nosotros un amor verdadero, y para que el amor a Dios sea un amor verdadero, debe ser dado libremente.

“De ninguna manera te inclinarás ante ningún otro dios, porque Yo, el Señor, Soy un Dios celoso. Mi Nombre es “Dios celoso”.” — Éxodo 34:14 (RVC)

[Dice el Señor] «Deja atrás tu rebelión y procura encontrar un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habrías de morir, oh pueblo de Israel?» — Ezequiel 18:31 (NTV)

La familia de DiosCada vez que elegimos libremente obedecer los mandatos de Dios, demostramos la realidad de que lo amamos (Juan 14:15) y damos honor a nuestro Señor, evitando que Él se ponga celoso por nuestras transgresiones. Dios va más allá con quienes lo obedecen y los llama Su “tesoro especial”, imagínese qué gran honor nos está dando el Señor.

Ahora bien, si me obedecen y cumplen Mi pacto, ustedes serán Mi tesoro especial entre todas las naciones de la tierra; porque toda la tierra me pertenece.” — Éxodo 19:5 (NTV)

¿Cómo debemos comportarnos como la novia de Dios? (Apocalipsis 21:2, 9) Como veremos más adelante, en el Tercer Mandamiento, el Señor nos pide que sigamos Sus Mandamientos porque somos Sus representantes aquí en la tierra, tenemos la gran encomienda (Marcos 16:15), y esto conlleva una gran responsabilidad, necesitamos mostrar Su carácter, honrar Su Nombre, y Su imagen (Génesis 1:27-28). Al llamarnos Sus seguidores (cristianos) tenemos un estándar más alto, dado que se nos ha confiado más (Lucas 12:48), porque los incrédulos van a ver cuidadosamente cada movimiento que hagamos y en base a eso emitirán juicios.

Sé un ejemplo para todos los creyentes en lo que dices, en la forma en que vives, en tu amor, tu fe y tu pureza.” — 1 Timoteo 4:12b (NTV)

“Pero si cuando hacen lo bueno sufren por ello y lo soportan con paciencia, esto halla gracia con Dios. Porque para este propósito han sido llamados, pues también Cristo sufrió por ustedes, dejándoles ejemplo para que sigan Sus pasos, el cual no cometió pecado, ni engaño alguno se hallo en Su boca.” — 1 Pedro 2:20b1-22 (NBLH)

«Si Mi pueblo, que lleva Mi Nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, Yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.» — 2 Crónicas 7:14 (NVI)

ImaginarLas Escrituras nos advierten que si le agregamos o le quitamos a Su Palabra (Deuteronomio 4:2; Proverbios 30:6; Apocalipsis 22:18) entonces estaríamos convirtiendo la imagen de Dios en un ídolo, en un producto de nuestra imaginación. El Señor nos pide que para amarlo lo sigamos en Sus términos, voluntariamente, y nos da la libertad de hacerlo o no. Sin embargo, si decidimos adorar al Señor, Él nos exige exclusividad porque como creyentes vueltos a nacer en el Señor, Él nos ofrece Su redención de la esclavitud de nuestros pecados a través del pago que hizo Jesucristo, nuestro Salvador, tal como los israelitas fueron liberados de la esclavitud.

Para ver desde otra perspectiva el término «celoso» en este versículo (Éxodo 20:5) veamos cómo es traducido en la Septuaginta, la traducción del Antiguo Testamento al griego, los rabinos sustituyeron la palabra “celoso”, que a simple vista tiene una mala connotación, y en su lugar utilizaron “ζηλωτης – zelotes” que significa fervoroso, entusiasmado, apasionado, devoto. Porque Dios en Su fervoroso amor hacia la humanidad nos advierte acerca de los peligros de la idolatría y del sincretismo porque sabe que este problema va a afectarnos de generación en generación. Dios busca apasionadamente que todo el mundo se salve y regrese a Él:

««¡Oh, Israel! —dice el Señor—, si quisieras, podrías volver a Mí. Podrías desechar tus ídolos detestables y no alejarte nunca más.» — Jeremías 4:1 (NTV)

«Solo reconoce tu culpa [iniquidad]; admite que te has rebelado contra el Señor tu Dios y que cometiste adulterio contra Él al rendir culto a ídolos debajo de todo árbol frondoso. Confiesa que rehusaste oír Mi voz. ¡Yo, el Señor, he hablado! — Jeremías 3:13 (NTV)

Pero lamentablemente aún con todas estas advertencias vemos cómo la naturaleza carnal se rebela ante el Señor inmediatamente después de la muerte de Moisés provocando los celos de Dios.

“Allí el Señor le dijo a Moisés: Tú vas ahora a dormir con tus padres. Pero este pueblo se rebelará y me será infiel con los dioses ajenos de la tierra a la cual van a entrar. Me abandonará y anulará el pacto que he concertado con ellos.” — Deuteronomio 31:16 (RVC)

“Hicieron enojar a Dios al construir santuarios a otros dioses; con sus ídolos lo pusieron celoso.” — Salmos 78:58 (NTV)

Y veremos que la desobediencia tiene su origen en los padres de familia, cuando no les enseñaron a sus hijos a adorar a su Creador correctamente (Mateo 23:34-36).

“¡Yo Soy el Señor; ese es Mi Nombre! No le daré Mi gloria a nadie más, ni compartiré Mi alabanza con ídolos tallados.” — Isaías 42:8 (NTV)

Pero el Señor previendo que los israelitas romperían Su pacto, nos explica a través del profeta Jeremías que Él va a escribir en nuestros corazones el mismo pacto que dio a los israelitas en las tablas de piedra.

Mi pacto que ellos rompieron, aunque fui un esposo para ellos,” declara el Señor. “Porque éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días,” declara el Señor. “Pondré Mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré. Entonces Yo seré su Dios y ellos serán Mi pueblo.” — Jeremías 31:32b-33 (NBLH)

“Castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos”

Moises 10 MandamientosCuando Moisés regresó con el Señor para que escribiera los Mandamientos en el segundo par de tablas de piedra. Vemos una descripción del carácter de Dios y dentro de Sus atributos se menciona Su misericordia y justicia de una forma muy parecida al Segundo Mandamiento, porque Él castiga y perdona no sólo la iniquidad, sino también el pecado y la transgresión.

“Entonces pasó el Señor por delante de él y proclamó: “El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad (fidelidad); que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable; que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación.” — Éxodo 34:6-7 (NBLH)

¿Cuál es la diferencia entre el pecado, la transgresión y la iniquidad?

Pecado

fallar tiro al blancoLa palabra “pecado” viene del hebreo חַטָּאָת – jataát, de la raíz hebrea חָטָא – jataá, que significa fallar al blanco, perder el rumbo, y se refiere a que cada vez que hacemos, pensamos o decimos algo que no alcanza el estándar o ley moral de Dios, estamos pecando ante Él con nuestras acciones.

Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.” — 1 Juan 3:4 (RVR1960)

“Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.” — Romanos 3:23 (NTV)

Transgresión

Adan pecaLa palabra “transgresión” viene del hebreo פֶּשַׁע – peshá, que también se traduce como rebelión. Los actos de transgresión son delitos que van más allá de ser pecados porque son cometidos de forma consciente, de forma deliberada, a sabiendas de que está mal hacerlo (Salmos 5:10; Amós 2:4, 2:6, 5:12; 1 Timoteo 2:14)

«Así ha dicho el Señor: Por tres pecados [transgresiones] de Judá, y por el cuarto, no revocaré su castigo. Por haber menospreciado Mi ley y por no cumplir con Mis ordenanzas; por haber seguido a falsos ídolos, tras los cuales se descarriaron sus padres» — Amós 2:4 (RVC)

«y el engañado no fue Adán, sino que la mujer, al ser engañada, incurrió en transgresión.» — 1 Timoteo 2:14 (RVC)

La transgresión es incumplir las leyes del Señor, aunque los transgresores en su mente traten de justificarse o racionalizarlo:

«El que roba a su padre o a su madre y dice: “No es transgresión”, es compañero del hombre destructor.» — Proverbios 28:24 (LBLA)

La transgresión sucede cuando las personas traspasan los límites establecidos por Dios en Su ley, es una rebelión en Su contra, con el objetivo de no hacer caso a las enseñanzas del Señor, de independizarse de Dios, es cuando las personas rechazan la autoridad de Dios, Su pacto, Su salvación y buscan alcanzarla por sí mismos. La transgresión demuestra incredulidad (1 Timoteo 1:13). Por eso las falsas religiones y la idolatría son ejemplos de transgresión (Isaías 57:4-5), al igual que las personas que atacan y persiguen a los creyentes (Salmos 5:10, 59:3) y son castigados por el Señor (Job 36:13).

La transgresión habla al impío dentro de su corazón; No hay temor de Dios delante de sus ojos.” — Salmos 36:1 (NBLH)

Pero los transgresores y los pecadores serán aplastados a una, Y los que abandonan al Señor perecerán.” — Isaías 1:28 (NBLH)

“Tenlos por culpables, oh Dios; ¡Que caigan por sus mismas intrigas! Échalos fuera por la multitud de sus transgresiones, Porque se rebelan contra Ti.” — Salmos 5:10 (NBLH)

Iniquidad

Sacrificio Bebe MolejPara entender el significado de iniquidad, עָוֹן – avón en hebreo, empecemos por ver su raíz, עָוָה – aváh, que significa doblar, torcer, distorsionar, desviarse del camino, hacer caminos chuecos (como en zigzag), pervertir. Encontramos ejemplos de esta palabra aváh en:

«Cercó mis caminos con piedra tajada, torció [aváh] mis senderos.» — Lamentaciones 3:9 (RVA)

«El mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé, y pervertí [aváh] lo recto, y no me ha aprovechado» — Job 33:27 (RVR1960)

Entendemos que la iniquidad es una falta más grave que el pecado o la transgresión, porque las personas no solamente infringen la ley moral de Dios (de forma consciente o inconsciente, Levítico 5:17), llevando a cabo comportamientos torcidos y corruptos, sino que lo ven normal, su consciencia ya no los incomoda, estas personas sienten que sus actos están justificados, racionalizan sus perversiones, y piensan que están haciendo lo correcto.

«Ahora bien, el Espíritu Santo nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe verdadera; seguirán espíritus engañosos y enseñanzas que provienen de demonios. Estas personas son hipócritas y mentirosas, y tienen muerta la conciencia.» — 1 Timoteo 4:1-2 (NTV)

«¡Qué aflicción para los que dicen que lo malo es bueno y lo bueno es malo, que la oscuridad es luz y la luz es oscuridad, que lo amargo es dulce y lo dulce es amargo! ¡Qué aflicción para los que se creen sabios en su propia opinión y se consideran muy inteligentes!» — Isaías 5:20-21 (NTV)

«En esos días, Israel no tenía rey; cada uno hacía lo que le parecía correcto según su propio criterio.» — Jueces 21:25 (NTV)

Desfile gaySegún el Theological Wordbook of the Old Testament (TWOT), la iniquidad individual se une a una colectiva. En este contexto, la iniquidad deja de ser exclusivamente de un individuo, y se une a la de una sociedad, que se vuelve partícipe en la misma iniquidad y corrupción, porque la conciencia comunitaria está torcida. Por ejemplo, si una persona homosexual se une a un desfile gay y ese grupo activamente busca que el resto de la sociedad acepte esta perversión, la iniquidad de la sociedad es tolerarlo, un pecado de omisión. Otro ejemplo, sucedió en Sodoma y Gomorra, eran pervertidos sexuales y además arrogantes, glotones y ociosos (Génesis 19:4-7), y pese a su abundancia económica no ayudaron al pobre porque su conciencia estaba corrupta, pecaron por omisión (Ezequiel 16:49). Cuando la iniquidad colectiva de la ciudad llegó a su plenitud (a un punto sin retorno) provocó el castigo divino y fue destruida totalmente.

«He aquí, esta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan y completa [abundancia de] ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado» — Ezequiel 16:49 (LBLA)

«Al amanecer de la mañana siguiente, los ángeles insistieron: —Apresúrate —le dijeron a Lot—. Toma a tu esposa y a tus dos hijas que están aquí. ¡Vete ahora mismo, o serás arrastrado en la destrucción [iniquidad] de la ciudad!»— Génesis 19:15 (NTV)

Cabe mencionar que en este grado de maldad las personas ya no intentan ocultar su pecado. Observe que antiguamente los homosexuales estaban como coloquialmente se dice «dentro del clóset», esto es, ocultaban su homosexualidad, incluso en los programas de TV o películas antiguas era un tema delicado que no se tocaba, pero ahora la cultura invita a que estas personas «salgan del clóset», y lo ven normal. Se ha llegado a un punto de iniquidad colectiva.

[Dice el Señor] «El aspecto mismo de su rostro los delata. Exhiben su pecado como la gente de Sodoma y ni siquiera tratan de esconderlo. ¡Están condenados! Han traído destrucción sobre ellos mismos.» — Isaías 3:9 (NTV)

«Por tanto, así dice el Señor Dios: “Por cuanto habéis hecho que vuestra iniquidad sea recordada poniendo al descubierto vuestras transgresiones, de modo que se manifiestan vuestros pecados en todas vuestras obras, por cuanto habéis sido recordados, seréis apresados por su mano.» — Ezequiel 21:24 (LBLA)

Enseñando IdolatriaEl Segundo Mandamiento hace referencia a la iniquidad de los padres, y cuando éstos son idólatras tampoco lo ocultan, tienen la conciencia distorsionada, incluso a nivel colectivo ya que probablemente pertenecen a una sociedad idólatra, que los lleva a ellos y a sus hijos a ver normal la idolatría, dado que ellos (y sus ancestros) se han desviado del camino de Dios. Sus hijos pensarán que al practicar la idolatría estarán haciendo lo correcto, después de todo esas son «sus raíces». Pero el Segundo Mandamiento nos indica que van a ser castigados por la justicia divina. Hoy en día no usamos la palabra iniquidad y cuando “avón” es traducido en nuestras Biblias ha sido reemplazado por otras palabras como: pecado (Reina-Valera, NTV), maldad (DHH), castigo (TLA), destrucción (NTV), etc.

Nos damos cuenta que vivimos en una sociedad llena de iniquidad justificada a través de las religiones, filosofías, educación, valores culturales y gobiernos, y quizás se pregunte el por qué aún no haya sido emitido algún castigo divino. Tengo dos posibles propuestas al respecto para su reflexión: (1) el Señor sí está enviando castigos divinos, vea las hambrunas, epidemias, explosiones volcánicas, terremotos, tornados, inundaciones, sequías y demás castigos que caen sobre diferentes regiones; (2) y esta es una teoría mía: las regiones que no han sido tocadas por estos castigos es porque son habitadas por creyentes, por verdaderos servidores del Señor. Al decir esto me baso en lo que el Señor ha hecho históricamente, y sabemos que Él no cambia. Sodoma no podía ser destruida hasta que Lot y su familia hubieran salido de ahí (Génesis 19:22). Recordemos la conversación de Abraham con el Señor en Génesis 18:23-33 que comienza con «¿Destruirás tanto al justo como al malvado?». En Ezequiel 22:30 encontramos que los servidores del Señor actúan como piedras vivientes (1 Pedro 2:5) y tapan los agujeros, las brechas de la muralla espiritual que protege una región:

Agujero en Pared[Dice el Señor] “Busqué a alguien que pudiera reconstruir la muralla de justicia que resguarda al país [a la tierra]. Busqué a alguien que se pusiera en la brecha de la muralla para que Yo no tuviera que destruirlos, pero no encontré a nadie.» — Ezequiel 22:30 (NTV)

Esta barrera espiritual que el Señor pone a nuestro alrededor para protegernos como vemos en Job 1:8-10, se agujera con la iniquidad de las personas. Al leer las Escrituras entiendo que esta barrera soporta cierta cantidad de grietas o agujeros, hasta que ya no resiste, entonces llega la destrucción a esa región.

“Por tanto, así dice el Santo de Israel: “Ya que han desechado esta palabra, y han confiado en la opresión y en el engaño, y se han apoyado en ellos, por eso esta iniquidad será para ustedes como muro agrietado a punto de caer, como abultamiento en una pared alta, cuya caída viene de repente, en un instante.” — Isaías 30:12-13 (NBLH)

«Después de cuatro generaciones, tus descendientes regresarán a este lugar, porque todavía no ha llegado al colmo la maldad [iniquidad] de los amorreos.» — Génesis 15:16 (DHH)

Elisha GehaziPara cada ofensa contra el Señor hay consecuencias, castigo y culpa. El castigo a consecuencia de la iniquidad nos afecta en diferentes niveles: de manera personal (Levítico 5:17; Levítico 17:15-16; Nahúm 1:3), también nos afecta a nivel familiar (Éxodo 20:4-5, 34:7; Levítico 26:39; Números 14:18; Deuteronomio 5:9-10; Salmo 51:5  ); a nivel de ciudad (Ezequiel 16:27, 36-43), también a nivel de nación (Ezequiel 15:8; Lamentaciones 5:7; Jeremías 25:12, ) e incluso afecta la naturaleza (Génesis 3:17; Jeremías 3:2; Romanos 8:20-22).

“Así que los que sobrevivan de vosotros se pudrirán a causa de su iniquidad en la tierra de vuestros enemigos; también a causa de las iniquidades de sus antepasados se pudrirán juntamente con ellos.» — Levítico 26:39 (LBLA)

«Porque esta tierra se ha corrompido, por tanto, he castigado su iniquidad sobre ella, y la tierra ha vomitado a sus moradores.» — Levítico 18:25 (NBLH)

En Ezequiel 28:12-18 vemos la máxima iniquidad que llevó a Lucifer a rebelarse en contra de su Creador. En Ezequiel 44:10-13, el Señor hace responsables (cargan con la iniquidad) a los levitas porque permitieron que el pueblo de Israel se alejara del Señor al rendir culto a ídolos. Encontramos otros ejemplos de avón (iniquidad) en: Génesis 4:13; Levítico 18:6-30; Ezequiel 44:12; Oseas 5:5; Job 31:11, 28; Salmos 106:6.

Por otro lado, a pesar de que la iniquidad sea la peor falta que cometemos ante Dios, Él nos muestra Su misericordia, al perdonar la iniquidad de las personas, por ejemplo, en el Festival de Yom Kippur (El día del Perdón) cuando toda la iniquidad de Israel era depositada en el chivo expiatorio:

«Y aquel macho cabrío [chivo expiatorio] llevará sobre sí todas las iniquidades [perversiones] de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.» — Levítico 16:22 (RVR1960)

Y la máxima muestra de la misericordia de Dios es cuando nos ofrece la salvación y el perdón de nuestros pecados a través del sacrificio en la cruz de Jesucristo, quien cargó con toda la iniquidad del mundo entero, para todo aquel que pone su fe en Él.

«Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero el Señor hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros.» — Isaías 53:6 (LBLA)

En el siguiente artículo hablaremos acerca de las consecuencias por desobediencia a este Segundo Mandamiento, las cuales tienen repercusiones hasta la tercera o cuarta generación de quienes son idólatras.

¡Que Dios los bendiga!


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