Al trabajar en los artículos acerca de las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM), me encontré el testimonio de una cristiana llamada Lady Hope de Northfield, Inglaterra, quien visitó a Charles Darwin (1809-1882) poco antes de su muerte.
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Charles Darwin es mejor conocido por su libro El Origen de las Especies (1859). Donde propuso el concepto de la “selección natural”, que a su vez sirvió como fundamento para la teoría de la evolución. La “Evolución” ha sido utilizada para atacar al cristianismo, porque si pudieran probar que la historia de la Creación en Génesis fuera falsa, entonces podrían destruir todo el sistema de creencias en el que está basado el cristianismo.
Este movimiento iniciado por Darwin ha provocado mucho ateísmo, y ha causado otros grandes daños. Porque inclusive algunas denominaciones cristianas han adoptado doctrinas de la evolución. Pero, ¿sabía usted que, tiempo antes de morir, Charles Darwin se arrepintió de sus teorías y aceptó a Jesucristo? ¿Qué opinaría la comunidad científica si se enteraran de esto? La misma comunidad que describe a Darwin como “una de las figuras más influyentes en la historia de la humanidad” y quien tuvo el honor de ser enterrado en la Abadía de Westminster, cerca de Issac Newton.
Darwin en su Lecho de muerte
Gracias al sorprendente y grato relato de Lady Hope, supe que Charles Darwin, al final de su vida se arrepintió, leía la Biblia y dio testimonio de ser creyente en Jesucristo. Le presento a continuación una cita textual de este relato, tomado del libro “Voices from the Edge of Eternity” (Voces desde el Borde de la Eternidad) de John Myers (1971), págs. 247-248:
“Puede que a muchos estudiosos de la evolución les sorprenda saber que en los últimos días de su vida, Charles Darwin volvió a su fe en la Biblia. El siguiente relato lo cuenta Lady Hope de Northfield, Inglaterra, una maravillosa mujer cristiana quien estuvo a menudo a su lado antes de morir:
Era una de esas gloriosas tardes de otoño que a veces disfrutamos en Inglaterra cuando me pidieron que entrara y me sentara con Charles Darwin… Él estaba sentado en la cama, apoyado sobre almohadas, contemplando una extensa escena de bosque y campos de maíz que brillaban a la luz de una maravillosa puesta del sol.
Sus rasgos se iluminaron con deleite cuando entré en la habitación. Hizo un gesto con la mano hacia la ventana mientras señalaba la hermosa puesta de sol que se veía más allá. En la otra mano sostenía una Biblia abierta, que siempre estaba estudiando.
—¿Qué estás leyendo ahora?, le pregunté.
“Hebreos”, respondió. “Lo llamo el Libro Real”. Luego, mientras colocaba sus dedos sobre ciertos pasajes, comentaba sobre ellos. Hice cierta alusión a las fuertes opiniones expresadas por muchos sobre la historia de la Creación, y luego a cómo trataban a los primeros capítulos del libro de Génesis. Parecía angustiado, sus dedos se movían nerviosamente y una expresión de agonía apareció en su rostro mientras dijo: «Yo era un hombre joven con ideas sin formar. Yo lanzaba preguntas, sugerencias, todo el tiempo me preguntaba acerca de todo. Para mi asombro, las ideas prendieron como el fuego. La gente hizo de ellas una religión».
Entonces hizo una pausa y, después de algunas frases más sobre la santidad de Dios y de “la grandeza de este Libro”, mirando con cariño a la Biblia, la cual tenía en la mano todo el tiempo, dijo: “Tengo una casa de verano en el jardín, tiene una capacidad como para unas 30 personas. Está allá (señalando a través de la ventana abierta). Quisiera mucho que hablaras aquí. Sé que lees la Biblia en los pueblos. Mañana por la tarde, me gustaría que los sirvientes del lugar, algunos inquilinos y unos cuantos vecinos se reunieran ahí. ¿Hablarás con ellos?”
“¿De qué debo hablar?”, pregunté.
“De Cristo Jesús”, respondió con voz clara y enfática, y añadió en un tono más bajo: “y de Su salvación. ¿No es ese el mejor tema? Luego quiero que cantes algunos himnos con ellos. Tú diriges con tu pequeño instrumento, ¿no es así?”
Nunca olvidaré su rostro resplandeciente mientras decía esto, porque añadió: “Si haces la reunión a las 3 en punto, esta ventana estará abierta, y sabrás que me estoy uniendo con el canto”.
Con esto termina el relato de Lady Hope sobre su encuentro con Darwin. ¿Acaso usted alguna vez lo había escuchado? Podemos ver que el enemigo ha mantenido casi en completo secreto esta historia. ¿Qué dirían todos los evolucionistas al enterarse que Charles Darwin recapacitó y creyó el relato bíblico del Génesis, así como todo el resto de las Escrituras? ¿Observó que Darwin no soltaba su Biblia, que se la pasaba estudiándola y que deseaba organizar reuniones para que otras personas escucharan el Evangelio y alabaran al SEÑOR? ¿Se imagina a Darwin cantando himnos de alabanza a Cristo?
Eso es exactamente lo que se nos reporta en este testimonio. Me dio mucho gusto leer esta narración, espero que usted también la haya disfrutado y que se las comparta a sus conocidos, es muy importante para que las personas se desengañen y dejen de prestar atención a las mentiras de la evolución.
Una respuesta ante la Teoría de la Evolución
Lamentablemente, las personas más vulnerables a las mentiras de la “Evolución” son los niños, a quienes se les enseñan estas mentiras en la escuela primaria, cuando no tienen la capacidad de darse cuenta del engaño y crecen confundidos con esta mentira como parte de sus vidas. A continuación, le presento el testimonio de un profesor de leyes, el Dr. Major Coleman, quien desmiente los 4 postulados de la teoría de la “Evolución” al decirnos que ninguno ha sido observado científicamente. Espero que esto le sirva para cuando algún evolucionista o algún otro incrédulo, cuestione sus creencias cristianas, para que así usted tenga argumentos para responderle (1 Pedro 3:15; Colosenses 4:6):
“Más bien, santifiquen en su corazón a Cristo como Señor y estén siempre listos para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes, pero háganlo con mansedumbre y reverencia.” — 1 Pedro 3:15 (RVA 2015)
“Que su conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepan cómo deben responder a cada persona.” — Colosenses 4:6 (NBLA)
- El primer postulado de la “Evolución”, es que la vida proviene de algo que no está vivo. No existe ningún ejemplo ni evidencia de que algo inanimado o muerto pueda producir vida.
- El segundo postulado, es que todas las formas de vida que tenemos hoy en día provienen de seres unicelulares (organismos de una sola célula). Existen bacterias de una sola célula, pero no existen organismos de dos, tres, cuatro células, ni siquiera 5 células. Ya que, solo vemos organismos unicelulares y organismos complejos. Además, no hay ninguna evidencia de que los organismos complejos provengan de organismos unicelulares.
- El tercer postulado, es que la “Evolución” se produce gracias al tiempo y a la casualidad. Sin embargo, en realidad sucede lo contrario: el tiempo trabaja en contra de la evolución, porque la probabilidad de que se forme una proteína simple con 100 aminoácidos por accidente es 1:10141 (la ciencia considera algo como imposible cuando existe una probabilidad mayor a 1:1050) y la probabilidad empeora entre más tiempo pase, porque los aminoácidos se descomponen si no se conjuntan a tiempo. Por lo que, si es imposible que se forme una proteína, la probabilidad de crear vida por casualidad, requiere más de millones, billones, o trillones de años. Solamente este ejemplo hace que la teoría de la “Evolución” sea imposible desde el punto de vista científico.
- El cuarto postulado, es que la evidencia de los mayores procesos evolutivos está basada en pequeñas variaciones genéticas dentro de las especies. Es decir, porque hay gatos de diferentes colores y perros de diferentes razas, eso “prueba” que un pez se puede convertir en una vaca. Pero de acuerdo a las leyes de Mendel, se probó que todos los genes que existe en un organismo, se pueden reorganizar, pero no hay evidencia de que nuevos genes que se hayan creado dentro de un ser, para lograr cambios entre diferentes tipos de animales.
Postulados de la Creación
El Dr. Coleman nos da 4 postulados descritos en la Creación de Génesis los cuales sí podemos probar y observar fácilmente:
- Donde hay un diseño debe haber un Diseñador. Podemos ver código en el ADN, los códigos son evidencia de inteligencia, nuestro Creador diseñó a cada ser viviente. No hay ningún ejemplo que diseños producidos por accidente.
- La tierra solo tiene miles de años de haber sido creada, no millones o miles de millones de años como nos quieren hacer creer.
- Los seres vivientes que vemos hoy en día, forman parte de los “tipos” de animales que originalmente fueron creados con variaciones genéticas en cada especie.
- La tierra experimentó el Diluvio alrededor del 2500 a. C. En todas partes del mundo, hay piedra caliza, que es una roca sedimentaria que se precipita del agua. Lo que prueba que toda la tierra estuvo sumergida en el agua. Además, cada cadena montañosa en el mundo tiene restos de vida marina en las cimas de las montañas, incluyendo el Everest, porque las montañas se elevaron de las aguas.
Espero que esta historia de los últimos días de Darwin les haya dejado algo nuevo para que su fe crezca y los haya sorprendido tanto como a mí.
¡Que Dios los bendiga!