¿Qué permite a un verdadero cristiano seguir el modelo de la ley de Dios?
“Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.” – Hebreos 8:10b (NTV)
“Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.” – Filipenses 4:13 (NTV)
Dios espera de nosotros que le demos gracias, enaltecerlo, alabarlo; también espera nuestras oraciones como parte de nuestra relación con Él. Además espera nuestro impacto en este mundo, nosotros somos uno de los medios que tiene para llegar a quienes nos rodean. Por esta razón, Jesús (Yeshua en Hebreo), en el sermón del monte nos ordena que causemos el impacto en el mundo para la Gloria de Dios en Mateo 5:13 – “Ustedes son la sal de la tierra”. No dice que seamos la sal en el salero, Él quiere que seamos sus representantes en la tierra, quienes le demos sabor a la vida, como la sal le da sabor a la comida. En el versículo 14 nos dice: “Ustedes son la luz del mundo”, otra vez, no la luz en el foco. El mundo se está volviendo un lugar cada vez más oscuro, por lo que Yeshua nos pide que iluminemos al mundo entero con nuestras acciones para la Gloria del Padre.
“De la misma manera, que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos”. – Mateo 5:16 (RVC)
Como Cristianos tenemos que dar frutos, tenemos que mostrar al mundo nuestras buenas obras como la sal y la luz del mundo, ya que Yeshua vino con otro estándar, y a Él es a quien queremos imitar. Con nuestra luz queda en evidencia la oscuridad de los no creyentes. Esto tal vez no nos va a hacer los más populares, pero va a causar el impacto necesario que nuestro Señor está buscando. Si por ejemplo usted es un profesor cristiano, ahora no solo es un profesor, sino que también es un representante de Dios en la escuela, así que la escuela conocerá como es Dios a través de usted.
Para poder dar frutos y ser la luz del mundo, Dios nos pide vivir por el poder del Espíritu Santo y no por los deseos de nuestra carne o naturaleza pecaminosa (Gálatas 5:16).
“Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.” – Gálatas 5:16 (NTV)
Dejemos que el Espíritu Santo haga Su trabajo en nosotros y que Él nos ayude a tener bajo control a nuestra naturaleza pecaminosa, para que por la gracia de Dios seamos mejores Cristianos.
“La ley de Moisés no podía salvarnos, porque nuestra naturaleza pecaminosa es débil. Así que Dios hizo lo que la ley no podía hacer. Él envió a su propio Hijo en un cuerpo como el que nosotros los pecadores tenemos; y en ese cuerpo, mediante la entrega de su Hijo como sacrificio por nuestros pecados, Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros. Lo hizo para que se cumpliera totalmente la exigencia justa de la ley a favor de nosotros, que ya no seguimos a nuestra naturaleza pecaminosa sino que seguimos al Espíritu.” – Romanos 8:3-4 (NTV)
Como hemos visto el Espíritu de Dios es quien nos guía en el camino hacia Dios, y hay señales de cambio cuando «volvemos a nacer» en el cuerpo de Jesús. Aquí se listan algunos ejemplos que puede ver en su vida:
- A medida que usted recibe a Cristo en su corazón, Él destruye la naturaleza pecaminosa y de hecho lo cambia en una nueva creación espiritual.
- La antigua vida de pecado se convierte ahora en repulsiva e indeseable. Algo a lo que definitivamente no se desea regresar.
- Con alegría comienza a experimentar, por primera vez, la gloriosa libertad, libre de culpa.
- Comienza a darse cuenta de lo vacía que era su vida anterior, sin Cristo.
- Conociendo la verdad, le ayuda a ver la gloria de Dios en todas partes y así puede glorificar a Dios y gozar de Él para siempre.
- Muchos sienten que la vida cristiana no será muy feliz debido a las restricciones y la abnegación. Sin embargo, sucede todo lo contrario: Cuando se acepta el amor de Jesús, una maravillosa sensación brota desde dentro, una increíble paz y alegría impregnarán su vida. No hay comparación con la antigua vida de egoísmo, engaño, y fracaso. Todo eso es como un mal sueño, el doloroso pasado se desvanece, y ahora se experimenta una vida «en abundancia», tal como Dios originalmente lo diseñó para nosotros.
- Cuando Jesús entra en su vida, Su poder milagroso transforma la obediencia, pasa de ser una carga a ser una alegría suprema.
- Aquí es donde se revela el milagro más grande de la vida cristiana: ¡No es necesario esforzarse para ser una persona buena!
- La obediencia es la respuesta natural del amor en su vida. Para complacer a un ser querido no se ve como una carga, sino como un placer.
«Me complazco en hacer tu voluntad, Dios mío; Y tu ley está en mi corazón.» – Salmos 40: 8.
Debido a que amamos a Dios tan profundamente por cambiar nuestras vidas, vamos más allá de los requerimientos de los Diez Mandamientos. Todos los días buscamos la Biblia para encontrar Su voluntad, tratando de encontrar más formas de expresar nuestro amor a Él.
“Amar a Dios significa obedecer sus mandamientos, y sus mandamientos no son una carga difícil de llevar.” – 1 Juan 5:3 (NTV)
«Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana».» – Mateo 11:28-30 (NTV)
“Los que aceptan mis mandamientos y los obedecen son los que me aman. Y, porque me aman a mí, mi Padre los amará a ellos. Y yo los amaré y me daré a conocer a cada uno de ellos.” – Juan 14:21 (NTV)
Los verdaderos cristianos no son perfectos, pero se encuentran en un camino hacia la perfección – un viaje que nunca puede ser totalmente completado en esta vida. El proceso puede ser obstaculizado si la persona no está dispuesta a seguir la dirección de Dios, del Espíritu Santo, en su vida.
Básicamente, lo invito a que busque en su vida un crecimiento espiritual. El crecimiento espiritual no es más que un compromiso de vivir para la gloria de Dios. Y al vivir para la gloria de Dios, permite al Espíritu de Dios, activar el proceso de madurez espiritual, y usted se vuelve más y más como Jesucristo. Se pasa de la infancia a la madurez espiritual, crece en la gracia, al crecer en Cristo, como se menciona en la Biblia. Y esto se explicará con mayor detalle en las siguientes partes de este tema.
¿Qué debo hacer para obtener este regalo de la salvación?
Solicitar, creer, aceptar y agradecer la gracia de Dios, a través de nuestro Señor Jesucristo. Cristo no sólo perdona a los pecadores arrepentidos, sino que restaura en ellos la imagen de Dios. El Señor nos da la garantía de que todos los que piden la salvación en la fe la recibirán.
“Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; ni es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie”. – Efesios 2:8-9 (RVC)
La única cosa que puedo hacer es aceptarlo como un regalo puro. Mis obras de obediencia no me van a ayudar en la experiencia de la justificación. El peor pecador será perdonado de la misma forma que la persona más buena, Dios nos ama a todos por igual. Por lo que el pasado no cuenta.
“pero son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que proveyó Cristo Jesús”. – Romanos 3:24 (RVC)
Para cerrar la segunda parte de lo que es ser un verdadero Cristiano, me gustaría mencionar que su eficacia como un seguidor de Jesús está estrechamente vinculada con la relación que tengamos con Su Palabra. Recuerde que en una comunicación hay dos vías, tenemos la Palabra de Dios y Su providencia en un sentido, y nuestras oraciones y alabanzas a Dios en el otro. Es necesario leer Su Palabra cada día de nuestras vidas para fortalecer nuestra relación con el Señor y esto a su vez nos dará una confianza genuina de que Él escuchará nuestras oraciones, dándonos un especial alivio en los tiempos difíciles.
Y en realidad, nunca detiene el proceso de madurez espiritual. Dios nos llama a crecer. Estamos creciendo a través de la Palabra. La idea es que la Palabra de Dios, la Escritura, está dada para hacernos madurar. La Palabra de Dios nos es dada como el instrumento de madurez progresiva 2 Timoteo 3:16.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto.” – 2 Timoteo 3:16 (NTV)
En la siguiente parte nos enfocaremos en como crecer como Cristiano.
Ir a: ¿Qué es realmente ser un Cristiano? (Parte 1)
Continuar leyendo: ¿Qué es realmente ser un Cristiano? (Parte 3)