En el artículo anterior vimos como el ministerio del Espíritu Santo se manifiesta a través de los 7 Espíritus del Señor. Ahora veremos cómo el Espíritu Santo se manifiesta como el Espíritu de Sabiduría. También, lo invitamos a que lea nuestro artículo ¿Cómo puedo identificar al Espíritu Santo en la Creación?, en donde vimos que la Sabiduría es el Arquitecto que estaba junto a Jesucristo durante la Creación (Proverbios 8:27-30). Seguir leyendo Los 7 Espíritus del Señor: Sabiduría (Parte 1)
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¿Qué son los 7 Espíritus del Señor?
En el artículo anterior hablamos acerca de la labor del Espíritu Santo en la Creación, y presentamos una introducción acerca del Espíritu de Dios y que son Sus 7 Espíritus. En este artículo primero hablaremos un poco más acerca de la Persona del Espíritu Santo y de Su ministerio, cómo es que el Espíritu Santo produce una transformación en nuestras vidas, y posteriormente veremos ejemplos en las Escrituras que nos hablan acerca de los 7 Espíritus del Señor. Seguir leyendo ¿Qué son los 7 Espíritus del Señor?
La Ira de Dios — ¿Existe? (Segunda Parte)
Arrepentimiento
En la relación entre Dios y los suyos, la cuestión del arrepentimiento y de la confesión es esencial.
«Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados.» — Hechos 3:19 (NTV) Seguir leyendo La Ira de Dios — ¿Existe? (Segunda Parte)
¿Por qué necesitamos a un Salvador?
La naturaleza pecaminosa de la Humanidad
Después de que Dios colocó a Adán en el Jardín del Edén, le advirtió “«Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás».” (Génesis 2: 16-17). Dios le dio a Adán sólo una simple prohibición, sin embargo, la consecuencia de la desobediencia de dicha prohibición era grave. Y como sabemos Adán y Eva pecaron, causando lo que se conoce como la caída del hombre. Desde ese momento toda la humanidad ha heredado la naturaleza pecaminosa; una tendencia a rebelarnos en contra Dios (el pecado original). Esto lo puede ver porque no sólo Adán pecó; al examinar nuestras acciones a lo largo de nuestras vidas, se dará cuenta que independientemente del pecado original, cada uno de nosotros en diferentes ocasiones hemos caído en la tentación y cometido pecado por voluntad propia. Sin excepción, todos somos pecadores.