Espiritus de Dios 700

Los 7 Espíritus del Señor: Conocimiento ¿Qué hacer con el Conocimiento? (Parte 4)


En el artículo anterior vimos que es gracias al Espíritu de Conocimiento que desarrollamos la necesidad de no tan solo seguir, sino de perseguir y aferrarnos al SEÑOR. También vimos dos formas en las que el Espíritu de Conocimiento nos revela información que procede de Dios: el Urím y Tumím, y mediante el Espíritu de Profecía. Ahora veremos qué debemos hacer con el conocimiento que nos revela el Espíritu de Conocimiento, y continuaremos hablando de otras formas de recibir Conocimiento, como lo son mediante nuestros sentidos y mediante la disciplina.

¿Qué hacer con el Conocimiento Recibido?

Jeremias profetizandoCuando el Espíritu de Conocimiento nos hace revelaciones acerca de la voluntad del SEÑOR, debemos transmitir esta información a otras personas, y no debemos de permanecer callados. El caso más claro de esto es el del profeta Jeremías, porque cuando Jeremías trataba de advertirle al pueblo acerca de la destrucción venidera, diciéndoles la profecía del SEÑOR, la gente no le hacía caso, se burlaban de él, y en ocasiones hasta buscaban hacerle daño, porque era un mensaje que a la gente no les gustaba escuchar, algo que les sonaba muy negativo, porque les decía sus verdades y las consecuencias de sus pecados. Y por lo mismo, a Jeremías le pesaba todo eso, por lo que optó por empezar a guardarse el conocimiento que recibía, no promulgaba la Palabra del SEÑOR, y dejó de hablar en Nombre del SEÑOR, para evitar el rechazo y las dificultades con las personas. Sin embargo, esto le resultó contraproducente (así como al profeta Jonás cuando no quiso obedecer a Dios), ya que sentía que la Palabra de Dios le quemaba en sus huesos y no podía contenerla, tenía que sacar todo lo que el Espíritu de Conocimiento le revelaba para sentir alivio.

[Jeremías dice] «Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la Palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio todo el día. Y si digo: No haré más mención de Él, ni hablaré más en Su nombre; entonces hay en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; me fatigo en tratar de contenerlo, pero no puedo.» — Jeremías 20:8-9 (RVR 1977)

Algo similar le sucedió a Eliú, el joven quien se presentó entre los amigos de Job, luego de estar escuchando a Job justificarse a sí mismo (Job 32:2), y que los amigos de Job parecían no tener respuestas, y ya no sabían qué más decir, entonces Eliú confesó que sentía su cuerpo como cuero con vino (nuevo) que necesitaba respiradero, a punto de reventar, necesitaba sacar las palabras, ese conocimiento, para sentir alivio.

[Dice Eliú] «Porque estoy lleno de palabras; dentro de mí el espíritu me constriñe [apremia]. Mi vientre es como vino sin respiradero, está a punto de reventar como odres [cueros para vino] nuevos. Déjenme hablar para que encuentre alivio, déjenme abrir los labios y responder.» — Job 32:18-20 (NBLA)

cueros para vino wineskinsLos odres, o cueros para vinos, era lo que se usaba en la antigüedad, antes de que se usaran las botellas de vino que conocemos en la actualidad; y si recordamos la Parábola que mencionó Jesús acerca de estos cueros de vino, indicó que el «vino nuevo» necesitaba cueros nuevos para que ambos fueran preservados.

[Jesús dice] «Nadie pone vino nuevo en cueros viejos; pues el vino nuevo reventaría los cueros, el vino se derramaría, y los cueros quedarían arruinados.» — Lucas 5:37 (NTV)

Entendemos que el vino nuevo se refiere a recibir Su Palabra, recibirlo a Él, a Su Espíritu, y por lo mismo necesitamos volver a nacer para recibirlo, convirtiéndonos en «nuevos cueros» espirituales que puedan contener Su Palabra. En Hechos 2:13, obtenemos una pista de que al recibir el Espíritu Santo, las personas parecían haber recibido «vino nuevo».

«Pero otros, burlándose, decían: —Están llenos de vino nuevo.» — Hechos 2:13 (RVA 2015)

Cristo es quien nos da Su Espíritu y también ropa nueva y limpia como al Sumo Sacerdote Josué (Zacarías 3:1-5) al momento de la salvación, así recibimos el atuendo de gala necesario para entrar a la Boda del Novio, el Novio es Jesús (Juan 3:29; Mateo 9:15, 22:1-14, 25:1-10; Marcos 2:19-20)

«En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me ha revestido con vestiduras de salvación, me ha rodeado de manto de justicia, como un novio se pone una diadema y como una novia se adereza [adorna] con sus joyas.» — Isaías 61:10 (RVR 1977)

Boda sin traje de galaQuienes no tengan a Su Espíritu, quienes no tengan estas ropas de gala, vestiduras de salvación, serán expulsados del Banquete de Bodas (Mateo 22:11-14) y arrojados a la oscuridad o tinieblas de afuera.

[Jesús dice] “Pero cuando el rey entró a ver a los invitados, vio allí a uno que no estaba vestido con traje de boda, y le dijo: “Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?”. Pero el hombre se quedó callado. El rey entonces dijo a los sirvientes: “Atenle las manos y los pies, y échenlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes”. Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos».» — Mateo 22:11-14 (NBLA)

Así como los profetas reciben conocimiento del Espíritu de Conocimiento y no deben mantenerlo en secreto para ellos mismos, así también nosotros, al recibir las vestiduras de salvación del SEÑOR, y recibir a Su Espíritu, recibimos el conocimiento del Evangelio, y nos asemejamos a velas encendidas (Mateo 5:14-16) que tienen la capacidad de ir a prender otras velas, al buscar evangelizar a las ovejas que aún están perdidas y que viven en la oscuridad. Posiblemente este es uno de los puntos a los que se refiere la Parábola de los Talentos, en donde el servidor perezoso enterró el talento que recibió, y no compartió el conocimiento de la salvación con los incrédulos, mientras que los otros dos sirvientes fueron fructíferos para el reino del Cielo, e hicieron muchas cosas con los cinco y dos talentos que recibieron respectivamente (Mateo 25:14-30).

Otras formas de recibir Conocimiento

En las secciones anteriores vimos formas de recibir Conocimiento por medio de la Providencia de Dios, y en realidad todo lo bueno que recibimos proviene de Él, y no hay nada que podamos hacer sin Él, bajo este antecedente veamos las siguientes formas:

7. Adquirir Conocimiento Mediante Nuestros Sentidos

De acuerdo al diccionario de la Lengua Española, el adquirir conocimiento a través de los sentidos es: El proceso fisiológico de recepción y reconocimiento de sensaciones y estímulos que se produce a través de la vista, el olfato, el oído, el gusto o el tacto. Pero esta definición solo nos habla de la parte física de nuestro cuerpo, olvidando nuestra parte espiritual formada por nuestra alma y espíritu, a través de los cuales también podemos adquirir conocimiento gracias al Espíritu de Conocimiento, quien nos permite conocer, saber, percibir o darnos cuenta de cosas, mediante nuestros sentidos como: La vista (Génesis 21:19; Éxodo 2:4); el oído (Isaías 40:21, 28); el tacto (Génesis 27:22, 19:33; Jueces 16:26, 29); y espiritualmente el alma que interactúa con la mente (Deuteronomio 8:5; Jueces 13:21; Mateo 17:12-13).

«El ángel del Señor no se volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa supo que era el ángel del Señor.» — Jueces 13:21 (NBLA)

«La hermana del bebé se mantuvo a cierta distancia para ver qué le pasaría al niño.» — Éxodo 2:4 (NTV)

Por eso es que, el Espíritu de Conocimiento puede darnos la información necesaria de forma instantánea mediante nuestros sentidos, como lo vemos en el caso de Moisés, quien no debía preocuparse de qué decirle al Faraón, ya que Dios le enseñaría qué decir.

«Entonces Moisés dijo al Señor: «Por favor, Señor, nunca he sido hombre elocuente. Ni ayer ni en tiempos pasados, ni aun después de que has hablado a Tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua». Y el Señor le dijo: «¿Quién ha hecho la boca del hombre? ¿O quién hace al hombre mudo o sordo, con vista o ciego? ¿No soy Yo, el Señor? Ahora pues, ve, y Yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que has de hablar».» — Éxodo 4:10-12 (NBLA)

Nuestro Señor Jesucristo nos advierte y nos conforta en el caso de que seamos llevados ante las autoridades por predicar el Evangelio, porque así como Moisés, nosotros también vamos a recibir el conocimiento de qué decir, dado que el Espíritu de Conocimiento habita en nosotros y pondrá las palabras adecuadas en nuestra boca (Mateo 10:19-20; Marcos 13:11).

[Jesús dice] “Cuando los lleven a las sinagogas y a los magistrados y autoridades, no estén preocupados de cómo o qué responderán, o qué habrán de decir. Porque el Espíritu Santo les enseñará en aquella hora lo que se debe decir”. — Lucas 12:11-12 (RVA-2015)

Moises agua desiertoEl SEÑOR puede ocupar una combinación de sentidos para comunicarse con nosotros, como lo hizo con Moisés al darle Su mensaje a través de la vista y del espíritu. Después de que los israelitas experimentaron el gran poder de Dios cuando cruzaron milagrosamente el Mar Rojo en camino a la Tierra Prometida, el SEÑOR los puso a prueba en el desierto de Mara donde las aguas eran amargas y no las podían beber. Y al encontrarse sedientos los israelitas, murmuraron en contra de Moisés y no pasaron la prueba del SEÑOR (Éxodo 15:24). Pero, el Todopoderoso en Su misericordia escuchó a Moisés cuando le pidió ayuda (Éxodo 15:25) y el Espíritu de Conocimiento primero, le mostró un árbol, haciéndole ver a Moisés algo que no había visto; y segundo, le hizo saber cómo utilizarlo, de forma que pudiera curar las aguas amargas, para que la gente pudiera beber y saciar su sed, Moisés obtuvo este conocimiento de forma instantánea.

«Entonces Moisés clamó al Señor, y el Señor le mostró un árbol. Él lo echó en las aguas, y las aguas se volvieron dulces. Y Dios les dio allí un estatuto y una ordenanza, y allí los puso a prueba.» — Éxodo 15:25 (NBLA)

NetserPor cierto, la palabra árbol viene del hebreo es עֵץ – ets, puede traducirse como árbol, madera, rama, vara, por lo que no sabemos si Moisés echó todo el árbol a las aguas amargas, o solo una rama. Y me gustaría mencionar lo que este pasaje simboliza, porque si nos referimos a un árbol esto es una clara referencia a Jesús (Lucas 23:31); o si se refiere a una rama, también apunta a uno de los títulos de Cristo quien es La Rama o El Retoño (Isaías 4:2, 11:1; Jeremías 23:5, 33:15; Zacarías 3:8, 6:12-13). Es Jesús quien nos cura y restablece, así como lo hizo con las aguas de Mara. Pero esto no es incondicional, ya que nos dice que sigamos Sus mandamientos y Sus estatutos, y de esta forma, además no recibiremos ninguna de las enfermedades de Egipto (Éxodo 15:26); después de eso el SEÑOR les demostró Su gran proveeduría llevándolos al oasis de Elim, en donde había agua en abundancia (Éxodo 15:27).

“Y Dios les dijo: «Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto ante Sus ojos, y escuchas Sus mandamientos, y guardas todos Sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios. Porque Yo, el Señor, Soy tu sanador».” — Éxodo 15:26 (NBLA)

8. El Conocimiento Mediante la Instrucción y la Corrección o Disciplina

Samuel reprimende a SaulComo ya hemos visto, el Espíritu de Conocimiento utiliza las enseñanzas en las Escrituras, Su Torá, para revelarnos conocimiento e instrucción, y una forma en la que lo hace, es a través de pasajes bíblicos en donde los creyentes podamos aprender, cuando vemos los errores o pecados que cometieron personas en el pasado, y la reprensión, castigo o disciplina correspondientes que recibieron por sus actos. Como se dice: “Para que aprendamos en cabeza ajena” y no cometamos los mismos errores, porque de lo contrario estaremos expuestos a recibir la misma corrección para regresar al buen camino.

«Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.» — 2 Timoteo 3:16-17 (NBLA)

Por eso, el rey Salomón nos dice que la sabiduría, el conocimiento y la instrucción o enseñanza están estrechamente relacionados con la corrección o disciplina.

El temor del SEÑOR es el principio del conocimiento; los insensatos desprecian la sabiduría y la disciplina [musár].” — Proverbios 1:7 (RVA-2015)

«Bienaventurado [bendito] el hombre a quien reprendes [yasar], Señor, y lo instruyes en Tu ley [Torá]» — Salmos 94:12 (NBLA)

La palabra hebrea מוּסָר – musár, significa disciplina, instrucción, corrección; cuya raíz es el verbo יָסַר – yasár, que significa castigar, disciplinar, instruir, amonestar, reformar. Por lo que, cuando se usa tanto yasár como musár en las Escrituras, se implica que la “corrección que se hace resulta en educación“ (Proverbios 3:11-12, 6:23, 8:33, 10:17; 12:1).

«Aplica tu corazón a la instrucción [musár] y tus oídos a las palabras del conocimiento [daát].» — Proverbios 23:12 (NBLA)

«Reciban mi corrección [musár] antes que la plata, y el conocimiento [daát] antes que el oro escogido.» — Proverbios 8:10 (RVA 2015)

Hijo prodigo puercosEl ministerio o servicio del Espíritu de Conocimiento es que los creyentes aprendan acerca del SEÑOR por las buenas, pero si el creyente se sale del buen camino, al incumplir y desobedecer las leyes, el SEÑOR puede utilizar una serie de correcciones, cada vez más drásticas, para que el creyente se de cuenta de sus pecados y se arrepienta, y para que esta corrección resulte en un aprendizaje que le permita regresar al camino seguro, en donde estará protegido por el SEÑOR, contra maldiciones causadas por desobediencia. En Deuteronomio 28, podemos ver claramente las bendiciones por obediencia (Deuteronomio 28:1-14) y Su advertencia acerca de las maldiciones por desobediencia a los mandatos de Dios (Deuteronomio 28:15-68). El SEÑOR está constantemente advirtiéndonos acerca de las consecuencias del pecado, desde el Jardín del Edén, en donde advirtió a Adán de que no comiera del fruto prohibido para evitar su muerte (Génesis 2:17) hasta nuestros días en donde el Espíritu de Conocimiento nos está alertando a través de nuestra conciencia para que evitemos pecar.

“¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde? ¡De ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” — Romanos 6:1-2 (NBLA)

“Mira, Yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Hoy te ordeno amar al Señor tu Dios, andar en Sus caminos y guardar Sus mandamientos, Sus estatutos y Sus decretos, para que vivas y te multipliques, a fin de que el Señor tu Dios te bendiga en la tierra que vas a entrar para poseerla.” — Deuteronomio 30:15-16 (NBLA)

Padre ensenando Biblia

Tanto la instrucción (o enseñanza o capacitación) como la corrección, son formas de obtener conocimiento. También si nos disciplinamos para leer y estudiar las Escrituras y las leyes del SEÑOR, vamos a obtener un conocimiento sumamente valioso, superior a cualquier cosa que el mundo nos pueda ofrecer.

«Congrega al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al extranjero que está en tu ciudad, para que escuchen, aprendan a temer al Señor tu Dios, y cuiden de observar todas las palabras de esta ley.» — Deuteronomio 31:12 (NBLA)

«Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.» — Josué 1:8 (NBLA)

prisionero carcelPero si por el contrario, empezamos a hacer cosas malas, tenga por seguro que vamos a recibir una corrección. En las Escrituras encontramos que Dios es nuestro Padre (Éxodo 4:22; Deuteronomio 1:31, 32:6; Isaías 1:2), y así como un padre terrenal disciplina a su hijo, nuestro Padre Celestial también va a corregirnos e instruirnos (Hebreos 12:5-11), porque Él nos ama. Podemos ver el lenguaje utilizado en Proverbios, que refleja una serie de consejos a un hijo.

«Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor ni aborrezcas Su reprensión, porque el Señor ama a quien reprende, como un padre al hijo en quien se deleita.» — Proverbios 3:11-12 (NBLA)

«’Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete.» — Apocalipsis 3:19 (NBLA)

«Él abre sus oídos para la instrucción, y ordena que se vuelvan del mal. Si escuchan y le sirven, acabarán sus días en prosperidad y sus años en delicias. Pero si no escuchan, perecerán a espada, y morirán sin conocimiento.» — Job 36:10-12 (NBLA)

¿De qué forma es administrada la corrección o disciplina?

vara correccion proverbiosEn Proverbios 22:15 se menciona una «vara de corrección». La corrección y la disciplina pueden ser aplicadas de los padres a los hijos (Proverbios 22:15, 23:13), de los reyes y gobernantes a su pueblo (Job 12:18; Jonás 3:6-9; Esdras 10:10-11), y del SEÑOR a los hombres (Job 5:17; Oseas 5:2; Salmos 50:17; Jeremías 2:30). En Job 5:17-18, Job es aconsejado en no menospreciar la disciplina del Todopoderoso. Esta instrucción o corrección también está muy relacionada a la Sabiduría y al Entendimiento (Proverbios 1:2, 23:23).

“¡He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios disciplina! No menosprecies la corrección del Todopoderoso. Porque Él hiere pero también venda; Él golpea pero Sus manos sanan.» — Job 5:17-18 (RVA 2015)

«Miren que tenemos por bienaventurados a los que sufrieron. Han oído de la paciencia de Job, y han visto el resultado del proceder del Señor, que el Señor es muy compasivo y misericordioso.» — Santiago 5:11 (NBLA)

También se puede ganar conocimiento o aprendizaje al ver esa corrección en otras personas, y las Escrituras tienen muchas historias de personas que pecaron, nos muestran también las consecuencias de sus acciones, y todo esto nos instruye y brinda un aprendizaje cuando vemos la corrección que ocurre para esas personas.

«Así haré cesar la lujuria de la tierra; escarmentarán todas las mujeres, y no harán según vuestras perversidades.» — Ezequiel 23:48 (RVR 1995)

«Y serás oprobio, escarnio, advertencia y objeto de horror para las naciones que te rodean, cuando haga juicios contra ti con ira, furor y terribles reprensiones. Yo, el Señor, he hablado.» — Ezequiel 5:15 (NBLA)

Destruccion de SodomaEn casos más extremos, Amós nos dice que la disciplina puede venir en forma de sequías, moho, plagas, langostas, enfermedades, la espada, e incluso fenómenos similares a la destrucción de Sodoma y Gomorra (Amós 4:6-11). Sin embargo, el pueblo se resistió a obedecer, y ni con todas estas llamadas de atención aprendieron, la disciplina no surtió el efecto deseado, “el que regresaran al SEÑOR”, porque las personas no aceptaron la corrección que recibieron (Jeremías 2:30, 5:3, 7:28, 17:23, 32:33).

««En vano he herido a sus hijos, no han aceptado corrección. La espada de ustedes ha devorado a sus profetas como león destructor.» — Jeremías 2:30 (NBLA)

«Ellos me dieron la espalda, y no el rostro. Aunque les enseñaba, enseñándoles una y otra vez, no escucharon ni aceptaron corrección» — Jeremías 32:33 (NBLA)

La Biblia nos advierte acerca de las severas consecuencias para todos aquellos que no aceptan la corrección: se embrutecen (Proverbios 12:1); les llegarán pobreza y vergüenza (Proverbios 13:18); es un necio (Proverbios 15:5); quien la odia morirá (Proverbios 15:10); desprecia su propia alma (Proverbios 15:32); su castigo (o doctrina) es la necedad (Proverbios 16:22). Los burladores no reciben disciplina (Proverbios 13:1) ni los necios (Proverbios 15:5). Por otro lado, quien sí recibe corrección: será honrado (Proverbios 13:18); es prudente (Proverbios 15:5); adquiere entendimiento (Proverbios 15:32).

En el siguiente artículo veremos cómo la ceguera espiritual y la ignorancia son impedimentos para recibir al Espíritu de Conocimiento, también veremos el problema del olvido, cuando las personas incluso cuando tuvieron Conocimiento decidieron restarle importancia y olvidarlo.

¡Que Dios los bendiga!


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