En el artículo anterior vimos que los gigantes o nefilím habitaron la tierra antes y después de Diluvio. Ahora continuaremos hablando de «los hombres de renombre» que menciona este versículo, y cómo estos seres son muy probablemente de quienes hablan las antiguas mitologías y leyendas.
“Estos son los héroes de la antigüedad, hombres de renombre”
La palabra héroes viene del hebreo גִּבֹּרִ֛ים – guiborím, (plural de guibór, y es la primera vez que se utiliza esta palabra en las Escrituras) nos habla de hombres fuertes, valientes, y poderosos. Como un rey poderoso (Daniel 11:3), un valiente guerrero (Jueces 6:12, Josué 10:7), hombre íntegro (2 Samuel 22:26). Inclusive la Biblia utiliza guibór para referirse a Dios como un gigante en Job 16:14 (aunque en algunas traducciones al español lo traducen como guerrero) y habla de Su poder en la batalla en Salmos 24:8.
“Porque el SEÑOR su Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso [guibór] y temible que no hace acepción de personas ni acepta soborno.” — Deuteronomio 10:17 (NBLA)
Vemos muchos ejemplos de estos hombres en las Escrituras como guerreros, campeones, líderes, y tiranos. Muy probablemente los giborím fueron «la primera nobleza del mundo”, cuyos nombres a menudo estaban en boca de los hombres. Y sus proezas eran relatadas como las de los héroes de la mitología griega (2 Samuel 17:10, 23:8; 1 Crónicas 11:10).
“La guerra contra los filisteos fue encarnizada todos los días de Saúl. Cuando Saúl veía algún hombre fuerte [guibór] o valiente, lo unía a su servicio.” — 1 Samuel 14:52 (NBLA)
Pero tomando el contexto del mundo antediluviano, en donde todos los pensamientos de la sociedad eran solo para hacer el mal, podemos asumir que los guiborím eran hombres demonizados que encabezaban todo tipo de acto de maldad, que se entregaron a los poderes de la oscuridad completamente, y que utilizaron sus atributos sobrenaturales para avanzar los planes perversos de sus padres, los ángeles caídos, para corromper a toda la carne. Pero todos sus esfuerzos fueron en vano porque fueron destruidos por el Diluvio.
“Entonces Yo traeré un diluvio sobre la tierra, para destruir toda carne en que hay aliento de vida debajo del cielo. Todo lo que hay en la tierra perecerá.” — Génesis 6:17 (NBLA)
La aspiración de estos seres era llegar a ser llamados «hombres de renombre» por los valores de la sociedad. Sus logros importantes no estaban enfocados al SEÑOR, no buscaban servirlo, ni crecer su fe y santidad, sino que buscaban ser poderosos, luchando y derramando la sangre del hombre. En este versículo podemos ver que en este caso, el ser un hombre de renombre involucra rebelarse en contra de Dios. Como lo veremos con Nimrod.
“Y se alzaron contra Moisés, junto con algunos de los israelitas, 250 jefes de la congregación, escogidos en la asamblea, hombres de renombre.” — Números 16:2 (NBLA)
Después del Diluvio, tenemos por segunda vez, la palabra guibór, al ser utilizada para hablar de que Nimrod se convirtió en uno de los peores guiborím de los que nos habla la Biblia, porque todo su poder lo utilizó “delante del SEÑOR”, es decir, “en contra del SEÑOR”, culminando con la desafiante torre de Babel. Se piensa que la frase «llegó a ser guibór«, se refiere a que Nimrod encontró la forma de convertirse en un nefál, a través de tecnología revelada o proporcionada por los ángeles caídos (benéi haElohím), la cual, corrompió su ADN, transformándolo en un gigante guibór, pero esto lo veremos en el estudio de Génesis 10.
“Cus fue el padre de Nimrod, que llegó a ser poderoso [guibór] en la tierra. Él fue un poderoso [guibór] cazador delante del Señor. Por tanto se dice: «Como Nimrod, poderoso [guibór] cazador delante [en contra] del Señor».” — Génesis 10:8-9 (NBLA)
¿Existieron Gigantes después del Diluvio?
Tenemos múltiples ejemplos de pasajes que nos hablan de gigantes, “nefilím“, después del Diluvio, y probablemente el más famoso de todos es el gigante Goliat, que mediría unos 3.24m de altura.
“Entonces de los ejércitos de los filisteos salió un campeón llamado Goliat, de Gat, cuya estatura era de 6 codos y un palmo.” — 1 Samuel 17:4 (NBLA)
Otro ejemplo de un gigante Refaíta, que además era un hombre de renombre, era Lahmi, uno de los 4 hermanos de Goliat, quien murió a manos de Elhanán, un soldado que formaba parte de las fuerzas especiales del ejército del Rey David (2 Samuel 21:19).
“De nuevo hubo guerra contra los filisteos, y Elhanán, hijo de Jair, mató a Lahmi, hermano de Goliat el geteo; el asta de su lanza era como un rodillo de tejedor.” — 1 Crónicas 20:5 (NBLA)
Las Escrituras nos dicen que el Rey David estuvo a punto de morir a manos de un gigante llamado Isbi-Benob, y a partir de ese momento el ejercito israelita para proteger a su rey, impidió que el rey David arriesgara su vida en el campo de batalla.
“De nuevo hubo guerra entre los filisteos e Israel. Descendió David con sus siervos, y mientras peleaban contra los filisteos, David se cansó. Entonces Isbi Benob, que era de los descendientes del gigante … trató de matar a David; pero Abisai, hijo de Sarvia, vino en su ayuda, e hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron: «Nunca más saldrá a la batalla con nosotros, para que no apague la lámpara de Israel».” — 2 Samuel 21:15-17
Cabe mencionar que el nombre del gigante Isbi-Benob significa «el que habita en Nob, su asiento está en los lugares altos», y sabemos que las Escrituras hablan de que en los «lugares altos» (Levítico 26:30) era en donde se cometían terribles actos de idolatría.
El ejército de Israel continuó matando a más gigantes que colaboraban con los Filisteos.
“Después de esto otra vez hubo guerra en Gob contra los filisteos. Entonces Sibecai el husatita mató a Saf, que era de los descendientes del gigante.” — 2 Samuel 21:18
“Hubo guerra otra vez en Gat, donde había un hombre de gran estatura que tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veinticuatro en total. Él también descendía del gigante. Cuando desafió a Israel, lo mató Jonatán, hijo de Simea, hermano de David.” — 2 Samuel 21:20-21
Entre las aberraciones genéticas de los gigantes, Refaítas, no solo estaban los 6 dedos en manos y pies, sino también doble hileras de dientes. Esta es una de las razones por las que las Escrituras ponen un gran énfasis en que los nefilím y sus descendientes debían ser destruidos, además que estaba prohibido que los israelitas se casaran con los habitantes de estas naciones cananeas. Posiblemente tanto por la corrupción física del ADN, como espiritual, porque la idolatría de esta gente alejaría a los israelitas de Dios. Los israelitas, por su parte, son el pueblo escogido por Dios, para que Su semilla, Jesús, viniera a este mundo.
Y como vimos en el mundo antediluviano, los ángeles caídos también buscaron corromper a los animales. Esto puede explicar el porqué las Escrituras nos hablan de la pena de muerte para aquella mujer que tenga relaciones con un animal en Levíticos 20:16, ambos la mujer y el animal deben de morir. Esto además de ser una abominación, podría contribuir a diseminar la semilla de la serpiente.
“Si alguna mujer se llega a un animal para tener trato sexual con él, matarás a la mujer y al animal; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos.” — Levítico 20:16 (NBLA)
Hay un pasaje que habla de las hazañas de Benaia, hijo de Joiada, uno de los 3 mejores hombres de guerra que tenía el Rey David, quien ascendió hasta llegar a ser el líder de la guardia personal del rey. El pasaje nos dice que su más grande hazaña fue el matar a 2 “hijos de Ariel de Moab”, pero la palabra en hebreo אֲרִיאֵל – ariél tiene un significado incierto, y algunos traductores la interpretan como: “heroico” o “hombre-leon”, porque אֲרִי – arí, transmite la idea de violencia como la que podría hacer un león, y אֵל – el, significa fuerza o poder y generalmente se usa para describir una deidad. Así que ariél podría referirse a hombres poderosos con poderes divinos expresados con una violencia como la de un león. Por lo que podríamos estar hablando de 2 seres híbridos “hombre-león” originarios de Moab. Por lo que no me sorprendería que este fuera el significado y por ello, las Escrituras enfatizan esta primer hazaña de este gran guerrero antes de mencionar su segunda hazaña, que fue la de matar a un león. Estas son las “grandes hazañas” de Benaía que entendemos como actos extraordinarios, fuera de lo normal.
“Benaía, hijo de Joiada, hijo de un valiente de Cabseel, de grandes hazañas, mató a los dos hijos de Ariel de Moab. Y él descendió y mató a un león en medio de un foso un día que estaba nevando.” — 2 Samuel 23:20 (NBLA)
¿Esto no le suena como una si estuviéramos hablando de una historia de la mitología? Pues esta es la forma en la que los ángeles caídos y los nefilím o gigantes buscaron atacar al Creador, a través de crear diferentes mitos, leyendas, fábulas y cuentos de hadas en varias culturas alrededor del mundo que tuvieran algo de verdad y glorificaran la transgresión que ocurrió entre los ángeles y las mujeres de las que nos hablan las Escrituras. Podríamos decir que este evento es la fuente de las mitologías paganas que con el tiempo fueron exageradas, transformando las leyendas de los nefilím en las religiones paganas en donde eran considerados dioses o semidioses. Por lo que podemos considerar estas historias como otra evidencia abrumadora de que existieron los Refaítas (gigantes).
Las Mitologías Paganas
La diferencia entre las Escrituras y la mitología de las religiones paganas está en que, en Génesis, las relaciones ángel-humano son expresadas de forma negativa, como una transgresión abominable que es castigada por Dios; mientras que en las mitologías, estas relaciones son glorificadas. En la Biblia estos seres son mitad demonio, mitad humano, en la mitología son exaltados como «semidioses».
Cuando estudiamos las mitologías de diferentes culturas, encontramos muchas similitudes en las historias de la Creación, el Diluvio, y de seres celestiales que toman mujeres, y otros eventos descritos en Génesis 1-11. Esto lo podemos adjudicar a que todos los humanos estaban juntos y tenían el mismo conocimiento de YAHWEH, pero después de la dispersión de la Torre de Babel, este conocimiento se corrompió, y se convirtió en diferentes religiones politeístas del mundo, y sabemos por las Escrituras que todas las abominaciones se originaron en Babilonia (Apocalipsis 17:5). Así que tenemos a los mismos ángeles caídos o nefilim con diferentes nombres, y cada cultura creó una leyenda acerca de ellos, lamentablemente convirtiéndolos en sus deidades.
Ahora veamos esas similitudes entre la narración de Génesis 1-11 con las mitologías de diferentes culturas:
Mitología Griega: En la Teogonía de Hesíodo, nos dice que Urano (el Cielo estrellado) se acostó con su madre, Gaia (la Tierra Madre) y les nacieron los “Titanes” que eran en parte de origen celestial y en parte de origen terrestre. Estos monstruosos seres de nacimiento mixto, se rebelaron contra su padre Urano, y después de una prolongada contienda, fueron derrotados por Zeus y arrojados a Tártaro (la parte más profunda del infierno).
Mitología Inca: En esta leyenda, el dios Viracocha (un dios de piel blanca y que es descrito como un gigante), creó un mundo sin luz y dio vida a unos gigantes que no lo respetaron, ni lo obedecieron. Como castigo, Viracocha envió un diluvio que sumergió a la tierra transformándola completamente. Una vez que los gigantes desaparecieron, Viracocha decidió crear al hombre, el sol, la luna y las estrellas, las plantas, árboles y animales. Y envió a Viracochan, para que instruyera a los hombres sobre la manera de conducirse para vivir en paz y armonía. Pero los hombres insultaron a Viracochan y este los convirtió en piedra. Después, Viracochan hizo un largo recorrido, hasta que llegó a un hermoso valle al que llamó Cuzco, y en él creó a una persona llamada Alcaviza, y después de la muerte de Alcaviza, el Imperio Inca fue creado.
Mitología Hindú: En el Majabhárata se relatan varios dioses que vinieron a la tierra por petición de las mujeres que les rezaron para que las embarazaran y tuvieron hijos con habilidades sobrenaturales, tales como la princesa Añyana que tuvo un hijo con el dios Kesari, llamado Jánuman, el jefe de los monos, un gigante que podía cargar 2 hombres en su espalda.
Mitología Escandinava: El primer ser viviente formado en el caos primitivo fue un gigante de monumental tamaño llamado Ymir. Cuando Ymir dormía, comenzó a sudar y así concibió la raza de los gigantes Jotun, que habitaban en Niflheim. Se dice que Odín mató a Ymir, y cuando cayó, la sangre (agua) derramada por sus heridas inundó Niflheim y ahogó a todos los gigantes. Solo 2 gigantes sobrevivieron, Bergermir y su esposa, quienes escaparon navegando en el interior de un tronco hueco. Y Thor con su martillo y cinturón mágicos, y sus guantes de hierro es quien pelea con hordas de gigantes, descendientes de Bergermir, mandándolos a “Hel” (de donde viene la palabra en inglés “Hell” o infierno), la tierra de los muertos. Odín y sus hermanos crearon a un hombre llamado “Ask” y una mujer llamada “Embla” y crearon una fortaleza para proteger a la raza humana de los gigantes.
Mitología Azteca: En la “Leyenda de los Soles” se explica que ha habido 5 creaciones, y en el mundo antes que el nuestro o cuarto sol, estaba habitado por gigantes o “quinametzin”, que fueron creados por los dioses, pero perecieron en la catástrofe ordenada por el dios Tezcatlipoca, un gran diluvio tan impresionante que las montañas fueron arrastradas por las aguas, y el cielo cayó sobre la tierra. Pero se menciona que Tezcatlipoca protegió a un hombre “Tata” y su esposa “Nene” del diluvio, al refugiarlos en un tronco hueco. Pero después del diluvio, Tezcatlipoca los convirtió en perros por haberlo desobedecido. Dando paso a un quinto sol, el dios Quetzalcóatl en un intento de crear un mundo y una humanidad duradera y más equilibrada, fue al inframundo para rescatar los huesos de los antepasados pero cuando regresó, los huesos estaban muy deteriorados, y por esta razón hoy los hombres tienen distintas estaturas. Finalmente, los dioses mezclaron su sangre con los huesos molidos por la diosa, Cihuacóatl (mujer serpiente) y así fue creada la humanidad que habita la tierra.
Leyendas de Gigantes Aztecas: Pero los gigantes no solo existieron en la era anterior (el cuarto sol), sino que también aparecen en varios códices de frailes: en el de San Juan de Zumárraga, el Florentino y en el Vaticano escritos por Bernardino de Sahagún; en escritos de fray Andrés Olmos, y de fray Diego Durán. En el códice Vaticano, el fray Bernardino de Sahagún, atribuye la construcción de las pirámides de Teotihuacán y Cholula a gigantes por sus grandes dimensiones. Inclusive muestra un dibujo en donde un grupo de toltecas arrastran el cuerpo de un gigante muerto que abandonó al dios Tezcatlipoca en Tula. De acuerdo con esta narración, mientras las personas jalaban al gigante, la tierra se abrió y cayeron a un precipicio.
Existe otra referencia del fray Diego Durán que se refiere a la presencia de gigantes en las regiones de Tlaxcala, Cholula y Huejotzingo. Menciona la existencia de huesos que vieron en Tlaxcala. Se dice que los huesos del dedo de un pie del gigante medían casi el tamaño de la palma de una mano. Esta es la misma región a donde llegaron los Olmecas en el año 107 d.C. y tuvieron que pagar tributo a los gigantes quinametzin, hasta que acabaron con ellos al embriagarlos en un banquete que les prepararon. Hoy tenemos las famosas y enormes “cabezas olmecas” esculpidas en piedra y cuyos rasgos faciales no son semejantes a los de los habitantes de México, estas esculturas tienen rasgos africanos, muy probablemente mostrando los rasgos de estos gigantes.
Mitología de Mesopotamia: En la Epopeya de Gilgamesh, nos habla de las aventuras del rey gigante Gilgamesh, un semidios con poderes sobrehumanos que oprimía a su pueblo y los dioses enviaron a Enkidu para vencerlo, pero éste se hizo amigo de Gilgamesh. Después que el rey rechaza la declaración de amor de la diosa Inanna (también conocida como Ishtar y Astarté), ésta mandó un toro en venganza para destruir al gigante y a su ciudad. Pero Gilgamesh y su amigo Enkidu mataron al toro. En su enojo los dioses mataron a Enkidu, así que Gilgamesh va en busca del secreto para su inmortalidad, pero se da cuenta que es inalcanzable. Gilgamesh, en su búsqueda, recurre al sabio llamado “Ziusudra”, quien sobrevivió al diluvio destruyendo su casa, para utilizarla como material para construir un barco, y subió a todas las especies de animales vivientes conocidos, bajo las órdenes del dios Enki. La tierra fue asolada por una tempestad que duró seis días y seis noches hasta que en el séptimo día todo se calmó. Toda la humanidad se había convertido en arcilla. Después de una semana, Ziusudra soltó una paloma y después soltó una golondrina, y ambas aves volvieron. Por último, soltó un cuervo que no volvió, indicando que las aguas habían bajado, ya que el pájaro había encontrado un lugar donde posarse. Al fracasar el plan del diluvio ideado por Enlil, este se enfureció y se quejó con Enki, pero Enki expuso sus argumentos y al final Enlil bendijo a Ziusudra y a su esposa para que tuvieran descendientes. El Poema de Gilgamesh no cuenta las causas de este diluvio. Muchos argumentan que Moisés se copió de este poema, ya que fue escrito 1,000 años antes de que Moisés viviera. Pero estas personas no están considerando que la historia que escribió Moisés fue dada por Dios y que nos da una narrativa desde mucho antes del Diluvio, nos da la historia secuencial desde la Creación del hombre en Génesis 1. Al contrario, la epopeya de Gilgamesh es otra prueba más que las Escrituras son ciertas, porque valida parte de la historia en la Biblia que describe al Diluvio con muchos detalles similares y en la misma secuencia. Con este pequeño fragmento no pueden acusar a Moisés de plagio, más bien él nos está dando la verdadera historia.
En nuestro siguiente artículo veremos porqué pensamos que los nefilím van a volver a formar parte de la historia en los últimos días antes de la Segunda Venida de Jesucristo, tal y como fue en los días de Noé. Y veremos dos teorías que nos hablan de la relación entre los ángeles caídos, los nefilím y los demonios. Y todos estos temas difíciles que estamos viendo, son importantes para que crezcamos nuestra fe en el Todopoderoso y estemos preparados para los tiempos que se aproximan en la batalla espiritual, con todos los engaños de Satanás.
“No vaya a ser que Satanás se aproveche de nosotros, pues conocemos sus malignas intenciones.” — 2 Corintios 2:11 (RVC)
¡Que Dios los bendiga!
Fotografía de la portada es cortesía del “Ark Encounter”.