En el artículo anterior vimos cómo Dios le da las instrucciones precisas a Noé para la construcción del Arca, aunque nosotros solo tenemos la versión resumida en las Escrituras. Ahora veremos que el SEÑOR revela el tipo de juicio con el que limpiará la corrupción en la tierra. También, le anuncia a Noé que hará un nuevo pacto con la humanidad a través de él, el Pacto Noético. Y veremos una pista en estos versículos, en cuanto al tiempo que tuvo Noé para hacer el Arca.
Ver. 17 — Y Yo, he aquí que Yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. (RVA)
“Y Yo, he aquí que Yo traigo
La repetición en las Escrituras es un énfasis para que el lector ponga mayor atención al anuncio que está por darse, porque nos habla de un evento que el Dios Todopoderoso declara que lo traerá; y ocurrirá con toda certeza (Génesis 41:32). Nos habla de que su cumplimiento será rápido dándonos una pista de que la construcción del Arca no debió haber tardado tanto como algunos pensaban. Además, se repite enfáticamente para significar que el Diluvio no procedió de causas naturales, sino divinas designadas por la mano y el juicio del SEÑOR. Dios le estaba pidiendo a Noé que se preparara porque estaba a punto de castigar al mundo por su iniquidad.
“En cuanto a la repetición del sueño a Faraón dos veces, quiere decir que el asunto está determinado por Dios, y que Dios lo hará pronto.” — Génesis 41:32 (NBLA)
Esto nos demuestra la gran ira que tiene el Todopoderoso en contra del pecado y la rebeldía del hombre y de los ángeles o hijos de Dios (Génesis 6:2). Y aunque el SEÑOR es paciente, siempre va a llegar un día en el que Su ira se liberará de forma violenta para acabar con el problema de forma contundente, y esto es lo que le va a anunciar a Noé, Su profeta de justicia.
“Porque Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio. Tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos.” — 2 Pedro 2:4-5 (NBLA)
“Un Diluvio de aguas sobre la tierra”
“El Señor se sentó como Rey durante el diluvio [mabúl]; sí, como Rey se sienta el Señor para siempre.” — Salmos 29:10 (NBLA)
La palabra Diluvio viene del hebreo מַבּוּל – mabúl, solo se utiliza en los pasajes de Génesis 6-11 para referirse en específico al juicio de la inundación que ocurrió en todo el planeta, y no se le ha encontrado otra etimología, lo más parecido es la raíz acadia, “nbl”, que significa “destruir”. La palabra para el Diluvio en griego es κατακλυσμός – cataclismós de donde proviene la palabra en español para “cataclismo” lo que nos da una idea de lo destructivo que fue el Diluvio, y finalmente en este versículo, el SEÑOR le está revelando a Noé Su plan para recrear la tierra.
“Pues así como en aquellos días antes del diluvio [cataclismós] estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca.” — Mateo 24:38 (NBLA)
Podemos establecer un paralelo entre la Creación en Génesis 1, donde en un inicio la tierra estaba cubierta con agua y Dios crea todo a partir de este punto, de una forma similar vemos una recreación que ocurre con el Diluvio, en donde la separación de las aguas sobre y debajo del Cielo que ocurrió en Génesis 1:6-8, se vuelven a unir, porque el Diluvio hace lo opuesto, y parece volverlas a unir cuando se abrieron las ventanas de los cielos y toda esta agua cayó en forma de lluvia a la tierra. Ahora tenemos un patrón de destrucción de toda corrupción de los hombres y los animales, y de recreación, en donde el SEÑOR permite la participación de Noé, un hombre justo, perfecto entre sus contemporáneos, que siempre caminaba con Dios, quien tiene la tarea de proteger la semilla de la humanidad y de los animales durante la limpieza que va a ocurrir con el Diluvio. Este patrón en las Escrituras lo vimos en nuestro artículo Las Estructuras Literarias de la Biblia, en donde mostramos la estructura quiástica, referente a los eventos en espejo de la destrucción-recreación de este juicio del SEÑOR.
“Pues bien, por su propia voluntad pasan por alto esto: que por la palabra de Dios existían desde tiempos antiguos los cielos, y la tierra que surgió del agua y fue asentada en medio del agua. Por esto el mundo de entonces fue destruido, inundado en agua.” — 2 Pedro 3:5-6 (RVA-2015)
Encontramos que el Diluvio representa tres cosas: 1) Un tipo de la ira en contra de los enemigos de la iglesia (Isaías 54:9-14). 2) Un tipo del bautismo en agua bajo el Nuevo Testamento (1 Pedro 3: 20-21). 3) Un tipo del juicio final del mundo que será por fuego cuando Jesucristo regrese a la tierra (2 Pedro 3: 6-7). Para mayor referencia con respecto a los «tipos» (en teología se refieren a símbolos o patrones anticipatorios, un símbolo representativo de algo que será revelado en el futuro), puede ver nuestro artículo ¿Qué va a pasar en el futuro? Las Profecías de la Biblia (Parte 1)
“Porque esto es para Mí como en los días de Noé, cuando juré que las aguas de Noé nunca más inundarían la tierra. Así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reprenderé. Porque los montes serán quitados y las colinas temblarán, pero Mi misericordia no se apartará de ti, y el pacto de Mi paz no será quebrantado, Dice el Señor, que tiene compasión de ti.” — Isaías 54:9-10 (NBLA)
“Por esto el mundo de entonces fue destruido, inundado en agua. Pero por la misma palabra, los cielos y la tierra que ahora existen están reservados para el fuego; guardados hasta el día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos.” — 2 Pedro 3:6-7 (RVA-2015)
“Para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo”
Algunos comentarios proponen que el Diluvio solo pudo haber sido un evento local que cubrió solamente la población que Noé o Moisés conocían como la tierra habitada y hacen la ridícula comparación a la hambruna en los tiempos de José, quien tenía grano para “toda la tierra” (Génesis 41:57). Pero la palabra mabúl o cataclismós solo se utiliza para referirse a la inundación global del Diluvio, ya que las Escrituras utilizan otra palabra, nahár, para hablar de inundaciones locales causadas por el desborde de los ríos. Sin embargo, en este versículo, mabúl, no solo especifica que el Diluvio va a destruir toda la carne en la que haya espíritu de vida, sino también incluye todo ser que habite en la tierra morirá, y lo que hace este evento universal es que está incluyendo a todo lo que este “debajo del cielo”, que incluye a toda la tierra ya sea que esté habitada o no, por lo que la propuesta de una pequeña inundación local está completamente fuera del contexto bíblico. El propósito declarado del Diluvio es el de: Destruir todo ser viviente que respira sobre la superficie de la tierra (Génesis 6:7, 11-13; 7:1, 4, 18-23; 8:21), y el deshacer la Creación (Génesis 1:9-10; 7:11-12), por lo que nosotros creemos que el Diluvio cubrió todo el planeta causando la muerte a toda la humanidad, los nefilím y todos los animales terrestres con excepción de los tripulantes del Arca (1 Pedro 3:20; 2 Pedro 2:5; 3:6).
“Entonces el Señor dijo: «Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado, desde el hombre hasta el ganado, los reptiles y las aves del cielo, porque me pesa haberlos hecho».” — Génesis 6:7 (NBLA)
Por otro lado, como puede ver en nuestro artículo ¿Fue el Diluvio un Evento Global?, existen alrededor de 500 leyendas en diferentes culturas alrededor del mundo que describen una inundación global como la del Diluvio, y la gente que se salva, lo hace al abordar una embarcación. Por lo que no pudo ser una inundación local si tenemos leyendas de este evento descritas en Babilonia, Grecia, Egipto, China, la India, de las islas del Pacífico Sur, en México, Perú, y de los indios en Norteamérica, por solo mencionar algunas.
“Porque dentro de siete días Yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y borraré de la superficie de la tierra a todo ser viviente que he creado.” — Génesis 7:4 (NBLA)
“Todo lo que hay en la tierra morirá”
Los peces y seres marinos no fueron parte de la destrucción del Diluvio y no necesitaban abordar el Arca. Tal vez, los animales acuáticos no fueron afectados por la corrupción genética que ocurrió con los animales terrestres y por ello no murieron como parte del juicio del Diluvio.
Ver. 18 — Pero estableceré Mi pacto contigo. Entrarás en el arca tú, y contigo tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos. (NBLA)
“Pero estableceré Mi pacto contigo”
Esta es la primera vez que se utiliza la palabra “pacto” en las Escrituras, aunque ya vimos previamente 2 pactos: El Pacto Edénico y el Pacto Adámico. La palabra pacto viene del hebreo בְּרִית – brít, que significa pacto, alianza, promesa, constitución, ordenanza, confederación, liga. El concepto de “pacto” es el tema central y unificador de las Escrituras, con la manifestación del pecado, por un lado, y de la salvación divina por el otro. Por eso es tan importante que la primera vez que se menciona la palabra “pacto” en la Biblia esté en el contexto de la salvación de la humanidad. El pacto es el único medio por el cual el SEÑOR trata con Su creación humana caída y rebelde, y para nosotros no hay una garantía más firme de seguridad jurídica, paz o lealtad que podamos tener de nuestro Creador que a través de un pacto con Él. El concepto de pacto es crucial para comprender la revelación bíblica, la relación de Dios con Su pueblo, para entender la tensión entre la soberanía de Dios y el libre albedrío humano, porque la humanidad caída ha demostrado que no ha cumplido con su parte del pacto por su pecaminosidad y debilidad humana, desde el fracaso de Adán en el Jardín del Edén, donde nuestro Creador nos da Su pacto a través de Sus promesas y bendiciones, pero ahora vemos cómo toda la carne debe perecer por la violación del pacto de Dios, pero el SEÑOR establece Su pacto de salvación y gracia con Noé, quien es el elegido para recrear al mundo, al salvaguardar la semilla de la humanidad y los animales en el Arca.
“Entonces Dios habló a Noé y a sus hijos con él, diciendo: “He aquí que Yo establezco Mi pacto con ustedes, con sus descendientes después de ustedes y con todo ser viviente que está con ustedes: aves, ganado y todos los animales de la tierra que están con ustedes; todos los que salieron del arca, todos los animales de la tierra. Yo establezco Mi pacto con ustedes: Ninguna carne volverá a ser exterminada jamás por las aguas del diluvio ni habrá otra vez diluvio para destruir la tierra”.” — Génesis 9:8-11 (RVA-2015)
La raíz de brít es בָּרָא – bará, que significa crear, la misma palabra que vimos en Génesis 1:1, “En el principio Dios creó”, pero bará también significa cortar, dividir, trinchar la carne, porque en la antigüedad los pactos que se celebraban entre 2 personas involucraban el sacrificio de animales que eran cortados a la mitad, y las personas que entraban en el pacto debían de pasar en medio de los trozos de carne de los animales, dando a entender que si violaban el pacto de sangre, el castigo que les esperaba a cualquiera de las partes era la pena de muerte, mostrando la seriedad de estos pactos que no solamente tenían promesas, sino también compromisos. Este es precisamente el contexto que vemos en Génesis 15:9-21, en donde Abram partió a la mitad a los animales para hacer un pacto de sangre con Dios.
“El Señor le respondió: «Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón». Abram le trajo todos estos, los partió por la mitad, y puso cada mitad enfrente de la otra; pero no partió las aves.” — Génesis 15:9-10 (NBLA)
Un pacto solemne entre dos partes está caracterizado porque cada uno de los participantes está obligado a cumplir con su parte. Por eso es importante que entendamos que todos los pactos divino-humano involucran un compromiso de obedecer, que es sellado con una sanción por desobediencia. De esta forma nos es claro entender que los aspectos de la ley de Dios, y Su promesa de gracia y redención en Su pacto no son mutuamente exclusivos, al contrario, son parte integral del pacto al que nos comprometemos cuando decidimos poner nuestra fe en Jesucristo y formar parte de Su pacto de salvación. En este versículo el SEÑOR nos manifiesta que Él no está dispuesto a abandonar Su pacto original, al contrario nos dice que Él lo va a restablecer con Noé, aunque Adán y sus descendientes hayan fallado, y de la misma forma podemos resumir que todos los pactos en las Escrituras son el mismo pacto original, porque se refieren una promesa especial de vida y redención, que concierne al envío del Mesías, la semilla prometida de la mujer, quien salvará a la humanidad de sus pecados por la trasgresión de la ley, y de la muerte merecida por no ser capaces de cumplir con los pactos de Dios (Lucas 1:68-79). El pacto del SEÑOR tiene como objetivo corregir todas las fallas humanas que empezaron con Adán y que Jesucristo terminó, por ello, cuando vemos los diferentes pactos en las Escrituras podemos ver que es el mismo pacto una y otra vez. Por ejemplo, en Deuteronomio 29:13-14, podemos ver que el Pacto Sinaítico solamente fue una extensión del Pacto Abrahámico. La renovación del Sinaí simplemente enfatizó la responsabilidad del hombre donde el Pacto Abrahámico enfatizó la promesa de Dios.
“Para que entres en el pacto con el Señor tu Dios, y en Su juramento que el Señor tu Dios hace hoy contigo, a fin de establecerte hoy como Su pueblo y que Él sea tu Dios, tal como te lo ha dicho y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. Y no hago solo con ustedes este pacto y este juramento, sino también con los que hoy están aquí con nosotros en la presencia del Señor nuestro Dios, y con los que no están hoy aquí con nosotros.” — Deuteronomio 29:12-15 (NBLA)
Por otro lado, pactos como el Pacto Sacerdotal de Números 25:12-13, el Pacto Davídico de 2 Samuel 7 y el Nuevo Pacto de Jeremías 31:31-36 son todos aspectos administrativos del mismo pacto, el Pacto de Gracia de Dios. Este pacto alcanza su punto culminante en la Encarnación, donde Cristo, que representa a Su pueblo, cumplió todas las estipulaciones del pacto y cargó con la maldición que merecían por romperlo.
Porque reprochándolos, Él dice: «Miren que vienen días, dice el Señor, en que estableceré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá; No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque no permanecieron en Mi pacto, y Yo me desentendí de ellos, dice el Señor. Porque este es el pacto que Yo haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: pondré Mis leyes en la mente de ellos, y las escribiré sobre sus corazones. Yo seré su Dios, y ellos serán Mi pueblo.” — Hebreos 8:8-10 (NBLA)
El anuncio del pacto, incluso antes de que comiencen las inundaciones, muestra las intenciones de Dios para salvar a la humanidad incluso antes de desatar Su ira. Esta secuencia de gracia e indignación ya ha aparecido 2 veces en Génesis. Antes de que Dios desterrara a Adán y Eva del Jardín, los cubrió con ropa adecuada. Y antes de que Caín fuera exiliado, le puso una marca para protegerlo. Aquí, Dios está anunciando Su pacto incluso antes de enviar el Diluvio.
“Él recibirá la bendición del SEÑOR y la justicia del Dios de su salvación.” — Salmos 24:5 (RVA-2015)
“Porque Él dice a Moisés: «Tendré misericordia del que Yo tenga misericordia, y tendré compasión del que Yo tenga compasión»… ¿Y qué, si Dios, aunque dispuesto a demostrar Su ira y hacer notorio Su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira preparados para destrucción? Lo hizo para dar a conocer las riquezas de Su gloria sobre los vasos de misericordia, que de antemano Él preparó para gloria.” — Romanos 9:15, 22-23 (NBLA)
“Entrarás en el arca tú, y contigo tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos”
Como vimos en nuestro estudio de Génesis 6:13-14 – Dios Ordena la Construcción del Arca (Parte 1), la palabra para expiación y para la brea que se usó en el Arca son esencialmente la misma palabra «cafár». La brea fue el aislamiento del juicio de Dios. Entonces el Arca es una representación de lo que significa estar en Cristo. Cuando nuestros pecados son expiados, el juicio y la ira de Dios pueden estar cayendo afuera, pero como cristianos estamos exentos. Esto es lo asombroso de la expiación, nuestra naturaleza pecaminosa ya no es condenada por Dios. Porque la promesa de Dios es que no hay condenación para los que están en Cristo (Romanos 8:1), porque estamos cubiertos por la justicia de Jesucristo.
“Por tanto, ahora no hay condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu.” — Romanos 8:1 (NBLA)
La construcción del Arca se convertirá en un recordatorio diario de la fe de Noé y su familia, y una advertencia para los incrédulos que no buscaron el perdón del SEÑOR. Y aunque la Biblia no entra en detalle acerca de la fe de la familia de Noé, pero al parecer, como nos explica el apóstol Pablo, la fe de Noé fue suficiente para que su familia se salvara del Diluvio.
“Porque el marido que no es creyente es santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es santificada por medio de su marido creyente. De otra manera sus hijos serían inmundos, pero ahora son santos.” — 1 Corintios 7:14 (NBLA)
“Quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas por medio del agua.” — 1 Pedro 3:20 (NBLA)
¿Cuánto tiempo les tomó construir el Arca?
Aunque muchos comentarios mencionan que le tomó 120 años a Noé construir el Arca, nosotros creemos que fue un tiempo menor, ya que como vimos en Génesis 6:3 – Los 120 Años de Tolerancia, los 120 años son más bien parte de una profecía de los 6,000 años de historia de la humanidad. El tiempo que le tomó a Noé construir el Arca lo podemos estimar gracias a este versículo, porque en él Dios le menciona que las esposas de sus hijos entrarán con él al Arca, y 120 años antes del Diluvio, Noé no tenía ni siquiera hijos, los cuales, se mencionan después hasta Génesis 6:10. Por lo que Dios no le dio las instrucciones para la construcción del Arca (Génesis 6:14-16) al inicio de los 120 años, más bien, esta conversación tuvo lugar décadas después de Génesis 6:3. Ahora hagamos unos cálculos para estimar el tiempo que tuvieron para construir el Arca.
“Noé engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet.” — Génesis 6:10 (NBLA)
Como vimos en Génesis 5:32 – Noé ¿Un Evangelista Antediluviano?, Noé tuvo a su primer hijo, Jafet, cuando tenía 500 años (Génesis 5:32, 10:21). Por lo que Jafet tenía 100 años cuando empezó el Diluvio. El segundo hijo de Noé, Sem, que de acuerdo con Génesis 11:10 tenía 97-98 años de edad cuando el Diluvio empezó, por lo que era 2-3 años menor que Jafet. Y por último, Cam, el hijo más joven de Noé (Génesis 9:24), del cual no sabemos cuando nació ni cuando murió, pero podríamos asumir para nuestro cálculo que haya nacido 2-3 años después de Sem, y que tuviera unos 95-96 años cuando empezó el Diluvio. Ahora tenemos que asumir el tiempo en el que los hijos de Noé crecieron lo suficiente para que se pudieran comprometer y casarse, en un rango de 20 y 40 años. Y si consideramos que esto se tiene que cumplir para el más joven, Cam, estamos hablando que los 3 hijos de Noé ya estarían casados entre 55 y 75 años antes del Diluvio, porque tenemos: 95-40=55 años ó 95-20=75 años. Pero como las Escrituras no nos especifican el tiempo de construcción del Arca, este podría ser aun menor que 55-75 años dependiendo la edad en la que se hayan casado todos los hijos de Noé, pero definitivamente no fue de 120 años.
“Estas son las generaciones de Sem: Sem tenía 100 años, y fue el padre de Arfaxad, dos años después del diluvio.” — Génesis 11:10 (NBLA)
La construcción del Arca fue un proyecto monumental ya que Noé tuvo que hacer otros preparativos adicionales como la preparación de la madera para el Arca, la preparación de la brea, toda la infraestructura como los andamios, grúas, y herramienta para hacer la construcción del Arca, todas la jaulas donde iba a poner a los animales, la siembra, cosecha y almacenamiento de la comida por años para tener todo lo que necesitaba en el arca, la construcción de los graneros donde iba a almacenar la comida, tanques para almacenar agua, y probablemente hasta corrales para tener a los animales antes de que abordaran el Arca. Por lo que aun y cuando tuvieran décadas para llevar a cabo este proyecto, Noé y sus 3 hijos debieron subcontratar personal para llevarlo a cabo. Y considerando la maldad y los nefilím que había en los tiempos de Noé, debieron tener también personal de seguridad para evitar robos y daños a toda esta infraestructura. Seguramente estas personas han de haber pensado que Noé estaba loco, pero como él les estaba pagando por sus servicios, ellos debieron continuar haciendo el trabajo. Lo triste es que Noé debió haber aprovechado para alertarlos del juicio y predicarles el Evangelio, pero ninguno de estos trabajadores le creyó para abordar el Arca.
“Entonces el Señor dijo a Noé: «Entra en el arca tú y todos los de tu casa; porque he visto que solo tú eres justo delante de Mí en esta generación.” — Génesis 7:1 (NBLA)
¡Que Dios los bendiga!
Fotografía de la portada es cortesía del “Ark Encounter”.
Continuar leyendo: Génesis 6:19-20 – ¿Cuántos Animales Abordaron el Arca?
Ir a: Génesis 6:1 – La Población Antediluviana