En el artículo anterior vimos cómo el enemigo está utilizando de forma coordinada la pandemia para avanzar su reino aquí en la tierra. En este artículo veremos qué es lo que podemos hacer como cristianos para combatir esta maldad y utilizar el coronavirus para avanzar el reino de Dios. El coronavirus ha tomado al mundo secular por sorpresa, pero Jesús nos dijo que estuviéramos preparados para las plagas que ocurrirán en los últimos tiempos y nos dice que no nos preocupemos. Al contrario, tenemos que pedir al Señor que nos ayude a transformar la misma maldad de los satanistas, en un bien para las personas (Génesis 50:20). En estos tiempos tenemos una gran oportunidad para proclamar el mensaje de salvación de Jesucristo a los incrédulos, a los que aún están perdidos, ya que muchos están temerosos, en busca de respuestas, y más abiertos al Evangelio. Además, el Señor nos ha dado una gran comisión de evangelizar al mundo, la pregunta es ¿Cuántos de nosotros hemos hecho lo que el Señor nos ha dicho? ¿A quiénes les hemos compartido el Evangelio últimamente? ¿Acaso sentimos compasión por los perdidos quienes terminarán en el Lago de Fuego si siguen lejos del Señor? O quizás es que estamos a gusto como estamos, en nuestra zona de confort, y no tenemos ningún sentido de urgencia. O quizás nos da pena, o no sabríamos ni cómo empezar.
Durmiendo bajo la tormenta
En este artículo quisiera traer a su atención la historia de Jonás, un profeta rebelde, un servidor del Señor quien dormía a pesar de haber una terrible tormenta, la cual era tan severa que amenazaba con destruir el barco en el que iban él y la tripulación. Jonás parecía no entender que debía cumplir la misión que Dios le había encargado…hasta que el Señor se lo hizo ver de una forma más clara y Jonás fue tragado por un pez. Es triste ver que hay una similitud entre la actitud de Jonás con la iglesia que parece estar dormida durante estos tiempos cuando el mundo más nos necesita. Dios cumplirá Sus propósitos, aún y cuando seamos servidores renuentes y poco dispuestos. Si no estamos llevando a cabo la voluntad de Dios para nuestras vidas, esto nos impactará directamente al no ser partícipes del plan de Dios, y no veremos todas las maravillas que Él está haciendo en la tierra, no seremos testigos del impacto que podemos tener con todos los que nos rodean para que conozcan el reino de Dios. Su decisión de servir a Dios influenciará a otros hacia Dios, o bien los alejará de Él, piense que solo su ejemplo puede hacer que la gente se acerque al reino de Dios…o al Lago de Fuego.
Recordemos que nuestro Señor Jesucristo nos dio 2 mandamientos para servirlo. ¿Está usted haciendo lo que su Señor le ordenó que hiciera? Adán desobedeció 1 mandamiento y todavía hoy estamos viviendo las consecuencias.
«Jesús respondió: «El más importante es: “Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es; y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento mayor que estos».» — Marcos 12:29-31 (NBLA)
Ahora observe que en 2 Crónicas 7:14, el Señor está hablando acerca de Su pueblo, el cual lleva «Su Nombre», nosotros nos llamamos cristianos, llevamos Su nombre, el nombre de Cristo. De nosotros, Su iglesia, depende que la tierra sea sanada. Esta restauración no depende de los incrédulos ni de los científicos seculares para que desarrollen una vacuna, sino de nosotros.
[Dice el Señor] «Pero si Mi pueblo, que lleva Mi nombre, se humilla y ora, busca Mi rostro y se aparta de su conducta perversa, Yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré [sanaré] su tierra.» — 2 Crónicas 7:14 (NTV)
Por cierto, quiero enfatizar que la historia de Jonás fue real, no es ninguna alegoría que él haya estado adentro de un pez, inclusive hay estudiosos que piensan que fue un tiburón. Lo menciono porque hay muchas personas que piensan que la Biblia tiene historias fantasiosas, esto solo ocasiona confusión e incredulidad. ¿Cómo podemos comprobar que la historia de Jonás realmente sucedió tal cual está en la Biblia? Porque Jesús mismo nos lo dijo, Él hizo mención de lo que le sucedió al profeta Jonás, autentificando esta historia.
«Jesús les respondió: —Solo una generación maligna y adúltera exigiría una señal milagrosa; pero la única que les daré será la señal del profeta Jonás. Así como Jonás estuvo en el vientre del gran pez durante tres días y tres noches, el Hijo del Hombre estará en el corazón de la tierra durante tres días y tres noches. El día del juicio los habitantes de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron de sus pecados al escuchar la predicación de Jonás. Ahora alguien superior a Jonás está aquí, pero ustedes se niegan a arrepentirse.» — Mateo 12:39-41 (NTV)
¿Está la iglesia en rebelión como lo hizo Jonás?
«La Palabra del Señor vino a Jonás, hijo de Amitai: «Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y proclama contra ella, porque su maldad ha subido hasta Mí».» — Jonás 1:1-2 (NBLA)
El mensaje del Señor fue claro y breve, y Jonás debía cumplir con esta encomienda. Sin embargo, en lugar de dirigirse a Nínive y hacer lo que se le pidió, Jonás pensó que podía escapar de la voluntad de Dios, y se fue en dirección opuesta a Tarsis. ¿Acaso la iglesia está siguiendo los pasos de Jonás para evitar llevar a cabo su responsabilidad?
«Entonces Jonás se levantó para huir de la presencia del SEÑOR a Tarsis. Descendió a Jope y halló un barco que iba a Tarsis; y pagando su pasaje entró en él para irse con ellos a Tarsis huyendo de la presencia del SEÑOR.» — Jonás 1:3 (RVA 2015)
La ciudad de Nínive, a donde debía ir Jonás, estaba a unos 1,157 kilómetros vía terrestre de Samaria, mientras que Tarsis estaba mucho más lejos, de hecho era el punto más lejano a donde podría dirigirse Jonás en aquel entonces. Observe que la Escritura nos menciona que Jonás pagó su pasaje, siempre que nos alejamos de la voluntad de Dios pagamos un costo adicional por hacerlo, puede costarnos dinero, tiempo, salud, paz, trabajo, alegría, progreso, etc. Observe además que la Escritura nos enfatiza que Jonás «descendió» a Jope, y aunque ésta es una expresión para indicar que bajó a nivel del mar, en este caso, nos indica que cuando nos alejamos de la voluntad del Señor siempre vamos en descenso.
Jonás en su mente quizás pudo racionalizar que no habría problema con huir de Dios, ya que Él le había permitido encontrar un barco para ir a Tarsis, y un lugar disponible para él en el barco, quizás hasta había buen clima cuando compró su pasaje, todo parecía estar bien. Sin embargo, al estar uno en rebelión a la voluntad de Dios, puede esperar tener mal clima en su viaje. Y fue justo lo que pasó. En este punto espero que concuerde conmigo, de que no es buena idea rebelarse a la voluntad de Dios. Nos sale más barato obedecerlo.
«Ahora bien, el Señor mandó un poderoso viento sobre el mar, el cual desató una violenta tempestad que amenazaba con despedazar el barco.» — Jonás 1:4 (NTV)
Aquí hay varios puntos a considerar: En primer lugar, uno nunca puede huir de Dios, como pretendía hacerlo Jonás, Dios está en todas partes:
«¿Adónde me iré lejos de Tu Espíritu? ¿Y adónde huiré de Tu presencia? Si subo a los cielos, allí estás Tú; y si en el Seol trato de acostarme, he aquí, allí Tú estás. Si tomara las alas del alba y emigrara hasta el confín del mar, aun allí me alcanzaría Tu mano, y me agarraría Tu diestra.» — Salmos 139:7-10 (RVR 1977)
«¿Acaso Soy Yo un Dios solo de cerca», declara el Señor, «y no un Dios de lejos?».«¿Podrá alguien esconderse en escondites de modo que Yo no lo vea?», declara el Señor.«¿No lleno Yo los cielos y la tierra?», declara el Señor.» — Jeremías 23:23-24 (NBLA)
En segundo lugar, Dios lanzó un viento poderoso, el cual desató una tempestad en el mar, la cual era tan terrible que amenazaba con destrozar el barco. Los marineros se dieron cuenta que se trataba de una tempestad sobrenatural, ya que llegaron al punto de tirar objetos por la borda, posiblemente mercancía que transportaban. Hoy en día la gente está con miedo y encerrada en sus casas, usan máscaras, mantienen un distanciamiento social (la sana distancia), están almacenando mucha comida, etc., todo esto con tal de salvar sus vidas de la pandemia.
«Los marineros tuvieron miedo y cada uno invocaba a su dios. Y echaron al mar el cargamento que había en el barco para aligerarlo. Pero Jonás había bajado al fondo del barco, se había acostado y se había quedado profundamente dormido.» — Jonás 1:5 (RVA 2015)
¿Está Dios haciendo un llamado a la iglesia para que despierte?
En estos tiempos durante esta pandemia del Covid-19, sucede algo similar que lo que hacía la tripulación que iba con Jonás, las personas perdidas tienen miedo e invocan a sus falsos dioses, que hoy son la Organización Mundial de la Salud, las farmacéuticas que trabajan en una vacuna, los gobiernos que cada vez son más autoritarios y buscan acabar con el cristianismo como lo vemos en Estados Unidos y en China. Y como vimos, todas estas organizaciones están controladas por los satanistas.
Y mientras toda esta tempestad sucedía ¿en dónde estaba Jonás, el profeta de Dios? Profundamente dormido, en la parte más baja del barco. Así parece estar la iglesia en estos momentos, profundamente dormida, porque a pesar de toda esta emergencia mundial, aún no hemos visto un fuerte reavivamiento de la fe, no vemos aún que las personas se arrepientan de forma masiva, a pesar de las diferentes plagas que actualmente afectan al planeta, incluyendo la tremenda plaga bíblica de langostas desde el sur de África hasta la India, que están acabando con todos los sembradíos, la plagas de influenza que están matando a cerdos y pollos en China, los incendios de Australia que consumieron sus recursos agrícolas, y que puede producir hambrunas, aunado a las erupciones volcánicas (hoy se registraron 27 volcanes en erupción) que están cubriendo la atmósfera con cenizas que impiden que la luz del sol llegue a las plantas, y que se teme que vaya a afectar las cosechas este verano. También hay un incremento en la frecuencia de temblores en todo el mundo, tornados, 6 violentas granizadas alrededor del mundo solo en esta semana, señales en el cielo, como 2 cometas que serán visibles en mayo, un es Atlas que es 5 veces más grande que Júpiter, y 2 grandes asteroides que pasaron cerca de la tierra en abril, etc., ¿qué más necesita hacer el Señor para llamar nuestra atención?
[Dice Jesús] «Si llega de repente, no permitan que los encuentre durmiendo. Lo que les digo a ustedes lo digo para todos: ¡Manténganse alerta!» — Marcos 13:36-37 (PDT)
«Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos alerta y seamos sobrios.» — 1 Tesalonicenses 5:6 (NBLA)
Si usted no piensa que todas estas catástrofes naturales son enviadas por Dios, y piensa que más bien fueron ocasionadas por el «calentamiento global» o «cambio climático» causado por la contaminación que emite el hombre, déjeme mencionarle que los cascos polares de Marte también se están derritiendo, por lo que es mentira que el hombre al quemar hidrocarburos esté causando este cambio climático, más bien es toda la iniquidad de la humanidad la que está provocando el enojo del Señor, permítame mostrarle dos Escrituras que nos aclaran este punto:
[Dice el Señor] «Mientras exista la tierra, no cesarán la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche”.» — Génesis 8:22 (RVA 2015)
«Por tanto, el SEÑOR espera para tener piedad de ustedes; por eso, se levanta para tener misericordia de ustedes. Porque el SEÑOR es un Dios de justicia [juicio], ¡bienaventurados son todos los que esperan en Él!» — Isaías 30:18 (RVA 2015)
Estas catástrofes no se tratan de ningún calentamiento global, esa es una mentira, el Señor dijo que mientras exista la tierra siempre habrá frío y calor, verano e invierno, entonces no se preocupe por eso. Preocúpese por atender el mandato que nos hizo para evangelizar al mundo, se trata de la gran comisión, no de la gran sugerencia.
[Dice Jesús] «Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos».» — Mateo 28:19-20 (NTV)
Dios le pide a Israel que evangelice al mundo
Este mandato no es nuevo, esta encomienda también la encontramos en el Antiguo Testamento, Dios escogió a Israel para que evangelizara a toda la tierra, para que fueran una luz para el mundo, e inspiró por medio de Su Espíritu, al rey David con salmos, para que proclamaran a Dios entre las naciones. Pero vemos con tristeza que Israel no evangelizó a las naciones vecinas, al contrario, adoptó sus religiones paganas.
«Den gracias al Señor, invoquen Su nombre; den a conocer Sus obras entre los pueblos. Cántenle, cántenle alabanzas; hablen de todas Sus maravillas… Canten al Señor, toda la tierra; proclamen de día en día las buenas nuevas de Su salvación. Cuenten Su gloria entre las naciones, Sus maravillas entre todos los pueblos. Porque grande es el Señor, y muy digno de ser alabado; Temible es Él también sobre todos los dioses. Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos, mas el Señor hizo los cielos.» — 1 Crónicas 16: 8-9, 23-26 (NBLA)
«Canten al SEÑOR; bendigan Su nombre. Anuncien de día en día Su salvación. Cuenten entre las naciones su gloria, entre todos los pueblos Sus maravillas… Digan entre las naciones: “¡El SEÑOR reina! Ciertamente ha afirmado el mundo y no será movido. Juzgará a los pueblos con rectitud”… Él viene para juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con Su verdad.» — Salmos 96:2-3, 10, 13b (RVA 2015)
Incluso podemos irnos más atrás en el tiempo, Moisés les dijo a los israelitas que obedecieran las leyes de Dios, para demostrar sabiduría y entendimiento como nación, para que fueran un ejemplo para el resto del mundo.
[Dice Moisés] “Miren, yo les he enseñado los preceptos y las normas que me ordenó el Señor mi Dios, para que ustedes los pongan en práctica en la tierra de la que ahora van a tomar posesión. Obedézcanlos y pónganlos en práctica; así demostrarán su sabiduría e inteligencia ante las naciones. Ellas oirán todos estos preceptos, y dirán: “En verdad, este es un pueblo sabio e inteligente; ¡esta es una gran nación!” ¿Qué otra nación hay tan grande como la nuestra? ¿Qué nación tiene dioses tan cerca de ella como lo está de nosotros el Señor nuestro Dios cada vez que lo invocamos? ¿Y qué nación hay tan grande que tenga normas y preceptos tan justos, como toda esta ley que hoy les expongo?»— Deuteronomio 4:5-8 (NVI)
Lamentablemente los israelitas, como nación, desobedecieron los mandatos del Señor, y han continuado en rebeldía hasta el día de hoy, hay muchas personas seculares en Israel, y por ejemplo de entre los judíos ortodoxos, no conozco a nadie que ande haciendo proselitismo hacia otras religiones, que es lo que deberían estar haciendo (aunque hoy en día, quizás no sea tan malo, porque ellos hoy niegan que Jesús es el Mesías y estarían transmitiendo un falso evangelio). Por lo que los judíos tienen una actitud similar a la del profeta Jonás, que conoce los mandamientos del Señor, pero que parecen no necesitar compartirlos con el resto del mundo. Jonás cuando estuvo adentro del gran pez, hizo una oración para que Dios tuviera misericordia de él (1 persona), pero luego este profeta se enojó con Dios cuando fue misericordioso y salvó a miles de la destrucción anunciada en la ciudad de Nínive, y en esta segunda oración le reclamó al Señor y además trató de justificar su pecado.
«Cuando Dios vio sus acciones, que se habían apartado de su mal camino, entonces Dios se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo. Pero esto desagradó a Jonás en gran manera, y se enojó. Y oró al Señor: «¡Ah Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis. Porque yo sabía que Tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira y rico en misericordia, y que te arrepientes del mal anunciado. » — Jonas 3:10, 4:1-2 (NBLA)
La iglesia de Jesucristo necesita despertar y obedecer al Señor
No podemos esperar solamente recibir bendiciones de Dios, como Jonás que le gustó la planta que le daba sombra (Jonás 4:6), sin estar dispuestos, nosotros también, a distribuir de entre estas bendiciones, como compartir la Palabra de Dios, dar comida al hambriento, etc. Muchas personas parecieran tener la actitud de que están muy a gusto cuando Dios está haciendo algo por ellos, pero cuando el Señor les pide que hagan algo por los demás tienen una flojera espiritual: Se sienten cansados o con sueño, les parece algo inconveniente, les da pena, no quieren ser molestados durante su programa de televisión, son indiferentes, no sienten ninguna necesidad de salir de su zona de confort, etc.
«No apaguen al Espíritu Santo.» — 1 Tesalonicenses 5:19 (NTV)
Permítame contarle una breve historia que le sucedió a mi esposa, ella iba en el metro de Toronto, y de pronto sintió una necesidad muy fuerte de compartir el evangelio con un joven que estaba sentado cerca de ella, ella en su mente comenzó a pensar pretextos para no hacerlo: «pero si este joven trae audífonos puestos», luego volvió a sentir ese llamado, y siguieron los pretextos en su mente: «pero si parece árabe, no creo que hable español», la tercera vez que sintió esta necesidad por fin decidió ella tocar ligeramente el brazo del joven y preguntarle «¿habla usted español?» el joven le dijo que sí, entonces ella le dijo que no sabía por qué, de entre todas las personas que había en el metro, pero que necesitaba darle algo a él. Y entonces le entregó un Evangelio de Juan, y le dijo «Jesús lo anda buscando». El joven se quedó muy sorprendido, le dijo que todo eso era muy raro, y le confesó que él le había pedido en oración a Dios que le diera una Biblia, que él quería leer Su Palabra, y le dijo que incluso él ya había llenado un formato por Internet para recibir una Biblia gratis, pero que aún no la había recibido. Y ella le dijo, «creo que el Señor le está dando respuesta a su oración», y entonces ella le dio aparte un Nuevo Testamento que también traía consigo y rápidamente se despidió de él porque ya había llegado a su parada.
Cuando sentimos ese llamado por parte del Señor, necesitamos hacer caso, porque no sabemos todo lo que ha sucedido antes para cuando nos encontramos con las personas, todo lo que el Señor ya ha estado trabajando en sus corazones y las situaciones por las que ya han pasado.
[Dice el Señor] «Les daré otro corazón, y pondré un Espíritu nuevo dentro de ellos. De la carne de ellos quitaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que anden según Mis estatutos y guarden Mis decretos y los pongan por obra. Ellos serán Mi pueblo, y Yo seré su Dios.» — Ezequiel 11:19-20 (RVA 2015)
Jonás profetizó entre los años 793-753 a.C. es posible que las plagas en el año 765 y 759 a.C. según la historia de Asiria, y el eclipse total de 763 a.C., los cuales fueron vistos como portentos de furia divina, hayan preparado al pueblo para el mensaje de Jonás. La cuestión es que incluso con el brevísimo sermón de Jonás, y a pesar de que era una ciudad que tardaba 3 días en recorrerse (Jonás 3:3) y que Jonás sólo recorrió 1 día, fue suficiente para que toda la ciudad se arrepintiera.
«Jonás comenzó a recorrer la ciudad durante un día de recorrido y proclamaba diciendo: “¡De aquí a cuarenta días Nínive será destruida!”.» — Jonás 3:4 (RVA 2015)
Recientemente, alguien me compartió un video musical en inglés que me gustó mucho, de un cantante llamado Matthew West, la canción en inglés se llama My Own Little World (Mi Pequeño Propio Mundo), le paso el link por si lo puede ver. En el video usted puede ver a un hombre cristiano, que asiste a las reuniones en su congregación, que da donativos, pero que a su vez ha estado viviendo en su pequeño mundo, sin considerar evangelizar al resto de las personas que necesitan acercarse a Dios. En el video este hombre comienza a ver a su alrededor a personas en la calle con letreros colgando del cuello que dicen cosas como: «Deprimido», «Adicta», «Amargada», «Adúltero», «Suicida», «Pobreza», «Odio», «Soledad», «Abusada», «Codiciosa», «Sin amor», y este cristiano comienza a darse cuenta que necesita salir de su pequeño mundo, de su egoísmo, y que no se trata tan solo de él, y se pregunta a sí mismo, ¿qué pasa si hay un propósito mayor que ahorita podría estar viviendo? Y comienza a cambiar su vida, y a preocuparse por los demás, y busca aligerar las cargas de esas personas, al ayudar a personas necesitadas en la calle, y comienza a compartir el Evangelio con los demás. Lo cual es exactamente lo que necesitamos hacer en estos momentos, ahorita se nos ha presentado una enorme oportunidad, los incrédulos ya no tienen el pretexto de no tener tiempo para escuchar el mensaje, en lugar de estar viendo Netflix podrían estar leyendo las Escrituras que nunca han leído. Podrían encontrar el consuelo y la paz que tanto necesitan, y lo más importante ¡podrían encontrar la salvación del Señor!
[Dice el Señor] «¡Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas; del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la salvación, del que dice a Sión: «Tu Dios reina»!» — Isaías 52:7 (NVI)
«Dice Él [Señor]: «Poca cosa es que Tú seas Mi siervo, para levantar las tribus de Jacob y para restaurar a los que quedaron de Israel. También te haré luz de las naciones, para que Mi salvación alcance hasta los confines de la tierra».» — Isaías 49:6 (NBLA)
Regresando a Moisés, él le había advertido al pueblo israelita, que no se olvidaran de cumplir los Mandamientos del Señor y que los enseñaran a las generaciones futuras.
[Dice Moisés] «»¡Pero tengan cuidado! Presten atención y no olviden las cosas que han visto sus ojos, ni las aparten de su corazón mientras vivan. Cuéntenselas a sus hijos y a sus nietos.» — Deuteronomio 4:9 (NVI)
Sobre este tema, permítame hacerle una pregunta personal: ¿Qué tantos de sus abuelitos trataron de evangelizarlo a usted?, ¿quién de sus familiares le regaló una Biblia? ¿acaso sus padres le dieron una formación cristiana? Muchas familias han fallado incluso en «contarle a sus hijos y a sus nietos» acerca del Señor, y en poner un buen ejemplo para las generaciones futuras, esto ha traído graves consecuencias para toda la sociedad hasta el punto en el que nos encontramos hoy. Si no evangelizamos a los de nuestra propia casa, entonces qué posibilidades tienen de recibir el mensaje los desconocidos perdidos que veamos en las calles, y que sin darse cuenta, están hambrientos de la Palabra de Dios.
«Sí, te humilló permitiendo que pasaras hambre y luego alimentándote con maná, un alimento que ni tú ni tus antepasados conocían hasta ese momento. Lo hizo para enseñarte que la gente [el hombre] no vive solo de pan, sino que vivimos de cada palabra que sale de la boca del Señor.» — Deuteronomio 8:3 (NTV)
“He aquí que vienen días, dice el SEÑOR Dios, en los cuales enviaré hambre a la tierra; no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír las palabras del SEÑOR.» — Amós 8:11 (RVA 2015)
Dios envió una terrible tormenta para despertar a Jonás que estaba durmiendo, ahora ha desatado una plaga, quizás con esto despierte la iglesia. Una vez que el pez dejó a Jonás en tierra firme, la encomienda para Jonás fue exactamente la misma (Jonás 3:1-2), solo que se pudo haber ahorrado la experiencia de haber estado adentro del estómago de un pez, tiempo, dinero y mucha angustia, si hubiera obedecido desde la primera vez que recibió el mandato. Los israelitas también pudieron haberse ahorrado el cautiverio bajo los egipcios, hacia Babilonia, con los Asirios y con los Romanos. La historia de Jonás nos ayuda a comprender mejor el alcance de la gracia de Dios, y que el mensaje de salvación es para todos.
En el siguiente artículo, quisiera compartirles una forma que he estado utilizando para evangelizar a personas con quienes tengo interacción en persona, por ejemplo, con taxistas, y que espero le ayude también a usted a cumplir con la gran comisión que tenemos por parte de nuestro Señor Jesucristo.
¡Que Dios los bendiga y proteja!
