Armadura de Dios

El Poder del Ayuno para Avanzar la Obra de Dios (Parte 16)


En nuestro artículo anterior vimos el poder espiritual del ayuno para ayudar a nuestro prójimo. Ahora hablaremos de los últimos 3 propósitos del ayuno en nuestra lista. El arrepentimiento junto con el ayuno, evitaron la destrucción de Israel y también el juicio sobre Nínive. También salvó la vida de uno de los más malvados reyes de Israel, y pospuso su juicio. Con el ayuno podemos expresar nuestra preocupación para que se realice la obra del SEÑOR. Y por último, nos ayuda a combatir la tentación, como Jesucristo nos lo demostró con Su ayuno de 40 días.



8. Para Expresar Arrepentimiento y Regresar a Dios

prisionero

Ayunar con este propósito es similar a ayunar con el propósito de expresar dolor por nuestros propios pecados. El creyente vuelto a nacer, siente dolor por los pecados que ha cometido al ofender al SEÑOR. Aquí el ayuno, lo impulsará a que su arrepentimiento realmente resulte en un cambio de actitud, en un compromiso de obediencia y en una nueva dirección de regreso a Dios.

Sométanse, pues, a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores y purifiquen su corazón, ustedes de doble ánimo. Aflíjanse, lamenten y lloren. Su risa se convierta en llanto, y su gozo en tristeza. Humíllense delante del Señor, y él los exaltará”. — Santiago 4:7-10 (RVA-2015)

Sabemos que, por la gracia de Dios, Cristo pagó por todos nuestros pecados de una vez por todas (1 Juan 2:2; 1 Pedro 3:18; Tito 2:11; 2 Corintios 5:21), porque nosotros no podemos pagar por nuestros pecados. También que Dios prometió que: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).

Sin embargo, esta promesa que tenemos, no debe ser tomada a la ligera. Nuestro arrepentimiento debe ser genuino, no solo de palabra, sino con hechos (Isaías 29:13; Santiago 2:14-26), para no deshonrar el sacrificio que Cristo hizo para pagar por nuestros pecados. La mera admisión y confesión no es suficiente, se requiere un verdadero arrepentimiento de corazón. Arrepentirse no solo es dejar de cometer ese pecado, sino que, implica alejarse de la tentación, cambiar de dirección, para dejar de vivir para complacer nuestros deseos carnales, y empezar a vivir en obediencia a la Torá, para caminar de forma agradable ante los ojos del ETERNO.

“א (Álef) —Bienaventurados los íntegros de camino, los que andan según la ley del SEÑOR”. — Salmos 119:1 (RVA-2015)

Me deleito en hacer Tu voluntad, Dios mío; Tu ley está dentro de mi corazón”. — Salmos 40:8 (NBLA)

Sean hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos… Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, este será bienaventurado en lo que hace”. — Santiago 1:22, 25 (NBLA)

Cuando se lamente profundamente por su pecado, un ayuno voluntario puede ser una expresión de su dolor y de su sincera confesión y arrepentimiento que va más allá de las palabras. Y aunque el ayuno no lo va a hacer más digno del perdón, el ayuno le comunica la seriedad de su confesión al SEÑOR.

El Ayuno Salva a Israel

Samuel oracion sacrificio Israel vence a filisteos

El pasaje de 1 Samuel 7, nos habla del asombroso poder del arrepentimiento y del ayuno, con los cuales, los israelitas vencieron al ejército filisteo. Samuel los reprendió por su pecado de idolatría y les pidió que se arrepintieran para que fueran liberados del yugo de los filisteos (1 Samuel 7:3). Los israelitas se arrepintieron deshaciéndose de sus ídolos, ayunaron y regresaron al SEÑOR (1 Samuel 7:4-6). Entonces, Samuel ofreció un sacrificio y oró al Todopoderoso. Cuando los filisteos se disponían a atacar, el SEÑOR los atacó y los confundió, así que los israelitas los persiguieron, derrotaron y los expulsaron fuera de su territorio. Los filisteos ya no regresaron más durante todos los días de Samuel (1 Samuel 7:10-14).

“Se reunieron en Mizpa, sacaron agua y la vertieron delante del SEÑOR. Aquel día ayunaron allí y dijeron: —Hemos pecado contra el SEÑOR. Y Samuel juzgaba a los hijos de Israel en Mizpa”. — 1 Samuel 7:6 (RVA-2015)

“Mientras Samuel estaba ofreciendo el holocausto, los filisteos se acercaron para pelear con Israel. Pero el SEÑOR tronó con gran estruendo aquel día contra los filisteos y los confundió, y fueron derrotados delante de Israel”. — 1 Samuel 7:10 (NBLA)

En Joel 2, en donde se nos da la profecía sobre el terrible Día del SEÑOR. Se nos enfatiza que regresemos a Él con ayuno y con lamento, una vez que nos hayamos arrepentido de nuestros pecados, para que podamos alcanzar Su perdón y salvación. El liderazgo de la congregación, los sacerdotes, los ministros y los ancianos, son los responsables de poner el ejemplo (Joel 2:15-17).

“«Aun ahora», declara el SEÑOR, «Vuelvan a Mí de todo corazón, con ayuno, llanto y lamento… Toquen trompeta en Sión, promulguen ayuno, convoquen asamblea”. — Joel 2:12, 15 (NBLA)

El Ayuno Evitó el Juicio de Dios

ayuno y arrepentimiento

Otro ejemplo en donde el arrepentimiento y el ayuno tuvieron un papel decisivo, fue con el pueblo de Nínive, a donde fue enviado el profeta Jonás, para profetizarles la destrucción venidera debido a la violencia de sus habitantes. Ante esa advertencia el rey de Nínive se preocupó tanto, que proclamó un ayuno para todos los habitantes del pueblo, como muestra de su arrepentimiento, en donde incluso los animales no debían comer ni beber nada (Jonás 3:4-10).

Jonás comenzó a recorrer la ciudad durante un día de recorrido y proclamaba diciendo: “¡De aquí a cuarenta días Nínive será destruida!”. Pero los hombres de Nínive creyeron a Dios, proclamaron ayuno y se cubrieron de cilicio desde el mayor hasta el menor. El asunto llegó hasta el rey de Nínive quien se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive por mandato del rey y de sus grandes:

“¡Que hombres y animales, bueyes y ovejas, no coman cosa alguna! ¡No se les dé alimento ni beban agua! Cúbranse de cilicio tanto hombres como animales. Invoquen a Dios con todas sus fuerzas y arrepiéntase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos. ¿Quién sabe si Dios desiste y cambia de parecer, y se aparta del furor de su ira y así no pereceremos?”. Dios vio lo que hicieron, que se volvieron de su mal camino, y desistió del mal que había determinado hacerles y no lo hizo”. — Jonás 3:4-10 (RVA 2015)

Observe que en el caso de los habitantes de Nínive, al mostrar su arrepentimiento y ayunar buscando el favor de Dios, pudieron librarse del juicio anunciado, porque Dios vio que se habían humillado a sí mismos. Si este fue el resultado que obtuvo un pueblo violento e incrédulo que se arrepintió, ¡imagine todos los beneficios que puede traer el ayuno en la vida de un hijo de Dios!

“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”. — Efesios 3:20 (RVR-1960)

Acab arrepentimiento

Cuando el malvado rey Acab escuchó el terrible juicio que había sido decretado para él y para su familia por su maldad (1 Reyes 21:21-29), entonces se arrepintió, humillándose a sí mismo y ayunó, para buscar el favor del SEÑOR, ante esto, el SEÑOR pospuso ese juicio:

“Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestiduras, puso cilicio sobre su cuerpo, ayunó y se acostó con el cilicio; y andaba humillado. Entonces vino la palabra del SEÑOR a Elías el tisbita, diciendo:—¿Has visto cómo se ha humillado Acab delante de Mí? Por cuanto se ha humillado delante de Mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa”. — 1 Reyes 21:27-29 (RVA 2015)

Si Acab, quien estaba casado con la terrible Jezabel, y que fue uno de los reyes más malvados, mediante ese ayuno que hizo, consiguió aplazar el juicio del SEÑOR, ¡imagine las cosas maravillosas que el ayuno le puede brindar a su vida si lo practica de manera habitual!

“Más bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio ni oído oyó, que ni han surgido en el corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman”. — 1 Corintios 2:9 (RVA-2015)

9. Para Expresar Preocupación por la Obra de Dios

Como cristianos, podemos sentir la necesidad de ayunar y orar para que la obra de Dios avance y se realice. Un padre puede ayunar y orar cuando está preocupado por la obra de Dios en la vida de su hijo. También podemos hacerlo cuando alguien ha experimentado una tragedia, una decepción o hasta una aparente derrota en su vida. El apóstol Pablo menciona que él ponía a su cuerpo bajo servidumbre, una forma de hacerlo es mediante el ayuno (1 Corintios 9:2). ¿A cuántos pastores conoce que hagan ayunos regularmente?

“Antes sujeto mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; para que predicando a los otros, no me haga yo reprobado”. — 1 Corintios 9:27(JBS)

El Ayuno Condujo a la Reconstrucción de Jerusalén

Nehemías muralla

Las Escrituras nos hablan de cómo se sentía Nehemías por las condiciones deplorables en las que estaba Jerusalén (Nehemías 1:3-4). Él estaba obedeciendo el mandamiento del SEÑOR de orar por la paz de Jerusalén (Salmos 122:6-9). La palabra paz en hebreo es שָׁלוֹם – shalóm, que significa también bienestar, prosperidad, seguridad, ser o estar completo. Así que, Nehemías oró y ayunó y fue enviado para llevar a cabo la obra de Dios al traer prosperidad a Jerusalén.

Oren ustedes por la paz de Jerusalén: «Sean prosperados los que te aman. Haya paz dentro de tus muros, y prosperidad en tus palacios». Por amor de mis hermanos y de mis amigos, diré ahora: «Sea la paz en ti». Por amor de la casa del SEÑOR nuestro Dios Procuraré tu bien”. — Salmos 122:6-9 (NBLA)

El Ayuno Reveló la Venida del Mesías

Daniel Vision

En Daniel 9 encontramos ayuno y una gran oración para avanzar la obra de Dios. Aquí Daniel, no solo estaba orando y ayunando por la paz de Jerusalén, sino por el perdón de los pecados de Israel, el pueblo de Dios (Daniel 9:3-19).

La respuesta a su oración y ayuno fue la profecía de las 70 semanas, que nos dice con exactitud cuándo es que el Mesías iba a venir para limpiar los pecados de todo Israel, tal y como lo pidió Daniel (Daniel 9:24-27). Esta fabulosa profecía nos habla de cómo Jesucristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, limpia con Su sangre todo pecado y da vida eterna a todo aquel que se arrepiente y pone su fe en Él. Si esto consiguió la oración y el ayuno para Daniel, ¿qué espera para implementarlo en su vida?

“Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Y oré a JEHOVÁ mi Dios e hice confesión diciendo… Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque Tu nombre es invocado sobre Tu ciudad y sobre Tu pueblo”. — Daniel 9:3-4a, 19 (RVR-1960)

Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe… Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí”. — Daniel 9:24-25a, 26a (RVR-1960)

Esto es precisamente lo que es anunciado en Lucas 3, cuando Juan El Bautista preparaba el camino para YAHWEH Yeshúa predicando el bautismo de arrepentimiento. Mientras hacía esto citó las palabras del profeta Isaías:

“Entonces él anduvo por toda la región alrededor del Jordán predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados, como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que proclama en el desierto: “Preparen el camino del SEÑOR; enderecen sus sendas. Todo valle será rellenado, y toda montaña y colina serán rebajadas. Los senderos torcidos serán enderezados; y los caminos ásperos, allanados; y toda carne verá la salvación de Dios”. — Lucas 3:3-6 (RVA 2015)

Los valles son regiones de tierra bajas, deprimidas, esta es una palabra clave en la Biblia, una metáfora, entendemos que se refiere a personas que se humillan a sí mismas, como cuando uno hace ayuno. Mientras que las montañas se refieren a personas que se enaltecen a sí mismas, y por eso esta Escritura nos dice que los valles serán rellenados y las montañas rebajadas. En otras palabras, “quien se enaltezca será humillado, y quien se humille será enaltecido” (Lucas 14:11, 18:14). Por esta razón, Juan El Bautista instruía a sus discípulos para que hicieran ayuno, para que pudieran avanzar la obra de Dios (Marcos 2:18).

“Y los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan?”. — Marcos 2:18 (RVR-1960)

10. Para Vencer la Tentación y Dedicarse a Dios

Jesús ayunando y satanás

Probablemente el ayuno más conocido en la Biblia es el ayuno sobrenatural de 40 días que hizo nuestro Señor Jesucristo en Mateo 4:1-11. El Espíritu Santo lo llevó al desierto y por 40 días enfrentó las tentaciones más fuertes del diablo (Marcos 1:12-13; Lucas 4:1-4). El número 40 en las Escrituras está relacionado con juicios o pruebas, o para enfatizar tiempos de dificultad y adversidad.

“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días, pasados los cuales tuvo hambre”. — Lucas 4:1-2 (RVR-1995)

Así que Yeshúa se estaba preparando para dedicarse a Sí mismo al Padre para Su ministerio público, porque al final de Su ayuno, Él regresó a Galilea en el “poder del Espíritu” (Lucas 4:14). Un principio que aprendemos de este ejemplo de Cristo, es que el ayuno nos da la fortaleza espiritual para vencer las tentaciones de la carne, del mundo y hasta de Satanás. Además, nos permite dedicarnos al Padre.

“Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor”. — Lucas 4:14 (NBLA)

Fortaleciendo a Su Espíritu

el ayuno

Al ayunar, usted podría sentirse temporalmente débil en el cuerpo, pero su espíritu se está fortaleciendo.

“Y me ha dicho: “Bástate Mi gracia, porque Mi poder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que habite en mí el poder de Cristo”. — 2 Corintios 12:9 (RVA 2015)

El ayuno elimina los ruidos y las distracciones y habilita un espacio en donde puede escuchar más fácilmente la voz del SEÑOR. Al ayunar, está reconociendo que el hambre de su cuerpo físico es secundaria, y que se interesa más bien en satisfacer su hambre espiritual, la cual es saciada con cada palabra que sale de la boca de Dios (Deuteronomio 8:3; Mateo 4:4).

Cuando uno se humilla, es más fácil que: se arrepienta de sus pecados; su corazón crezca espiritualmente; adopte los mandamientos de Dios como su estilo de vida; pueda pasar las pruebas y tentaciones del enemigo; y obedezca y sirva dentro del pueblo escogido por el SEÑOR, para llevar a cabo Su obra y Su voluntad (Mateo 4:4; Juan 4:31-34).

El ayuno también nos ayuda a reconocer la naturaleza temporal de nuestras necesidades físicas. Si bien la comida, la bebida y otras comodidades son necesarias para la supervivencia, no son la única forma de sustento. Dios sí lo es. El ayuno nos enseña a enfocarnos en lo eterno, en lugar de lo temporal, y nos permite olvidarnos de las cosas de este mundo físico y terrenal y enfocarnos en las del Espíritu. El apóstol Pablo nos recuerda en 2 Corintios 4:18 que debemos fijar la vista en lo invisible, no en lo visible, porque lo visible es temporal, pero lo invisible es eterno. De esta forma acumulamos tesoro en el Cielo (Mateo 6:19-21).

“Al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. — 2 Corintios 4:18 (NBLA)

¡Que Dios los bendiga!


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