Armadura de Dios

El Ayuno es una Arma Espiritual Poderosa (Parte 12)


En el artículo anterior mencionamos la Oración en el Espíritu como la última de las 7 armas espirituales descritas por Pablo en Efesios 6. En nuestro libro, incluimos el Ayuno dentro de la sección de Oración en el Espíritu. Pero ahora quisiéramos ampliar sobre este tema y compartir nueva información que no teníamos antes y que no está en el libro. El ayuno es un arma espiritual muy poderosa, que complementa y hace más poderosa a la Oración en el Espíritu. Lamentablemente, la función del ayuno no es muy conocida ni practicada entre los cristianos. Esperamos que esta serie de artículos, le ayude en este aspecto de su vida espiritual.



Nuestro Señor Jesucristo espera que, como Sus discípulos, no solamente hagamos oración, sino que también ayunemos. Descubra el poder de esta arma espiritual que es capaz de evitar el juicio sobre ciudades enteras (Jonás 3:4-10), derriba fortalezas espirituales, rompe cadenas y libera a los cautivos incluso de los demonios más problemáticos (Mateo 17:21; Marcos 9:29). El ayuno agudiza nuestros sentidos espirituales, nos da claridad cuando no sabemos cuál rumbo tomar.

“Cuando Ayunen”

Jesús Sermón del monte

El sermón que dio Jesucristo (Yeshúa HaMashíaj) en Mateo 5-7, contiene Sus enseñanzas para vivir una vida agradable ante el SEÑOR. En Mateo 6:5-15, nos enseña a orar de la forma correcta para que evitemos ser como los hipócritas. El SEÑOR espera que oremos, como parte de nuestra comunión con Él. Por eso dice: “cuando oren”, porque tenemos el mandamiento de orar todo el tiempo (1 Tesalonicenses 5:17; Romanos 12:12). Esto no debe ser algo esporádico, sino una costumbre diaria.

Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. De cierto les digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará”. — Mateo 6:5-6 (RVA-2015)

Después, Cristo continúa diciendo en Mateo 6:16-18: “Y cuando ayunen”. Con esto nos está indicando que Él está esperando que ayunemos, de la misma manera en la que oramos. Las enseñanzas de Jesucristo son exactamente paralelas para referirse tanto a la Oración en el Espíritu como al Ayuno, para indicar que son dos actividades espirituales que van de la mano.

Y cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no hacer ver a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”. — Mateo 6:16-18 (NBLA)

Resistencia al Ayuno

Jesús ayunando y satanás

¿Qué tipo de personas vienen a su mente cuando piensa en el ayuno? Quizás monjes de algún convento que viven de manera austera o penitente. Tal vez piense en quienes hacen dietas de moda, como la del ayuno intermitente para cuidar la figura. O recuerde a los fariseos legalistas, como el que se jactaba de ayunar 2 veces por semana (Lucas 18:12). Por otro lado, también podría pensar en Juan el Bautista y sus discípulos. Inclusive, ¿Sabía que nuestro Señor Jesucristo practicó y enseñó sobre el ayuno? (Mateo 4:1-2; Lucas 4:1-2).

“Entonces se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron: —¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: —¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán”. — Mateo 9:14-15 (RVR-1995)

Sin embargo, ¿A cuántas personas conoce usted que ayunen regularmente con propósitos espirituales? ¿Cuántos sermones ha escuchado acerca del ayuno? Lamentablemente, rara vez se menciona el ayuno en las iglesias cristianas. Esto no es coincidencia, el enemigo busca ocultar esta información, hasta el punto de infiltrarse en los comités de traductores bíblicos. Por eso, si usted ve los versículos de Mateo 17:21 y Marcos 9:29, dependiendo de su traducción de Biblia, la palabra “ayuno” que sí viene en el texto griego original (νηστεία– nistía), es omitida. Hay versiones que incluso omiten el versículo completo.

[Jesús dice] “Pero esta clase no sale sino con oración y ayuno”. — Mateo 17:21 (NBLA)

¿Por qué algunos traductores eliminaron este concepto del ayuno para expulsar demonios difíciles? ¿Sabía usted que la palabra “ayuno” es mencionada 41 veces en la Biblia Reina-Valera 1960, en comparación con la palabra “bautismo” que solo es mencionada 26 veces? ¿Acaso este no es un indicativo de lo importante que es el ayuno para Dios? Sin embargo, los cristianos que viven en una sociedad sin negaciones y autocomplaciente, pueden tener dificultades para aceptar y comenzar la práctica del ayuno.

El Ayuno de los Primeros Cristianos

Cristianos orando alabando ayunando

El que los creyentes ayunen es algo que complace al SEÑOR, es una forma de servirlo (Lucas 2:37), demuestra una disciplina espiritual. No en el sentido de que sea una forma mecánica que garantice que Dios nos responderá favorablemente ni mucho menos que lo podamos manipular para obtener lo que queramos. Porque esto, convertiría al ayuno en una teología de obras. Recuerde que su meta no debe ser impresionar a Dios. Porque solamente somos aceptables a Dios por la obra de Jesucristo, por el arrepentimiento de nuestros pecados y por nuestra fe (Efesios 2:8-9; Tito 3:5-7).

“Pero aun ahora”, dice el SEÑOR, “vuélvanse a Mí con todo su corazón, con ayuno, llanto y lamento”. — Joel 2:12 (RVA-2015)

Vemos que los primeros cristianos empezaron a ayunar después de que Jesucristo regresó con el Padre. Pablo es el primero que ayuna durante su conversión, no tomó ni comió nada durante 3 días (Hechos 9:9). Después en la iglesia de Antioquía, los creyentes ayunaron para seleccionar a Pablo y a Bernabé, quienes partieron en el primer viaje misionero para predicar el Evangelio y para formar nuevas iglesias (Hechos 13:2-3). Pablo y Bernabé oraban y ayunaban con los nuevos creyentes para seleccionar a los ancianos que se encargarían de establecer estas nuevas iglesias (Hechos 14:23). Incluso Pablo indica que una de las credenciales que comprueba que él es un verdadero ministro y apóstol del SEÑOR es que él ayunaba (2 Corintios 6:4-5, 11:27).

Como ellos servían al Señor y ayunaban siempre, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme a Bernabé y a Saulo, porque los he llamado para un importante trabajo.» Y así, después de que todos ayunaron y oraron, les impusieron las manos y los despidieron”. — Hechos 13:2-3 (RVC)

“Antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos”. — 2 Corintios 6:4-5 (RVR-1960)

En la actualidad no estamos acostumbrados a ayunar, pero cuando descubra sus beneficios, agradecerá y alabará a Dios por darnos esta poderosa arma espiritual.

¿Qué es el Ayuno?

el ayuno

Una definición bíblica del ayuno es la abstinencia voluntaria del cristiano de comer con fines espirituales. El ayuno debe de tener motivos y propósitos bíblicos que estén centrados solo en Dios, de lo contrario, no tiene ningún beneficio ni valor espiritual.

Sabemos que los incrédulos que ayunan por motivos de salud y belleza, solo obtendrán eso como beneficio. Y si lo hacen por motivos religiosos, su naturaleza carnal lo convierte en una experiencia miserable y egocéntrica. Conozco a diferentes musulmanes que durante los ayunos religiosos del mes del Ramadán, se levantan en la madrugada para comer antes de que salga el sol, y hay otros que, en lugar de ser productivos durante el día, se quedan dormidos y así evitan las inconveniencias del ayuno, para solo levantarse al atardecer y comer todo lo que puedan.

ayuno hambre

Cuando usted haga ayuno, evite pensamientos como: “¡Espero que no me den dolores de cabeza!”; “Si acaso puedo completar el ayuno de este día, ¡ya no volveré a intentarlo!”; “¡Todo lo que puedo escuchar es el gruñido de mi estómago!”; “¿Cuánto falta para que el ayuno termine?”; “No puedo concentrarme en mi trabajo”; “¡Gracias a Dios, ya solo faltan 2 horas para que el ayuno termine!”; “¡Finalmente, se llegó la hora, ya puedo comer todo lo que quiera!”. Reconozca que estos son pensamientos carnales, si los tolera, aún no ha entendido el propósito del ayuno. Porque este tipo de pensamientos reducen el ayuno a obras, a un acto carnal de resistencia y de sufrimiento autoinfligido, como el caso de los fariseos que ayunaban.

Más bien, el hambre tiene un propósito superior durante el ayuno. Suponga que usted desea ayunar para que su hijo incrédulo sea salvado. Para ello, se propone a estar en oración y ayuno todo el día. Entonces, cada vez que tenga hambre, esto será un recordatorio para orar por su hijo en ese momento. El tiempo que antes dedicaba a comer ahora lo puede dedicar a orar intensamente en el Espíritu. El hambre física la convierte en un hambre espiritual por la Palabra de Dios y por querer intensificar su cercanía a Él, por buscar Su rostro. Al final del ayuno, usted habrá orado más intensamente y más frecuentemente durante todo el día, algo que sería muy difícil de hacer sin la ayuda del ayuno.

“Pero Jesús le respondió: «Escrito está: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios»”. — Mateo 4:4 (NBLA)

“Escucha, oh SEÑOR, mi voz cuando clamo; ten piedad de mí, y respóndeme. Cuando dijiste: «Busquen Mi rostro», mi corazón te respondió: «Tu rostro, SEÑOR, buscaré». No escondas Tu rostro de mí; no rechaces con ira a Tu siervo; Tú has sido mi ayuda. No me abandones ni me desampares, oh Dios de mi salvación”. — Salmos 27:7-9 (NBLA)

¿Cuál es el Propósito del Ayuno?

El ayuno es parte de la artillería pesada del creyente porque funciona como el catalizador espiritual que fortalece con gran poder a la Oración en el Espíritu. Las Escrituras describen muchos propósitos para el ayuno, haciéndolo un arma espiritual tan versátil y poderosa que, junto con la oración, es capaz de derribar fortalezas espirituales, romper cadenas y liberar a los cautivos. El ayuno agudiza nuestros sentidos espirituales, nos da claridad cuando no sabemos cuál rumbo tomar. Es un sacrificio espiritual para adorar a Dios, es una forma efectiva de humillarse ante Él y de servirlo. Es una forma más intensa y fervorosa de oración, y también es un acto de obediencia.

Concuerdo con el pastor Donald S. Whitney, quien en su libro Spiritual Disciplines for the Christian Life (Disciplinas Espirituales para la Vida Cristiana, pág. 157) identificó los diferentes propósitos del ayuno y los agrupó en diez categorías principales. Veamos a continuación el primer propósito de esta lista:

1. Fortalecer la Oración

oración en el Espíritu

Uno de los beneficios del ayuno es que nos cambia a nosotros, y la forma en la que oramos. El ayuno agudiza nuestras intercesiones y le da fervor a nuestras súplicas. El ayuno nos ayuda a hacer oraciones con más urgencia y persistencia. Sin embargo, el ayuno no es una especie de huelga de hambre espiritual que obligue a Dios a cumplir nuestras peticiones, tampoco consigue que Él las reconsidere si están fuera de Su voluntad. Cuando el rey David cometió adulterio con Betsabé y luego mandó matar a su esposo para encubrir ese pecado (2 Samuel 11), el bebé de esa relación adúltera se enfermó y murió, de nada le sirvió ayunar a David (2 Samuel 12).

El autor cristiano, Arthur Wallis en su libro God’s Chosen Fast (El ayuno elegido por Dios, pág. 42) comentó: “El hombre que ora con ayuno le está dando al Cielo un aviso de que realmente habla con seriedad al utilizar un medio que Dios ha elegido para que su voz se escuche en la Corte Celestial”. Dios siempre se complace en escuchar las oraciones de Su pueblo. Pero se complace aún más, cuando elegimos fortalecer nuestras oraciones de una manera que Él ha establecido. Por eso, el pueblo de Dios ha usado el ayuno con frecuencia cuando hay una urgencia especial en las preocupaciones que elevan ante el Padre. Veamos algunos ejemplos de la efectividad del ayuno que nos muestran las Escrituras:

Esdras lee la Torá

Cuando el sacerdote Esdras lidereó al segundo grupo de exiliados de Babilonia para regresar a Jerusalén en el 457 a.C. Él proclamó un ayuno entre esta multitud de personas para que el SEÑOR los protegiera durante su viaje de más de 1,000 Km, que duró entre 4 y 6 meses, por una ruta llena de asaltantes que emboscaban a los viajeros. Ellos así pudieron traer consigo toneladas de oro y plata de los utensilios del Templo, sin necesidad de protección militar.

Esdras consideró que este asunto no era algo común como para ser llevado a Dios con una simple oración. Así que, recurrió al uso del ayuno y oración de todo el pueblo, y fueron escuchados. Si el ayuno llevó a cabo este milagro para Esdras y sus acompañantes ¿qué le falta para empezar a utilizar este recurso espiritual en su vida y así procurar que el SEÑOR bendiga sus súplicas?

Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios acerca de esto, y Él escuchó nuestra súplica”. — Esdras 8:23 (NBLA)

Nehemías muralla

Cuando Nehemías, el copero del rey de Persia, escuchó de las terribles condiciones de destrucción en que se encontraba Jerusalén, él ayunó e hizo oración para resolver esta situación. Como resultado, el rey no solo le dio permiso de ir para hacer labores de reconstrucción, sino que lo envió como gobernador de la provincia de Judá, con una escolta real, y cartas oficiales para que las autoridades y pueblos vecinos le proveyeran con todo el material de construcción que necesitara para restaurar y edificar a Jerusalén. Además, regresaron con Nehemías el tercer grupo de judíos exiliados en el 444 a.C. Si el ayuno hizo a Nehemías líder y gobernador y así pudo reconstruir Jerusalén en 52 días, ¿qué podrá hacer el ayuno para impulsar sus oraciones?

“Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos”. — Nehemías 1:4 (RVR-1960)

En los siguientes artículos en esta serie continuaremos viendo esta lista de los 10 propósitos a los que debemos aspirar cuando ayunamos. Pero para concluir esta introducción, permítame explicarle cómo puede usted hacer el ayuno.

¿Cómo hacer ayuno?

Un ayuno normal implica abstenerse de toda comida y bebida, pero no de agua. Sin embargo, hay diferentes tipos de ayuno, estos pueden ir desde un ayuno absoluto, en el que se evita todo alimento y líquido, incluso el agua, y normalmente es de corta duración. Como el que hizo Pablo al no comer ni beber nada en 3 días en Hechos 9:9, el de la reina Ester fue similar (Ester 4:16).

“Por tres días estuvo sin ver, y no comió ni bebió”. — Hechos 9:9 (RVA-2015)

“Ve, reúne a todos los judíos que se encuentran en Susa y ayunen por mí; no coman ni beban por tres días, ni de noche ni de día. También yo y mis doncellas ayunaremos. Y así iré al rey, lo cual no es conforme a la ley; y si perezco, perezco”. — Ester 4:16 (NBLA)

He hablado con creyentes que acostumbran hacer ayunos 1 vez por semana, en donde no toman ni comen nada desde que se despiertan hasta que anochece, o como hasta las 6 p.m., y en la noche tienen una cena normal. Algunos de ellos prolongan este tipo de ayuno durante varios días, según sus intenciones. Un creyente me dijo que una vez hizo este tipo de ayuno durante 21 días seguidos, porque estaba tratando de expulsar demonios de cierta persona.

ayuno pan y agua

También hay ayunos parciales, en los cuales el creyente se abstiene de ciertos alimentos o bebidas en la dieta. Por ejemplo, la persona deja de comer alimentos finos como carne, y en ese tiempo adopta una dieta sencilla y más económica de frijoles y verduras. Este tipo de ayunos pueden ser de más larga duración. Como el que hizo Daniel, quien no comió manjares, ni vino por 21 días (Daniel 10:3).

No comí manjares delicados ni carne ni vino entraron en mi boca ni me ungí con aceite, hasta que se cumplieron tres semanas”. — Daniel 10:3 (RVA-2015)

Para elegir con cuál tipo de ayuno puede empezar, necesita la guía del Espíritu Santo. Un ayuno no tiene que ser de 24 horas, como el que se acostumbra en Yom Kippur. Incluso abstenerse de comer una sola comida, ya puede ser considerado un ayuno bíblico, si esto implica un esfuerzo por parte suya y se realiza con fines espirituales. Debo enfatizar que, antes de intentar cualquier ayuno, necesita siempre hacer oración antes, pidiéndole ayuda al SEÑOR para que pueda realizar exitosamente el ayuno. Hace mucha diferencia si usted hace este tipo de oración antes.

Para las personas que tengan algún impedimento físico, si son diabéticas, si están embarazadas o tienen migrañas. Aun así, pueden ayunar. No es necesario que hagan un ayuno absoluto que pueda perjudicar su salud o la de su bebé. Es mejor que opten por un ayuno parcial, como el que hizo Daniel. Pueden optar por un ayuno en el que se limiten de ciertos alimentos, o puede ayunar con una comida equilibrada, pero con porciones más pequeñas, con objetivo es obtener la ingesta nutricional mínima para evitar problemas físicos, pero sin alcanzar una satisfacción plena. Lo que está buscando es seguir con un poco de hambre para que lo impulse a orar. Se pueden hacer excepciones en el ayuno, si la persona en ese momento está enferma o menstruando.

El ayuno es el mejor recurso que podemos introducir a nuestra vida de oración. Lamentablemente, a pesar de todo su poder, son pocos los cristianos que están dispuestos a disfrutar de estos beneficios de esta poderosa arma para su arsenal espiritual porque, en su ignorancia, se niegan a salir de su zona de confort.

No hay duda de que Dios le ha otorgado al ayuno bendiciones extraordinarias. En nuestro siguiente estudio continuaremos viendo los diferentes propósitos del ayuno, como el de buscar la guía de Dios, Su protección, y la liberación. Hablaremos de cómo el ayunar nos ayuda para que seamos humildes, y eso agrega una nueva dimensión al poder del ayuno y la oración del creyente.

¡Que Dios los bendiga!


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