Diez Mandamientos

El Primer Mandamiento (Parte 1)


Versículo 3 — «No tengas ningún otro dios aparte de Mí»

Dios es muy claro, Él no permite ninguna competencia con ningún otro dios. Debes escoger, adorar y servir sólo a YAHWEH como tu Dios, y sólo a Él. Él no admite a ningún rival. En este punto podemos darnos cuenta de lo absoluta que es Su exigencia y de la locura que sería contrariarlo.

“Abram tenía noventa y nueve años de edad cuando el SEÑOR se le apareció y le dijo: «Yo soy el Dios Todopoderoso [El-Shaddai]. Anda siempre delante de Mí y sé perfecto”. — Génesis 17:1 (RVC)

Riquezas
«La vida no se mide por cuánto tienen» – Jesús (Lucas 12:15)

Este Mandamiento es una prohibición contra rendir culto a nadie más, sólo a Dios. De esta forma se eliminan no sólo los dioses representados por ídolos de madera, piedra, oro y plata; sino también los deseos que promociona el “mundo“ como lo es el dinero, el placer, la moda, la fama, la gula, el trabajo, la familia y amistades, entre otras cosas, que usurpan el lugar que únicamente le corresponde a Dios. Y de esta forma, Dios nuestro Rey de Reyes prepara a Sus súbditos para que puedan recibir el resto de los 10 Mandamientos.

“Vean ahora que Yo, Yo soy el Señor, Y fuera de Mí no hay dios. Yo hago morir y hago vivir. Yo hiero y Yo sano, y no hay quien pueda librar de Mi mano”. — Deuteronomio 32:39 (NBLA)

La razón por la que adoramos a Dios de manera suprema es que no hay un Dios como nuestro Dios. Dios es omnipotente (Dios puede hacer cualquier cosa, tiene todo el poder), es omnisciente (Él lo sabe todo), es omnipresente (Dios está en todas partes, siempre existe, es eterno). Ningún dios creado por el hombre tiene estos atributos.

Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y Su entendimiento es infinito”. — Salmos 147:5 (RVR-1960)

“Como son más altos los cielos que la tierra, así Mis caminos son más altos que sus caminos, y Mis pensamientos más altos que sus pensamientos”. — Isaías 55:9 (RVA-2015)

Este Mandamiento requiere de nosotros una actitud y conducta que vaya de acuerdo a la relación que tenemos con Dios, de nuestro amor hacia Él, ya que Él es el Único quien puede satisfacer nuestra alma. Hoy en día muchos cristianos no experimentan el amor de Dios. Yo les preguntaría: ¿Estás obedeciendo los Mandamientos del SEÑOR? Pero tristemente muchos cristianos piensan “Yo no necesito seguir las leyes del Antiguo Testamento porque yo vivo bajo la gracia de Dios”. Sin embargo, estas personas no se dan cuenta que al no obedecer los Mandamientos del SEÑOR, no están experimentando el amor de Dios, porque cuando nuestro Creador nos hizo (Génesis 1:26), nos creó a Su imagen y semejanza, de forma que mientras más nos alejemos de parecernos a Él, sentimos un mayor vacío. Sus Mandamientos constituyen la instrucción para que cada uno de nosotros podamos satisfacer esta necesidad, llenando ese vacío que sentimos que no puede ser llenado con dinero, personas, ni nada de este mundo, sino solamente al amar a Dios y servirlo.

“Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”. — Génesis 1:26a (RVA 2015)

“Todo lo hizo hermoso en su tiempo; también ha puesto eternidad en el corazón de ellos, de modo que el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin”. — Eclesiastés 3:11 (RVA 2015)

“Sé que todo lo que Dios hace permanecerá para siempre. Sobre ello no hay que añadir ni de ello hay que disminuir. Así lo ha hecho Dios para que los hombres teman delante de Él”. — Eclesiastés 3:14 (RVA 2015)

Cuando Dios nos dice que lo adoremos supremamente, no es porque Él quiera imponer Su poder sobre nosotros, sino que Él sabe qué es lo mejor para nosotros, para nuestro desarrollo como Sus hijos, y lo que el Primer Mandamiento nos está diciendo es: Si no aprendes a amar y a adorar a “tu Dios” supremamente, nunca estarás satisfecho, y habrá un vacío en tu corazón, porque tu corazón fue creado para estar satisfecho sólo al adorar a nuestro Creador, este el único camino para tener una vida placentera, abundante y llena de felicidad y alegría.

Además, es el mismo camino a seguir para tener éxito y cumplir con el objetivo de nuestras vidas, produciendo frutos para el reino de Dios. Si por otro lado, el corazón está dividido, o si algo más ocupa su corazón, esto desvía del propósito principal y hay malas consecuencias como resultado.

«Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Lávense las manos, pecadores; purifiquen su corazón, porque su lealtad está dividida entre Dios y el mundo.» — Santiago 4:8 (NTV)

“Dice, pues, el Señor: “Porque este pueblo se acerca con su boca y me honra solo con sus labios; pero su corazón está lejos de Mí, y su temor de Mí está basado en mandamientos de hombres”. — Isaías 29:13 (RVA 2015)

¿Cómo cumplir con el Primer Mandamiento?

Oración del Creyente¿Pero cómo podemos seguir este Mandamiento en nuestras vidas? Primero, necesitamos enfocarnos en buscar un mayor conocimiento de Dios durante todas nuestras vidas, acercarnos más a Él, así como Él es revelado en Su Palabra y en Sus obras, ya que no podemos adorar a un Dios que no conocemos.

«Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ya no andéis así como andan también los gentiles, en la vanidad de su mente, entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón» — Efesios 4:17-18 (LBLA)

“Porque Mi pueblo es insensato; no me conocen. Son hijos ignorantes y carentes de entendimiento. Son expertos para hacer el mal, pero no saben hacer el bien”. — Jeremías 4:22 (RVA 2015)

Segundo, amar a Dios con todo lo que tenemos y con todas nuestras fuerzas (Deuteronomio 6:5; Lucas 10:27), lo cual motiva una profunda alegría en Él y de un fervoroso trabajo para Él.

Y amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. — Deuteronomio 6:5 (RVA 2015)

Tercero, el temor de Dios, el cual consiste de gran admiración a Su majestuosidad, suprema reverencia para Su autoridad, un deseo para Su gloria — así como el amor a Dios es nuestro motivador para la obediencia, el temor a Dios es la gran advertencia contra la desobediencia.

Cuarto, el adorar a Dios de acuerdo a Sus designios. Nuestras formas de ayuda principales son: estudio y meditación de la Palabra de Dios, oración, y poner en práctica lo que aprendimos adoptándolo como nuevos hábitos en nuestra vida diaria.

“Porque aunque sea verdad que algunos son llamados dioses, sea en el cielo o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), sin embargo, para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas, y nosotros vivimos para Él; y un solo Señor, Jesucristo, mediante el cual existen todas las cosas, y también nosotros vivimos por medio de Él”. — 1 Corintios 8:5-6 (RVA 2015)

Es nuestra responsabilidad acercarnos al SEÑOR en Sus términos, no en los nuestros. Y quizás sus ancestros hallan fallado, y no le transmitieron estas instrucciones necesarias para la vida, pero ahora usted tiene la oportunidad de regresar al camino correcto.

“¡Oh SEÑOR, fuerza mía y fortaleza mía, refugio mío en el día de angustia! A ti vendrán las naciones desde los confines de la tierra y dirán: «Nuestros padres heredaron solo mentira, vanidad y cosas sin provecho»”. — Jeremías 16:19 (NBLA)

“Dios dijo de nuevo a Abraham: —Pero tú guardarás Mi pacto, tú y tus descendientes después de ti, a través de sus generaciones”. — Génesis 17:9 (RVA 2015)

Para entender el Primer Mandamiento veamos con Escrituras lo que implica por parte nuestra: «Conocimiento y reconocimiento de que Dios es el único Dios, nuestro Dios (1 Crónicas 28:9; Deuteronomio 26:17); adorarlo y glorificarlo respectivamente (Salmos 95:6-7; Mateo 4:10); pensar en Él (Malaquías 3:16); meditar en Él (Salmos 63:6); recordarlo (Eclesiastés 12:1), tenerlo en alta estimación (Salmos 71:19); honrarlo (Malaquías 1:6); adorarlo (Isaías 45:23); elegir servirlo (Josué 24:15); amarlo (Deuteronomio 6:5); desearlo (Salmos 73:25); temerle (Isaías 8:13); creer en Él (Éxodo 14:31); confiar en Él (Isaías 26:4); poner nuestras esperanzas en Él (Salmos 25:5); deleitarnos en Él (Salmos 37:4); regocijarnos en Él (Salmos 32:11); trabajar con mucho entusiasmo para Él (Romanos 12:11); llamarlo, (Jeremías 33:3); alabarlo (Salmos 150); agradecerle (Salmos 100:4); darle toda nuestra obediencia y sumisión (Jeremías 7:23, Salmos 119:36); siendo cuidadosos en todas las cosas para complacerlo (1 Juan 3:22); estar afligidos cuando lo hayamos ofendido en algo (Jeremías 31:18); y caminar humildemente con Él (Miqueas 6:8).

Tú has proclamado hoy que el SEÑOR es tu Dios y que andarás en Sus caminos, que guardarás Sus leyes, Sus mandamientos y Sus decretos, y que escucharás Su voz”. — Deuteronomio 26:17 (RVA 2015)

En la segunda parte de este estudio veremos la instrucción de Jesús acerca de este Mandamiento y las consecuencias de no obedecer este Mandamiento tan importante.

¡Que Dios los bendiga!


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