Los ídolos imaginarios

Una de las peores formas de idolatría que existen, y que es muy común, es cuando el ídolo que creamos es producto de nuestra propia imaginación, y claro, está alejado de la verdad. La cultura postmodernista en la que vivimos se caracteriza por que cada persona tiene “su propia verdad”, ya que la verdad absoluta de Dios, según esta filosofía “no existe”. Los dioses que estas personas se crean son producto de su imaginación y están hechos a su propia imagen, son dioses con los que cada persona se siente cómoda, porque el dios tiene estándares morales o valores que van de acuerdo con la persona que se lo imaginó.
Las personas que crean estos ídolos imaginarios declaran frases como: “Mi dios no es como tú lo describes, mi dios es puro amor y perdonará a todos para que nadie sea castigado”. También dicen: «Yo no podría creer en un Dios que arroje gente al infierno” (Salmos 50:16-21). Además, hay quienes critican atributos del SEÑOR, como el ser celoso; o bien critican Sus acciones, como el que corrija a las personas, que envíe castigos como el Diluvio, o Su prohibición contra la homosexualidad (Levítico 18:22). Nunca debemos permitir que algo cautive nuestra lealtad o imaginación de tal manera que llegue a reemplazar o a debilitar nuestra devoción a Dios.
[El SEÑOR dice] “¡Ay de aquel que discute con su Hacedor! ¡Un tiesto más entre los tiestos de la tierra! El barro no le pregunta al alfarero: “¿Qué es lo que haces?” ¿Acaso le señala: “Tu obra no tiene manos”?”. — Isaías 45:9 (RVC)
“Así dice el SEÑOR, el Santo de Israel y su Hacedor: «Pregúntenme acerca de las cosas venideras tocante a Mis hijos, y dejarán a Mi cuidado la obra de Mis manos. Yo hice la tierra y creé al hombre sobre ella. Yo extendí los cielos con Mis manos, y di órdenes a todo su ejército”. — Isaías 45:11-12 (NBLA)
[El SEÑOR dice] “¿Quién es ese que oscurece el consejo con palabras sin conocimiento?”. — Job 38:2 (JBS)

Las Escrituras nos dicen que el corazón del hombre es malvado (Jeremías 17:9, Mateo 15:19, Proverbios 26:25). El corazón es el centro del intelecto y del espíritu de una persona, así que el idólatra se crea o imagina “ídolos en su corazón” que carecen de rectitud y juicio. Así que, dicho dios va a permitir cualquier cosa que le guste al idólatra, como mentir, robar, cometer pecados sexuales, etc.
¿Cree que estoy exagerando acerca del tipo de dioses que el hombre puede imaginar? ¿Qué tal un dios adicto a la prostitución? Pues tenemos que en la antigua cultura cananea los devotos de Astarte o Asera, la diosa de la fertilidad, le rendían culto teniendo relaciones sexuales con hombres o mujeres que se prostituían en el templo a este ídolo. Los romanos adoraban a Afrodita de la misma forma con la prostitución «sagrada». Las Escrituras nos hablan acerca de esto.
«Además derribó los lugares de prostitución idolátrica que estaban en la casa de Jehová, en los cuales tejían las mujeres tiendas para Asera.» — 2 Reyes 23:7 (RVR1960)
[Dice el apóstol Pablo] “¿O no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se dejen engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios”. — 1 Corintios 6:9-10 (NBLA)
Otras personas dicen que ellos son ateos porque no quieren que ningún dios controle sus vidas, ni que los limiten, así ellos pueden ser libres y hacer lo que ellos quieran, lo cual por cierto es una de las doctrinas principales en el satanismo. Pero en su vida sin propósito, estas personas también terminan siguiendo a estos ídolos falsos que los acaban esclavizando. En lugar de que, la persona busque al SEÑOR en Sus términos, de la forma que Él ha determinado, Él es inmensamente más grande que cualquier dios imaginario que el hombre pueda hacer. El profeta Ezequiel nos dice que estos ídolos imaginarios toman residencia en el corazón de las personas.
[El Señor dice] “Por tanto, diles: “Así dice el SEÑOR Dios: ‘Cualquier hombre de la casa de Israel que erija sus ídolos en su corazón, y que ponga delante de su rostro lo que lo hace caer en su iniquidad, y después venga al profeta, Yo, el SEÑOR, le responderé entonces de acuerdo con la multitud de sus ídolos, a fin de alcanzar a la casa de Israel en sus corazones, que están apartados de Mí a causa de todos sus ídolos’”. Por tanto, dile a la casa de Israel: “Así dice el SEÑOR Dios: ‘Arrepiéntanse y apártense de sus ídolos, y de todas sus abominaciones aparten sus rostros”. — Ezequiel 14:4-6 (NBLA)
“El fin de ellos será la perdición, su dios es su estómago, su gloria se halla en su vergüenza, y piensan solamente en lo terrenal”. —Filipenses 3:19 (RVA 2015)

Un factor que empeora los ídolos que la gente imagina en su corazón es la influencia que Satanás tiene sobre ellos. El enemigo busca en su batalla espiritual engañar a los hombres, inventa religiones y filosofías que vayan en contra de la Palabra de Dios. Y esto ha sido muy exitoso en todo el mundo, desarrollando religiones con muchos seguidores como el islam (1.8 miles de millones), el catolicismo (1.2 miles de millones), y el hinduismo (1.15 miles de millones), que engloban más de la mitad de la población mundial; y las filosofías como el humanismo (ateísmo y secularismo, 1.1 miles de millones), el comunismo (1.1 miles de millones), y el New Age (21 millones).
Estas religiones son atractivas porque involucran un «buen comportamiento», «buenas obras», ritos y tradiciones elaboradas que hacen a las personas sentirse más santos, puros y religiosos. Por ejemplo, cuando hacen peregrinajes, asisten a templos, hacen oraciones, hacen sacrificios, ayunos, prenden velas o incienso, ayudan a los pobres, etc. Mientras que las filosofías, que están basadas en la «razón», el estudio, las evidencias, la sabiduría, y el intelecto de grandes pensadores, hace que las personas se sientan superiores y piensan que las tradiciones religiosas son cosas del pasado.
Así, Satanás les da una variedad de opciones a las personas para que puedan escoger cómo llenar el vacío espiritual en sus corazones con religiones falsas, o con filosofías humanistas de todo tipo para apaciguar su intelecto y raciocinio. De esta forma se asegura de que el mensaje de salvación de Dios sea rechazado por ser tan sencillo (1 Corintios 1:18, 21, 2:14).
“Pues el dios de esta edad presente ha cegado el entendimiento de los incrédulos para que no los ilumine el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios”. — 2 Corintios 4:4 (RVA-2015)
[El apóstol Pablo dice] “Y ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”. — 1 Corintios 2:4-5 (RVR-1995)
Las consecuencias por la idolatría

Históricamente hemos visto que los humanos somos capaces de adorar cualquier cosa para llenar el vacío que tienen en sus corazones. Las personas están constantemente buscando seguridad, significado o identidad, pero cuando le dedican demasiado tiempo y recursos, estas cosas pueden convertirse muy fácilmente en ídolos que terminan gobernando y controlando sus pensamientos, acciones y motivaciones.
Como resultado, la gente deja de tener tiempo para el SEÑOR, quien es el único que puede llenar el vacío que tienen. Lamentablemente, en su idolatría dejan al SEÑOR como la última prioridad, o de plano se olvidan por completo de Él. Parecieran sólo acordarse de Él cuando tienen algún problema grave en sus vidas, reduciéndolo a una especie de “genio de la lámpara maravillosa”, quien los debe de sacar de los problemas, o cumplirles sus caprichos, y se molestan con Dios si sus oraciones no son respondidas.
“Por tanto, así dice el SEÑOR: «Yo traigo sobre ellos una calamidad de la que no podrán escapar; aunque clamen a Mí, no los escucharé. Entonces irán las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman incienso, pero ellos ciertamente no podrán salvarlos en la hora de su aflicción. Porque según el número de tus ciudades son tus dioses, oh Judá, y según el número de las calles de Jerusalén, son los altares que has levantado a lo vergonzoso, altares para quemar incienso a Baal. Pero tú no ruegues por este pueblo, ni eleves clamor ni oración por ellos; porque no escucharé cuando clamen a Mí a causa de su aflicción”. — Jeremías 11:11-14 (NBLA)
Este pasaje de Jeremías deja claro que la transgresión del Segundo Mandamiento es muy grave. Porque el SEÑOR es un Dios celoso que castiga la idolatría severamente, equiparándolo a alguien que odia al Todopoderoso. Así que, no va a escuchar las oraciones en el día de la aflicción de todos los que lo odian. Y esto se puede extender hasta la tercera y la cuarta generación.
[El SEÑOR dice] “¿No tengo Yo esto guardado conmigo, sellado en Mis tesoros? Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo su pie resbalará, porque el día de su aflicción está cercano, y lo que les está preparado se apresura”. — Deuteronomio 32:34-35 (RVR-1960)
[El SEÑOR dice] «Cuando afile Mi espada reluciente y eche mano de ella en el juicio, tomaré venganza de Mis enemigos y a los que me odian les daré su merecido.» — Deuteronomio 32:41 (RVC)
Versículos en la Biblia acerca de la Idolatría

La idolatría es algo tan peligroso en nuestras vidas, que el SEÑOR quiere que estemos lo más alejado de esta clase de pecado, y por ello trata de alertarnos en la Biblia de múltiples formas, advirtiendo que todos los ídolos, así como los idólatras, serán destruidos. He aquí un resumen de algunos pasajes que nos explican lo grave de la idolatría:
Las Escrituras mencionan que quienes rinden culto a ídolos: desobedecen al SEÑOR (Levítico 19:4, 26:1, ); hacen lo que el SEÑOR odia (Deuteronomio 16:22); profanan el santo nombre de Dios (Ezequiel 20:39); despiertan los celos del ETERNO (Deuteronomio 32:21; Ezequiel 8:3, 5; Salmos 78:58); provocan el enojo del SEÑOR (1 Reyes 14:9; 16:13;16:26; 2 Reyes 17:7-12; Jeremías 8:19; Salmos 78:58; Salmos 106:36-40;); provocan la ira del ETERNO (2 Crónicas 24:18); causan la furia del SEÑOR (Ezequiel 8:18); hacen sufrir al ETERNO y cometen maldad (Ezequiel 6:9);
El SEÑOR quiere evitar que los idólatras sean dañados por sus propias acciones, porque al transgredir el Segundo Mandamiento ellos: se contaminan a sí mismos (Génesis 35:2; Ezequiel 14:11; Ezequiel 20:7, 18; Ezequiel 23:7, 30; Isaías 41:24); contaminan la tierra (Ezequiel 36:18); se corrompen a sí mismos (Deuteronomio 4:16, 25; Deuteronomio 9:12); cometen un gran pecado (1 Reyes 12:30); cometen adulterio espiritual (Ezequiel 16:17, 23:37; Jeremías 3:8); cargarán con sus pecados (Ezequiel 23:49); han puesto el tropiezo de su maldad frente a sus rostros (Ezequiel 14:3-4); sus acciones son repugnantes y abominables (Ezequiel 8:6-17, 14:6, 18:12); son necios y están engañados (Habacuc 2:18); son tercos y obstinados (Isaías 48:4 -5 NTV); son estúpidos y necios (Jeremías 10:8).
La idolatría afecta tanto a las personas, que estas: no tienen conocimiento y le rezan a un dios que no los puede salvar (Isaías 45:20); sus ídolos les dan consejos inútiles (Zacarías 10:2); lo que sacrifican a sus ídolos en realidad lo sacrifican a demonios y no a Dios (1 Corintios 10:19-20); tienen el corazón dividido (Oseas 10:2); son avaros (Efesios 5:5, Colosenses 3:5); los ídolos de sus casas son una abominación y están malditos (Deuteronomio 7:25-26);

Adicionalmente, hay advertencias para los que fabrican ídolos físicos e imaginarios: fabrican falsedad (Jeremías 10:14; Jeremías 51:17); los ídolos que fabrican son detestables al SEÑOR (Deuteronomio 27:15); se corrompen a sí mismos (Deuteronomio 4:25); se contaminan a sí mismos (Ezequiel 22:4); son como los ídolos que fabrican (Salmos 115:8; 135:18); no valen nada (Isaías 44:9 RVC).
Y finalmente, los versículos que nos hablan de las consecuencias para los idólatras es que: serán avergonzados y andarán confundidos (Salmos 97:7; Isaías 42:17, 44:9, 44:11, 45:16; Oseas 4:17-19); sus ojos [espirituales] estarán cerrados y no tendrán entendimiento (Isaías 44:18-19); tendrán miedo (Isaías 44:11); están malditos (Deuteronomio 27:15); quedarán fuera de la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 22:15); no heredarán el reino de Dios (1 Corintios 6:9; Gálatas 5:19-21); serán destruidos (Éxodo 22:20; Deuteronomio 8:19); tendrán su destino en el lago de fuego que arde con azufre y que es la segunda muerte (Apocalipsis 21:8).
El SEÑOR Solo Quiere Salvarnos y Bendecirnos
Los idólatras no se dan cuenta que todos sus esfuerzos, sufrimientos y preocupaciones por el futuro son en vano. El Creador ama tanto a Su Creación que sólo nos pide que lo pongamos a Él primero, cuidemos nuestra relación con Él, y nos deshagamos de todos nuestros ídolos. Solamente en Él debemos de confiar, con una fe absoluta para que todas nuestras necesidades sean cubiertas.
«Yo fui joven, y ya he envejecido, pero nunca vi desamparado a un justo, ni vi a sus hijos andar mendigando pan.» — Salmos 37:25 (RVC)
«Ustedes, sus fieles, teman al SEÑOR, pues a quienes le temen nunca les falta nada.» — Salmos 34:9 (RVC)
Para su mayor referencia puede ver el artículo ¿Qué es el Temor al SEÑOR? (Parte 2), en la sección «Los beneficios de temer al SEÑOR». Ahí listamos muchas de las bendiciones que Dios nos da.
[Jesús dice] “La paz les dejo, Mi paz les doy; Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. Que su corazón no se aflija ni tenga miedo”. — Juan 14:27 (LSP)
Dios tiene un plan para cada uno de Sus hijos, y es un plan para su bien, y aunque no conozcamos el plan, va a ser mejor que cualquier plan que nosotros pudiéramos imaginar para nuestro futuro. Todo lo que los idólatras creen que podrían recibir de sus ídolos o de Satanás no se puede equiparar a lo que el SEÑOR nos tiene preparado si confiamos sólo en Él (1 Corintios 2:9). ¡Esta promesa es asombrosa, ¿no lo cree?
“Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes”, declara el SEÑOR, “planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza. Ustedes me invocarán y vendrán a rogarme, y Yo los escucharé”. — Jeremías 29:11-12 (NBLA)
“Y entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo”. — Mateo 25:34 (RVC)
Para concluir esta segunda parte, me gustaría mencionar el castigo que le notificó el profeta Samuel a Saúl, el primer rey de Israel. Fue cuando Saúl se rebeló ante Dios y en su terquedad se imaginó un dios que se amoldaba a sus deseos, aunado a esto, los soldados israelitas quisieron quedarse con las riquezas que obtuvieron al vencer a los amalecitas, desobedeciendo las claras instrucciones del SEÑOR.
“Entonces Samuel preguntó: —¿Se complace tanto el SEÑOR en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del SEÑOR sea obedecida? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros. Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación, y la obstinación es como la iniquidad de la idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra del SEÑOR, él también te ha desechado a ti, para que no seas rey”. — 1 Samuel 15:22-23 (RVA-2015)
En el siguiente artículo hablaremos del sincretismo y sobre la institucionalización de la idolatría, que ha permitido transmitir el engaño de forma masiva dentro de una cultura o un país y de generación en generación.
¡Que Dios los bendiga!
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