Diez Mandamientos

El Segundo Mandamiento: Cómo adorar a Dios (Parte 1)


Los ídolos físicos

ídolos

El Señor advierte en Su Mandamiento sobre no caer en la tentación de hacer imágenes o estatuas de Él. El tratar de hacer imágenes o estatuas de Dios es un pecado de abominación. Deshonra, distorsiona y degrada Su imagen. Cualquier representación física de “Dios” hecha por las manos humanas nunca podría reflejar todos Sus atributos ni Su carácter. Además, nadie ha visto al Padre (Juan 1:18, Juan 6:45-46).

“Por tanto, tengan mucho cuidado de ustedes mismos, pues ninguna imagen vieron el día que el SEÑOR les habló en Horeb de en medio del fuego. No sea que se corrompan y se hagan imágenes, o semejanza de cualquier figura, sea en forma de hombre o de mujer, ni en forma de cualquier animal que esté en la tierra, ni en forma de cualquier ave alada que vuele en los cielos, ni en forma de cualquier animal que se desplace sobre la tierra, ni en forma de cualquier pez que haya en las aguas debajo de la tierra”. — Deuteronomio 4:15-18 (RVA 2015)

“Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte e imaginación de hombres”. — Hechos 17:29 (RVA 2015)

Moisés les prohibió a los Israelitas hacer imágenes del SEÑOR. Ellos estaban a punto de entrar a la Tierra Prometida, y podrían tratar de hacer alguna imagen o estatua según los eventos del Éxodo, cuando Dios les habló a sus padres 40 años antes en el monte Sinaí. De forma similar, el Segundo Mandamiento nos prohíbe hacer imágenes de Jesucristo a quien después de 2,000 años nadie ha visto. Hoy Él está en el Cielo sentado a la derecha del Padre y el Mandamiento claramente nos dice que no hagamos imágenes de: “nada de lo que está arriba en el Cielo”.

Imágenes de Jesucristo

Esta es una de las razones por las que las Escrituras no nos dan una descripción física de Cristo. Tampoco debemos hacer crucifijos, ni representaciones de Él en un pesebre para celebrar Su nacimiento, tampoco de Jesús sentado a la derecha del Padre en alguna pintura, ni cenando con Sus apóstoles. Todas estas imágenes son representaciones incompletas de Jesucristo, así que ni se moleste, porque va a ser una trampa que creará una adoración distorsionada enfocada al objeto, al cual, se le asignarán poderes que no tiene, como los de un amuleto.

Sin embargo, eso no ha impedido que existan miles de pinturas y esculturas con la supuesta imagen del SEÑOR, a quienes las personas les rinden culto y que consideran como objetos sagrados. Y como resultado de estas influencias, las personas tienen una imagen irreal al pensar que Jesús es alto, de pelo largo y rubio, y con ojos azules, lo que se asemeja más a una de las deidades romanas paganas, que a los rasgos típicos de un judío semítico. Sabemos que los sacerdotes tuvieron que pagarle a Judas para poder identificar a Jesús (Mateo 26:48-49), así que Él no debió de sobresalir físicamente de entre los judíos de aquella época.

Castigo por la Idolatría

Israel es exiliado

En 2 Reyes 17, se explica por qué el reino del norte (Israel) fue exiliado a Asiria: Este castigo fue resultado de un pecado: la idolatría, porque rindieron culto a otros dioses (2 Reyes 17:7). Y podemos ver cómo este pecado hizo que el pueblo se fuera degenerando al irse separando de los caminos del SEÑOR. Al principio copiaron las prácticas paganas de otras naciones (2 Reyes 17:8); después construyeron altares y santuarios paganos (2 Reyes 17:9-10); en ellos empezaron a llevar a cabo los ritos de una adoración pagana que incluía sacrificios (2 Reyes 17:11-12).

En este punto, el SEÑOR mandó profetas para que corrigieran sus caminos (2 Reyes 17:13-15); pero los israelitas rechazaron al SEÑOR, llegando a su punto más bajo al rendir culto a 2 becerros de oro, Asera, Baal y a todas las fuerzas del cielo; su depravación los llevó a realizar sacrificios humanos de sus hijos e hijas a demonios (2 Reyes 17:16-17; Salmos 106:34-39; 1 Corintios 10:19-20). Cuando la idolatría de los israelitas los llevó a que se comportaran peor que las naciones vecinas y ya no tenían remedio, el SEÑOR los expulsó de la Tierra Prometida (2 Reyes 17:18-20).

Abandonaron todos los mandamientos del SEÑOR su Dios, se hicieron dos becerros de fundición y un árbol ritual de Asera, se postraron ante todo el ejército de los cielos y sirvieron a Baal. Hicieron pasar por fuego a sus hijos y a sus hijas, practicaron los encantamientos y las adivinaciones, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocándolo a ira”. — 2 Reyes 17:16-17 (RVA 2015)

[Dice el apóstol Pablo] “¿Qué quiero decir, entonces? ¿Que lo sacrificado a los ídolos es algo, o que un ídolo es algo? No, sino que digo que lo que los gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios y no a Dios; no quiero que ustedes sean partícipes con los demonios”. — 1 Corintios 10:19-20 (NBLA)

Sacrificio al ídolo Móloc

Las formas de idolatría que adoptaron los israelitas eran populares porque al principio parecía que la deidad pagana les cumplía sus deseos (Jeremías 44:15-23), pero con el tiempo eso ya no funcionaba, de forma que las personas trataron de apaciguar a las deidades, para ya no sufrir desgracias o daños. Engañados cada vez más, pasaron de sacrificios de pan, vino y animales a realizar rituales más extremos, que incluían la automutilación (1 Reyes 18:28; Oseas 7:14) e incluso llegaron al extremo de ofrecer a sus propios hijos en sacrificio. En comparación, con las bendiciones del verdadero Dios quien no añade ninguna tristeza:

La bendición del SEÑOR es la que enriquece, y Él no añade tristeza con ella”. — Proverbios 10:22 (NBLA)

Hoy no estamos lejos de los mismos comportamientos, la tierra está contaminada con asesinatos:

“Tampoco destruyeron a los pueblos, como el SEÑOR les había dicho. Más bien, se mezclaron con gentiles y aprendieron sus obras. Sirvieron a sus ídolos, los cuales llegaron a ser una trampa. Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios; derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas que sacrificaron a los ídolos de Canaán. La tierra fue profanada con los hechos de sangre. Así se contaminaron con sus obras y se prostituyeron con sus hechos”. — Salmos 106:34-39 (RVA 2015)

Imágenes que no son Idolatría

Como hemos visto la idolatría trae horribles consecuencias. Por otro lado, me gustaría especificar algunas cosas que no forman parte de este pecado: Cuando el Segundo Mandamiento habla de “No te harás imagen” no se refiere a que las artes de fotografía, escultura o pintura estén prohibidas. Lo que está prohibido en este mandamiento es lo que hagamos con la imagen, porque el Segundo Mandamiento dice: “No te inclinarás ante ellas, ni las honrarás”, el mandato es que no debemos adorarlas, rezarles, ni servirlas, como hacen los idólatras.

Así que, tomar una foto de un paisaje para apreciar la belleza de la Creación de Dios no está prohibido en este mandamiento. Sin embargo, si alguien se pone a rezar frente a una imagen o estatua de un santo o de la virgen María es cuando se está transgrediendo el Segundo Mandamiento.

[Dice el SEÑOR] “Reúnanse y vengan, fugitivos de las naciones vecinas. ¡Qué necios son los que llevan consigo sus ídolos de madera y dirigen sus oraciones a dioses que no pueden salvarlos!”. — Isaías 45:20 (NTV)

Objetos Malditos

Adoración a ídolos, el Segundo Mandamiento es transgredido

Todos sabemos que las imágenes y las estatuas son objetos inanimados y sin vida, pero cuando son relacionados con una deidad y las personas les rinden culto a estos objetos, porque piensan que representan a una deidad, piensan que es un objeto sagrado, o le atribuyen poderes de protección, prosperidad, salud, etc., entonces se consideran ídolos y se convierten en una trampa espiritual. Si la persona va y compra un ídolo es como si se estuviera trayendo un demonio a su casa, ¿por qué? Porque esto les da a los demonios el derecho legal de oprimir a quienes poseen tales objetos malditos.

“Y ustedes, tengan cuidado de no caer bajo condenación. No toquen ni tomen nada de lo que está bajo maldición, para que el campamento de Israel no sea destruido y perturbado”. — Josué 6:18 (RVC)

La Idolatría una Puerta para los Demonios

El pastor John Nevius en su libro Demon Possession and Allied Themes (Posesión demoniaca y temas afines) reporta la historia de una persona endemoniada, quien luego de ser liberada relató que todos sus problemas comenzaron cuando compró unos ídolos. A continuación, le presentamos un resumen de este relato:

En 1877, el señor Kwo compró los cuadros de las 2 principales divinidades chinas y los colgó en la parte más honorable de su casa. Unos días después tuvo un sueño donde la diosa del cuadro le notificaba que se había mudado a su casa. Una semana después, tuvo una sensación que no podía controlar: se levantó de la cama y se fue a un centro de apuestas donde perdió mucho dinero, de regreso a casa se perdió, y no recordaba lo que había ocurrido la noche anterior. Esto se repitió varias veces, perdiendo grandes cantidades de dinero, hasta que un día lo encontraron en el suelo echando espuma por la boca e inconsciente.

En su casa se puso violento y sus familiares tuvieron que encadenarlo. Los médicos no querían atenderlo. Cuando trataron de darle medicina, un demonio habló a través de Kwo y les dijo: “la medicina no va a servir de nada. Es mejor que quemen incienso para mí y me adoren”. Sus familiares se arrodillaron y adoraron al demonio para que ya no lo atormentara más. Cada vez que Kwo perdía el conocimiento sus familiares adoraban al demonio y Kwo se restablecía.

Después contactaron a una médium espiritual para recibir más instrucciones del demonio. Así, el primero y el 15 de cada mes tenían que quemar incienso, ofrecer comida y hacer postraciones obligatorias ante el altar a la diosa. Entonces el demonio le dio a Kwo poder para que curara enfermedades, y la gente acudía en masas para que los curara con la ayuda del demonio. Algunos eran sanados instantáneamente, otras enfermedades no estaban bajo su control. Se dieron cuenta que solo curaba las enfermedades causadas por espíritus malignos.

Después de 2 años de este sufrimiento Kwo derribó el altar de la diosa, unos días después su hijo murió. La esposa temerosa le pidió que lo volviera a construir, pero Kwo había decidido poner su fe en Cristo y seguirlo, por lo que rechazó la petición de su esposa. Unos días después el demonio regresó y habló a través de Kwo diciéndole a la esposa que no había tenido nada que ver con la muerte de su hijo y que, si Kwo se había decidido a ser cristiano, su casa ya no era lugar para él.

Entonces, la esposa le preguntó: “¿Qué sabes de Jesucristo?”, y le respondió: “Jesucristo es el gran Señor sobre todo; y ahora me voy y no me volverás a ver”. Después de esa visita no volvieron a tener más problemas (pág. 22-27).

Los que Tratan de Justificar la Idolatría

Aunque las personas busquen justificarse diciendo que la estatua ante la que se inclinan y rezan no es realmente la virgen María o un santo, es sólo una “representación de ellos”, o que “el objeto sólo les ayuda a pensar en la virgen o en el santo”, realmente lo que está haciendo es cometer el pecado de idolatría, y al mismo tiempo están abriendo una puerta en el mundo espiritual para que un demonio pueda tomar el control sobre esa persona y sobre sus descendientes hasta la tercera y cuarta generación. ¿Ha escuchado acerca de estatuas de María que lloran? Es parte del mismo engaño. Por esta razón, el Señor ordena que se destruyan todos esos objetos.

[Dice el SEÑOR] “No te inclinarás a sus dioses, ni los servirás, ni harás como ellos hacen; antes los destruirás del todo, y quebrantarás enteramente sus estatuas”. — Éxodo 23:24 (RVA)

[Dice el SEÑOR] “Quemarás a fuego las esculturas de sus dioses; no codiciarás la plata ni el oro que las recubren, ni lo tomarás para ti, no sea que por ello caigas en un lazo, porque es abominación al SEÑOR tu Dios. No traerás cosa abominable a tu casa, pues serás anatema [maldito] como ella; ciertamente la aborrecerás y la abominarás, pues es anatema [maldita]”. — Deuteronomio 7:25-26 (NBLA)

Altar de muertos

Lamentablemente, la doctrina católica ha desarrollado la enseñanza de que la virgen María es una “mediadora”, entre otros atributos que solo tiene Jesucristo. Esto ha fomentado el culto a la virgen María, a los santos, y hasta a los antepasados muertos, para que supuestamente «intercedan» por las personas, esta tradición está muy arraigada hoy en día. Pero el SEÑOR es un Dios celoso y la única persona quien puede hacer intercesión por nosotros es Jesucristo, el Hijo de Dios.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” — 1 Timoteo 2:5 (RVR1960)

“Teniendo, pues, un gran Sumo Sacerdote que trascendió los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, retengamos nuestra fe”. — Hebreos 4:14 (NBLA)

Por otro lado, también es idolatría cuando no se le está orando directamente a Dios Padre en nombre de Jesús, como nos instruyó nuestro SEÑOR. Es pecado al transgredir el Primer Mandamiento, al tener otros dioses. Dios sólo hay uno (Deuteronomio 6:4-5; Isaías 45:5-6, 18, 21-22), nuestro Creador, y solamente hay un mediador Jesucristo. Cualquiera que intente tomar el lugar que sólo le corresponde a Dios es un ídolo.

[Jesús dice] “Y en aquel día no me preguntarán nada. En verdad, en verdad les digo: —Cuantas cosas le pidan al Padre en Mi nombre, Él les dará. Hasta ahora ustedes no han pedido nada en Mi nombre. ¡Pidan y recibirán! Para que su alegría sea completa”. — Juan 16:23-24 (LSP)

[Jesús dice] “Ya que el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que Yo salí de Dios. Del Padre salí y vine al mundo; dejo del mismo modo al mundo y voy al Padre”. — Juan 16:27-28 (LSP)

Toda Idolatría es una Adoración a Satanás

El apóstol Pablo nos dice que toda clase de idolatría se convierte en una adoración a Satanás quien reina sobre los ángeles caídos y los demonios y busca que lo adoren a él (Lucas 4:5-7). Los demonios son el poder que está detrás de los ídolos (1 Corintios 10:19-20)

Altar a el ídolo de la muerte

El profeta Habacuc nos dice que el SEÑOR considera que los idólatras son necios porque al rezarles a sus ídolos solo serán escuchados por los demonios que están detrás del objeto y quienes no tienen el menor interés de ayudar a sus adoradores. Su objetivo es mantenerlos lejos de Dios, y tal vez aparenten ayudar a las personas para mantenerlas atrapadas, pero a la larga les van a cobrar un alto precio por sus servicios.

[El SEÑOR dice] “¿De qué sirve la escultura que talla el escultor? ¿De qué sirve la imagen de fundición, si es maestra de engaño para que el escultor confíe en su obra haciendo ídolos mudos? Ay del que dice al palo: “¡Despiértate!” y a la piedra muda: “¡Levántate!”. ¿Podrá él enseñar? He aquí que está cubierto de oro y de plata; no hay espíritu dentro de él”. — Habacuc 2:18-19 (RVA 2015)

Por otro lado, usted puede tratar de restarle importancia al asunto, quizás vea alrededor en su propia casa y vea imágenes o estatuas de santos que quizás los heredó de sus ancestros o que le fueron obsequiados por algún familiar, y piense que esto no le afecta o que su fe no depende de estos objetos. Para realmente comprobar que su fe no está puesta en esas cosas, intente destruirlo o deshacerse de ese objeto, si no puede, esto demuestra que usted tiene un aprecio, una superstición o una creencia en ese objeto, pregúntese: ¿por qué?

En el siguiente artículo continuaremos con el Segundo Mandamiento, hablaremos acerca de los ídolos modernos como el dinero, la fama, las adicciones, etc., que atrapan a las personas para convertirse en la primera prioridad en sus vidas, arrastrándolos a que rompan el Primero y Segundo Mandamiento.

¡Que Dios los bendiga!