Anteriormente, hemos tratado de advertir a nuestros lectores acerca de lo peligroso que es practicar el yoga. No se trata simplemente de ejercicios inofensivos de estiramiento y de respiración que puedan beneficiar nuestra salud, relajarnos, o quitarnos el estrés, como el mundo nos lo quiere hacer creer. Sino que el yoga tiene un importante y peligroso componente espiritual, que muchos instructores de yoga tratan de minimizar, o que simplemente ignoran. A través de los años, hemos realizado investigación sobre este tema, y en este artículo le presentamos un resumen de lo que hemos encontrado. Esperamos que les sea de utilidad.
“Estén, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no se pongan otra vez bajo el yugo de la esclavitud.” — Gálatas 5:1 (RVA 2015)
Tabla de Contenidos del Artículo
¿Qué es el Yoga?
El yoga es una expresión de la religión del hinduismo. El yoga proviene de la India, y es mencionado en antiguos textos considerados sagrados en el hinduismo como los Upanishad y el Bhagavad Gita.
La palabra yoga proviene del sánscrito que significa “unirse”,“atar” o “sujetar al yugo”, y del latín “jugum” que significa “yugo”. El practicar el yoga es ponerse a sí mismo bajo un yugo, bajo una atadura. En términos de la religión hinduista, es buscar la unión con “lo absoluto”, esto significa unirse a la deidad Brahman, la deidad principal en el hinduismo. El yoga es uno de los principales “caminos de devoción” para alcanzar el “moksha”, que es una supuesta “liberación espiritual”, para “escapar de este mundo irreal”, y del “ciclo de muerte y reencarnación”. Para los budistas es regresar a la “nada” o alcanzar el nirvana (la extinción del sufrimiento).
Por eso, no es de sorprenderse que muchas posturas o “asanas” del yoga sean las mismas posturas en las que son representadas las deidades hindúes. Por lo que, el ejercicio físico del yoga que supuestamente mejora su flexibilidad, ayuda a relajarlo y a combatir su estrés, en realidad consta de posturas gimnásticas que, desde el punto de vista espiritual, no son inofensivas. Ya que, el yoga lleva a las personas a alabar y a servir a estas deidades que imitan cuando se postran, con la finalidad de supuestamente mejorar su karma y así alcanzar la unión con dicha deidad. Esto constituye una trasgresión directa al Primer y al Segundo Mandamiento.
El Objetivo del Yoga
El objetivo espiritual del yoga es controlar el cuerpo y la mente para alcanzar la falsa salvación hinduista. Por lo que, el justificarlo como solamente un ejercicio de flexibilidad es engañarse a uno mismo. Las posiciones físicas no se pueden separar de su componente espiritual. El propósito de cada posición es el abrir las puertas espirituales del practicante, al estar, incluso sin darse cuenta, invocando a los demonios para unirse con ellos. Todo esto sucede aunque uno no lo vea físicamente. El significado de la palabra “yoga” describe su función: es para estar bajo el yugo de estos espíritus engañadores, que solo le pueden traer opresión espiritual.
Espero que esta introducción lo haya puesto en alerta. Uno como creyente, no debería de tener nada que ver con el yoga. Eso de atarse y andar sirviendo a deidades paganas es totalmente opuesto a las enseñanzas de la Biblia, y transgrede el Primer Mandamiento del SEÑOR.
“Al SEÑOR tu Dios temerás, y sólo a Él servirás, y por Su nombre jurarás”. — Deuteronomio 6:13 (RVC)
“Entonces Jesús le dijo: «¡Vete, Satanás! Porque escrito está: “Al SEÑOR tu Dios adorarás, y solo a Él servirás”»”. — Mateo 4:10 (NBLA)
El Engaño del Yoga
Así como Satanás tentó a Cristo en el desierto para que se postrara y lo adorara (Mateo 4:8-11), de forma similar, hoy en día sigue tentando a las personas de diferentes formas, para que con engaños como los del yoga, queden bajo su yugo espiritual. Para lograr este objetivo, el diablo le hará pensar que esto es algo exótico y divertido, que está de moda, que es “inofensivo”, y que es un ejercicio que le trae “beneficios a su salud física y mental”.
Lamentablemente, la mayoría de la gente se cree estos engaños del “padre de las mentiras”, y por eso, esta adoración a demonios disfrazada como un ejercicio inofensivo, se ha vuelto tan popular en todo el mundo, desde que se difundió globalmente a finales de los 1800s. Diferentes organizaciones ocultistas como la Sociedad Teosófica, y gubernamentales, como Parlamento de las Religiones del Mundo, jugaron un papel importante al promover y financiar la difusión del yoga por todas partes.
Podemos ver que los gurús o yoguis de la India, han sido reemplazados por instructores de yoga locales que dan clases en gimnasios, centros de meditación, por televisión, internet y hasta en aplicaciones en el celular, y se estima que hay más de 300 millones de practicantes de yoga en todo el mundo. De acuerdo a AP News, se estima que las ganancias del mercado mundial del yoga alcancen los 66 mil millones de dólares en 2027.
El yoga se disfraza como un ejercicio inofensivo y como una terapia antiestrés, pero en realidad es una religión falsa, y se ha vuelto tan popular, que se ha infiltrado hasta en las iglesias cristianas, por la ignorancia de los creyentes, quienes se ponen sin darse cuenta, bajo el yugo de Satanás. Una vez más, se cumple la Escritura de que el pueblo del SEÑOR muere por falta de conocimiento (Oseas 4:6).¿Acaso se han olvidado estos “cristianos” que para cualquier necesidad que tengan pueden recurrir al SEÑOR?
“No se unan en yugo desigual con los no creyentes. Porque ¿qué compañerismo tiene la rectitud con el desorden? ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas? ¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial? ¿Qué parte tiene el creyente con el no creyente?”. — 2 Corintios 6:14-15 (RVA-2015)
¿Se siente estresado? Pídale a Cristo Su descanso y Su paz (Mateo 11:28; Juan 14:27); ¿Se siente débil? ¿O se quiere sentir más fuerte? Pídale al Señor que lo fortalezca (Isaías 12:2; Salmos 28:7, 73:26, 118:14; Filipenses 4:13; 2 Timoteo 1:7; 1 Corintios 10:20-21; 2 Corintios 6:14). El SEÑOR es el único que lo puede fortalecer tanto física como espiritualmente.
“Esto digo e insisto en el Señor: que no se conduzcan más como se conducen los gentiles, en la vanidad de sus mentes, teniendo el entendimiento entenebrecido, alejados de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su corazón”. — Efesios 4:17-18 (RVA-2015)
La Falsa Espiritualidad del Yoga
Dados sus orígenes, su naturaleza, su técnica, y sus objetivos, el yoga es una escuela de egocentrismo, es decir, la persona se vuelve cada vez más egoísta. En el yoga no se piensa en los demás, sino que la persona busca su propia “auto-realización”, y así se esclaviza, al estar “en busca de sí misma”.
A diferencia del enemigo quien busca esclavizar a las personas con el yugo del yoga, Cristo nos ofrece Su yugo de descanso:
[Jesús dice] “Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar. Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas. Porque Mi yugo es fácil y Mi carga ligera»”. — Mateo 11:28-30 (NBLA)
El yoga es una enseñanza ortodoxa del hinduismo. Es una falsa doctrina que se basa en méritos propios, en esfuerzos humanos, para obtener una disciplina moral, purificación física, mental y espiritual, control respiratorio y desconexión sensorial. En la religión del yoga, se enfatiza la “meditación” para supuestamente “salir del ciclo de reencarnaciones”, para “mejorar su karma”, y todo esto lo hacen con el objetivo de alcanzar un supuesto “estado de iluminación”, en el que piensan que obtendrán la liberación o salvación. Sin embargo, quienes siguen este camino nunca alcanzan su objetivo, nunca se sienten iluminados, al contrario, se encuentran en una situación espiritual cada vez más deteriorada.
La Meditación Bíblica
Tenga cuidado, porque el concepto de “meditación” que se utiliza en el yoga es muy diferente al verdadero concepto de meditación bíblico. La Biblia nos indica que los cristianos debemos de “meditar” o pensar en la Palabra de Dios todo el tiempo. Esto es, buscar el entendimiento y la sabiduría que hay en la Palabra del ETERNO con la ayuda del Espíritu Santo, para aplicarlo a nuestras vidas, caminar en rectitud, y crecer espiritualmente haciendo lo que es agradable ante los ojos del SEÑOR. El Salmo 119 habla mucho sobre este tema (Salmo 119:15, 48, 78, 99, 148).
“¡Cuánto amo Tu ley! Todo el día es ella mi meditación”. — Salmo 119:97 (NBLA)
“Libro I: Salmos 1—41. Bienaventurado el hombre que no anda según el consejo de los impíos ni se detiene en el camino de los pecadores ni se sienta en la silla de los burladores. Más bien, en la ley del SEÑOR está su delicia, y en ella medita de día y de noche”. — Salmo 1:1-2 (RVA 2015)
Si observa, en la meditación bíblica, el creyente medita, o centra sus pensamientos en Dios, reflexiona en las obras que Él ha realizado, en lo que nos enseña Su Palabra, Su instrucción o Su ley, y aplica lo aprendido a su vida. Y esto a su vez, le trae a su corazón el beneficio del entendimiento (Salmo 49:3).
“Mi boca hablará sabiduría, y la meditación de mi corazón será entendimiento”. — Salmo 49:3 (NBLA)
“Me acuerdo de los días antiguos; en todas Tus obras medito, reflexiono en la obra de Tus manos.” — Salmo 143:5 (NBLA)
La Biblia nos prescribe que debemos meditar. Y dado que los pensamientos del Todopoderoso están muy por encima de la sabiduría humana, por ello, podemos pasar toda la eternidad aprendiendo de ellos (Colosenses 3:16; Romanos 15:4). El SEÑOR le ordenó a Josué que no se apartara de las Escrituras (de los 5 libros de Moisés disponibles en ese momento), que meditara en ellas de día y de noche, para que tuviera éxito en la conquista de la Tierra Prometida, y para que prosperara en todo lo que hiciera en la vida (Deuteronomio 6:6-7).
“Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito”. — Josué 1:8 (NBLA)
“Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”. — Santiago 3:17 (RVR-1960)
La Meditación en el Yoga
En contraste, en el yoga, los demonios quieren que las personas se concentren en sí mismas, en buscar “su iluminación”, porque saben lo insignificante y corrompida que es la sabiduría humana (Santiago 3:15; Jeremías 8:9). La naturaleza carnal que está en enemistad con Dios, aleja a las personas del ETERNO y de Su Palabra (Romanos 8:7; Gálatas 6:8; 1 Pedro 2:11). Las prácticas de meditación del yoga en el hinduismo son utilizadas también en religiones como el budismo y el jainismo.
“Porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica”. — Santiago 3:15 (RVR-1960)
En el yoga, una de las técnicas de meditación es la de visualización, en donde se imaginan ellos mismos unificándose con deidades paganas hindúes (Proverbios 14:12). Otra forma es recitando mantras para este propósito. Los mantras suelen consistir en repetir el nombre de una deidad hindú muchas veces, hasta alcanzar un estado alterado de conciencia, o hasta entrar en un trance, en donde el practicante se siente como drogado, se auto-hipnotiza. Por eso, Cristo ya nos había advertido sobre evitar las vanas repeticiones (Mateo 6:7) y sobre no servir a otros dioses.
El ex-budista y ahora ministro cristiano, Martin Kamphuis, da testimonio de esto en su libro Yo fui budista. Le presento a continuación parte de su testimonio, el cual está disponible a través del ministerio de La Voz de los Mártires.
“Durante las siguientes dos semanas de retiro [budista], iniciábamos cada reunión en conjunto, recitando en voz alta algunas oraciones en honor de la pacífica y maternal Tara verde [una diosa hindú]. Todas las oraciones estaban exactamente prescritas. A continuación, pronunciábamos los textos destinados a la meditación según las instrucciones de Sadhanas (reglas determinadas en cuanto a formas de meditación, de visualización y de recitación de mantras), para llegar a unificarnos con la diosa Tara. Lo hacíamos en forma tal, que de momento sentíamos, por ejemplo, parecernos a la diosa y ser verdes como ella. Finalmente debía cada uno recitar el mantra en silencio, y según su propio ritmo, en la convicción y conciencia de ser él o ella esa misma divinidad. Al mismo tiempo contábamos el número de nuestros mantras con un rosario”. — pág. 37
Martin también reporta que luego de pasar horas meditando, se sentía como si estuviera drogado (pág. 42). Observe cómo todas estas visualizaciones tienen como objetivo unificar al practicante con la deidad pagana, esto es, con demonios. De esta forma, los demonios engañan a las personas para que abran sus puertas espirituales y les den entrada de esta manera. Martin Kamphuis en el mismo libro relata que usan diferentes “deidades” para llegar a la divinidad central:
“En las visualizaciones, se concibe e imagina una esfera inmaterial, en cuyo centro se encuentran imágenes de Buda. En las prácticas, se trata mediante las Sadhanas, de alcanzar la iluminación en una profunda unificación con la divinidad central”. — pág. 46
Aunado a esto, sus instructores budistas le decían que debía postrarse ante lugares “sagrados” y ahí presentar sus ofrendas. Además, tenía un altar budista en su casa. Obviamente todas estas prácticas transgreden el Primero y el Segundo Mandamiento del SEÑOR, porque con ello las personas han caído en servir a dioses paganos, mediante oraciones, visualizaciones, inclinaciones, ofrendas, etc. Con eso, sin darse cuenta, alimentan a los demonios, y traen para sí mismos ataduras en prisiones espirituales, que les hacen cada vez más difícil el regresar al SEÑOR (Isaías 42:7-8; Hebreos 13:3).
“A fin de que abras los ojos que están ciegos y saques de la cárcel a los presos, y de la prisión a los que moran en las tinieblas. Yo, el SEÑOR; este es mi nombre. No daré mi gloria a otros ni mi alabanza a los ídolos”. — Isaías 42:7-8 (RVA-2015)
En la tradición hindú, el sonido de los mantras es para la invocación de deidades (demonios) o de la energía cósmica. La Biblia nos dice que ni siquiera deben ser mencionados los nombres de los ídolos (Éxodo 23:13; Salmo 16:4; Oseas 2:17; Zacarías 13:2), observe cómo el diablo engaña a la gente para que mencionen repetidamente estos nombres prohibidos, miles de veces mediante los mantras. Martin reporta que a él le indicaron que debía repetir el mantra con el nombre de la diosa hindú Tantra, 400,000 veces (pág. 47). La razón por la que menciono este nombre abominable, es para que el lector identifique de dónde provienen estas prácticas, como la del yoga tántrico (yoga sexual), y así evite caer en engaños.
“Guardarán todo lo que les he dicho. No mencionarán los nombres de otros dioses ni se los oiga en sus labios”. — Éxodo 23:13 (RVA 2015)
“Esfuércense, pues, en guardar y en hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, para que no se aparten de ella ni a la derecha ni a la izquierda, a fin de que no se junten con estas naciones, las que quedan entre ustedes. No mencionen el nombre de sus dioses, ni hagan que nadie jure por ellos, ni los sirvan, ni se inclinen ante ellos, sino que al SEÑOR, el Dios de ustedes, se mantendrán unidos, como lo han hecho hasta hoy”. — Josué 23:6-8 (NBLA)
Martin relata que en esos retiros budistas, él debía cumplir con ejercicios prescritos de visualización, además debía recitar en voz alta ciertas oraciones, y que trataba de alterar su estado de conciencia mediante “técnicas” de respiración. Recuerde que estos “ejercicios de respiración” son una forma que utilizan los demonios para habitar el cuerpo de las personas, como lo vimos en nuestro artículo Las ECMs: Experiencias Fuera Del Cuerpo (Parte 2), según el relato del ex-espiritista Raphael Gasson.
¿Se fija cómo el yoga no se trata simplemente de ejercicios inofensivos? No, más bien ese es el pretexto para iniciar al incauto en prácticas paganas de la religión hindú.
En el siguiente artículo continuaremos exponiendo los peligros del yoga, hablaremos de las 4 etapas del yoga, en donde el practicante va adquiriendo poderes sobrenaturales como telepatía, clarividencia, materialización, telequinesis, levitación, etc. Todo esto mediante el ocultismo. Y con el alto precio de perder sus almas.
“De ahora en adelante, hermanos míos, fortalézcanse en el Señor y en el poder de Su fuerza. Pónganse toda la armadura de Dios, para que puedan permanecer de pie contra las estrategias del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de las tinieblas de este mundo, contra maldades espirituales en los cielos. Por esta razón, tomen para sí toda la armadura de Dios, para que puedan confrontarlos en el día malo, y habiéndose esforzado en todo, permanecer de pie”. — Efesios 6:10-13 (LSP)
¡Que Dios los bendiga!
